Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Presentación sección "Psicoanálisis y Clínica"
Luis Camargo - Albert García i Hernandez - Norma Ferrari
Consejo de Redacción de Acheronta

La presente sección de Acheronta posee la particularidad de interrogar/se por aquello que hace a la "cocina" de los análisis, el modo como un analista puede concebir la dirección de sus curas de acuerdo a aquellos operadores cruciales a la hora de poner en juego su praxis en tanto tal, operadores -transferencia, repetición, función paterna, etc.- que definiran si lo que se lleva adelante en el trabajo con un paciente es un psicoanálisis o no. En línea con ello, la sección refleja la exigencia ética de dar cuenta de las diferencias que hacen a procesos comunes entre el psicoanálisis y otras prácticas del campo de la salud mental, como pueden ser los procesos de diagnóstico e incluso las llamadas "supervisiones" o análisis de control, que no son privativos del psicoanálisis.

El artículo de Norma Ferrari, ¿Porqué supervisar un caso? , es una proposición audaz desde el título mismo, y acaso tenga este escrito entre tantas de sus virtudes, el valor de dejarnos con las ganas de leer más producciones referidas a la cuestión tratada. Y es que –la misma autora lo advierte- poco es lo que se halla en la literatura analítica sobre ésta, una de las patas del trípode que Freud señalara como indispensable para el psicoanalista (recordemos: análisis personal, formación, supervisión). Norma Ferrari no retrocede a navegar en aguas vírgenes, y así nos da ocasión para hallarnos otra vez con ese concepto crucial para el psicoanalista –la transferencia-, pero esta vez en la encrucijada que puede producirse cuando el analista decide supervisar su caso: cruce de campos transferenciales, analizante-analista y supervisante-supervisor. Nótese que el primer término del segundo par no es "analista", sino "supervisante", aunque la "persona" coincida, en tanto es un analista...que supervisa. La lógica de ese viraje terminológico sólo puede fundamentarse en la seriedad de un trabajo como el que aquí presentamos. Y no por azar utilizamos la palabra " lógica", sino que hay allí una de las enseñanzas de la lectura de esas líneas: es factible y absolutamente enriquecedor pensar a la supervisión bajo la rúbrica de las categorías lógicas tal como fueran propuestas por Lacan. Digamos, son necesarios en la literatura psicoanalítica actual, artículos contingentes como éste.

El trabajo de Gerardo Herreros, Los tres registros de la transferencia, cuyo tono coloquial (por tratarse de la transcripción de una conferencia del autor) contrasta con la complejidad de las temáticas que aborda, nos conduce al corazón de la clínica psicoanalítica en tanto tal y en su distinción con cualquier otra, pues es en la transferencia y su manejo donde Freud halla sus pepitas de oro puro para distinguir su dispositivo del cobre de la sugestión. Herreros nos mostrará con notable rigor académico el modo como Lacan, con la aplicación de sus tres registros (Imaginario, Simbólico y Real) a ese concepto freudiano,logra superar y esclarecer la paradoja por la cual, de motor del análisis, la transferencia deviene su mayor obstáculo, la principal fuente de resistencia al tratamiento. Pero irá el autor más lejos aún, para enseñarnos que el anudamiento de esos tres registros de la transferencia (con su contracara de desanudamiento) dependen de la presencia, el acto y el deseo del analista, y que el avatar previsible (o al menos deseable) de la transferencia en el recorrido de un análisis, no es sino el viraje del Sujeto supuesto al Saber (condición iniciática de un análisis) al del semblante del objeto a, viraje que depende exclusivamente de aquello que Lacan designara por vez primera para la historia del psicoanálisis, como "deseo del analista".

En Le destin n'est pas la prédestination (ou l'amour est un caillou riant dans le soleil), de Ignacio Gárate Martínez, sin dejar de utilizar citas de poetas (G. Celaya, F. García Lorca, P. Neruda, incluso A. Yupanqui) y los discursos filosófico, literario, religioso, científico y psicoanalítico, discursos desde los cuales interrogar(se) acerca del destino del hombre, este trabajo se despliega situando la diferencia entre destino y predestinación. En ese trayecto en que el destino no se confunde con la predestinación , es el amor el que interrumpe la repetición. Se pregunta el autor si el sujeto que se recibe de la palabra de un Otro puede forjarse un destino más allá de esta palabra. También resalta que la interpretación psicoanalítica abre una dimensión creadora de la lengua que rompe con la repetición del sufrimiento. El autor se ayuda de las figuras de Don Juan, Jacob, Jesús para finalizar proponiendo una doble función de la metáfora y, en base a los ejemplos citados, añade que la clínica nos muestra una división perpetua entre el rechazo y la sublimación.

En En el cajón de los recuerdos de Freud (el soporte de una letra) , de Silvia Aguirre, la autora trabaja las operaciones en juego en el pasaje del significante desde lo oral a lo escrito. Se vale de algunos pasaje de la Interpretación de los Sueños, de Freud, en particular los referidos a un recuerdo infantil del propio Freud, de sus 3 años de edad. Interesante el modo como Silvia Aguirre " pesquisa" elementos de la transmisión del significante del nombre del padre y hace luz sobre aquellos términos o partículas cuyos significados padecieron el borramiento producido por la operatoria del inconsciente.

En Ceder angustia, Marisa Rau aborda la cuestión del tiempo, que es abordar no cualquier cosa cuando evoca un "Análisis terminable y...." de Freud o ciertas aportaciones sobre los resultados de los llamados carteles de pase o sobre finales de análisis de textos actuales. Veamos, si no y desde esa lectura, algunos fragmentos: "Entre estos momentos de infinitud de los comienzos y los de finitud de los finales, repetidos varias veces, transcurre un tiempo" (...) "Si el deseo se liga a lo discontinuo, a lo que pulsa en ese lugar tercero que solemos llamar el ‘entre dos’, implica que resolver la angustia en tanto signo requiere la introducción de un "al menos dos" para ser nuevamente elevada al estatuto significante", con todas las consecuencias que ello pueda despertar respecto del concepto Uno. La autora introduce que hay un tiempo de la repetición y un tiempo del análisis (tiempo 2). A este último apunta: "Si toda repetición incluye la diferencia, éste otro tiempo, ya no pasado sino uno que va siendo, admite que la diferencia no sea tan solo repetición." Sin olvidar que, en definitiva, no es tan fácil y articulando, desde su estilo, una manera de escribir lo que circunda el resto: "En cuanto al tiempo otro, el que en la diferencia no equivale a repetición, diré que esto, del orden del final de análisis, no es algo que se de únicamente en los tramos finales puesto que hay algo de los finales que se pone a rodar desde los inicios y se va presentificando cada vez un poco más."

María Borgatello de Musolino, con su trabajo El padre, ¿es el hombre en el lugar del padre?, expone los avatares clínicos del caso de un niño –de un análisis que llega a su control- a la luz de uno de los operadores centrales de la conducción de una cura, tal es, la inscripción y lógica subjetiva de la función paterna en el analizante. Con el recurso de la diferenciación por registros (R.S.I.) en dicha función se desliza hacia la elucubración de las formas que adquiriera la transferencia en el trabajo de la analista, con el interés adicional de que, al tratarse de un análisis de un niño, dicha transferencia implica el trabajo en presencia con las figuras parentales. En tanto se trata de una presenteción clínica, este trabajo merece leerse en contrapunto con otros de esta sección, a saber, los dedicados a la conceptualización de la transferencia. Pero también, acaso abra una línea de debate por demás interesante, si se lo lee en el diálogo imaginario que puede conformar con el trabajo de Norma Ferrari, dedicado a la supervisión.

Clínica y nuevas patologías ¿Variaciones sobre un mismo tema? , artículo de María del Pilar Vendrell, pone comillas y signos de interrogación sobre el supuesto carácter novedoso de algunas de las psicopatologías más frecuentes de la clínica actual, particularmente el ataque de pánico y la bulimia/anorexia. Nos advierte al mismo tiempo, acerca de los riesgos del borramiento de la singularidad y la diferencia en las clasificaciones sintomatológicas y en los diagnósticos del campo de la salud mental, con la promoción en el horizonte de una especie de "subjetividad de lo idéntico", que remeda lo que ficción de Orwell, con su novela "1984", describiera como necesario para el "bienestar" de los individuos en la sociedad: el no-pensar. Así, la autora invita a desclasificar, a correr el velo que generaliza a las anorexicas o a los que padecen ataques de pánico, vaciando los sentidos "para todos" y descifrando la significación singular para cada sujeto.

En La envidia o el mal de ojo, en un estilo donde proliferan los guiños hacia la cultura española (por ejemplo, las expresiones "un rayo que no cesa" y "el silbido vulnerado", títulos y/o versos de Miguel Hernandez), Ignacio Gárate Martínez recorre el concepto con muchas citas para ir metiendo al psiconalista en el tema, buscando discriminar "la medida en que la envidia es pulsión hacia un objeto o déficit constitutivo del desamor de sí, herida del narcisismo que sólo con su manifestación sintomática consigue atorar el flujo de la negra bilis y soslayar la muerte de uno mismo, cuyo gozo consiste en odiar el gozo ajeno pues si no: mi gozo en un pozo… Un pozo sin fondo en donde al cabo triunfa la muerte como amo absoluto".
Esto lleva a extremar algunas líneas divisorias, como por ejemplo entre "envisiar" y "tener envidia".
Se presentan también algunos ejemplos tomados de los pacientes del autor.

Luis Carlos Restrepo, en La transferencia es un juego de repetición, también recorre el contrapunto entre Freud y Lacan respecto al concepto de transferencia, para resaltar los nexos que el propio Freud pusiera de manifiesto entre el arma de su dispositivo, y el de repetición, que conceptualmente se define para él en forma definitiva cuando extrae del inocente juego de su nieto –el famoso Fort-Da- las claves para la comprensión de fenómenos clínicos hasta entonces incomprensibles. Amor, Otro, analista, son los términos que el autor de este articulo eligirá para pensar el anudamiento de la transferencia con la repeticón, tal como son concebidas por el psicoanálisis.

Potencialidade do inconsciente e eficacia da psicanálise, de Javert Rodrigues, introduce una serie de comentarios sobre lo Real, el significante, las escenas traumáticas, la interpretación, la transferencia, el inconsciente, etc., entre los cuales, las consecuencias de una traducción del Ich por el Ego, o unas reflexiones sobre Saussure, y precisando también el impacto que esas nociones y su progresión en la teoría psicoanalítica tienen sobre la práctica del psicoanálisis. Este desarrollo se acompaña de algunos casos de pacientes para plantear lo que a su entender es lógicamente necesario en la conducción de un análisis para que éste verifique su eficacia: el trabajo del analista orientado ( valiéndose de la interpretación y del acto ) a liberar al analizante de la repetición interminable de las mismas cuestiones para crear nuevas formas subjetivas y nuevas posiciones en el lazo social.

En O testemunho da psicanálise em instituição filantrópica, de Gustavo Saboia de Andrade Reis, se refiere al tratamiento de pacientes en los que la psicosis está acompañada por cuadros orgánicos. El autor puntualiza las posiciones de Freud y de Lacan respecto a las psicosis para luego enunciar la propuesta de tratar a este tipo de patologías como psicosis y no como sujetos psicóticos. A través de una viñeta clínica desarrolla las particularidades del tratamiento de un paciente con una hipótesis diagnóstica de psicosis acompañada de un cuadro de epilepsia. En ese fragmento señala los obstáculos y complejidades del caso, afirmando que puede considerarse que allí ha tenido lugar un análisis, en tanto se ha verificado el establecimiento de la transferencia. El autor plantea como conclusión que es posible el tratamiento psicoanalítico de las psicosis, en tanto haya una dirección ( que en el fragmento clínico  tiene uno de sus sustentos en el concepto de "organización") y una composición estratégica que " considere la existencia del inconsciente y la de un sujeto que no es natural o biológico".

Para ahondar sobre la crucial importancia del concepto de repetición para la clínica analítica, esta sección ofrece el artículo de Pablo Kohan, Notas sobre la repetición. Y el autor lo hace de una manera singular: bucea en la literatura y en la teoría literaria para echar luces sobre las distintas caras de la repetición. Los interlocutores convidados, nada menos que Marcel Proust y Peter Handke.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 16 - Diciembre 2002
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