Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Reportaje a Juan Dobon
Realizado por Guillermo Pietra, y Michel Sauval

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Michel Sauval: Con este número de Acheronta vamos a comenzar una nueva serie, una de cuyas diferencias es el carácter temático de cada número. El tema para este número es Clínica y Transmisión.

Queríamos charlar contigo sobre la experiencia de trabajo con los "vectores clínicos": cual es la idea? Cual es la propuesta? Cómo están trabajando?

Juan Dobón: En esta etapa estoy trabajando el problema de la transmisión centrado en la pregunta acerca qué se entiende por un caso. En lo personal repensando la función-analista en algunos dispositivos de formación, el análisis mismo, la supervisión o los grupos de estudio. Fue muy interesante encontrar en un texto como "La marca del caso" 1, de un grupo que trabaja con Dumezil, una pregunta sobre la marca de un caso, como rasgo del caso 2. Como decías antes, aquel es un intento de formalizar el problema de la clínica y la transmisión, problema que supongo abierto y que es parte de nuestra responsabilidad volver a interrogar

La propuesta que llamo "vectores clínicos" es una forma de poner a prueba esa cuestión

A partir del trabajo de supervisión propio y como como supervisor en algunas instancias hospitalarias como residencias, uno puede detenerse a pensar los diversos efectos de lo que se conoce como supervisión grupal, que es un dispositivo particular, raro pero extendido y no muy estudiado…

MS: Muy común en los hospitales

JD: Muy común en los hospitales, como uno de los fenómeno de la extensión del psicoanálisis a instancias no tradicionales. Uno de los efectos-defectos no deseados de ese tipo de supervisiones es el del empuje hacia la "maestría", el discurso universitario. Uno puede intentar transmitir que no es para ahí, sino tratar de buscar qué instituye un análisis, la transferencia en el caso, el "punctum" de su-posición como analista o su resistencia a dejarse hacer objeto de su analizante, pero hay fenómenos de grupo y de identificación que operan como obstáculo. Advertido de ello y aun sabiendo que los discursos no son manejables por la voluntad, el analista que opera como supervisor allí debe incidir, insistir en despertar de toda posición que lo lleve al lugar del maestro o peor...amo .

Pero bueno, a partir de la experiencia de un grupo de cuatro analistas, que se mantuvo estable casi por 10 años, en un momento – esto pertenecía a un programa de trabajo de psicoanalistas donde intervenía como supervisor de ese grupo– luego de este trabajo sostenido, se produce un cambio en la forma de trabajo.

Ante la propuesta de continuar note que ese grupo de trabajo había tomado la vertiente de un cartel, allí se instituye una posición diferente que es la del mas Uno que no es exactamente lo que se espera de la posición de un supervisor-aunque no lo excluye en algún momento del proceso de trabajo-. Alrededor de preguntas sobre le caso o bien acerca de ¿Cómo se forma un analista? ¿cual es la lógica que sirve de andamiaje para pensar un caso? O bien una pregunta que aun hoy se sostiene como vectorizadora del trabajo acerca de si hay algún rasgo que esté en el inicio de un análisis que pueda configurar lo que va a ser la dirección de esa cura, de ese análisis?

Me tomé un verano y comencé a diseñar la posibilidad de armado de otro tipo de dispositivo. Ya no podía pensarse como supervisión, no – para este grupo – la formación de un cartel, porque no estaba anudado a ninguna institución.

Entonces, al trabajar algunas cuestiones lógicas sobre la función del más uno, la función del menos uno, encuentro que Lacan en "la lógica del fantasma" plantea la función del uno en más. La contrapone allí a la función del más uno, y plantea que así como la función del más uno es la de provocar e instituir el trabajo, en función de un cartel , en clave de saber inconsciente, lo que se pone en juego es la función del uno en más.

Me intereso ese contrapunto...pero mas aún cuando señala que el uno en más no es más que lo que él llama el significante de la falta en el Otro. Es decir, aquel significante que permite dejar venir lo que resuena en cada uno como falta y nos da cuenta que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, y que no hay garantía.

Entonces, a partir de esta idea se fue configurando la posibilidad de armar un dispositivo diferente, que se llamaría "vector". El nombre de "vector" se me impuso como representación matemática. Vector es esa línea de fuerza que supone un inicio y un final, pero donde lo que está en el final está en el inicio en potencia, que se despliega y orienta. Establece una dirección.

Entonces se trataría de la convocatoria de al menos tres analistas instituyendo un grupo de trabajo que vectoriza diferentes preguntas e intereses. El establecimiento del tiempo, la frecuencia de las reuniones y la modalidad de trabajo queda a cargo de los integrantes del vector de trabajo.

No se convoca ni a un mas ni a un menos Uno. En aquel primer grupo nos propusimos llevar adelante un trabajo de investigación, si era posible trabajar un caso, o los casos, de otra manera, destituyendo la función del más uno a priori, en el supervisor, y apostando a que cada uno tiene su propio uno en más en su aparato psíquico, y que si cuatro trabajan, puede darse que en algún momento alguien ocupe ese lugar de más uno, es inevitable, pero que no tenía que estar encarnado a priori, que se iba a producir en y de la transferencia de trabajo.

Nos entusiasmamos, empezamos a trabajar, con aquél grupo primero, dos años. Una normativa mínima no en el sentido prescriptivo, normativizante, pero que permitiera sistematizar un acuerdo de trabajo.

Suelo representarlo así (dibuja sobre un papel)

Entonces, la idea es que al menos tres analistas, el analista A, el analista B, el analista C, trabajan a lo largo de un año, cada uno, su trabajo en un análisis, pudiendo estar en curso o no. El analista A presenta el análisis A’, el analista B el B’ y el analista C el C’. Esa continuidad del trabajo en un año va a centrarse al menos como provocación de la tarea aquello que en intensión, va sucediendo en cada uno de esos análisis.

A priori, se constituye como grupo de trabajo, no como vector.

Las pautas mínimas que requiere para su constitución establecen un trabajo en tres tiempos. Básicamente algo así como:

1)T. de constitución de las preguntas y la presentación del material de análisis a trabajar

2)T. de trabajo clínico y nominación del vector

3)T. de disolución y conclusión acerca del caso y las preguntas del inicio

si la transferencia de trabajo produce y hay compromiso con la transmisión de la causa analítica se procede a un cuarto tiempo

4)T. de escritura y transmisión

En lo táctico hay absoluta libertad. La única indicación estratégica es que cada uno trabaje ese mismo material durante el año. Reuniones cada 15 o 20 días, sucesivas, es decir, una reunión dedicada al material A’ del analista A, la siguiente al B’ y la siguiente al C’, etc.. Se presenta el material y luego un debate o intercambio, estilo tormenta de ideas, sobre todo lo que se desprende de ese material , con el compromiso de que el analista traiga algún tipo de formalización escrita, su forma de registro, o bien matema, o bien un esquema, que haya cierto traslado al orden de la escritura, en cada reunión.

En las sucesivas vueltas sobre el caso se va constituyendo ya lo que sería el segundo tiempo, donde se constituye como "Vector", porque comienzan a surgir preguntas – cada uno tiene que comprometerse a eso – preguntas que confluyen en una pregunta "en común". Y el vector sería aquello que se formaliza como el marco que orienta las preguntas, de ese grupo de trabajo. Por ejemplo, en el Vector que estoy trabajando nos preguntamos acerca de los inicios y finales de tratamiento, con mas precisión diría ¿Que del goce que se presenta en el inicio tiene que ver con el final de un análisis?, la función de la lógica en el caso. Hay otro grupo que se vectoriza acerca de las intervenciones en un análisis. Otro vector se orienta en el concepto de la transferencia. Otro vector en torno a problemas del cuerpo. En fin, los distintos intereses de cada grupo de trabajo.

La tercera etapa está marcada desde el inicio: se pacta la disolución, la terminación del trabajo, a un año. Y la idea es, en la medida de lo posible, pasar a un cuarto tiempo, que sería el tiempo de la escritura de esto que se trabajó en ese caso, a título grupal, colectivo, o individual, que cada analista transmita o escriba qué efectos ha tenido este dispositivo en el caso y en su posición como analista.

Lo hicimos con aquél primer grupo, funcionó, y a partir de ahí, con el Instituto de Investigaciones del campo Psi-Jurídico tuvimos la posibilidad de poder convocar a aquellos que tuvieran deseo de reproducir la experiencia de los vectores, intentar investigar su eficacia o si fue simplemente un fenómeno de transferencia de ese grupo de trabajo.

A la convocatoria se sumaron analistas provenientes de diferentes recorridos e instituciones, conformándose en total, unos 13 vectores, variables entre tres y cuatro miembros, y están trabajando desde hace un año y medio, por fuera de sus transferencias institucionales – subrayo que hay gente que pertenece a distintas instituciones porque creo en la promoción en acto de la pervivencia de las diferencias – se intenta que esto vaya por fuera, y que su funcionamiento no dependa de ninguna institución.

Estos 13 grupos que se formaron fueron tomando el estatuto de un proyecto de investigación, que nos permita pensar si es posible que un dispositivo – no se si nuevo, me suena pretensioso – un dispositivo con esta forma y que tenga efectos en la transmisión. Y que pueda lograr deslindar o al menos enfrentar de una forma diferente algunos fenómenos de grupo y de masa, que como decía en e principio obturan la transmisión.

La experiencia se pactó en un inicio a un año de trabajo, hay reuniones que se llaman de Interventores – son tres al año – que en teoría respetarían los tres tiempos que mencionaba antes. Resultó que en la reunión de fin de aquel primer año de esos interventores se acordó prolongarlo un año más.

Comenzaba a producirse efectos en la lectura de los materiales y efectos de transferencia de trabajo.

Al cabo de un año y medio, están trabajando 10 vectores. Es decir, hubo tres grupos que se disolvieron. En términos de esta investigación es importante situar, aunque se hayan disuelto, por el motivo que fuera, desde el arte de combinar horarios a un fenómeno que en un principio uno empieza a notar, el problema de la autorización y la necesidad de uno que convoque, esa necesidad del uno mas consistente y encarnado, entonces, dos grupos se disolvieron. Los otros grupos pasaron por esos obstáculos pero siguieron trabajando

MS: No termino de entender porqué llamarlos vectores. No sería el funcionamiento de carteles? Porque, en realidad, la cuestión del más uno, es una deformación que ha ocurrido en la práctica institucional pensar que se lo puede nombrar a priori. Y esa deformación es la que ha transformado, muchas veces, a los pretendidos carteles en meros grupos de política institucional. Pero en los planteamientos de Lacan, el mas uno no se puede nombrar a priori.

JD: Estrictamente me parece que no se corresponde con lo que es un cartel, pero si uno va a la nota a los italianos, cuando Lacan dice, bueno, son solo tres, institúyanse, si no hay mas uno lo producirá la tarea. Bueno, es un poco recuperar esa nota a los italianos, solo que, como en todas las instituciones, en general, el concepto de cartel implica la nominación a priori de los mas uno, la pertenencia a una escuela o institución, etc., la dificultad de constituir un cartel con miembros que pertenecen a distintas escuelas, ya que en esta convocatoria hay gente trabajando en escuelas de las orientaciones lacanianas y freudianas, o gente que no pertenece a ninguna institución.

En algún sentido recupera el verdadero espíritu de la letra lógica del cartel. Pero aporta lo que si considero un rasgo singular que su funcionamiento se apoya en la operatoria del uno en más de cada analista eso es cosa de resonancia y saber inconsciente, más que de investiduras a priori y nominaciones Habrá quien en una reunión toma una intervención mucho mas activa. El efecto es diferente en el punto del resonar. Al desinvestirlo de una persona quedaran los sucesivos dichos resonando, se pierde quien lo dijo pero no el decir. Y este efecto es llamativo. Se dio en el primer grupo, y lo voy viendo en otros vectores.

Por eso, es pretensioso señalar que es algo nuevo.. Pero estos matices, que parecen pequeñas diferencias, establecen efectos de transferencia de trabajo muy marcados. Se escuchan distintas orientaciones de lo que se entiende por un caso, de lo que se entiende por analista, transferencia, por escritura..

Guillermo Pietra: Te iba a preguntar por el primer vector. Vos pasaste a presentar también casos tuyos?

JD: Si, claro!!.

GP: Constituiste a tus supervisantes en pares.

JD: Después de 10 años de trabajo. Creía que era lo que ese grupo permitía. Mas que cuestiones de pares o impares se había transformado, en otra forma de interlocución entre analistas. Me parecía una manera de tomarse en serio aquello del hagan como yo pero no me imiten, como dice Lacan, cierta caída del orden de lo cómico: nos reunimos hace tanto tiempo, bueno, ahora quiero escuchar el resonar de sus voces los voy aliviar de la de uno.....

El efecto es interesante por las diferencias, no solo de estilo, sino en lo que cada uno concibe como cuestiones supuestamente "elementales"...

MS: Que te parece que es la transmisión? Que es lo que se transmite? Si es que se puede formular así la pregunta respecto de la transmisión.

JD: Creo que hay transmisión cuando se logra producir en forma oral o escrita algún pasaje del "material" a la lógica que se jugó en el caso para un analista, y no la viñeta, la anécdota o la doxa opinión.

MS: Eso quiere decir algo común a un análisis y a lo que luego se habla de ese análisis?

JD: No te entiendo

MS: Decís, algo que se transmite de la lógica de un caso. Te pongo el ejemplo de Sidonie Csillag. Lacan, cuando aborda el caso transmite la lógica del pasaje al acto, el encuentro del sujeto con el objeto a. Y después nos encontramos con esta biografía de Sidonie Csillag, de la que cada cual podrá sacar sus propias conclusiones, pero de dónde se desprende, por lo menos según la lectura de Allouch, que la posición de Sidonie es la de un amo, casi en el sentido Hegeliano, dispuesto a enfrentar la muerte con tal de imponer su voluntad. Con lo cual, la "caída" del puente ya no es un pasaje al acto sino el acto de un amo, a semejanza de otras situaciones en que ha puesto su vida en juego.

Entonces, retomando tu fórmula de transmisión de la lógica del caso, surge esta pregunta: la lógica del pasaje al acto que extrajo Lacan de ese caso no parece ser la lógica de ese caso, sino una construcción u operación de lectura.

JD: Sabes creo que a veces la idea de "la lógica" del caso o de la lectura clínica provoca un efecto de distorsión en la transmisión porque sugiere involuntariamente una idea de un saber positivo-lo que supondría que la lectura de un caso es Una toda e irrevocable. No leí el texto de Allouch debo decirlo pero, si tenemos cuatro lecturas sobre una situación en un caso, eso nos enfrenta al paradigma mismo que representa el psicoanálisis como practica conjetural que no se rige por el paradigma científico –estadístico ni por el filosófico de una verdad final. Por una parte habrá tantas lecturas como lectores, por otra si hubo un analista allí en ese caso Freud que procede luego en la instancia del escrito a leerlo-leerse. Lo nuestro es del orden de lo verdadero, aun de lo verdadero de un engaño. El fue tomado en algún sentido por su analizante. Y procede a centrar su historial no tanto en los avatares de la vida de esta mujer sino que finalmente habla de las dificultades de ese análisis, si el inconsciente engaña, la elección de objeto de amor y de deseo, etc. Cuando aludo a la lógica de un caso hago referencia al soporte de la letra, la función de la letra inconsciente mas allá de los sentidos dados o el carroussell de las significaciones, por otra parte encontramos la posición del analista que se instituye en los diferentes tiempos de la transferencia en esa cura..

MS: Para el caso, no importa, solo digamos que hay una tercera lectura de un mismo caso, donde se muestra que no se trata de un pasaje al acto. Entonces tenemos de la caída del puente, una lectura de Freud, otra de Lacan, y una tercera, para el caso, de Allouch. Y podríamos agregar la lectura del autor del artículo en la revista Ñ para quien todo esto demuestra que los psicoanalistas serían todos medio chantas.

JD: Bien ante eso nuestra responsabilidad es doble una la de formalizar y profundizar la valoración de la eficacia de nuestra intervención, pero la otra es justamente abstenerse de toda pretensión cientificista, lo que seria confundir eficacia es decir efectos y consecuencias con eficiencia, es decir con garantías de efectividad. La clausura del psicoanálisis es que marchemos hacia la religión de algún Uno o hagamos de esto una supuesta ciencia exacta, decía Lacan en ciencia y la verdad. Por eso, el trabajo en intensión, acerca de lo que acontece en un caso, apunta a situar que coordenadas simbólico-reales rigieron las intervenciones de ese analista, que incidió en ese analista a la hora de su acto, el deseo que lo orienta – o lo desorienta cuando el operador ya no es el deseo del analista sino de su ser-analista - las intervenciones que surgen de la oposición entre su posición regida por el semblante, el uso de los semblantes, o aquellas que lo desvían o resiste por el contrario al poner en juego su persona, su ser. Estas son las coordenadas que permiten establecer una razón, una conjetura

MS: Pero, entonces, como sería? Sobre un caso que se va desenvolviendo en el año van trabajando un tema?

JD: Vos me preguntas por este vector?

MS: Si, por ejemplo, el tema es intervenciones?

JD: Se trabaja sobre un análisis-caso, en intensión, la problemática de lo que allí sucede – no muy diferente, en ese sentido, del trabajo que se realiza en una supervisión – tratando de situar los obstáculos, los detenimientos, el punto en que está tomado el analista y no lo advierte hasta que se escucha allí, en su posición. A eso llamo el "punctum", como el punto donde el analista esta tomado en la transferencia y esto se manifiesta como obstáculo cuando en realidad es su resistencia. Por otra parte si hay una pregunta que permita pensar, conceptualizar lo que allí sucede. Por ejemplo, en uno de los casos que se trabaja hay una especie de perpetuación de ese análisis, una persona de 30 años de diferentes análisis, y la pregunta desde el inicio de este último análisis es la decisión de ese analista acerca de llevarlo a una terminación a diferencia de los anteriores. Las preguntas de ese analista soportan, primero, el trabajo en intensión, al estilo de supervisión, y ver que le pasa en su posición que ese análisis no puede concluir, pero por el otro lado, con un carácter de extensión, cierta lógica que le permita, no solo leer eso sino tratar de transmitir cuales fueron los obstáculos que hacen, por ejemplo en ese caso, una imposibilidad de concluir - por ahora no hay conclusión.

MS: Y ese trabajo en intensión, sobre el caso, que es respecto de lo que podríamos hablar de una fábrica del caso…

JD: Tiene mas de artesanía y mesa de trabajo que de fabrica. Si bien el analista se produce del objeto causa de su analizante no es una producción "fabril", sino más cercana al taller de un artista o la mesa de trabajo.

MS: Cómo se juega ahí la transmisión? Con esto que explicabas de intensión y extensión, podríamos decir que podemos sacar de un caso, o de una parte de un caso, un debate en extensión sobre ciertos conceptos, y en cierto sentido, aún si fuera "falso" el caso, como ocurre con Lacan, respecto de Sidonie, puede resultar verdad. Hay una parte de la transmisión que estaría en esta extensión del trabajo.

Y en la parte que tiene que ver con la intensión, lo que es la fábrica en S del caso, ¿cómo entiendes esa transmisión? Qué es lo que se transmite?, para retomar la primer pregunta.

¿Qué es lo que hay de igual entre como se desenvuelve un análisis, y lo que se escribe de ese análisis fuera del mismo?

JD: Por lo pronto aceptar un punto de perdida inevitable que es la distancia entre el acto en si y o que de el se transmite sea en forma oral o escrita..

MS: Que se conserva y qué se pierda, de una situación a la otra?

JD: En intensión, el primer detalle que no es menor en una supervisión grupal, en la que un analista presenta ante varias escuchas, es qué se cuenta del caso, o mejor dicho, qué se recorta del caso. Siempre hay un recorte. Ese es un primer obstáculo si la transferencia de trabajo no opera. El segundo obstáculo tiene que ver con la intimidad tan complicada que uno maneja. Si no está esa transferencia de trabajo, ¿es posible transmitir a tres colegas analistas un caso, con esa palabra tan simple que es, con la "confianza" que da mostrar los equívocos, los impasses, etc.?

Ese es uno de los obstáculos: cómo transmitir lo íntimo sin caer o incurrir en la obscenidad, la obscenidad de grupo. Supongo que en cualquier otro tipo de dispositivo se bordea el cuidado de lo íntimo.

Por eso ese compromiso de cierta formalización de escritura, de matema, de registro, siempre permite algún marco de lectura de lo íntimo y trasciende lo anecdótico.

En realidad no se trata de un testimonio. Se presenta él y lee su texto, su recorte. De ahí en más, ¿qué se transmite en intensión?, me parece que se va transmitiendo los efectos de sus intervenciones y de su deser como analista. Por eso es casi condición necesaria para pasar de grupo a vector despejar los fantasmas de masa con labor analítica y producción. Nadie cae fácilmente en público si no hay confianza. Sino es inevitable el fenómeno de grupo, y se presenta un caso a la medida de que ahí "hubo analista".

El proceso de formalización y pasaje a la extensión, me parece que es un trabajo por fuera de las reuniones. Es el trabajo que el analista hace de lectura, de transmisión, de escritura, etc. No se realiza en la mesa de trabajo del vector. Lo que S sucede es que eso retorne al trabajo del vector. El trabajo interno del vector es básicamente clínico. .

MS: El trabajo clínico se hace sobre un caso en marcha?

JD: Si, aunque esto no es excluyente

MS: Entonces el trabajo es de seguimiento de ese caso?

JD: Para muchos si. Hay otros analistas que deciden presentar o trabajar un caso ya terminado o interrumpido. No es una condición estratégica.

MS: En ese caso las varias vueltas son sobre el mismo material.

JD: Relectura del material y de las vueltas que le va dando ese analista a esa relectura. También puede darse que durante un año un tratamiento se interrumpa y el analista decida continuar con ese caso para tratar de ver lo que sucedió con esa interrupción, porqué quedó fuera él como analista. O pasar a otro caso, pero en general se ha dado esta cuestión de pensar las interrupciones.

MS: Cuando hacías referencia al deseo del analista, lo mencionabas cómo el deseo de esa persona desvía respecto de la función?

JD: Claro. La tensión entre el deseo de analizar y el deseo del analista como operador lógico, y cómo muchas veces ese deseo de analizar va en oposición del deseo del analista como operador que dirige las acciones, pero no en el sentido de la dirección que establece el amo. ….

MS: … de la voz activa?

JD: ..claro, sino de orientar.

MS: De esa experiencia ha resultado escritos de casos?

JD: Si. Comienza a producirse dos tipos de escritos los clínicos y aquellos que se centran en la lectura de dispositivo en si, verificar de alguna manera su incidencia, eficacia.

MS: Estoy comenzando a entender que pensás vector principalmente en el sentido de la extensión.

JD: Por eso digo, la extensión del vector.

MS: Es más la marca de los intereses de quienes forman el grupo.

Porque también podríamos pensar, quizás, cómo se vectoriza un caso.

JD: Esa es la idea. El pasaje de un material a un caso nos da cuenta de un vector

MS: Serían dos interpretaciones del vector.

JD: Elegir la palabra vector tenía esta múltiple significación en juego. En extensión, apuntando a su función como dispositivo de transmisión, y qué transmite ese dispositivo. En cuanto al caso en S, el pasaje de material a caso también es un vector. En matemáticas un vector orienta pero como decíamos la orientación del fin esta en potencia en el inicio. Por eso decía que recién en un cuarto tiempo se pasa a un verdadero problema: ¿qué se va a escribir de esos casos?

MS: Retomo la cuestión de lo íntimo para relacionarla con la transmisión. Como señalás, no es lo mismo trabajar en grupos pequeños que en grupos mas grandes. No hay un límite preestablecido entre un tipo y otro de grupo en cuanto a cantidad de miembros, es particular a cada circunstancia. La diferencia sería que se llega un punto, con cierta cantidad de gente, en que aparece una diversidad irreducible de lecturas del caso, sin posibilidad de ponerse de acuerdo. En grupos chicos parece que se puede llegar a acordar en una lectura de un caso.

Entonces hago la pregunta al revés: ¿qué dice la imposibilidad de lectura común en grupos más grandes del acuerdo que puede lograr un grupo mas chico? El caso que construyen cuatro, es el caso, o es solo el trabajo de esos cuatro?

JD: El caso lo construye siempre un analista y no un grupo sea de tres o de cuatro. Esto es central, la intervención de los otros analistas puede reverberar, dejar trazas o señalamientos pero la producción de caso es efecto y labor de ese analista, creo que allí siempre se está solo.

MS: Tenemos el nivel del analista y su paciente, el nivel del pequeño grupo, y el nivel del grupo más numeroso.

Un analista presenta un caso ante un grupo pequeño, lo trabajan, y suele ocurrir en que acuerdan cuál es la lógica del caso, si querés, cuál es el vector del caso. Pero si lo presenta en un grupo grande, lo que suele ocurrir es que no se ponen de acuerdo en una misma lectura, en una misma lógica o vector.

Parece que hay un punto en cuanto a cantidad de gente – y sus correlatos de confianza y transferencia de trabajo – en que el caso parece perderse en las divergencias de las lecturas que hacen los participantes de ese grupo.

JD: Yo lo dibujo así el trabajo del vector.

Se instituyen al menos tres, y si hay trabajo, aparece un vector que nomina esa transferencia de trabajo.

MS: Ese sería el vector de extensión. Se trabajan tres casos y resulta un vector común

JD: Si. Ese vector trabaja por ejemplo, el problema del cuerpo.

MS: Nombre que, como la cuestión del más uno, supongo que no tiene porqué estar definido a priori.

JD: Claro, no.

MS: Empiezan a trabajar y se descubren interesados en x tema

JD: Segundo tiempo.

Pero me parece que toda tu pregunta gira alrededor de este trabajo, y este vector (subraya cada uno de los trazos de color), que sería el vector de un caso

MS: Exacto

JD: Ese vector no lo construyen cuatro o tres. En realidad, el analista, ahí está solo. Por eso la función del uno en más que porta ese analista, en ella resuena una multiplicidad de voces, opiniones, doxas, saberes referenciales, saberes propios, etc.

El analista sigue construyendo solo su lógica. No es que se acuerde que ese caso debe dirigirse u orientarse de tal o cual manera, en tal caso nada mas ajeno al psicoanálisis. El efecto del uno en más no es que hubo un más uno que orientó el vector de ese analista.

(cambio de lado del cassette)

El analista A presenta su material, y supongo que esta incidencia de 3 es diferente de la incidencia de 12, por otro tipo de fenómenos de masa. Me parece que el más uno puede encarnarse pero se desinviste en el trabajo mismo.

MS: El ejemplo de los 12 sería un ateneo, donde aparecen esos fenómenos de discrepancia muchas veces irreductible, sea por los fenómenos de grupo, sea por alguna imposibilidad propia del número para la transmisión del caso. No se porqué, pero se diluye aquello que pudiera dar una convicción común respecto de una lectura, que hace que ese vector tenga una consistencia mas o menos común para todos los participantes de ese trabajo.

JD: El otro fenómeno creo que es el discurso universitario, inevitable. Ya, de hecho, ateneo, pertenece a otro discurso. Es heredero del discurso médico. Obviamente que un ateneo analítico se espera que no incurra en los dos tiempos del ateneo del saber médico: presentación del problema, hipótesis, y segundo tiempo, donde aparece el "sobre de anatomía patológica", con" la verdad". Y entonces, todos aquellos que opinaron se pusieron a prueba sobre su saber médico. Ese es el verdadero ateneo médico. Si no es el resultado que brinda la anatomía patológica será una resonancia magnética o algún parámetro valorable y medible que nos de cuenta del diagnóstico.

Es un poco como lo que decías del artículo de la revista Ñ: Freud dice tal cosa, pero la "verdad" es que esta mujer – anatomía patológica – tal otra cosa. Lo nuestro no es así. Los ateneos analíticos se organizan en tres tiempos, y la verdad nunca aparece. Si se arriba a algo verdadero que allí se ha dicho o expresado el analista se va con esas voces resonando.

GP: Que pasa en las reuniones de Intervectores? Se arma un vector de los vectores?

JD: Los intervectores serían intersecciones entre los vectores, se realizan unas tres reuniones al año, donde cada vector cuenta el estado del trabajo – el estado, no en intensión sino en extensión: nos vectorizamos alrededor de este tema, de esta temática, hay estos obstáculos, etc.

Y lo que es interesante es que después de esa primera vuelta aparece, insistentemente, un problema que es el de la escritura, la transmisión y la escritura: qué se escribe de un caso, una escritura que no sea testimonio, de qué manera preservar en la escritura la intimidad En general hay coincidencia en apostar más a la lógica que al testimonio.

MS: Ya que mencionas la cuestión de la escritura, para conservar, de alguna manera, el vector en intensión, no resultaría necesariamente lógica cierta extensión – me refiero a extensión del material de análisis?

Por ejemplo, desde hace tiempo se hizo común trabajar con viñetas, trabajar la clínica en términos de una viñeta seguida de comentarios. Eso siempre plantea la cuestión de qué dice eso del caso.

Quizás la dificultad de pensar la escritura pase por la costumbre de suponer que un caso se tiene que escribir en solo tres páginas, cuando quizás lo que hay que hacer es un historial.

JD: La idea que va surgiendo en la mayoría de los vectores es que esa suma de papeles, registros, etc., serían como el escrito preliminar de lo que podría ser un historial. Después el analista tendrá que trabajar para pasar del esqueleto a algo que tenga cierta vida como texto, y transmita algo.

En términos de funciones creo que ese cuarto tiempo, el de la escritura esta como siempre desde el inicio pero en potencia. El escrito para mi tiene el valor del Uno "afuera" que relanza a su vez el deseo y el trabajo.

Como se ve planteamos un múltiple de Unos, el mas Uno, el Uno en mas y ahora el Uno afuera, lo que varía son sus funciones y el alcance de su operación.

MS: Para que un vector, o una orientación, en un caso, aparezca con cierta consistencia, me parece que hace falta una cantidad mínima de letras.

JD: Esa suma de registros va configurando las trazas de ese caso. El matema nunca es un caso sino una forma de establecimiento

MS: Los analistas lacanianos no parecen tener la costumbre de los historiales. Eso se perdió con los Freud y los postfreudianos. Lacan se dio el lujo de poder trabajar con fragmentos, porque había historiales, y porque tenía una enseñanza a desenvolver a la que le venía bien la reducción que implica un fragmento, es decir, un recorte.

JD: Su historial es la tesis. Y casi es pre enseñanza analítica, el punto de llegada como médico psiquiatra, aunque también se pueda tomar como punto de partida del analista. Vos nombraste a Allouch, por ejemplo su trabajo sobre el duelo es un historial.

Quizás, como matiz a lo que decís, podríamos decir que en lo que se publica, porque cuando uno trabaja con gente de instituciones, en los grupos de las distintas instituciones, se produce: historiales, y no solo la viñeta. Lo que pienso es que hay poca publicación de la casuística.

En los vectores, si hay pasaje al cuarto tiempo, que sería el de la escritura, se espera que haya escritura, no solo en extensión, sino también en intensión, de los casos.

De ahí en más, en esto que decís de los historiales, excede a los vectores, y me parece que S, que hay una especie de deuda en el orden de la transmisión, que quizás se suplió con otro tipo de transmisión: las viñetas, los testimonios de algunos pasantes, o la reducción al matema con el riesgo de idealizar esa práctica. Quizás tiene que ver – es una hipótesis – con cierto orden de exposición que conlleva un historial. Pensemos la valentía de Freud de presentar a cielo abierto desde sus aciertos hasta sus grandes equivocaciones….

MS: … y en vida!

JD: … y en vida. Y si eso no es transmisión, ya no se qué decimos al hablar de transmisión. Para nosotros – me refiero a analistas de los años 70 u 80 en adelante – ha sido mucho mas sencillo tomar críticamente a los postfreudianos, críticamente a la escuela americana, a partir de la lectura de Lacan, pero justamente porque los historiales estaban allí solo hay que leerlos. En ese sentido hay una deuda en el orden de la transmisión.

Si la letra freudiana es más de búsqueda en una literatura de corte narrativo, la poética lacaniana, y también la matemización lacaniana, entrarían en tensión.

Creo que se juega un verdadero imposible lógico. Obsesivamente, la estructura lleva a una creencia bajo la lógica de la elección: o – o : o soy freudiano o soy lacaniano, o es un verdadero escrito freudiano o un verdadero lacaniano. Ahí ironizo con que "Hamlet nos engañó"...La verdadera imposibilidad no es tanto como ser uno o no ser nada, sino entre el imposible que representa un ser y no ser a la vez, cómo producir una escritura que se formalice pero también preserve algún orden de narración. La narrativa freudiana no solo apunta a vestir el historial sino que en ella se pone en acto todo el despliegue metafórico..

Me parece que el punto de dificultad radica en que actualmente las viñetas son una especie de poética matemizada, pero que literariamente pecan de escatimar el desarrollo en la diacronía de ese análisis.

Que cada uno escriba como lo desee porque tampoco creo valido esa forma que transmite axiomáticamente "lo verdadero es...".

Escucho ahí, el problema de la resistencia del ser o no ser..... Y la verdadera dificultad es si esa viñeta termina transformándose en los "papers".

MS: Claro.

JD: Otra vez, ateneos, papers, positivización de discurso universitario en la praxis.

MS: O hacer psicopatología con los matemas lacanianos: hacer el recorte que se adecue a la escritura de los matemas.

JD: Anoche escuchaba a Alejandro Conrad, un analista hablando de extensión y transmisión. Apoyándose en un trabajo de Aron Copland – que es un compositor – y Stravinsky, sobre la interpretación, que además del valor analógico que tenía, daba cuenta de lo que se juega de verdadero en una interpretación....Creo que el matema y el escrito son suplementarios con un matema puro volvemos al esqueleto. Pero al matema hay que hacerlo decir. Les voy a acercar un texto primero que es el de la convocatoria de los vectores …

MS: Claro, a lo sumo del caso surge el matema, a partir de un proceso de reducción.

JD: Volviendo a los vectores, antes que proponerlo como dispositivo nuevo, soy prudente y pensaría la necesidad de ponerlo a prueba.

Empiezan a verse ciertas diferencias pero esperaría al tiempo de la escritura para ver su valoración.

MS: Muchas gracias por este reportaje.

JD: Gracias a Uds por permitir pensar la cuestión de la transmisión.

 

Notas

1 La marca del caso, el psicoanalista por su rastro – B. Bremond, M. Gaugain, B. Tauber, D. Treton, M. Ziri, C. Dumezil – Ed. Nueva Visión

2 NdR: En "La marca del caso", Dumezil y otros sitúan la marca del caso como "un vuelco, algo dicho por el analizante o el analista, un acting-out a veces, un momento de suspenso en la repetición que abre brecha en la resistencia yoica del paciente aferrado al síntoma y en la resistencia correlativa del analista", "como momentos caracterizados por la oscuridad o la sorpresa en la práctica del analista", como "recurso para exponer la transferencia del lado del analista quien se encuentra apresado, cazado y a lo cual se consagra como si fuera una pasión" y como "constitución de lo que hace lazo o corte entre la historia del sujeto y las estructuras presentes en la cura".

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 21 - Julio 2005
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