Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura

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Colaborando con una Membresia Solidaria dispondrá de contraseñas únicas para todas las áreas de PsicoMundo (revistas, seminarios, etc.)Conversamos con Jean Allouch el 3 de noviembre 2008, luego de su seminario en Buenos Aires. Comenzamos el reportaje retomando el problema planteado por Allouch en su conferencia de días previos sobre los problemas de la relación de Lacan con sus "alumnos": la soledad en la que trabajaba Lacan, las constantes variaciones y movimientos del desarrollo de su enseñanza, la comodidad e hipnosis en la que quedaban sus alumnos. "al pasar los años fue más difícil plantear preguntas. En los primeros años Lacan tenía cierto cuidado de demostración. Por ejemplo, cuando lee el Banquete de Platón, tiene cierto cuidado para "probar" lo que él comentaba (...) Había un cierto cuidado de demostración, no solo de decir cosas, sino de discutir el carácter pertinente o no de lo que decía. Pero algunos años después eso se perdió, y al final se ve un Lacan que dice cosas como el oráculo de Delfos, casi. La verdad surgía de su boca, las cosas muy importantes para el psicoanálisis, para la vida de cada uno, salían así, sin ninguna discusión de los alumnos, pero también, sin ninguna discusión por él mismo".
Siguió el problema de la relación entre Freud y Lacan. Para Allouch, Lacan no fue un lector de Freud como, por ejemplo, Kojève fue un lector de Hegel. Nunca tomó la obra de Freud del principio hasta el final, leyendo todo: "Lacan no era freudiano. Cuando empieza a estudiar de cerca a Freud, él ya tenía sus posiciones. Y el "retorno a Freud" es posterior de Real, Simbólico e Imaginario, que no es freudiano". Lacan "inventa el SIR y tiene su punto de exterioridad en relación a Freud. Coloca su SIR en algunos lugares de la obra de Freud y dice "Miren lo que apareció, es muy interesante". Pero tiene su punto de exterioridad. Me parece que es muy difícil para cada uno, encontrar su punto de exterioridad para constituirse como lector. Una de las cosas que lo impide es, precisamente, la transferencia. Otra cosa que lo impide es la enseñanza".

Esos planteos nos fueron llevando a la relación entre clínica y teoría. Para Allouch, esta relación se plantea plantea como problema cuando nos quedamos con "la idea de una clínica de tipo de medicina, con descripciones clínicas de neurosis, psicosis, perversión. La clínica psicoanalítica no es eso. Creo que en ese punto Lacan se quedó demasiado tiempo en este paradigma. Esa noción de la clínica no sirve para nada. Peor, es engañosa". Para Allouch, la ideología de la transparencia, tan pregnante en estos tiempos, "el psicoanálisis me parece casi un único lugar donde alguien puede decir algo a alguien con la seguridad de que él no se lo va a repetir a nadie": "el psicoanalista es una tumba. Se habla a un psicoanalista como se habla en una tumba. Hay un muerto, y se le habla al muerto. Eso es una garantía que el psicoanalista puede dar al analizante". Para Allouch, lo relevante del pase es que "finalmente, si algo debe salir del consultorio, debe salir por parte del analizante, y no del analista". "La vía pasa por el analizante y no por el analista. Si el analista, por fin, es un objeto, entonces no habla. En tanto que objeto, no habla". Hay maneras indirectas de hablar de la clínica sin hablar de los analizantes. Para Allouch la supuesta brecha que se suele plantear entre clínica y teoría es un artificio que ocurre a partir de la teoría. Reconoce que Lacan empujo mucho la idea de que está el analista para tener efectos y el que a esos efectos los teoriza, pero a su juicio esa idea fue un error.

Este aprisonamiento del psicoanálisis en el campo de la psicología evidencia la expansión de este último a todos los ámbitos y actividades sociales: empresas, trabajo, educación, cárceles, hospitales, política, filosofía, arte, etc., etc., lo que nos llevó al tema de la "spychanalyse". La psicología va teniendo una presencia increíble. Aparecen psicoanalistas "analizando" las características de los candidatos presidenciales, o "analizando" los conflictos militares o culturales, sin faltar el cúmulo de "consejos" para padres, educadores, familiares, parejas, etc., etc. Allouch reconoció, sin embargo, que la asociación del psicoanálisis con la dimensión del ejercicio espiritual puede llegar a confundirse con la dimensión pastoral o de religión laica con que muchas instituciones psicoanalíticas se ofrecen como ámbito de resolución personal de la conflictividad social para los analistas, sobre todo en un contexto como el actual, donde el peso que tiene la ideología de la individualidad rápidamente puede psicologizar cualquier referencia a un "cuidado de si" y construir una psicología de la vida.

Jean Allouch fue AE de la Escuela Freudiana de París (EFP) y uno de los fundadores de la école lacanienne de psychanalyse. Algunos de sus libros son: "Freud y despues Lacan" (EDELP), "Letra por letra" (EDELP), "La erótica del duelo en tiempos de la muerte seca"(El cuenco de Plata, 2006), "Psicoanálisis, una erotología de pasaje" (EDELP), "El sexo de la verdad (Erotología analítica 2)" (EDELP), "Etificación del psicoanálisis. Calamidad" (EDELP), "El sexo del amo" (Ediciones Literales, 2003), "La sombra de tu perro" (El cuenco de plata, 2004), "Marguerite o la aimée de Lacan" (El cuenco de plata, 2008), "El psicoanálisis, ¿es un ejercicio espiritual?" (El cuenco de plata, 2007).
Email:
jean.allouch@wanadoo.fr
Web:
www.jeanallouch.com
(Francia)

Reportaje a Jean Allouch

Ver también reportaje anterior y artículos de Jean Allouch publicados en Acheronta

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 25 - Diciembre 2008
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