Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Las instituciones psicoanalíticas en México
Un análisis sobre la formación de analistas y sus mecanismos de regulación
Guadalupe Rocha

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CAPITULO I:
ANTECEDENTES E INICIOS DE LAS INSTITUCIONES PSICOANALÍTICAS EN MÉXICO.

Voy a iniciar este capítulo realizando una descripción del campo en el que se inserta el psicoanálisis en nuestro país, para lo cual vamos a remontarnos un poco a los acontecimientos que se dieron previos a la conformación de la primera institución psicoanalítica en México.

La finalidad es construir un panorama sobre el funcionamiento de éste campo, de tal manera que posteriormente nos permita elucidar acerca de las posibles repercusiones o articulaciones que esto pueda tener sobre los modos de organización de la institución psicoanalítica y, particularmente en los ordenamientos que serán adoptados para la formación de analistas.

En México la inquietud por el psicoanálisis también surgió como en los orígenes mismos de esta disciplina, en el terreno de la medicina y a partir del interés por acceder a un saber acerca de los llamados trastornos mentales.

Para ser aún más específicos hay que decir que dicho interés por las enfermedades mentales va a influir y a ser determinante para la posterior institucionalización tanto del psicoanálisis como de la psiquiatría. Es en éste ámbito de convergencia con la psiquiatría en el que germina el interés por el psicoanálisis y el cual podemos considerar como el punto de partida para entender cómo se desarrolla contemporáneamente este conocimiento en nuestro país, cómo va surgiendo la necesidad de profundizar en él, y la forma en que se dan las pautas para la institucionalización del mismo.

Por lo tanto, y dado que la psiquiatría se constituye como una especialidad médica, encargada del estudio sobre las "enfermedades mentales", es importante tener un breve panorama acerca de algunos antecedentes respecto de la institucionalización de la psiquiatría en México.

 

1) Los inicios del psicoanálisis y sus relaciones con la psiquiatría

La psiquiatría se comenzó a dar formalmente en la Universidad Autónoma de México en la carrera de medicina en enero de 1926, siendo uno de sus precursores el maestro José Mesa Gutiérrez, quién en 1922 impartió un curso en el sexto año de la carrera de medicina, - aunque era una materia no sujeta a exámenes -, y quién estaba a cargo del Manicomio General conocido como La Castañeda "cuna de la psiquiatría mexicana" a decir Héctor Pérez Rincón. "Ahí laboraron los primeros especialistas, autodidactas muchos de ellos, y en esos pabellones asistían para formarse junto a ellos los jóvenes médicos interesados en la psiquiatría, antes del establecimiento de una educación universitaria formal".

Hay que señalar que cuando se proyectó la creación de este manicomio prácticamente no había médicos alienistas en México, siendo la aplicación de los principios del positivismo filosófico - así como la nosología de las enfermedades mentales - de importación francesa el modelo en que se inspira su creación y organización, lo cual no resulta difícil de comprender si ubicamos históricamente la época. Todavía con el peso del gobierno porfirista, favoreciendo la gran influencia europea, - sobre todo francesa - en todos los ámbitos culturales y científicos en México. "En la segunda mitad del Siglo XIX y en los primeros veinte años del XX, la influencia francesa fue decisiva en la enseñanza y en la práctica de la medicina en México (...) La psiquiatría y la neurología francesas, llegadas a México por las enseñanzas directas que recogieron en Francia de los grandes maestros algunos médicos mexicanos y la que venía escrita en libros y revistas, fueron fuente de cultura que orientó por muchísimos años el camino de nuestra psiquiatría y neurología, siendo imperecederas las huellas que dejaron Charcot, Raymond, Regis, Pierre Janet, Dejerine, Claude, Laigel Lavastine, André Thomas, Guillain y tantos otros insignes médicos con su admirable criterio clínico, con sus métodos extraordinarios y con su maravilloso estilo en el lenguaje" .

Esta institución fue concebida como un establecimiento de beneficencia, con el doble carácter de Hospital y asilo, para proporcionar tratamiento y asistencia a "toda clase de personas de ambos sexos, de cualquier edad, nacionalidad y religión, afectadas de enfermedades mentales". Como objetivo "secundario", el Manicomio debía cooperar en la enseñanza médica mediante la impartición de las clases de psiquiatría en los pabellones del establecimiento. A lo largo de casi sesenta años de existencia, el manicomio de La Castañeda se convirtió en la institución psiquiátrica más importante del país y en centro de la cultura médica donde se formaron generaciones de especialistas en esta rama de la medicina.

No fue sino hasta después de la Segunda Guerra que la medicina estadounidense empezó a tener gran influencia en México, pues a partir de las condiciones políticas y sociales que se dieron, se incrementó la formación de médicos, así como la realización de sus "residencias" o cursos de post-grado en escuelas estadounidenses. Esto es importante de tomarse en cuenta, pues la visión e interpretación que se dio al psicoanálisis en Estados Unidos, y la que recibieron algunos médicos mexicanos que se formaron allá y posteriormente regresaron a fundar la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM), estaba marcada en algunos aspectos, por grandes diferencias respecto de la europea y la argentina que fue hacia donde emigraron algunos otros para formarse como psicoanalistas y que también fundaron la APM. "La fuente de referencia, pertenencia e identidad de los analistas mexicanos, reconoce la obra de Freud como base y fundamento de su formación, de su trabajo y producción. De las corrientes posfreudianas y su influencia entre nosotros, sabemos que cuatro de los fundadores de nuestra asociación trajeron a México las enseñanzas de la Escuela Argentina de Psicoanálisis, influida por el pensamiento kleiniano y enriquecida por las aportaciones de Angel Garma, Arnaldo Raskovsky, Enrique Pichon-Riviere y sus continuadores entre otros. Un fundador más trajo de la escuela estadounidense la psicología del yo, básicamente en el pensamiento de Hartmann, Anna Freud, Kris y Loewenstein (...). Otro aportó las enseñanzas de psicoanálisis clásico (¿?) de la escuela francesa y de Sacha Nacht"

Pero, volviendo al tema; en 1924, en la facultad de medicina, fue que una generación de médicos se dedicó especialmente al estudio de los desórdenes mentales y tanto el doctor Mesa Gutiérrez como el doctor Francisco Miranda, maestros de esta generación, eran adeptos a las lecturas de Pierre Janet y de Sigmund Freud, lo cual tuvo su influencia sobre algunos de sus alumnos, evidencia que demuestra en especial la tesis que realiza el Dr. Guevara Oropesa en 1923 con el título de "Psicoanálisis".

El Dr. Guevara plantea en su tesis que es su interés por el estudio de las neurosis y de las enfermedades mentales, que en ese momento había sufrido una transformación muy grande (se refiere a la concepción de las llamadas enfermedades mentales), lo que lo lleva a elegir este tema en la elaboración de su trabajo.

Se fundamenta principalmente en Pierre Janet y S. Freud, tomándolos como representantes de las escuelas francesa y alemana respectivamente y trata de mostrar las analogías y las divergencias que hay entre los planteamientos de uno y de otro, encontrando como fundamental y "verdadera" la noción de "subconsciencia" que encuentra concordante en ambos planteamientos.

Para Guevara Oropesa, la teoría freudiana era igual a la presentada por Janet, y lo que caracterizaba al psicoanálisis en primer lugar era el "procedimiento" de la asociación libre. Lo que para él marca una profunda diferencia entre las dos escuelas son los planteamientos de Freud con respecto a la sexualidad y frente a lo cual es clara la postura que el Dr. Guevara toma: "Debe considerarse como absurda la teoría pansexualista de Freud, pues no conduce a una hipótesis que pueda ser lógicamente generalizada en psicología, por lo unilateral de su concepto", y las únicas ventajas que concede a los planteamientos de Freud en este aspecto es que considera que permiten dar más importancia a la psicología de la niñez, "pues es indudable que en los niños es de gran importancia la vigilancia de su vida sexual". Es decir, que admite "la existencia" de la sexualidad infantil - sin que desde mi punto de vista entienda la profundidad del concepto ni su diferencia entre sexualidad y genitalidad - pero sólo le concede importancia, en tanto marca la necesidad de implantar normas educativas que prevengan y repriman "tendencias perversas" y "malformaciones en la conducta".

Tratando de explicar y fundamentar la hipótesis de la "subconsciencia" y su postura respecto a la sexualidad, retoma casos clínicos y el tema de los sueños con sus respectivos ejemplos. Termina su tesis con la conclusión de que "el psico-análisis no es una ciencia nueva, ni una psicología revolucionaria, ni una panacea de las enfermedades mentales. Es simplemente, un método de observación y de interpretación que abre un camino nuevo en una ciencia en la que la verificación de la verdad es muy difícil: la psicología...".

Para poder entender por qué se fundamenta en autores que presentan puntos de vista tan divergentes e incluso antagónicos como Janet y Freud para elaborar su tesis, resulta pertinente recordar que la introducción del psicoanálisis en Francia tiene mucho que ver con una especie de lectura en dónde se hace de Freud un continuador de Janet y de Binet y donde el psicoanálisis se convierte un una "nueva psicología" de la disociación.

Recordemos también el famoso Congreso Internacional de Medicina que se llevó a cabo en Londres el 7 de agosto de 1913 y que sirvió como una especie de campo de batalla en el que ambos personajes (Freud y Janet) trataban de atribuirse el título de fundador del psicoanálisis y dónde Pierre Janet, paradójicamente, reivindica la paternidad de una doctrina que condena.

En 1925 Pierre Janet vino a México invitado por la Universidad a través del Dr. Mesa Gutiérrez e impartió un curso y varias conferencias durante los meses de julio y agosto que fue lo que duró su estancia en el país. En el discurso inaugural, ante el rector de la Universidad que en ese momento era Don Alfonso Pruneda, aludió Pierre Janet a que no había facultad de medicina que se preciara de serla que no tuviera clases de psiquiatría, hecho que según Guevara O. fue decisivo para la psiquiatría, pues al siguiente año se estableció formalmente la cátedra de psiquiatría.

Aunque es interesante la opinión del Dr. Guevara, en realidad, habría que pensar que ya estaba establecido un campo de intereses y de prácticas institucionalizados aunque al margen de la universidad - por ejemplo en algunos hospitales como La Castañeda -, que estaban ejerciendo fuerza y presión y que a eso mismo respondió la visita de Janet, personaje que probablemente no vino sino a ser el aval, la autoridad visible, la voz de un saber autorizado capaz de consolidar la presencia de esta red de fuerzas, presiones e intereses que al parecer ya actuaban dentro y fuera de la universidad.

Para esa época también se había incrementado el interés y una mayor difusión respecto al psicoanálisis pues partir de 1926 tenemos noticia de algunos artículos publicados en la Revista MEDICINA en los que se hacen varias referencias a Freud o al psicoanálisis.

Tomando como ejemplo un artículo del Dr. José Zozaya publicado en dicha revista y titulado "Higiene Mental" podemos apreciar el contexto tan particular en el que retoma algunas referencias de Freud respecto a lo que Zozaya llama "el conflicto sexual".

En el artículo mencionado, básicamente se refiere al tema de la Eugenesia y entre otras cosas escribe: "Ojalá fuera posible hacer con la raza humana lo que los ganaderos y agricultores hacen con los animales y plantas respectivamente. Los ganaderos hacen desaparecer de la reproducción los animales mediocres o inferiores que no les convienen. Sin embargo, la mayor dificultad en experimentos humanos es la de eliminar de la reproducción a los inferiores [...] Urge muchísimo una ley sabia y severa para que sólo se admitan inmigrantes sanos y morales, que sepan leer y escribir y que sean útiles para nuestra patria ... Al darse esta ley habrá que hacerla observar estrictamente y mandar a nuestras fronteras y puertos a Médicos honorables y competentes en psiquiatría, para que examinen concienzudamente la inmigración y prohiban la entrada a los no deseables".

Menciona los métodos eugenéticos, la educación, el problema de la inmigración y la influencia del medio. Aquí también, - como en la tesis de Oropesa -, se insiste en que "la instrucción a los niños en higiene sexual tiene por objeto evitar las enfermedades venéreas y prevenir la inmoralidad".

En el Suplemento de este mismo número encontramos un artículo fechado en diciembre de 1926 escrito por el Dr. Salazar Viniegra en el que hace referencia a la visita de Janet y expresa algunos puntos de vista respecto al nivel científico en el que se hallaba el país en aquel momento y que resultan muy interesantes pues nos da una idea respecto a "la organización" de las instituciones y revistas científicas "Y, pensando otra vez en el próximo Congreso, echamos una mirada a nuestro desolado campo científico. Es aterrador. Instituciones científicas burocráticamente organizadas; revistas donde hubieran de consignarse los resultados de la investigación, viendo la luz penosamente, mal nutridas, tapando huecos de éste o de aquél modo a la manera de un mendigo con sus harapos [...] Los puestos más respetables se ponen a subasta, las funciones más dignas se arrastran, las cátedras se piratean y los intereses más caros se defraudan. Nada de extraño tiene que en medio semejante, aparezcan y pululen los embaucadores y los traficantes, ni que el charlatán suplante al hombre honrado"

Asimismo, en este suplemento, se hace presente la tensión que existía en aquellos años suscitada por la doble influencia extranjera que se jugaba culturalmente en México: "En todo el mundo se aguzan las armas, y los pueblos que no tengan instituciones respetables, serán arrollados. México no podrá en mucho tiempo sostener un ejército y marina capaces de garantizar su integridad, defendiéndole de la rapiña extranjera. [...] Inglaterra parece la predestinada en la ingrata misión de ahogar el genio y la gracia del mundo: ya en Rouen, dando tormento y quemando a Juana de Arco; ya encadenando a Napoleón en la isla perdida, atropellando al pueblo boer o encarcelando al apóstol de la India, Mahatma Gandhi, hechos todos que a nosotros nos repugnan. Y los Estados Unidos, son descendientes directos de los ingleses. Por temperamento, por simpatía y, por ligas históricas nuestras alianzas de todo orden deben ser con España y países de habla española, así como con los afines, como Francia".

Otro órgano de publicación importante para esta "difusión" del psicoanálisis, fue la llamada Revista Mexicana de Psiquiatría, Neurología y Medicina Legal cuyo director era el Dr. Samuel Ramírez Moreno y en la que encontramos artículos que abordan el tema que nos ocupa y la participación, entre otros, del Dr. Santiago Ramírez (posteriormente miembro fundador de la Asociación Psicoanalítica Mexicana) así como información igualmente interesante como la del artículo "Necesidad de que se establezca en México una legislación sobre alienados" en el que encontramos declaraciones como las siguientes: "En México, a pesar de la promulgación de nuevas leyes, de la modificación de otras, como ha sucedido con los códigos penal, civil y de procedimientos en los últimos tiempos, de acuerdo con las reformas sociales que nuestra Revolución ha traído, no existe, sin embargo, una conveniente legislación sobre alienados, pues si a éstos se aplican determinados artículos de los códigos, no hay propiamente una ley de conjunto donde se prevea y defina todo lo que a ellos se refiere.[...] La falta de esta legislación favorece múltiples trastornos que continuamente se presentan, como actos anormales o delictuosos cometidos por alienados que están libres, quejas de supuestas secuestraciones y, por otro lado, carencia de normas para los peritajes, estudios y dictámenes oficiales o particulares que sirvan de base para formular los certificados de internamiento y juicios de interdicción.

Los médicos, sobre todo los que cultivamos el estudio de las enfermedades mentales, estamos expuestos a acusaciones y censuras de la opinión pública, dirigidas en muchas ocasiones por la prensa perversa y amarillista, ya que la índole de nuestra labor profesional está en la atención y asistencia de los orates, y bien sabida es la reacción antisocial del vesánico, su frecuente actividad persecutoria y querellante y su indaptabilidad.

Ojalá que el desarrollo que se está verificando entre los médicos de las últimas generaciones por el estudio de la Psiquiatría, haga que se fije la atención de nuestros legisladores y establezcan la ley que tanto necesitamos, pues la Psiquiatría, muy poco conocida, muy poco o mal comprendida, será ciencia eminentemente bienechora si desarrolla su terapéutica clínica y si extiende su papel social. El porvenir le dará más y más la misión de ayudar a nuestros legisladores; ayudará a la sociedad normal, contra las reacciones y los actos de los psicópatas, de los semilocos, de los anormales de quienes el mundo no se preocupa aún grandemente y que originan, sin embargo, la gran causa de sus perturbaciones.

Es interesante mencionar también que la Sociedad de Estudios Psicológicos, - fundada en 1907 - tomó un nuevo aire después de la visita de P. Janet y se estableció bajo el nombre de "Sociedad Mexicana para Estudios Psicológicos" agrupando entre otros a los doctores Meza Gutiérrez, y Guevara Oropeza pues nos da cuenta de la proximidad que igualmente ha existido siempre del campo médico con la psiquiatría con el psicoanálisis y con la psicología.

El material encontrado, nos permite afirmar que, en general, si bien hay un reconocimiento y crecido interés acerca del psicoanálisis, se lo ubica - aunque a veces también con cierta ambigüedad - en el terreno de la psiquiatría. Se mezclan conceptos, posturas diferentes e incluso antagónicas (Freud-Janet) y aparece una marcada tendencia a señalar como uno de sus "errores" o "peligros" el ser una teoría "pansexualista".

 

2) Los inicios de la Psicología en México

Para tener un acercamiento general con respecto a los orígenes del psicoanálisis en México hemos entrado por la puerta de la psiquiatría, pero no podemos dejar de lado a la psicología, porque será precisamente la que tomará el relevo de la medicina en su relación con el espectro psicoanalítico. En el régimen institucional y a pesar de todas las contradicciones que también existen en este terreno, en México como en otros países fue en la Facultad de Filosofía donde la psicología surgió como carrera.

Héctor Pérez Rincón señala que: "en opinión del doctor Rogelio Díaz Guerrero, la psicología apareció en México en 1893 cuando Ezequiel Chávez fue nombrado primer profesor de un curso de psicología en la Escuela Nacional Preparatoria, institución clave de la educación mexicana, influida, como se sabe, muy profundamente por el espíritu positivista".

Igualmente nos informa que en 1916 se fundó el primer laboratorio de psicología de la UNAM. "Ahí se realizaron diversos experimentos sobre el trabajo manual y la fatiga, y sobre pletismografia emotiva, siguiendo los lineamientos de lo que entonces se consideraba una psicología científica. Como un dato anecdótico del que no ha quedado constancia documentada, se cuenta que en 1925 realizó algunas investigaciones en ese laboratorio Pablo Boder, discípulo de Plavov, que había emigrado a Rusia.

En 1945 se creó por iniciativa del doctor Fernando Ocaranza el primer departamento autónomo de psicología y en 1952 un doctorado en psicología independiente del de filosofía. En 1959 se creó el programa para la obtención del título de Psicólogo Profesional con una duración de 4 años. En 1966 y en 1971 se elaboraron cambios curriculares de gran profundidad y en 1973, el Colegio de Psicología se convirtió en una Facultad independiente.

En los años 60 predominó entre los psicólogos mexicanos un enfoque skinneriano, pero en la década siguiente emergieron otras tendencias: la psicología cognoscitivista, la psicodinámica, la psicología social, la psicología genética, etc.

En 1963, Díaz Guerrero fundó el Centro de Investigaciones en Ciencias del Comportamiento que se convirtió, a partir de 1973 en que se separó de la UNAM, en el Instituto Nacional de Ciencias del Comportamiento y de la Actitud Pública, A. C.. Dentro de la reestructuración curricular de la Facultad de Psicología se puso énfasis en dar una formación básica de neuropsicología, y en este nivel colaboraron algunos distinguidos neurofisiológos...

Conviene señalar que la psicología se separó de la facultad de filosofía aparentemente tratando de reconstruirse a sí misma en una nueva forma científica, sin embargo, su validez parecía depender de su asociación con las ciencias naturales.

Vale la pena señalar que el enfoque de la conducta, desde Wundt, tiene sus raíces últimas en la fisiología -como el propio Freud, no podía ser de otro modo en el siglo XIX - pero como el propio Freud, transita hacia una autonomía de la psicología a partir de la construcción de un objeto particular: la conducta, objeto de observación autónoma y capaz de regirse por leyes y mecanismos propios.

Para algunos investigadores, sin embargo, la única psicología que podía aspirar a la autenticidad científica sería una psicología fisiológica, así que, si bien adquiere el estatuto de facultad, en la mayoría de las universidades la psicología eventualmente se trasladó de las facultades de ciencias sociales a las de ciencias naturales.

Otra de las razones por las que merece la pena mencionarse esta referencia es porque nos muestra cómo la confrontación de pautas de formación; regímenes institucionales; horizontes teóricos; perfiles profesionales; ámbitos de inscripción de la práctica profesional de la psicología, la psiquiatría y el psicoanálisis se encuentran sumamente intrincados. Hecho que como veremos va a marcar otra de las problemáticas que van a incidir en la definición de criterios para regular la formación de analistas.

 

3) Primeras instituciones psicoanalíticas en México

Para ubicar el surgimiento de las primeras instituciones psicoanalíticas en la ciudad de México, tenemos que remontarnos a la década de los 30's, época en la que Guillermo Dávila, Raúl González Enríquez y Alfonso Millán, impartían conferencias y organizaban seminarios sobre la obra de Freud en la Facultad de Medicina de la cual eran profesores.

En 1937 el Dr. Raúl González E. organizó un seminario en el que se leían y comentaban los escritos de Freud en la misma Facultad, año en que se organizó también la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría, cuyo primer presidente fue Manuel Guevara O., su primer secretario Mario Fuentes y en la cual muchos de sus fundadores, a decir de Marco A. Dupont, sabían de psicoanálisis por las lecturas que habían llevado a cabo: "Muchos de quienes la fundaron ya participaban del espíritu del psicoanálisis que enseñaban y, quizá en forma silvestre, practicaban. Lo importante es que los jóvenes estudiantes de psiquiatría hallaron en sus maestros y en el ámbito de dicha sociedad, un espacio de discusión y aliento. Como nuevos miembros que eran, desarrollaron dentro y fuera una intensa actividad académica y profesional. En la cátedra universitaria, en la investigación y en las instituciones hospitalarias, dejaron sentir la presencia del espíritu renovador del psicoanálisis, ..." Es en este contexto que se propicia la formación de un grupo que semanalmente se reunía para estudiar la obra de Freud y que fue conocido como Grupo Mexicano de Psicoterapia Psicoanalítica.

Con respecto a estos hechos, conviene señalar que la participación de José Luis González Ch., Ramón Parres y Santiago Ramírez en el Pabellón 16 del Hospital General (la Castañeda), fue lo que los orientó definitivamente hacia el psicoanálisis y a fundar el Grupo de Estudios Sigmund Freud, destinado a estudiar sistemáticamente la obra del creador del psicoanálisis. Se reunían cada quince días en el consultorio de Santiago Ramírez a discutir lo que habían acordado como tarea. Luego ingresaron a la Sociedad Mexicana de Neurología y Psiquiatría en la que participaron tan activamente que se ganaron el nombre de "los supersabios" y los "niños prodigio". Más adelante se sumaron a este grupo inicial Avelino González, Carlos Corona y Alfredo Namnum. Siendo entonces al parecer cuando se dan a conocer ya como Grupo Mexicano de Psicoterapia Psicoanalítica.

Alfredo Namnum partió a realizar su residencia a la Clínica Menninger, y el Grupo empezó funcionar tratando de seguir los lineamientos de esa institución, Santiago Ramírez escribe al respecto: "Los patrones de esta institución los hicimos nuestros. Año con año recibíamos nuevas instrucciones y pautas. Nuestro afán de aprender y sometimiento nos hacía cambiar, también año con año de normas de investigación y tratamiento. Nos considerábamos un grupo privilegiado y selecto. Eramos particularmente herméticos. Los iniciadores y solamente ellos tenían acceso al cenáculo."

Al parecer este grupo tenía cierta participación en el Hospital Infantil, el H. General, así como en el recién formado Seguro Social, y se mantuvo hasta finales de los 40's, época en la que se inicia el éxodo hacia el extranjero en búsqueda de una formación psicoanalítica reconocida y respaldada institucionalmente.

"En aquel entonces un grupo de psiquiatras, de la también entonces joven generación, tomó conciencia del notorio atraso de la psiquiatría en México, de la falta de normas y requerimientos que regularizaran su ejercicio, de la incapacidad de recibir una preparación adecuada en el país; también adquirieron conciencia de la necesidad de que en el futuro existiera una escuela sólida, capaz de brindar preparación y entrenamiento, fue así como en los años del '47 al 50 muchos de sus miembros emigraron al extranjero a recibir las enseñanzas correspondientes"

Si bien es cierto que para 1950 aun no existía propiamente una escuela de psiquiatría en México, es de hacer notar que, este "atraso de la psiquiatría" que hemos mencionado, está referido en realidad a la falta de normas y requerimientos que regularizaran el ejercicio del psicoanálisis, lo cual revela la permanente inclusión que se hace del psicoanálisis como "parte" de la psiquiatría y la falta de elementos para conceptualizarlo desde otro paradigma que no sea el del campo de la medicina.

Para 1951, la Escuela de Graduados de la UNAM estableció un curso de especialización de posgrado en psiquiatría -cuyo iniciador fue Raúl G. Enríquez y Guillermo Dávila profesor en jefe entre 1952 y 1968-, situación que favoreció la formalización de esta enseñanza, pero al parecer el hecho que impulsó mayormente la institucionalización de la psiquiatría al nivel de posgrado, fue la creación en 1955 del Departamento de Psicología Médica y Salud Mental, de la Facultad de Medicina de la UNAM, por iniciativa de Alfonso Millán.

 

3.1 Erich Fromm en México

Por otro lado, es justamente a finales de los 40's, época del "éxodo al extranjero" cuando aparece en México la figura de un psicoanalista internacionalmente reconocido como tal: Erich Fromm, quien arribó a nuestro país en 1949.

Erich Fromm nació el 23 de marzo de 1900 en Francfort del Meno, Alemania. Hizo estudios de Psicología, Sociología y a la edad de 22 años obtuvo el Doctorado en Filosofía en la ciudad de Heidelberg. Su formación psicoanalítica la realizó en el Instituto Psicoanalítico de Berlín y fue uno de los protagonistas del llamado movimiento freudomarxista en el que "Su proyecto histórico común es la itegración de la teoría y la práctica psicoanalíticas al materialismo histórico y al movimiento obrero inspirado en él"

El interés de Fromm por el marxismo, le acercó a Max Horkheimer y a otros miembros del Instituto de Investigación Social, llamado el grupo de Francfort. "La posibilidad de acercar Freud a Marx y de proporcionar bases psicológicas y filosófico-antropológicas al marxismo parecieron una base segura de cimentar la asociación de Fromm con el Instituto de Investigación Social, pero tanto la formación, principalmente religiosa y ética del Maestro Fromm, como la interpretación que daba de Freud, lo alejaron de la Escuela de Francfort."

Hay que decir también que E. Fromm arriba a México después de haber sufrido él mismo varias separaciones y disputas en las instituciones en que había participado.

"Con la colaboración del Colegio Médico de Nueva York, en junio de 1941 se funda el Instituto Norteamericano de Psicoanálisis como entidad formativa de la nueva institución. Sullivan fue nombrado miembro honorario. Fromm - quien desde un principio había estado presente en la formación del nuevo grupo - también debía (en tanto no era médico) ser "solo" miembro honorario. Fromm se negó a aceptar esta condición, e hizo depender su ingreso como miembro de que se lo reconociera plenamente como analista didacta y analista supervisor.

"Quedaba así prefigurado el conflicto acerca del status de Fromm. Algo más de un año después, en enero de 1943, los estudiantes solicitaron al Consejo de la Facultad que en vista de sus estimulantes investigaciones clínicas se le permitiera dictar a Fromm un seminario técnico. El Consejo de la Facultad rechazó esta solicitud, aduciendo que el permiso implicaría la sanción oficial de la práctica del psicoanálisis por parte de no médicos"

Para 1943 se produce el retiro de Fromm y algunos miembros lo siguen. Estos se unen posteriormente a otros provenientes de la Sociedad Psicoanalítica de Washington-Baltimore, y fundan para 1946 el Instituto William Alanson White de Psiquiatría, Psicoanálisis y Psicología, mismo que tampoco se vio libre de las controversias en torno a la formación de psicoanalistas no médicos.

No hay que perder de vista esta cuestión "de los legos", tema álgido y que atañía en forma muy personal a E. Fromm, ya que será uno de los puntos para analizar más adelante, cuando abordemos el tema de los requisitos instituidos para la formación psicoanalítica en México.

"La cuestión del análisis de los legos, que más bien servía de pretexto para ocultar otras cuestiones [...] era no obstante un tema candente, sobre todo en E.E.U.U. y también en forma muy personal para Fromm. Ya en el gran debate de 1927 en la revista Internationalen Zeitschrift für Psychoanalyse, los norteamericanos se destacaron por una postura muy restrictiva. Exclusivamente los médicos podían ser psicoanalistas."

Igualmente hay que decir que en 1934, por su condición de judío Fromm fue excluido de la Sociedad Psicoanalítica Alemana aunque permaneció como miembro extraordinario de la Asociación Psicoanalítica Internacional, hasta que "descubrió" que tampoco figuraba más en la nómina de esta. "Ante un pedido por carta a la API efectuado en 1953, se concluía que Fromm seguía siendo miembro de la Sociedad Psicoanalítica de Washington pero no de la API. Si quería volver a serlo - así lo estableció el Congreso de Amsterdam en 1951- debía solicitar personalmente el ingreso, y en este caso sería definitorio el voto de un Comité Mixto de Selección. Este comité investigaría hasta qué punto el peticionante era fiel a los "principios del psicoanálisis" Fromm contestó preguntando qué se quería significar con el término "selección" al aplicarlo al caso de un ex miembro extraordinario [...] Posteriormente Fromm no hizo más intentos por volver a ser miembro de la API."

Fromm se casó con Henny Gurland en 1944, quién enfermó de artritis reumatoide, y por prescripción médica viaja en 1949 a San José Purrúa, en México. A finales de 1950, el Dr. González Enríquez, Guillermo Dávila y Alfonso Millán fueron informados por el Dr. José F. Díaz y Díaz de la estancia de Fromm en México e inmediatamente acudieron con el Director de la Escuela de Graduados, Dr. José Zozaya, para hablar de las posibilidades de promover la enseñanza del psicoanálisis facilitando a Fromm los requisitos necesarios para que pudiera ejercer la docencia en México.

Dada su condición de extranjero, era requisito un nombramiento oficial de trabajador universitario y como no lo había de momento, el Dr. José F. Díaz ofreció el suyo que era como profesor de Higiene Mental en la Escuela de Graduados de la UNAM, quedando así solucionado el asunto. Al invitarlo para que participara en una especialización de psiquiatría que González E. tenía a su cargo Fromm aceptó e impartió un seminario sobre dinámica del inconsciente.

Terminando su participación en el curso de psiquiatría, se le invitó a que se quedara en México el tiempo suficiente para organizar un primer grupo de formación psicoanalítica, para lo cual también gracias al interés del doctor Zozaya, se le otorgó el nombramiento de profesor extraordinario en la Facultad de Medicina de la UNAM formándose entonces el Grupo Mexicano de Estudios Psicoanalíticos. Este grupo, autonombrado como "grupo original" estaba constituido por trece aspirantes: Raúl González Enríquez, Aniceto Aramoni Shoucair, Guillermo Dávila G., Jorge Derbez Muro, Abraham Fortes Rudoy, Ramón de la Fuente Muñiz, José F. Díaz y D., Francisco Garza, Arturo Higareda L., Armando Hinojosa C. , Alfonso Millán M., Jorge Silva García y Jorge M. Velasco Alzaga

A partir de 1951, bajo la dirección y tutela de Erich Fromm inicia la formación del primer grupo de psicoanalistas en México, la cual duró hasta 1956, período en el que Fromm desempeñaba simultáneamente las tareas de profesor de los seminarios impartidos, supervisor y analista didacta de los candidatos en formación.

En esta etapa, los analistas que se formaron con Fromm tuvieron una gran participación e influencia para difundir el psicoanálisis en diversos ámbitos institucionales de México: El Dr. R. Raoul Fournier V., director de la Facultad de Medicina, estableció una reforma en los programas en los que la psicología médica, a través de Millán y de De la Fuente principalmente, quedaría imbuida del pensamiento de Fromm; El Dr. Guillermo Dávila, jefe del Departamento de Psicología - en aquél tiempo todavía insertada en la Facultad de Filosofía y Letras- , interviene para la difusión del psicoanálisis humanista; en el campo de la educación el Dr. Jorge Derbez, organizó y dirigió de 1956 a 1967 el Departamento de Psicopedagogía de la UNAM contribuyendo también en la difusión de la obra de Fromm "con la intención de aplicar la comprensión psicoanalítica a problemas de la educación superior"; el Dr. José F. Díaz lleva al campo de la educación primaria y preescolar la difusión y aplicación del psicoanálisis, estableciendo servicios de consulta y orientación en diversos centros escolares; Arturo Higareda inició la aplicación del psicoanálisis en el campo de la delincuencia juvenil.

Asimismo, fue en 1956 que se inició la Colección de Psicología y Psicoanálisis del Fondo de Cultura Económica, --cuyo primer director fue Erich Fromm-- y la publicación de la Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología.

En relación a todo esto, es importante no perder de vista que el mismo Erich Fromm estableció una diferenciación entre el psicoanálisis y el desarrollo de un sistema propio denominado "psicoanálisis humanista", que, en opinión de Armando Suárez consistía en una ... "combinación híbrida de un psicoanálisis sin metapsicología (ni libido ni tópica), un marxismo "humanista" (sin lucha de clases ni determinación en última instancia por la economía) y una vaga religiosidad (trascendencia sin Dios) centrada en la elaboración del concepto de carácter social y comprometida en un rescate de los "valores humanos".

Algunos amigos de Fromm participaban en sus diferentes visitas a México, realizaban trabajos de supervisión y dirigieron algunos seminarios, entre estos estaba Nathan W. Ackerman, de la Universidad de Columbia, N.Y. y justo cuando él se encontraba en México colaborando con Fromm, regresaron al país algunos de los que se habían ido a recibir entrenamiento psicoanalítico en la Argentina y en los Estados Unidos. Por iniciativa tanto de los que iniciaban la formación con Fromm como de los que recién regresaban se iniciaron trabajos para formar una Asociación Psicoanalítica que los incluyera a todos, incluso se formó una Comisión que elaboró Estatutos integrada de una parte por Santiago Ramírez y Ramón Parres, y por la parte del grupo de Fromm Guillermo Dávila, Ramón de la Fuente y Alfonso Millán, sin embargo, a decir de Alfonso Millán, "a última hora" fueron notificados de que los recién llegados habían resuelto formar su propio Grupo, afiliado a la Asociación Psicoanalítica Argentina, y que declinaban el formar parte de la Asociación que en un principio pretendían al unirse con los del grupo de Fromm. "Renunciaron también a las cátedras que, a invitación mía y muy satisfactoriamente por cierto, venían desempeñando en el Departamento de Psicología Médica y Salud Mental de la Escuela de Medicina."

Al concluir su formación la primera generación del Grupo de Fromm, (1956) se fundó legalmente la Sociedad Psicoanalítica Mexicana A. C. iniciándose los cursos para la segunda promoción de psicoanalistas en 1957 con 15 candidatos. Más tarde, en 1963 conforman el Instituto Mexicano de Psicoanálisis A. C. (IMPAC). "La magnitud de nuestro crecimiento y de las tareas que íbamos asumiendo, la experiencia adquirida, la preparación de algunos de nosotros como analistas didácticos o de supervisión, etc., hicieron necesaria una organización más funcional, de modo de separar las actividades de la enseñanza y la investigación, de las actividades tradicionalmente encomendadas a las Sociedades"

Es interesante destacar que en el artículo ya mencionado, Millán señala al respecto "También hemos tenido interés en perfeccionar nuestro método de selección de alumnos haciéndolo más estricto y riguroso", agregando en nota de pie de pag. "Aparte de los requisitos académicos universitarios, se realizan entrevistas con profesores de la Comisión de Admisión de Alumnos, en que se consideran, de manera muy importante, junto con las aptitudes intelectuales, los rasgos del carácter, los intereses genuinos, la capacidad de devoción al hombre y las cualidades emocionales; aplicándose también un determinado número de pruebas psicológicas. Pueden inscribirse al curso los graduados en medicina y los doctores en psicología."

Para 1960, con el apoyo del doctor Raoul Fournier Villada, Fromm consiguió que la formación de los psicoanalistas se incluyera en el plan de estudios de la Facultad de Medicina de la UNAM y se abrió a los estudiantes la posibilidad de obtener el grado de Maestro en Psicoanálisis mediante estudios adicionales (de dos o "más" años) posteriores a la graduación como psicoanalista.

Aunque las fuentes de información que revisé son en algunos aspectos, diferentes y poco claras en cuanto a los datos que proporcionan, sobre todo respecto a las relaciones entre la formación de psicoanalistas - primero a través de Fromm; posteriormente de la Sociedad Mexicana de Psicoanálisis y por último del IMPAC - y los títulos que la Universidad otorga, finalmente se puede apreciar que la formación psicoanalítica impartida por Fromm y las instituciones fundadas que mencionamos, siempre ha estado bajo los auspicios de la Facultad de Medicina de la UNAM.

En sus inicios, la formación de psicoanalistas dirigida por Fromm, en realidad no se encontraba avalada como tal, sino que al parecer correspondía al programa de estudios de especialidad en psiquiatría. En 1960, se formaliza en el sentido de que la Facultad de Medicina a través de la División de Estudios de Posgrado, reconoce mediante los títulos correspondientes: un diploma para el Curso de Especialización en Psicoanálisis (como especialidad médica) y la creación de programas especiales de estudio para la Maestría y el Doctorado en Ciencias Médicas (sic). El Curso de especialización en Psicoanálisis se imparte por la División de Estudios Superiores, a través de su Departamento de Higiene Mental hasta 1966. De 1966 en adelante se imparte por el Instituto Mexicano de Psicoanálisis y la División de Estudios Superiores de la Facultad de Medicina, según convenio suscrito entre ambos organismos y mediante el cual queda establecido que el Instituto imparte el curso bajo la supervisión académica y administrativa de la UNAM.

En 1969 E. Fromm fue nombrado miembro vitalicio del IMPAC y en 1973 ocupó el puesto de tesorero. Ese mismo año, por motivos de salud, Fromm se iba definitivamente de México.

Aunque esta institución siguió siendo reconocida como "frommiana", es un hecho que tras la partida de E. Fromm los conflictos entre sus miembros se exacerbaron generando un distanciamiento total de Fromm con esta institución "acusada" de traicionar sus lineamientos "Después de una correspondencia regular a partir de 1973, durante el verano se trunca el intercambio epistolar entre Fromm y Narváez, que era el director del IMPAC. En una carta a Narváez, Fromm comunicaba que Ignacio Millán, [...] acusaba que las actividades del IMPAC traicionaban los fines, valores y convicciones del psicoanálisis humanista, escribiendo una serie de ejemplos concretos, y pedía una aclaración de lo dicho por Millán.

Como Narváez y yo estabamos convencidos, en ese momento, que los cambios efectuados en la institución eran congruentes con lo expuesto en los valores de la obra de Fromm, Narváez le escribió una larga y cuidadosa respuesta. [...] Fromm nunca respondió, y con el tiempo comprendimos que esto significaba una ruptura de relaciones con los integrantes de la mesa directiva del IMPAC, y que había preferido solapar las difamaciones de Millán. Allí terminó la relación, podría decirse oficial, entre Fromm y el IMPAC y, como toda situación bochornosa y conflictiva - su rompimiento implícito con nosotros -, se guardó en secreto.

 

3.2 Fundación de la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM)

Por otro lado, como ya mencionábamos, a finales de 1953 algunos médicos que emigraron para continuar sus estudios (Rafael Barajas, Ramón Parres y Santiago Ramírez entre ellos) habían regresado de su formación en el extranjero e intentaron organizarse para iniciar a trabajar con las herramientas recién adquiridas. Ramón Parres escribe al respecto: "..la experiencia sobre México y sus problemas en la enfermedad mental, nos llevó a una orientación psicoanalítica en nuestros estudios. La psiquiatría oficial rechazó esta idea y nuestros esfuerzos se enfrentaron a la oposición y al ridículo. Nuestra decisión fue irnos al extranjero y obtener la preparación adecuada [...] En el invierno de 1953, tres de nosotros empezamos a explorar el área fuera del campo de consulta. Estaba claro desde el principio que todos los caminos estaban cerrados y nos limitamos a reuniones semanales para nuestras presentaciones clínicas en nuestras casas... Se unieron al grupo Fernando Cesarman y Francisco González Pineda. Volvimos a nuestro antiguo Hospital General con la idea de crear un servicio de psiquiatría. El doctor Sandor Rado voló a la ciudad de México para ayudarnos. Desgraciadamente no logramos nada entonces. No fue sino hasta la primavera de 1955, con la llegada de otros analistas que fundamos el Grupo Mexicano de Estudios Psicoanalíticos

Esta versión de los hechos parece un poco confusa y hasta cierto punto contradictoria si tomamos en cuenta el apoyo que recibieron de parte de un grupo importante de psiquiatras que los formaron como médicos y que además incluso pretendía aplicar el psicoanálisis en su propia práctica. ¿Cuál será entonces esta psiquiatría oficial a la que se refiere? En ningún momento lo aclara. Tampoco parece muy claro el porqué "todos los caminos estaban cerrados" ya que para 1953 tanto en la Facultad de Medicina, como en algunas otras instituciones la influencia de Fromm había empezado a echar raíces y abría las puertas al psicoanálisis de manera contundente - por más que se lo llamara humanista -. Sin embargo, es notoria la escotomización que de esto se hace en los artículos e información proporcionada por los que habían retornado del extranjero. De hecho, sólo se la menciona para reiterar que si bien recibieron invitación para conformar un sólo grupo o Sociedad psicoanalítica, rechazaron la misma argumentando desacuerdos fundamentales respecto a su visión de lo que implicaba una formación psicoanalítica. A decir del Dr. José Luis González Ch., por ejemplo, el hecho de que Fromm se encargara tanto del análisis, supervisión y seminarios resultaba totalmente incompatible con la concepción de los recién llegados y, según versión de los doctores Ramón Parres y Santiago Ramírez, "En esa época se hicieron algunos esfuerzos tendientes a integrarnos con el grupo de Fromm pero nos dimos cuenta de que esto no era posible, no obstante que significó el rechazo de posiciones académicas, facilidades editoriales, ayuda financiera y posiciones directivas. El examen crítico de la posición teórica, tipo de psicoanálisis personal, forma de supervisión terapéutica y educación académica, se encontraban tan por debajo de los más elementales requisitos exigidos por cualquier sociedad Psicoanalítica, que nos hicieron renunciar categóricamente a cualquier intento de integración".

Se tomó entonces la decisión de formar una institución independiente de la de Fromm y se formo un grupo, también denominado Grupo Mexicano de Estudios Psicoanalíticos. Dado que las sociedades en las que la mayor parte de los interesados en este proyecto habían llevado a cabo su formación en instituciones afiliadas a la Asociación Psicoanalítica Internacional (API) decidieron realizar su solicitud para ser reconocidos como filial de la misma.

La Internacional por su parte esta estructurada de tal forma que reconoce diferentes tipos de organizaciones a las cuales otorga igualmente distintos "derechos" y "obligaciones". En este caso, primero fueron reconocidos como Grupo de Estudio bajo la supervisión de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) durante el XIX Congreso Internacional de Psicoanálisis efectuado en Ginebra en 1955, lo cual implicaba en términos de los estatutos de la API:

iv) Grupo de Estudio

Un grupo de miembros en una localidad en particular puede ser reconocido por el Consejo de la IPA como un Grupo de Estudio. Los Grupos de estudio deberán ser supervisados por:

(A) Una Sociedad Componente que haya sido aprobada por el Consejo como competente para tomar la responsabilidad de ayudar al Grupo de Estudio para alcanzar los estándares necesarios para ser una Sociedad Provisional.

(B) Un Consejo que deberá hacer arreglos para la supervisión directa a través de comités señalados. La supervisión bajo estas condiciones deberá implicar que los socios de los Grupos de Estudio sean elegidos por los miembros de la IPA.

La admisión de los Grupos de Estudio como tal, deberá ser decisión del Consejo. Los requisitos para el estatus de Grupo de Estudio en general deberá ser que el grupo local tenga al menos cuatro Miembros de la IPA, quienes, acabado el periodo del estatus como Grupo de Estudio, deben conservar su membresía de la IPA a través de formar parte de cualquiera de las Sociedades Miembros una Sociedad Componente, Asociación Regional, Sociedad Provisional o directamente en la IPA.

El reconocimiento del Grupo de Estudio implica que los estudiantes calificados deben ser entrenados bajo los auspicios y la supervisión de una Sociedad patrocinadora o por el patrocinio directo de la IPA. Esto no implica la autorización para el Grupo de Estudio de tomar la responsabilidad del entrenamiento.

El grupo patrocinador, sea una Sociedad Componente o un comité designado por el Consejo, deberá hacerse cargo del entrenamiento y la calificación de actividades en relación con el Grupo de Estudio en nombre del Consejo. Podrá utilizar los servicios de miembros del Grupo de Estudio calificados como maestros, supervisores o analistas de entrenamiento.

Posteriormente, en el XX Congreso Internacional de Psicoanálisis realizado en París en el verano de 1957 se confiere al Grupo el status de Sociedad componente de la Asociación Psicoanalítica Internacional y cambia el nombre por el de Asociación Psicoanalítica Mexicana, A. C. (APM).

Articulo 6.

i) Sociedad componente.

Una Sociedad Componente está definida como una organización directamente afiliada a la IPA. [...].

El status de la Sociedad Componente incluye reconocimiento como una organización autorizada para entrenar y calificar estudiantes para la práctica de la clínica psicoanalítica, de acuerdo a los estándares establecidos por la IPA. Si una Sociedad desea desarrollar nuevas facilidades de entrenamiento, o implantar nuevas categorías de estudiantes, o cualquier otro cambio substancial en las políticas para entrenamiento, los cambios propuestos deberán ser aprobados por la IPA antes de que la Sociedad los implemente. [...]

El status de Admisión como Sociedad Componente debe de ser precedido por un período de reconocimiento provisional, durante el cual se entregan regularmente reportes de las actividades de entrenamiento al Consejo. [...] Cuando se recibe la solicitud, un Comité especial será designado para visitar la Sociedad Provisional y reportar al Consejo sus observaciones, inmediatamente antes de la asamblea. La completa admisión de la Sociedad Componente como tal debe de ser resultado de la votación mayoritaria de todos los Miembros Votantes en la asamblea, que fueron recomendados por el Consejo.

En el primer período de esta institución, el Grupo fue integrado por los doctores Rafael Barajas Castro, Ramón Parres, Santiago Ramírez, José Remus y José Luis González Chagoyán todos ellos en calidad de analistas aspirantes a analistas didactas; y como candidatos a analistas Carlos Corona Ibarra, Fernando Césarman, Francisco González, Luis Féder y Estela Remus.

A pesar de que los doctores Parres y Ramírez nos describen que para establecer los mecanismos que debían regular dicho grupo había una gran necesidad de estudiar los curriculm de los candidatos a obtener una formación de psicoanalista así como por exigir compulsivamente condiciones y requisitos entre los que se encontraban la exigencia de contar ya con una formación médica; fueron aceptados Luis Féder y Estela Remús Psicólogo el primero y con la carrera de Químico Farmacéutico Biólogo la segunda.

En 1957 se sumaron como analistas a los fundadores del grupo Víctor Manuel Aíza, Alfredo Namnum y Avelino González además de que fueron invitados Raquel Berman , Carolina Lujan, Gracielena Solís, Dolores M. de Sandoval y el Dr. Fernando Díaz Infante para "colaborar" con esta asociación recientemente reconocida como Sociedad Componente de la API.

Estos "invitados" participaron en la APM haciendo pruebas y viendo pacientes supervisados por los fundadores así como también recibiendo seminarios diarios de dos horas. Tres años y medio después de su ingreso, fueron informados que a excepción del Dr. Fernando Díaz no podían continuar su formación ahí dado que no eran médicos. "Durante tres años y medio recibimos formación dentro de la Asociación Psicoanalítica Mexicana, y Raquel Berman, el Dr. Díaz Infante y yo, atendíamos pacientes, y Gracielena Solís y la Dra. Luján aplicaban pruebas y hacían entrevistas a los solicitantes que llegaban a aquella incipiente clínica.

Después de estos tres años y medio se nos comunicó que no podíamos seguir dentro de la formación, o lo que fuera la situación en que estábamos, porque no éramos médicos, que el único que se iba a quedar en la primera generación de la APM era el Dr. Fernando Díaz Infante dado que sí lo era.

En 1958 ingresó la 2ª generación de analistas de la APM con 11 candidatos. En ese año se gradúan como psicoanalistas F. Cesarman y González Pineda; en '59 Víctor Aiza, C. Corona y Luis Féder también como psicoanalistas y como psicoanalistas didácticos Rafael Barajas, Ramón Parres y Santiago Ramírez. Con la sucesiva graduación de generaciones de candidatos, la APM creció numéricamente y fue extendiendo su influencia en diversos ámbitos. En 1960 se fundó la Clínica Psicoanalítica; en 1961 se inauguraron Congresos Psicoanalíticos Nacionales en la ciudad de Cuernavaca; y posteriormente en distintos lugares, abiertos a médicos, psiquiatras y psicólogos; en 1965 publican el primer número de la revista Cuadernos de Psicoanálisis. La Facultad de Psicología de la UNAM, los Hospitales de Nutrición, el Instituto de Cardiología y el Hospital Infantil de México son algunas de las instituciones mencionadas por Marco A. Dupont en donde miembros de la APM participaban.

Como queda patente, para esa época existían ya en México dos instituciones psicoanalíticas constituidas como tales así como antagónicas en muchos aspectos: la Asociación Psicoanalítica Mexicana afiliada a la Asociación Psicoanalítica Internacional y, bajo los auspicios de la Facultad de Medicina de la UNAM la Sociedad Psicoanalítica Mexicana, (con el IMPAC como su instituto específico para la formación) ambas con una enorme influencia en el ámbito universitario, médico y cultural de México.

En esta descripción histórica de los actores y establecimientos institucionales, espectro de tensiones y factores institucionales internos, que convergen en la conformación de las primeras instituciones, adquiere particular relevancia un acontecimiento ocurrido en los 60s. Este episodio ha sido ya abordado desde varios puntos de vista y atañe directamente a la conformación de dos nuevas instituciones, una psicoanalítica y la otra religiosa. Nos referimos a lo sucedido en el monasterio Benedictino de Santa María de la Resurrección en Cuernavaca, hecho que, por lo demás, merece capítulo aparte.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 14 - Diciembre 2001
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