Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Presentación sección "Política y Filosofía"
Julio Ortega Bobadilla
Consejo de Redacción de Acheronta

Resulta legítimo preguntarse cuál es el papel del psicoanálisis frente a la filosofía. Freud se conviertió en antipositivista a pesar de su formación: su método clínico se aleja del naturalismo no por voluntad, sino por necesidad. Esta necesidad le lleva a una serie de constructos e imágenes literarias que obran por analogía, metáfora, sinécdoque, y que no constituyen el cuerpo de una ciencia desde el punto de vista positivo. Freud ha construido, más bien, una hermenéutica en el sentido lato de la palabra. No dispuso y quizá no era su intención de referentes filosóficos precisos que hubieran acercado su trabajo a la creación de una ontoantropología, cómo la ha concebido el filósofo Binswagner al tratar de relacionar la obra de Freud y el discurso heideggeriano.

En sus escritos, vemos multiplicarse el sarcasmo mezclado con la crítica, ante las cuestiones filosóficas. Sin embargo, las citas a Theodor Lipps a quien caracteriza como un verdadero filósofo, se multiplican a lo largo de su obra y hay una referencia o dos que calificarían su trabajo como filosófico.

A los ojos de Freud, el conciencialismo de la filosofía representaba un peligro crónico del que hay que escapar. Sabemos que estos temores los expresó al mismo Binswagner advirtiéndole el peligro de silenciar al inconsciente y caer en las garras del demonio filosófico.

Para Freud el primer efecto de la relación entre filosofía y psicoanálisis debería ser el quebrar el conciencialismo que constituye el fundamento psicológico de la psicología. La oposición frontal a Descartes y ciertas suposiciones de su método está implícita en esta crítica.

La reestructuración de la filosofía con base al psicoanálisis supondría el reconocimiento total del carácter psíquico del inconsciente. Esto supone, no adjudicarle un papel secundario en la actividad mental y desechar la primacía de la conciencia como rectora de la actividad humana, en otras palabras, aceptación de dos cuestiones: el hilo irracional que recorre al ser humano, y el sujeto del inconsciente.

Con todo, puede rastrearse en Freud cierta inflexibilidad al tratar de distinguir el campo de la filosofía del psicoanalítico cuando procede, sumariamente, a considerar a la filosofía como concepción del mundo (Weltanschauung) y al psicoanálisis como ciencia de la naturaleza ( Naturweissenschaft); esta temática se desarrolla de continuo alrededor del discurso freudiano y obedece a una cierta concepción de época que considera a la filosofía como un sistema total que se ocupa de concebir a la totalidad de los sucesos del mundo para darles una explicación, dejaría de pie a muy pocos autores, tal vez, Aristóteles, Kant, Hegel, pero no muchos más.

El rechazo a los sistemas de Freud, podría entenderse como un anticipo de las visiones contextuadas, frágiles de la filosofía de los últimos 30 años. Gadamer y Vattimo, filósofos de nuestro tiempo, dirigen su arsenal teórico a la defensa de "tesis débiles" a contrapelo de las "tesis fuertes" que han dominado la tradición filosófica de Occidente.

La tarea de la filosofía, se ha ido desplazando conforme las necesidades de los tiempos y ha pasado de proporcionar una cosmovisión, a dar una mirada genealógica, hermenéutica, etc. Sin duda, las pretensiones del filósofo han ido cediendo terreno ante la incertidumbre creciente de la historia, parte de este panorama es producto de los maestros de la sospecha: Marx, Nietzsche y Freud.

Cabe preguntarse, cuál es la relación de Freud con la filosofía y si sus investigaciones pueden tener alguna relación fecunda con esa disciplina, más aún, si existen los fundamentos que pudieran dar pie a una crítica psicoanalítica de la filosofía.

No es difícil buscar y encontrar en el trabajo de los filósofos un relación clara de filia hacia el psicoanálisis y los temas abordados por éste. De hecho, algunos pensadores han asimilado a sus posiciones, las temáticas freudianas al punto de tomar al psicoanálisis como referente esencial, poniendo de manifiesto, la legitimidad de considerar al psicoanálisis mismo como un objeto filosófico.

¿Es de importancia filosófica el nombre de Freud para la filosofía? Filósofos con posiciones disímiles, tales como: Althusser, Derrida, Barthes, Adorno, Horkheimer, Ricoeur, Forrester, Deleuze, Marcusse, Lyotard, Habermass, Goux y Foucault; por sólo mencionar algunos, han profundizado en la obra del creador del psicoanálisis, retomando sus tesis en libros que hacen patente su deuda hacia el vienés, al hacer sustantivas —para su propia argumentación y fines— sus ideas, aún cuando su elaboración lleve a ciertas tesis q uizá serían extrañas al creador del psicoanálisis. En este horizonte es posible contestar la pregunta de manera enfáticamente afirmativa, la importancia de un autor puede y debe ser medida por los interlocutores que produce.

Luis Tamayo, amigo de Acheronta, filósofo y psicoanalista de la ELP, se ha dedicado a estudiar desde hace más de diez años la filosofía de Heidegger y su relación con el psicoanálisis, de manera brillante. Recientemente ha escrito un libro publicado por la Universidad Autónoma de Querétaro que va a por su segunda edición y que versa sobre el "Acto analítico" dónde reflexiona justamente sobre la ontología de Heidegger y su relación con la obra de Lacan.

En El colapso de Heidegger 1945-1946, Luis Tamayo se pregunta por el lugar que la ideología política ocupa respecto a la obra de un autor. Toca expresamente el espinoso asunto de ¿Cuál fue el vínculo de Heidegger con el nacionalsocialismo? Y se pregunta si su obra se encuentra su obra indefectiblemente ligada a tal movimiento. Para ello, aporta elementos históricos respecto al desempeño de Heidegger como filósofo y como profesor en la Universidad, y trabaja una frase, parte por parte, que fue pronunciada por Heidegger al sufrir un colapso cuando fue acusado de colaboracionista nazi.
El trabajo de Tamayo podría ubicarse en contrapunto con un libro de Farías, "Heidegger y el nazismo", concluyendo, a diferencia de Farías, que no toda la obra de Heidegger puede considerarse ligada a la ideología nazi (aunque sí durante un determinado período).

Quizás lo más interesante de este trabajo de Tamayo es la deducción de que el colapso sufrido por Heidegger y la intervención de su amigo Jaspers que lo responsabiliza por ese accionar pro-nazi, son los elementos que le habrían permitido seguir desplegando los elementos fundamentales de su filosofía.

Queda al lector, preguntarse si el filósofo no pudo haber hecho otra elección, como parece afirmar Tamayo. Esto es, históricamente, muy discutible. El Berlín de esa época bullía con movimientos y vanguardias que fueron sospechosamente silenciadas y que no aterrizaron como Heidegger en la universidad y en la sociedad alemana.

Más allá de estos comentarios, se trata de una investigación importante que ahora está a la luz pública para discusión y comentarios... los habrá y muchos.

José Marcus de Castro Mattos en Da escravaria - (Por as coisas em seu lugar omite o lugar daquele para quem há lugar para por as coisas...), nos habla de la escritura y su función, amén de bordar sobre la relación de Lacan con Freud y que es lo que habría tomado o dejado de lado en base a ciertas filias, sobre todo, borda sobre las opiniones filosóficas de Lacan tocando un tema del que fácilmente podría escribirse un libro.

En un recorrido filosófico amplísimo desarrolla un examen epsitemo – lógico en el que relaciona Platón, Descartes, Montaige, Lévi – Strauss, Kant, Koyré y muchos más autores, en un sugestivo rompecabezas que parece haber sido inspirado por el mismísimo demonio de Lacan.

Su ruta es alumbrada por momentos claves del discurso lacaniano, especialmente, aquellos que hablan de sus intentos de formalización y síntesis de la teoría analítica. Los algoritmos y matemas serán vistos no como recetas que deben tomarse al pie de la letra, sino como conceptos guía que no reflejan todas las realidades, ni todas las complejidades de la clínica.

Su trabajo estudia, también, la posición de Lacan ante su público y sus alumnos. Posición que hace eco con la de Sócrates, al mismo tiempo que retorna una y otra vez a la nuez del discurso freudiano. Filosofía y ciencia se combinan en este trabajo que requerirá de más de una lectura.

Dos artículos que seguro querrá imprimir el lector para leerlos con toda calma.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 15 - Julio 2002
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