Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura

De Serguei al Fantasma del Hombre de los Lobos.
Una Mirada desde Freud a Lacan

Iván Luis García Valenzuela

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 Introducción.

El historial de Serguei Pankejeff es la construcción más extensa de Freud, fue un caso difícil, con sintomatología polimorfa que durante un tiempo intermedio del pensamiento psicoanalítico amplio los cánones de la cura: Freud escribe acerca de lo infantil para hablar de los síntomas adultos, desde un sueño de angustia  enigmático ocurrido a los 4 años se inicia el trabajo de interpretación y reconstrucción, lo que emerge como saber inconsciente son las fantasías primordiales; la escena primaria, la seducción infantil, la articulación defectuosa de la castración en el mito familiar  y  un Edipo Invertido e incompleto, todos elementosque  dan cuenta  de una estructura cuya realidad psíquica se manifiesta escindida desde lo primitivo.
El historial transita desde la atemporalidad a la lógica sincrónica,  el deseo de Freud es la construcción del caso, lo ordena históricamente desde la realidad psíquica escindida y sometida a diversos mecanismos de defensa. La transferencia fue dificultosa, hubo de forma verificable compulsión a la repetición y  el final de la cura se transformó en un forzamiento del tiempo de finalización: El cuarto año Freud lo sentencia como el último, ante la anticipación de separación con su analista Serguei  habla, analiza el lugar de la repetición del último fragmento de histeria, pero la transferencia no se resuelve, hay nuevos retornos, no acontece un final  de análisis, Algo de la pulsión más tarde produce repeticiones, algo actúa Freud en este cuarto año, número de rasgo traumático para este paciente.

Lacan retorna al caso del Hombre  de los Lobos en diversos tiempos de su obra. Genera un dialogo con el escrito Freudiano, interroga puntos centrales del análisis de este paciente, pero también destaca descubrimientos centrales en la clínica: La estructura de lo Real  se marca como rasgo traumático desde la escena primaria, la efracción imaginaria es desde el estadio del Espejo (2), los problemas de subjetivación en torno al Deseo del Otro se inician a partir de los significantes maternos y femeninos de la escena familiar. Respecto a lo pulsional  y su relación al objeto a, se estima  una dificultad para articular la castración: la mirada, lo anal y lo oral  generan síntomas y formaciones de objeto (3) que alienan a Serguei; el sueño de angustia, la alucinación a los 5 años y el fenómeno delirante acaecido en la adultez se presentan como una serie de retornos  donde se quiebra el narcisismo y  emerge Lo Real, pero no con ello se desanuda la cadena Significante.

El  presente estudio busca analizar los puntos asociativos que develan la estructura que constituyen al Fantasma del Hombre de los Lobos, de modo tal promover una comprensión a la problemática de los casos que no muestran la claridad de una estructura Neurótica. El trazado de este escrito, será circular por los elementos de estructura figurados en la sintomatología de Serguei a través de su historial y realizar un entrecruzamiento con la lógica de  los tres Registros; Lo Real, Lo Simbólico y lo Imaginario y analizar de qué modo estos se anudan y constituyen al  Fantasma del hombre de los Lobos (4).
           
Comentarios sobre un historial clínico en psicoanálisis.

La construcción de un historial clínico en psicoanálisis permite pensar la  manera de narrar el padecer de cada paciente;  a través de un escrito, se puede dar testimonio y transmisión de un conjunto de hallazgos que se conjugan en la formulación de hipótesis, estas constituyen no solo una panorámica en funcionamiento sino también una forma singular de distinción acorde a cada caso.  Lo que Freud plasmaba en sus historiales eran fragmentos de historia, no la completitud de un caso, lo cual se torna comprensible por lo inadmisible a nivel ético de dar noticia sobre la vida de un paciente, como a su vez por la forma particular de extracción a partir de la experiencia psicoanalítica. En este sentido, un historial clínico se constituye como deseo de construir una teoría y es la base de una práctica en desarrollo. Cada historial, es una unidad de trabajo que arroja hipótesis sobre el funcionamiento Inconsciente, lo escrito de cada historial clínico se trasforma en un ejercicio de selección, articulación y reconstitución de lo alienado para un sujeto, conjugado en un proceso de construcción e interpretación a partir de fragmentos, para permitir una restauración del pasado desfigurado y una reintegración en el presente (5).  

En este sentido, los Historiales reflejan la concepción que el psicoanálisis posee en torno a la historia. La historia en tanto disciplina es relato, exposición y narración de un tiempo pasado que en su acto restituye y superpone un orden temporal: por ello, la historia ubica lo pasado desde una dimensión de existencia sincrónica y comparte de esta forma con el psicoanálisis aquello que en un historial se articula respecto de lo presente que invoca lo pasado; no obstante, los historiales clínicos convocan una estructura desde la atemporalidad inconsciente, permiten situar la repetición atemporal, la repetición significante, es decir, una lógica diacrónica que se localiza en el orden Significante. Es desde la palabra de cada paciente que se construye la historia, a partir  del significante se puede hacer historia del sujeto, esta historia ha sido sometida al proceso primario y por ello desfigurada, por lo tanto un Sujeto se crea desde los significantes que tienen una historia la cual circula en los dichos de cada familia, estos significantes son marcas que estructuran y definen al Fantasma. El Fantasma se arma a través de las redes significantes que nombran lo subjetivo y evidencian una  relación particular a la castración.

La historia en psicoanálisis también es una historia que posee elementos erógenos y  con ello traumáticos, en tanto los significantes  provienen del Otro representan el cuerpo erógeno, marcan con una historia el devenir de los representantes del recorrido de la pulsión. Las zonas del cuerpo se subrayan, se nombran, pero también en ellas hay intrincadas  un margen de lo irrepresentable que no se agota en su lazo con el significante; Lo Real.  La historia por tanto es incompleta dado que lo Real no permite la simbolización absoluta de cada impresión, de cada escena, de cada investidura. Hay también una parte de la historia que esta sostenida  desde lo mítico con lo Real, porque lo Real es verdad en falta; Lo Real en lo y de lo Simbólico, aquel nunca se somete a la absoluta simbolización, siempre algo falta,  es  a través del acto de las palabras que nace Lo Imaginario  aquella relación entre los registros permite la proyección al interior y al exterior de la estructura del Fantasma. (6)

Los tres registros anudados en sus entrecruzamientos: Simbólico, Real e Imaginario articulan la estructura del Fantasma, en su lazo se construye  la historia erógena de un sujeto, a través de lo dicho y escuchado desde el lugar del  Otro, se arma una verdad mítica. La historia es incompleta dado que es articulada a partir de impresiones Simbólicas que nombran fragmentos de lo Real infantil, más adelante se manifiestan en un Sujeto como escenas retroactivas que se entrecruzan en la realidad subjetiva y la realidad exterior. Estas escenas son la expresión del nudo de los tres registros en relación al objeto a. Estas escenas han sido enunciadas desde un afuera, se comprometen desde el material significante, han sido transcritas por los significantes que son ajenos al sujeto, pero en esencia lo constituyen (7); “Al mismo tiempo, las fantasías sirven a la tendencia de refinar los recuerdos, de sublimarlos. Son establecidas por medio de las cosas que fueron oídas y que se valorizaron con posterioridad, y así combinan lo vivenciado y lo oído, lo pasado (de la historia de los padres y antepasados) con lo visto por uno mismo” (8). Una Fantasma  se condensa a partir de  cada impresión, se constituye como recuerdo pantalla que hace telón para articular el Deseo y el Goce del Otro. El resultado, es un conjunto de escenas armadas por la red de significantes que mantienen un lazo con el objeto, no obstante en algunos casos es un lazo respecto a  la pérdida del  objeto, en otros es una relación donde la pérdida es un conflicto. En cualquiera de los dos casos el Fantasma es ya una estructura y un modo de articular la relación a los tres Registros de la realidad humana.

El deseo del analista y su trabajo de construcción se origina  desde la escucha y la palabra, a partir de la lógica de lo Inconsciente se integra una verdad ficcional, una verdad incompleta, no toda, alienada de la historia: “la historia no es el pasado. La historia es el pasado historizado en el presente, historizado en el presente por que ha sido vivido en el pasado” (9). A través del  acto analítico, se  colige el material significante  que da acceso al Sujeto de lo inconsciente,  la  integración de la historia permite distinguir el fantasma, este es el sustituto del trauma, es la creación poética condensada donde se gozan los síntomas que son expresión del conflicto pulsional. La pulsión de muerte en su exceso silencioso, se anuda a aquello alienado de la historia de un sujeto,  a aquello que el yo desconoce; el Fantasma en definitiva es en parte una formación de estructura que genera un marco, donde se estabiliza aquello desconocido, no nombrado, alienado y externo que ha pasado desde lo Real por el manto de lo Simbólico. 
El análisis permite construir el fantasma, abriendo la posibilidad de una reescritura de la propia historia, y a través de este acto reescribir el Fantasma a través del acto de localización subjetiva de los significantes Amo. Por esto, historizar en psicoanálisis es el ingreso al registro de lo Simbólico pero también es la localización de aquello Real en la historia  y los semblantes Imaginarios que se logran atravesar en transferencia; El objetivo por consiguiente es reintegrar una verdad: “la reintegración por parte del sujeto de su historia hasta sus últimos límites sensibles” (10). Desde este actose dirige la cura, aquello separado, olvidado, negado retorna y se reintegra produciendo distintos efectos de rectificación subjetiva y de apropiación de una verdad, un movimiento que en el sujeto busca una posición subjetiva nueva, una creación.

A partir de una restitución de la historia del sujeto, se constituye la reelaboración de la propia historia y la dinamización de la posición subjetiva, Freud realiza varios comentarios en el Historial del Hombre de los Lobos enfatizando el proceso de dirección de una reconstrucción: “He aquí lo único que yo quiero decir: escenas como las de mi paciente, de una época tan temprana y de semejante contenido, que luego reclama una significatividad  tan extraordinaria para la historia del caso, no son por lo general reproducidas como recuerdos, sino que es preciso colegirlas -construirlas- paso a paso y laboriosamente a partir de una suma de indicaciones” (11). Lacan respecto al Hombre de los Lobos en el seminario I señala la importancia de la reconstrucción histórica, en tanto apunta a una reescritura en la historia subjetiva como parte del acto analítico, la subjetivación siendo un proceso continuo en un psicoanálisis, también es la localización de lo Inconsciente y la articulación en transferencia de un fantasma. Por esto, en términos de cura, la rememoración como hecho objetivo, pasa a segundo lugar porque  el  trauma debe ser reconstruido en el presente a través del fantasma: “de acuerdo con la evidencia clínica, su dimensión fantasmática es infinitamente más importante que su dimensión de acontecimiento, en consecuencia los acontecimientos a nivel subjetivo son segundarios no así: la fecha del trauma sigue siendo para él, un problema que conviene conservar, valga la palabra, testarudamente” (12).

Lacan apunta a la lógica de las fechas y los números dado que son expresión de la articulación entre lo Simbólico y lo Real en el Fantasma. En la historia de Serguei y de cualquier paciente, los números tienen un peso central y ejemplifican los detalles clínicos necesarios para construir un proceso analítico que apunte a lo inconsciente y a la subjetivación del Fantasma: Serguei nace un 25 de diciembre, su sueño de angustia emerge antes de su cumpleaños, cerca de las 5 de la tarde declinaba su talante sombrío, el V romano, a los 5 años tuvo una alucinación, la Wespe como condensación de lo traumático, pero también marcan el tiempo entre que acaba el análisis con Freud y emergen los síntomas delirantes.  Este Número es un operador simbólico que anuda  lo Real, pero que no lo amplifica a una expresión simbólica asociativa, queda más bien en un estado de alienación identificatoria, a una marca, a un rasgo que nombra el trauma pero no lo integra, queda en un estado ligado más a la condensación. La repetición de este número es el nudo en la cadena significante  a  lo cual Serguei se identifico, en tanto  aquel expresa su goce y deseo en transferencia con Freud.

El Historial Clínico de Sergei.

El tratamiento psicoanalítico de Serguei Pankejev se inicia cuando el paciente tuvo 24 años y duro un lapso de cuatro años, desde 1910 a 1914 se desarrolla el análisis que para ese tiempo era extenso. Previo a este tiempo Serguei ya habría estado en tratamiento con varios psiquiatras, uno de los más importantes fue el doctor Kraepelin quien lo habría diagnosticado como maniaco depresivo y lo habría tratado por un lapso de 5 años, entre los 18 y los 23 años del paciente (13). Antes del ingreso del paciente a análisis acontecieron diversas situaciones que son centrales en la exposición de este caso, detalles que aparecen en la autobiografía del Hombre de los Lobos (14); entre sus 19 y 22 años el experimenta dos suicidios, el de su hermana Anna en 1906 la cual era 2 años mayor que él, y el de su Padre en 1908. Su hermana fallece por suicidio de carácter oral, se envenena luego de un delirio, su padre también se suicida  después bajo un impulso similar. En este tiempo después de la muerte de su hermana Serguei conoce a Teresa, su futura pareja durante 23 años, ella es enfermera en un clínica en Múnich, él se enamora de ella pero no hay una posición definitiva en torno a Teresa,  pese a sus intentos de conquista hay comportamientos contrarios en él, una fuga frente a la mujer como nos señala Freud.

Lo cierto es que luego de la muerte de su Padre ocurre una ruptura con Teresa propiciado por él,  luego se arrepiente y decide buscarla de forma infructuosa. Cabe notar que bajo estos movimientos libidinales y duelos en Serguei ingresa a análisis con Freud en el año 1910. Freud nunca nos habla de duelo en el historial, Serguei en su autobiografía habla de duelo, hay un discurso distinto entre el historial y la autobiografía, se podría pensar que Freud no investiga este duelo, porque no lo escribe en el historial, sin embargo esto no es del todo cierto, si nos dice algo, señala que el habría dudado del diagnóstico de Neurosis dado que él paciente no habría exteriorizado síntomas propios a un duelo luego de la muerte de su hermana, al menos no a nivel manifiesto, pero si a nivel simbólico porque luego nos dice que llora en la tumba de un poeta Muerto, Lermonotov. El poeta con quién el  padre de Serguei comparaba a su hermana, la tumba de este poeta está en el Caucaso, y su hermana se habría suicidado en el Caucaso, por lo tanto si inferimos que hubo un abordaje de aquellos duelos, pero de estos Freud no nos habla.

Podemos agregar que hay sustituciones y desplazamientos cruzados en las elecciones libidinales de parte de Serguei, el suicidio de la hermana por la elección de Teresa, el suicidio de su padre y su ingreso a análisis. Sin duda Freud viene a sustituir un agujero en Serguei, un vacío dejado por la muerte del padre, es claro que este joven acaudalado ruso desarrolla una rápida transferencia imaginaria, hubo una demanda de análisis que preliminarmente sostuvo el tratamiento: “El que Freud le autorizara a buscar a Teresa”, ya habíamos mencionado que previo a su ingreso a análisis, Serguei habría roto su relación con teresa, pero que luego se arrepiente, y habría buscado retornar con ella, frente a esta demanda Freud hace un manejo de la transferencia, dirige la cura, le dice: “Sí pero, no ahora, dentro de un tiempo, cuando yo le diga que ha llegado el momento” (15), Freud posterga la satisfacción, pero también busca una posición que permita que la transferencia se instale en torno al análisis  del: Varón inconsciente para él.

Lo que Freud señala del ingreso a análisis y de ciertos tramos del tratamiento es la descripción de un caso difícil; “En materia de esas fructíferas dificultades, el caso que aquí se describe no deja nada que desear, los primeros años de tratamiento, apenas si lograron cambio alguno”, la posición de Freud como analista es descrita desde una lógica inconsciente: “tan atemporal como el inconsciente mismo”. El escenario del mundo del enfermo da cuenta de una pérdida del contacto con la realidad;  por un lado ha abandonado sus estudios de derecho, conserva de modo inestable una relación sentimental enlazada al predominio de una marcada bisexualidad. Identificaba en este paciente una posición femenina y una postura frente a ciertas intervenciones de “dulce apatía…escuchaba, comprendía, pero no permitía aproximación alguna”. La representación hecha por Freud es la de un paciente: “por completa dependiente e incapaz de sobrellevar la existencia”, esta dependencia también se expresaba en un síntoma que Freud habría signado como conversivo, Serguei presentó  estreñimiento, requería de lavativas asistido por un compañero y solo a través de estas podía evacuar. Lo que destacamos es la vivencia psíquica escindida que le producía este fragmento de lo Real en su sintomatología. La principal queja que tenía en torno a su obstrucción intestinal era la sensación: “que el mundo se escondía tras un velo, o que él estaba separado del mundo como un velo”, sin duda, que este elemento denotó un conflicto con la realidad exterior, pero no un corte con ella. Por otro lado, es importante señalar que estar: “separado del mundo” es el efecto de la obstrucción intestinal, una zona erógena, en referencia a un objeto que no se separaba.  Existió una intervención desde lo Real para ejecutar la separación con el objeto, sumado a que la frase: “estar separado del mundo”,  es un modo de alienación en referencia al objeto, podríamos leer en retrospectiva que es un modo de pensar lo estructural que hay entre el Sujeto de lo Inconsciente y el objeto de la pulsión; su Fantasma. Freud apunta a la intervención desde lo Simbólico para construir una verdad acerca de esta obstrucción en lo real del cuerpo, particularmente los momentos de pérdida, de caída del objeto anal, cuando Serguei defecaba al fin, vehiculizaban un movimiento de subjetivación, de separación, de pérdida de Goce. Serguei requería de un otro que participara en la escena de las lavativas, una escena que se repetía y situaba al paciente en una relación pasiva respecto al Otro y al otro, todas escenas que le remiten a su Edipo.

La zona del ano en Serguei remiten a una asociación de elementos clínicos importantes de inscribir a lo largo de su análisis, dicho lugar fue uno de los elementos de la estructura de goce en torno a su Fantasma. Su síntoma anal es analizado por Freud, funcionaba en transferencia porque se repitió, insistió y respondía a una modalidad de retorno que se sitúa en este paciente a través de escenas; Serguei penetrado por otro, en el acto de la lavativa se permitía la expulsión de las heces, aquello también podríamos sustituirlo por el deseo rechazado angustiante; la fantasía de ser penetrado por el Padre, su posición femenina en lo inconsciente es actuada y fue actuada en transferencia a Freud: La lavativa era una puesta en acto en transferencia, era un modo de mostración al Otro donde se actuó aquello que no se recordaba, aquello no integrado, era el despliegue condensado de lo Real y lo Simbólico, el sueño de los lobos y tras de él, la escena primaria (16).

Esto nos conecta con tesis centrales en psicoanálisis; un síntoma es el sustituto de una satisfacción pulsional, su estructura es infantil, el diagnóstico se hace en transferencia. Por consiguiente, los síntomas en Serguei son polimorfos, al interior de una estructura infantil perversa polimorfa, los síntomas se constituyen desde lo Primario. “Solo esta neurosis infantil será tema de mis comunicaciones”, menciona Freud, pero también señala una insistencia pulsional que gobierna desde la infancia hasta la adultez, tal insistencia determina de forma singular lo denominado como serie completa de la neurosis infantiles: La temprana perturbación del placer de comer, la aparición de la Fobia al lobo, luego del sueño de angustia, la trasmudación a una beatería obsesiva y su declinación, es decir distintos tiempos de insistencia pulsional en torno a: lo oral, la mirada, lo anal y la pregunta por lo fálico, cuyo orden y manifestaciones primarias aluden a un mensaje de algo que cojea en el mito familiar alrededor de la castración.  En el fondo todos estos síntomas que se repiten desde la temprana infancia están relacionados a la escena primaria, en ella se condensa lo inicial de su relación al objeto.

Lo primario que retorna es la escena primaria; y la palabra escena se enlaza al concepto de Fantasía. Freud señala que la fantasía es un conjunto de escenas  y que la estructura de la histeria poseen una arquitectura de fantasías que se constituyen desde escenas. Por medio de la condensación de lo escuchado de los padres, los antepasados y lo vivenciado por la propia persona se crea y re-crea una realidad mítica, estas sublimaciones poetizadas del recuerdo, es una  formación que restituye una unidad condensada por palabras y la historia infantil las cuales se anudan a través de diversos mecanismos de defensa. En dicho sentido, la  escena primaria es justamente una fantasía, al igual que la castración o la seducción primaria, todos pueden ser vividos en la realidad desde lo escuchado o experimentado pero se integran al saber inconsciente, en esencia nacen de allí, se forjan desde los S1, desde las primeras identificaciones, pero también desde aquello que se encarna en el cuerpo, desde un Otro en Falta que deja marcas. Sin embargo, toda fantasía se anuda a una parte Real en su estructura, tanto porque lo Simbólico tiene una parte Real, o bien por un defecto de abordaje por lo simbólico que podría integrar un exceso de lo Real, esto permite pensar que lo irrepresentable está presente también en una Fantasía.

La escena primaria es un conjunto de escenas organizadas por fantasías sobre relaciones sexuales de los padres, lo que acontece en la  impresión del hombre de los lobos es la retroacción en modo de fantasía negada y escindida de un fragmento de lo Real: “eso irrepresentable”. A la edad de año y medio, edad que Freud sitúa por lógica aquella escena del coito a tergo de los padres, es que se fija la impresión de la cual Serguei es un espectador, en cuya escena él es pasivo, mira la escena sexual de sus padres, y no logramos situar  significantes en ese momento, los significantes están pero no en esta escena, si posteriormente, lo que se fija es una impresión desde lo Real, hay impresiones acerca de la mirada pero sin significantes, no podríamos plantear que fragmentos de esta escena quedaron reprimidos  y retornaron a través de síntomas, fragmentos de esta escena retornaron no desde un orden Significante, retornaron desde lo Real, desde aquello irrepresentable de los padres que se muestran para ser mirados: una matriz pulsional cuyo Goce Otro fija una posición de objeto en torno a la mirada, en torno a la pulsión sin representante; el hombre de los lobos  mira y se escinde, mira y ocurre una descarga anal, la mirada y se fragmenta, pero queda el rasgo de descarga y excitación. Lo que Freud construye a partir de la frase; veo con gran terror, en el sueño de los lobos, es un material significante posterior a un fragmento de mirada Forcluida, una realidad no integrada al orden significante, y por ello irrepresentable y angustiante. En dicho sentido, el sueño señala una verdad estructural dado que este vehiculizó un entrecruzamiento entre Lo Real y Lo Simbólico.

El orden cronológico que Freud nos entrega en este historial muestra una secuencia de sucesos que marcan el recorrido histórico que se construyó en  análisis. Cada encadenamiento sintomatológico respondió a una cadena de Significantes, se evidencia de ello la mixtura del discurso femenino y materno, los significantes se destacan en el historial dado que Freud los selecciona para mostrar la secuencia Simbólica. Freud nos habla de un jirón menospreciado del recuerdo, el secreto disfrazado de un recuerdo que no se habría aclarado sino hasta el final del análisis; previamente el paciente había comentado que  tuvo un periodo de conducta díscola que termina volcándose en angustia, esto habría ocurrido pasado los 4 años, pasado su sueño de angustia, es el recuerdo de una escena infantil que no cobraba sentido; perseguía una bella mariposa, que era veteada de amarillo, pero cuando la Mariposa se posó en una flor, emerge la angustia que concluye en un comportamiento de huida, las asociaciones marcan una cadena significante; “Babochka”, mariposa en ruso, esto le permite asociar que las mariposas le parecen mujeres o niños y que los escarabajos le parecen hombres; las alas abiertas de una mariposa le recuerdan lo ominoso de las piernas abiertas de una mujer y el dibujo le recuerda el V romano, este se relaciona con la hora en que le sobrevenía su talante sombrío, esta cadena de lógica inconsciente se repite en los cinco  lobos graficados y el recuerdo de la alucinación a los 5 años, en definitiva todo es una verdad condensada, una verdad que se anuda a la mirada. Freud analiza el proceso primario tras esta formación; “tras el recuerdo encubridor de la mariposa se hallaba el recuerdo de la niñera”, Grusha fue una niñera antes de la aya, que Serguei había querido mucho, de ella habría  recobrado fragmentos acerca de una escena cuando el paciente tuvo más de 2 años, Serguei se habría orinado como gesto de seducción al ver a la niñera en posición a tergo limpiando el piso, Freud comenta esta escena en tanto responde a la conexión entre el amor y la compulsión referente a la zona anal, de adulto incluso era repetitivo que dicha zona marcara sus elecciones amorosas. Nos encontramos entonces con la siguiente cadena significante la cual se desplaza desde la escena primaria en adelante: babuchka, grusha, matrona. Esta última mujer es de la que se enamoró de forma compulsiva y de la cual se contagia de gonorrea, enfermedad que gatilla su Neurosis a los 18 años. El sueño esta  encadenado a Grusha y también a la escena primaria, la angustia está enmarcada: La angustia a la mariposa es el sustituto de la escena primaria: “He soñado que un hombre arranca las alas a una ESPE” su enunciación es su identificación, Serguei sustituye ESPE por WESPE, y Freud se lo hace saber en tanto el dicho condensa el síntoma, las iniciales de Serguei Pankeyef aparecen en forma de lapsus dentro del ESPE. Por otro lado, WESPE desde la metáfora y la metonimia, muestran la mutilación de la avispa que representa la venganza a Grusha, por la amenaza de castración, pero a la vez evidencia la posición subjetiva que tiene en torno a la castración. Sea por ESPE o WESPE en ambos se mantiene el orden significante (17) y en ambos se liga la identificación primaria, su nombre propio está señalado como insignia, como rasgo.

Temporalmente Freud sitúa a una edad de 3 años ¼ el recuerdo de una primera cadena significante ligada al padecer intestinal de la madre, él fue testigo de dolores y hemorragias, su madre habría dicho respecto a aquellas; “así no puedo vivir más” el paciente repitió dicha enunciación en diversos momentos, y especialmente en situaciones relacionadas a la angustia, posterior al sueño de los lobos, tuvo un accidente retentivo, un día se ensucio los calzones y cuando lo limpiaban se lamentó; “así no puedo vivir más”, es claro que esta cadena esta condensada con sus posteriores lavativas pero también señala de qué modo existe un nudo entre la Angustia, el acting y el objeto a.

El escilabo condensa un resto de la relación al Otro, en tanto es expresión de esta cadena, la zona erógena anal esta constituida por un orden simbólico. Los significantes maternos vienen a interpretar a posteriori la escena primaria la cual se sitúa primariamente dentro del orden de lo Real. Posteriormente aquello Real aparece de modo súbito en forma de angustia, por eso la Angustia está enmarcada, hay un marco, y este es el Fantasma (18). En los tiempos del padecer intestinal de la madre, Freud sitúa una seducción ejercida por la hermana mayor a Serguei, comprueba esta realidad traumática a través de sueños; Freud reconstruye los recuerdos de seducción, ello nos habla de problemas para articular la castración en esta familia, sumado a esto, se revela del material un aspecto central en relación al Otro y la alienación; Freud deja entrever una fusión entre la nodriza “aya” y la madre, los significantes de la “aya” marcan las identificaciones de Serguei en torno al Goce de los padres, su identificación femenina lo invierte: “él debió haber sido la niña y su hermana mayor el varón”, estos significantes organizan lo pasivo y femenino, y dan forma retrospectivamente a la escena primaria. Simultáneamente, Freud plantea que ocurre un desplazamiento desde la seducción recibida por la hermana, hasta lo activo en la actitud de seducción a su “aya”, dado que frente a ella juega con su pene y en respuesta la “aya” le responde: “los niños que hacen eso reciben una herida”, esta frase tiene la función de una amenaza y sofoca su onanismo incipiente. Posterior a esta experiencia se evidencia un retorno, posterior a esta amenaza hubo una regresión al estadio anal: “la  sexualidad cobro caracteres sádicos anales, se volvió irritable y  atormentador” esta regresión fue la causante de su conducta díscola e incomprensible para los padres, fantasías activas y pasivas a nivel agresivo con insectos y animales. Es importante destacar el nivel de incidencia negativo que tuvo la cuidadora en la conformación de los significantes que interrumpían la capacidad de situar la diferencia sexual; “la aya le habría dicho que su hermana era hija de su madre y que él lo era de su padre...le contentaba mucho el ser hijo de su padre”, la cuidadora marca un Goce Otro, en tanto ubica a Serguei en el lugar de resto anal, niño caca, se inviste la zona anal en tanto repite significantes que escenifican a lo materno, pero también incide negativamente en su identificación masculina, reforzando la bisexualidad.

En un segundo análisis, realizado en 1927 (19), llevado a cabo por la doctora Ruth Mack Brusnick, se evidencia un dato singular que Freud no habría mencionado en el historial, no sabemos si fue porque Freud lo omite en el historial o porque Serguei decide no hablar de ello, sin embargo, la analista en este segundo tiempo señala que desde cerca de los 2 años, tanto el paciente como su hermana les era común ser penetrados analmente por la cuidadora ayudándolos a evacuar, dado que ya por dicho tiempo había presentado su constipación. Se aprecia una situación concreta de estimulación de órgano ejercida por la gobernanta, una seducción directa, que sin duda debió haber coparticipado en las marcas Reales a nivel del cuerpo. Lo concreto son los efectos traumáticos, hay una moción homosexual que se retiene en el órgano, hay una homosexualidad inconsciente, y fantasías que se relacionan al padre, pero también una incidencia femenina en esta homosexualidad inconsciente.

Las construcciones que se relacionan al padre escenifican algo del orden de una ausencia; Freud no plantea ningún significante dicho por el padre en todo el historial, sin duda  pudo haberlos omitido, en comparación a todo el resto de material simbólico de la gobernanta y de la madre, el Padre en lo Real y Simbólico se ausenta de la escena familiar y Serguei negaba aquello, así como el estado psicopatológico del padre: “Los ataques por desazón”  y las ausencias por hospitalización. Es central pensar que las seducciones que la hermana ejecutaba acontecían en momentos de ausencia del padre, un padre que el propio Freud subrayaba como tendiente al “regaño tierno” , al igual que el padre de Hans el cual padecía de fobia al caballo,  Serguei por su lado tuvo fobia al lobo, esto demuestra lo sustituto del conflicto psíquico, un síntoma como articulador de la castración en tanto hay una carencia de orden Simbólico, paro la castración no falta, es señalada como daño al cuerpo, como una herida, como algo del orden de lo Real, ejemplo de ello son; el sangrado por hemorragias de la madre, a frase dicha por la “aya” sobre los niños que reciben una herida  y la gonorrea a los 19 años que marca el quebranto patológico.

La castración también aparece como relato transgeneracional en los cuentos del abuelo paterno, el cuento grafica a un sastre que por medio de unas tijeras ahuyenta a un grupo de lobos, en la primera escena el sastre arranca la cola a un lobo, y en un segundo momento muestra a un grupo de lobos que se enfrentan a la amenaza a consecuencia de no obedecer, en el mismo registro, la caperucita y el lobo y los siete cabritos escenifican cortes, extracciones, pérdidas que en el mundo Simbólico de Serguei se organizaban. Sin embargo, la posición que Serguei toma respecto al tema de la castración no es definitiva, en reiteradas ocasiones Freud señala una Verwerfung referente a la castración; “no quiso saber nada de la castración”… “no se había pronunciado ningún juicio sobre su existencia, pero si era como si ella no existiera” (20) esto sitúa un conflicto respecto a la posibilidad de inscribir simbólicamente un juicio sobre la existencia de la diferencia sexual, la articulación de lo simbólico y el exceso de  Real que participan en la fijación anal. No obstante, a lo largo del tiempo posterior al sueño de los lobos, y durante el sueño de angustia a los 4 años, se constituye una posibilidad cierta de inscribir un territorio Simbólico. A través de diversas cadenas significantes Freud construye en el historial de Serguei un Edipo invertido,  este Edipo  toma forma simbólica a través del sueño de angustia. Este sueño que pasaremos a continuación a analizar, condensa diversas formaciones de al menos cuatro mecanismos defensivos verificables, los cuales alteran la posición del sujeto y su relación con el objeto; el trastorno hacia lo contrario, la vuelta sobre la propia persona, la Verwerfung y la Verdrangung.     

El Sueño del Hombre de los Lobos.

La importancia que poseen los sueños en Psicoanálisis reside en su estructura articulada por la lógica del significante que determina un producto sometido al trabajo psíquico del proceso primario. Esta dinámica permite desfigurar y ocultar los sentidos que constituyen lo deseado para el sujeto. A partir de esto, Freud desarrolla una técnica de interpretación del deseo escrito en el sueño: Texto sagrado, siendo uno de los objetivos transformar el texto desfigurado del sueño, a modo de una traducción, hasta la develación de lo latente en el deseo inconsciente del sujeto.

Lo que surge en el estado del dormir son básicamente imágenes perceptibles a los sentidos, dichas imágenes se comportan de igual modo que lo hace una alucinación, en tanto la figurabilidad y los contenidos estarán fuera de la voluntad del yo, aunque dichas percepciones contemplan actividades de memoria, del recuerdo y del pensar a modo de huellas,  lo que se percibe de un sueño es producto simultáneo de la estructura de la palabra, del significante, campo de lo Simbólico y de aquello que corresponde a un impulso que se representa por la pulsión. Esta moción pulsional  entrega un valor de movimiento al sueño,   liga sexualidad e inconsciente al interior de lo que Freud entiende como cumplimiento de deseo.
Sin embargo, si el sueño es cumplimiento de deseo, existen sueños que no responden a un principio del placer, mostrándose en su realidad como angustiantes. Lo característico de los sueños que se precipitan en angustia es que señalan algo súbito unestado de turbación en el sujeto; la angustia en este sentido paraliza e interroga respecto a la ausencia de sentido. El Psicoanálisis descubre que la angustia tiene objeto, posee una función, tiene sentidos y se liga a uno  o más objetos y posee una estructura que está presente al menos en las neurosis.

En términos históricos, Freud desarrolla un acercamiento paulatino a la problemática de la angustia.  A partir del manuscrito E (1894) (21) en una  aproximación dinámica, manifiesta el nexo entre la sexualidad y la angustia cuya hipótesis central es el origen de este afecto: la tensión sexual se muda en angustia, así lo angustiante es la expresión de un valor energético de transformación de lo acumulado donde hay expresión de una descarga que escenifica lo sexual primario y una relación a un Otro.

Posteriormente, en la Interpretación de los Sueños (1900) (22) comenta brevemente la formación de sueños con contenido angustioso, repitiendo los caracteres ya mencionados sobre lo sexual: “La angustia en los sueños proviene del material sexual incluido en sus pensamientos oníricos” yagrega las nociones de conflicto psíquico, realidad psíquica y complejo de Edipo, no obstante en su concepción del sujeto no zanjará el valor de la real función que cumple la angustia en la estructura psíquica, pero distingue en dicho afecto algo verdadero y propio: «La angustia en los sueños, permítaseme insistir, es un problema de angustia y no un problema del sueño».

A partir de sus Tres ensayos de teoría sexual (1905) (23) articula el concepto de complejo de castración  anudado de ahí en adelante al complejo de Edipo. No obstante para que construyera el lazo entre castración y angustia pasarán varios años.  En el análisis del caso Hans  (1909)  (24) retrata la fobia de un niño que se precipita posterior a un sueño de angustia,  dando sentido al dinamismo al interior de la familia de Hans en torno a la articulación de la castración y de como un sueño angustioso poseía una función doble; desencadena a modo defensivo un conflicto psíquico al tramitar lo aún no subjetivando y, simultáneamente, demostrar que la angustia funciona como señal de un proceso represivo, es decir que la angustia era señal de que la represión había efectuado de modo parcial una sustracción de la investidura libidinal en el sentido de una perdida y el costo es la presencia de angustia.   

Con estas coordenadas teóricas en torno a la angustia, la castración y la represión inicia en el año 1910 el análisis del Hombre de los Lobos, pseudónimoconsignado por Freud a partir de un sueño de angustia por Serguei a la edad de 4 años, la angustia es el afecto con que culmina el sueño. Las construcciones de Freud permiten revelar que el sueño acontece la noche antes de su cuarto cumpleaños, previa  a la navidad, en el ambiente circundante hay un árbol de Pascua, los regalos y la expectativa. Lo central es que este sueño fue el enigma inicial y no tuvo sentido hasta su encuentro con Freud, de su análisis surgirán las elaboraciones concernientes a la “escena primordial” o la construcción de las “fantasías primordiales”. A partir de un primer sueño relatado en sus entrevistas preliminares  se da inicio al análisis de Serguei. Paso a continuación a citar este sueño:   

“he soñado que es de noche y estoy en mi cama (mi cama tiene los pies hacía la ventana, frente a la ventana había una hilera de viejos nogales, sé que era invierno cuando soñé, y de noche) De repente, la ventana se abre sola y veo con gran terror que sobre él nogal grande frente a la ventana están sentados unos cuantos lobos blancos. Eran seis o siete. Los lobos eran totalmente blancos y parecían más bien unos zorros o perros ovejeros, pues tenían grandes rabos como zorros y sus orejas tiesas como de perros al acecho. Presa de gran angustia, evidentemente de ser devorado por los lobos, rompo a gritar y despierto”.

¿Qué se reconstruye  del sueño de los lobos ocurrido a los 4 años? ¿Qué función posee la angustia en este sueño? ¿Cómo se liga la pulsión con la angustia y el sueño? ¿Qué relación existe entre el sueño, la escena primordial y el fantasma?
La experiencia del análisis se constituye como una forma de construir preguntas paradigmáticas sobre el Deseo y el Goce de un sujeto y la práctica busca descifrar a nivel inconsciente los sentidos que interrogan  la posición subjetiva que asume él soñante respecto a su propia producción. La posición de sujeto u objeto al interior del escenario onírico, la temporalidad diacrónica en la cual se ubica el sueño y el modo en que desemboca un sueño constituirán elementos centrales para  la comprensión de la posición subjetiva del hombre de los lobos o de cualquier paciente en análisis. En este sentido, Freud va a demostrar la importancia de este sueño dividiendo su comprensión en dos dimensiones; la primera, concebida como una valoración que llamaremos estructural del sueño; la segunda, a partir de la interpretación que este sueño revela.

En cuanto a la valoración del sueño, Freud subraya el momento de la cura en que es relatado este sueño: lo comunicó muy al comienzo, añadiendo como fenómeno de estructura tiene: “El duradero sentimiento de realidad en el que desemboco”, observación proveniente de La Interpretación de los Sueños, periodo cuando pensabaque sentimientos displacenteros sostenidos con posterioridad a un sueño contienen una determinada intencionalidad: “dentro del material latente del sueño hay algo que reclama realidad efectiva en el recuerdo, el sueño se refiere a un episodio ocurrido de hecho y no meramente fantaseado”, El autor sugiere, en obras previas y posteriores a la publicación de este historial, la existencia de reales sueños probatorios que autorizarían inferir que: “los soñantes han sido en su primera infancia espectadores de un comercio sexual”. Es decir, confirma a partir de este sueño sus hipótesis previas e indirectamente expone los componentes de orden pulsional ligados al producto onírico, demostrando que la producción de estos sueños están  determinados por dos criterios centrales; “sobrevienen durante la infancia y se los recuerda desde ella”, aspecto nuclear para la comprensión del concepto de; escena primordial  y, posteriormente, en lo concerniente a lo relacionado a la fantasía.  

Por otra parte,  la interpretación de este sueño es extensa: “La interpretación abarco varios años”, apuntando al valor significante y al funcionamiento pulsional figurado en este sueño, dimensión que permitió progresivamente acercarse a los múltiples significados anudados: “tras él se escondía la causación de su neurosis infantil”. Anticipamos que los avances en torno a la reconstrucción de los factores ligados a la neurosis están formados bajo las mismas condiciones en que Freud lee este sueño de angustia, que aparece como resto desfigurado de algo temprano y que para el paciente se presenta como enigmático y repetitivo. De este modo la angustia anudada al sueño señala lo verdadero del conflicto psíquico ligado al complejo de castración, ubicando temporalmente allí la clausura a través del mecanismo represivo articulado de modo deficiente, sumado a la operatoria de mecanismos aún más tempranos y que el sueño condensa una modalidad de retorno que, en algunos aspectos, es un retorno de lo reprimido y en otros, un modo de retorno en lo Real.

Por otra parte, la tesis asociada a la angustia se complementa con un texto posterior, en Inhibición, Síntoma y Angustia (1926) (25) concibe la aparición de angustia ligada a la castración; la angustia señala la dinámica necesaria para la estructuración efectiva de la Neurosis por medio del mecanismo represivo,  aquí la angustia es previa a la represión y opera como afecto que moviliza a la represión en tanto se acepta una pérdida, una sustracción de la libido que es sustituida por una identificación.
Desde Lacan lo que reconstruimos del sueño de los lobos es una posición subjetiva en conflicto respecto a la separación con el objeto, expresión angustiosa de la articulación de la castración y enmarcada en relación al Fantasma del Hombre de los Lobos, una relación del fantasma con lo Real: “Lo que el sueño inaugural en la historia del análisis les muestra, en ese sueño del Hombre de los Lobos, cuyo privilegio es que, sucede incidentalmente y de una manera no ambigua, la aparición en el sueño de una aparición no pura, esquemática del Fantasma, es porque el sueño a repetición del Hombre de los Lobos es el Fantasma puro, develado en su estructura, que toma toda su importancia, y que Freud lo elige para hacer- en esa observación que no tiene, para nosotros, ese carácter inagotado, inagotable, sino porque se trata esencialmente, y de un extremo al otro, de la relación del fantasma con lo real” (26).  Este sueño es una formación, un retorno de la operatoria significante  en relación a lo Real, sin embargo, un fragmento de Real no fue integrado al orden Simbólico al interior del sueño de los Lobos, está presente como angustia, con un duradero sentimiento de realidad como expresión del fracaso de la operatoria significante: “de repente la ventana se abre sola, los ojos se abren de pronto” frase que recuerda el sentido súbito en que se enmarca la angustia, esto inaudito de lo unheimlich, ominoso, siniestro e inquietante exceso de Real (27).

 Freud señala que en el contenido del sueño hay una modalidad de inversión en la posición subjetiva identificada en el adulto: “el estaba despierto y le fue dado a ver algo”. El mirar atento que en él sueño se lo atribuye a los Lobos debe más bien trasladarse a él; entre los lobos y Serguei hay un trastorno hacía lo contrario y vuelta sobre la propia persona, dos destinos arcaicos de la pulsión: Una permuta de Sujeto por objeto, de actividad por pasividad en los cumplimientos de satisfacción libidinal, con un predominio en el objeto mirada. Serguei evidencia una posición pasiva a nivel subjetivo y Freud construye una permuta desde la escena primaria al sueño de los Lobos, un a-posteriori. Serguei se traslada a nivel de la identificación desde ser el lugar de ser mirado al lugar del mirar atento: Muda de un estado de intensa movilidad al de pasividad en el sueño. Podemos agregar que estos estados son un rasgo en referencia a la mirada, su identificación a lo alienante de la mirada, su posición subjetiva en torno a la mirada. En cuanto a este objeto de la pulsión y a esta meta pulsional no se articulo una pérdida, no hay separación y por eso Freud dará a entender que hubo Verwerfung de la castración, la mirada en Serguei no se articuló como objeto de la pérdida del Otro:

“Con relación a ese Otro, dependiendo de ese Otro, el sujeto se inscribe como un cociente, está marcado por el rasgo unario del significante en el campo del Otro. Y bien, no por ello el Otro queda aniquilado. Hay un resto, en sentido de la división, un residuo. Ese resto, eso último, ese irracional, esa prueba y única garantía de la alteridad del Otro, es el a. Y por eso los dos términos, $ y a, el sujeto marcado por la barra del significante(28).

Su comportamiento devino en mirar la diferencia pero a la vez en desconocerla: “Verwerfung de lo nuevo, en nuestro caso por motivos derivados de la angustia frente a la castración- y se atuvo a lo antiguo-. La mirada en Serguei no se inscribe como elementoSimbólico, deja al sujeto fijado a una relación, a un tiempo Real e irrepresentable, a un agujero en lo Simbólico desde la escena primaria que se anuda como elemento rechazado y angustiante en el sueño de los lobos. La Verwerfung es una defensa respecto de la realidad exterior, respecto a lo perceptible, distinta a la Verdrängung que opera a nivel significante respecto a una pulsión que posee representantes en lo psíquico, en lo inconsciente. En el caso de la Verwerfung no hubo llegada de lo simbólico que constituyera significantes, no alcanzó a ser inscrito algo de la realidad desde el orden simbólico incidiendo en su permanencia como Real y retornando inevitablemente desde cualquier futura  fractura, es en definitiva una marca no sometida al orden simbólico (29). Este mecanismo produce efectos en el sujeto e interroga sobre las posibilidades de constitución del sujeto en este caso, dado su no anudamiento a una cadena Simbólica. Sin embargo, Freud nos enseña que la posición que el sujeto establece en torno a la castración no es definitiva  y –agreguemos- no hay un solo tiempo para la castración, esta se puede articular en distintos tiempos del desarrollo libidinal.
 
El sueño de los Lobos fue un articulador lógico, un ordenador que a través de la metáfora y la metonimia, se traduce e interpreta el Prängung hasta el cuarto cumpleaños, un 24 de diciembre. Freud plantea que desde allí Serguei era homosexual en lo inconsciente; también acontece una Verdrängung, algo de lo simbólico es reprimido a lo largo del sueño. La angustia indica el conflicto con la simbolización de la castración, dado que no hay una posición subjetiva definitiva que haya afirmado la separación con el objeto, y por ello el mantenimiento del afecto angustioso. Recordemos el discurso fusionado entre la madre y la “aya”, junto a las fantasías sobre el  padre castrado y ausente fuertemente investido con libido homosexual. Todo ello revestido, por los significantes que lo situaban en una posición femenina y por los Real indescifrable de las dolencias de la madre. Serguei se habría identificado a aquello, una identificación Simbólica pero también a lo Real. Freud señala que Serguei se posiciona en el lugar de la madre en relación al goce paterno: “en el sadismo mantenía en píe la arcaica identificación con el padre, en el masoquismo lo había escogido como objeto sexual” la meta era el placer con sufrimiento, Goce Otro otorgado al padre, posición de satisfacción desde el masoquismo que marca tanto su posición femenina en lo inconsciente como una satisfacción Verneignung, denegada y a la vez Superyoica.    

En diversos pasajes Freud señala la presencia de esta Verneignung, que parece articularse respecto a una posición masoquista frente al padre, de este modo evidencia un ideal masoquista, nudo que podríamos leer entre  los registros Real y Simbólico en los modos de satisfacción: “Todavía no comprendemos porque ahora se revolvía también contra el carácter pasivo de Cristo y el maltrato por el padre, empezó a desmentir aún en su sublimación, el ideal masoquista que sustentaba hasta entonces”  (30). Por lo demás, la identificación al masoquismo era un nudo central en Serguei, Goce que expresaba un objeto, que podríamos sustituir en función del conflicto en lo oral, lo anal y la mirada. En dicho sentido, en la niñez de Serguei los conocimientos de las escrituras sagradas, articuladas como registros simbólicos desde lo materno, le permitieron sublimar la posición masoquista dirigida al padre; no obstante, Freud es claro en señalar que respecto al padre acontecía una posición pasiva de displacer unida a la satisfacción, exponiendo así el goce de su paciente a través de la  pulsión de muerte intrincada.

Freud plantea 3 modos de Goce escindido respecto al padre de Serguei: El primero se anuda desde el sueño, donde se construye la fantasía de ser poseído por el padre y que involucra un modo de veto a su masculinidad narcisista, cuya dinámica induce una regresión al estadio oral: “ser comido por el lobo”. De igual forma, el ser penetrado por el padre en la fantasía es la expresión del acting propuesto en análisis y denota una segunda organización fantasiosa; el carácter anal de la fijación. La tercera, es la mirada, Lacan en su primer seminario la plantea escoptofílica, pasivizante y da a entender que aquella escinde a Serguei desde lo primario.
Nos queda ahora rastrear los modos en cómo se expresa esta escisión, esta fragmentación de la libido que adquiere un peso central en la comprensión de la alucinación del dedo cortado a los 5 años de Serguei y su relación estructural con el delirio acontecido en la adultez del Hombre de los Lobos.

La Alucinación del dedo cortado y su relación Real, Simbólica e Imaginaria con el fenómeno delirante.

El análisis que Freud construye en el historial acerca de esta  alucinación interroga sobre los modos de retorno; Por un lado, al presentar Freud esta alucinación  deja hablar a Serguei, expone los significantes de este paciente;  antes exhibió el sueño y ahora una  alucinación. El primero produce angustia y un sentimiento de realidad posterior; el segundo, un instante de certeza angustiante, de ruptura con la realidad y en ambos casos hay aparición de lo Real irrepresentable que se entrama  bajo una escena Simbólica, esto nos entrega coordenadas estructurales que se repiten a nivel significante de la Verwefung de la castración. Expongamos el texto para subrayar los puntos centrales:

“tenía cinco años, jugaba en el jardín junto a mi niñera y tajaba con mi navaja la corteza de uno de aquellos nogales que también desempeñaban un papel en mi sueño. De pronto noté con indecible terror que me había seccionado el dedo meñique de la mano (¿derecha o izquierda?), de tal suerte que solo colgaba de la piel. No sentí ningún dolor, pero si una gran angustia. No me atreví a decir nada a la aya, distante unos pocos pasos; me desmoroné sobre el banco inmediato y permanecí ahí sentado, incapaz de arrojar otra mirada al dedo. Al fin me tranquilicé, mire el dedo y entonces vi que estaba completamente intacto”.

Antes y después de hablar de la alucinación Freud centra la comprensión en un mecanismo alternativo a la represión, y sin duda expone puntos contrapuestos respecto a la problemática de simbolizar la castración. Ya habría señalado que Serguei rechaza  la castración, la desestima: “cuando dije la desestimó, el significado más inmediato de esta expresión es que no quiso saber nada de ella, siguiendo el sentido de la represión – esfuerzo de desalojo- con ello, en verdad no se había pronunciado ningún juicio sobre su existencia, pero era como sin  duda no existiera (31).  De esta forma, plantea que lo originario fue desestimar, rechazar, (Verwerfung) la castración, no hubo juicio de afirmación primordial sobre su existencia, no se integra como realidad, se la desconoce. Más adelante agrega que la actitud del sujeto no pudo ser definitiva, y que la alucinación habría acontecido  en un tiempo en que tendía a reconocer la realidad de la castración e incluso esta alucinación habría cobrado una función de favorecer un nivel de reconocimiento, y por otro lado es enfático en señalar que habría previamente  recibido amenazas e indicios acerca de la castración de mujeres,  y en especial de la aya; “los niños reciben una herida”. Freud no es definitivo al momento de aislar un fenómeno alucinatorio como ausente en esta neurosis, más aún nos habla que aquello Rechazado es activable en análisis y que ha sido verificado transferencialmente. Construye en torno a la hipótesis  de una tercera corriente libidinal, la más primitiva y profunda, que parte de modo escindido desde la escena primaria y desde donde simplemente ha acontecido una Verwefung de la castración, quedando aquella realidad en palabras de Lacan:

                              “como letra muerta en lo inconsciente”(32)

¿Qué  es para Freud  la Verwerfung? La primera vez que Freud se refiere al mecanismo propio de la psicosis es en Neuropsicosis de Defensa (1894), señala que frente una realidad intolerable para el yo, el sujeto Rechaza tanto la representación como el afecto concomitante, sufriendo esta una acción enérgica y eficaz: La alucinación emerge  como un modo de retorno teniendo el alcance de realidad indiscutida(33). Esto involucra desconocer la realidad de un hecho perceptible, pero subjetivamente se mantiene el principio del placer en tanto la alucinación es expresión de un Real que retorna sustituyendo a la Realidad. 

Ahora bien, Freud señala en el hombre de los Lobos que en la represión el sujeto no quiere saber nada pero desde el fracaso de la Represión, a través de aquella se expresarían los síntomas; en la forclusión en cambio, no quiere saber nada de aquello que el sujeto no tuvo acceso, de aquella experiencia que él no conoció, que no fue integrada, y el retorno es la reaparición desde afuera, en la realidad objetiva, como retorno en lo Real, en el decir de Lacan, de aquello que  el sujeto no integró, es decir que la alucinación del dedo cortado es una modalidad de retorno de lo rechazado, de la castración no acontecida en lo Real de la mirada como objeto y, podríamos agregar, que un objeto a mirada no cae, hay un Otro contradictorio, un lugar donde se cristaliza un Goce Otro (34).

Cuando Lacan comenta la alucinación del dedo cortado también centra su análisis en la comprensión de la  Verwergung llamándola inicialmente cercenamiento (“retranchement”), más adelante en el seminario de las Psicosis plantea el concepto de Forclusión del Nombre del Padre propio de las psicosis (35); sin embargo, aquí no habla de una alucinación dentro de una Psicosis, sino de un realidad Cercenada en tanto abolición simbólica primordial. Que la realidad sea  cercenada de la experiencia en el sujeto sitúa aquello que no podrá encontrarse en su historia, salvo como retorno en lo Real: Lo que no ha salido a la luz de lo Simbólico aparece en lo Real.  En este tiempo Lacan señala que este mecanismo involucra una expulsión fuera del sujeto, fuera del significante, y esto mismo es lo que constituye a lo Real, lo expulsado fuera del sujeto, aquello no simbolizado y que aparece sustraído a las posibilidades de la palabra. Sin embargo, en este caso no se aprecia una sustracción o una ausencia que se sostenga desde el Significante Nombre del Padre, pero si una sustracción de una parte de la historia que queda construida desde un afuera a lo largo de su análisis, pero que el sujeto no inscribió como final de análisis. Lacan aún no habla del Significante Nombre del Padre, pero  centra su explicación en aquello no simbolizado que aparece en lo Real erráticamente. Ejemplo de ello son dos modalidades de Retorno en lo Real, uno es el acting out y el otro es  fenómeno alucinatorio de este caso, que no lo define como psicótico, aunque el fenómeno si lo fue, esto es central para comprender la incidencia de este fenómeno alucinatorio que es un modo de retorno de aquello no integrado primariamente en la separación con el objeto, sino un mantenimiento de lo Real. Por lo tanto, podríamos plantear que desde la escena primaria hubo un resto de lo Real: desde la escena primaria hubo un resto que no se organizó en torno a la pérdida articulada por la castración, y así la mirada tomó un peso psicotizante.

Hubo Verwefung de la castración, algo en lo simbólico no quedó inscrito, aunque hubo más de un posicionamiento subjetivo en torno a la castración, más de un tiempo para articular la castración. Si  ligamos Represión y Negación en torno a la verdad de este sujeto, no nos encontramos con una psicosis, sino en otra modalidad de ex -sistencia. En este sentido, hubo un orden simbólico que permitió anudar  los tres registros, se articuló un orden significante que Freud subrayo y que Lacan destaca en el Seminario XIV La Lógica del Fantasma. Aquí anuda el traumatismo con el Fantasma, no es la primera vez que lo hace por cierto, pero aquí superpone traumatismo y fantasma, la cara visible pero negada será el fantasma. También anuda el fantasma con la Negación y se pregunta si podríamos verificar lo verídico de la escena primaria en el Hombre de los Lobos, si podríamos pensar que este sujeto verificó la verdad de su inconsciente. De aquello que fue Verwerfung parcial hubo otra verdad de orden Simbólico que impide dudar de la realidad de la escena primaria, es la relación de la verdad con el significante, la relación entre los registros  Real  y  Simbólico. El verificador es el significante cinco (36); es el V romano, tenía cinco años cuando alucina, se secciona una parte del cuerpo de cinco dedos, entre las piernas de la mujer, el aleteo de la mariposa, las 5 de la tarde, los cinco de Lobos graficados en el dibujo entregado a Freud, pero también cinco años para qué aparecieran los síntomas en trasferencia a Freud e ingresara nuevamente  a un breve análisis con la Doctora Ruth Mack Brusnick en 1927.

En 1919 Freud decide realizar un segundo tramo de análisis al Hombre de los Lobos, este fue centrado en su último fragmento de histeria; su constipación. Serguei ya había atravesado 4 años sin análisis, dado que Freud habría generado su alta anticipada. A lo largo de la primera Guerra mundial Serguei había perdido su fortuna y volvía a Viena para terminar trabajando como empleado público. Una vez finalizado el análisis, desde 1920, Freud gestiona una colecta dentro de la sociedad psicoanalítica que se le entregaba a Serguei todos los años, dada la contribución al pensamiento psicoanalítico y por los problemas económicos que el paciente presentaba. En contratransferencia Freud mantuvo un lazo con su paciente a través del dinero, un objeto particular en la relación Fantasmática de Serguei con su padre.

En 1923 Freud desarrolla un cáncer a la mandíbula, sin duda su aspecto cambia; luego de la primera operación Serguei visita a Freud para recibir su renta, lo percibe enfermo, sin duda esto perturba a Serguei, sumado al tipo de transferencia  aún operativa, escenifica en Freud la amenaza de muerte. Para Serguei, Freud era un padre, Freud también se identificaba al lugar de padre, y esto es perjudicial para la solución de los síntomas; por un lado, hay entrega de dinero, pero también la posibilidad de muerte. Cabe recordar los suicidios  del padre y la hermana de Serguei con caracteres orales. Serguei también calla a Freud la pertenencia de joyas que él habría recobrado de las posesiones familiares, se muestra a Freud sin recursos, miente sobre sus ingresos, su goce se concentra en el silencio, en mantener una posición de hijo del psicoanálisis; una posición desde lo oral y lo anal pero también desde la mirada que lo escinde, una posición de goce y pasividad.

La mirada atenta con la que ve a Freud padecer su tumor, enfrenta a Serguei a lo Real de la pérdida, con una afección en lo real del cuerpo, nuevamente se escenifica la pérdida de aquella transferencia no resuelta que a su vez es estructural y permanencia negada dado que era su Fantasma. La mirada que antes fracturaba, la del estadio del espejo de la escena primaria, aquello escindido y forcluido ahora retorna bajo una manifestación de mirada alienante. Desde 1924 Serguei desarrolla síntomas que van de la dismorfofobia a lo hipocondriaco paranoico (37), tuvo un lapso de 3 años de evolución de dichos síntomas hasta 1927. En febrero de 1924 aparece el síntoma central de su enfermedad, se inquieta dado que encuentra poros nasales que sobresalen; “como puntos negros”. Más tarde se pasa a llevar “distraídamente” con su mano un grano de su naríz, y percibe un grano endurecido. Piensa que este grano se origina por el castigo de haber tenido pensamientos hostiles respecto a un doctor que habría presentado una enfermedad renal; esta idea de castigo y su posterior; “pasar a llevar” crean la herida, hay una referencia al  masoquismo primario, muy propio respecto a la primaria relación con el padre, pero también es una expresión de la relación fantasmatica a Freud, es la expresión de aquello que calla a Freud. Su nuevo acting es crear una herida que no deja de mirar, la estructura Real de su fantasma toma una forma imaginaria que captura. Sin embargo, los síntomas funcionan en transferencia a las ideas de muerte en torno a Freud. Ocultar la pertenencia de joyas a Freud, percibir un cáncer en la boca y la posibilidad de que Freud muera sitúan un punto negro, lo real de la castración, la pérdida en referencia al objeto, la muerte de su padre. Su respuesta superyoica es crear una herida como expresión de un retorno; donde  se encontraba el grano, Serguei mira un profundo agujero e interpreta que aquello era mirado por todo el mundo pero a su vez reconoce lo extraño de su comportamiento. Con un cariz de obsesión comenzó mirar su nariz  en escaparates o bien en espejos que llevaba consigo, su relación al espejo tambalea, se llena de incertidumbre.

De niño, recordemos, escuchó a su madre con sus dolencias y hemorragias intestinales; “ya no puedo vivir más así” y a su “aya” que sentenciaba la presencia de una herida en el pene a aquellos niños que se masturbaban. Más tarde, a los cinco años alucina una herida en uno de sus cinco dedos, luego se enferma de gonorrea y se desencadena su quebranto. Este nuevo retorno, desde el objeto a mirada fijado en el lugar del agujero de su nariz, escenifica su reencuentro con la castración, con la pérdida. El efecto de este retorno es la vacilación del Fantasma, el marco se descentra, dado que la relación Imaginaria que Freud mantuvo con Serguei representó, simbolizo el lugar del hijo; una carga Imaginaria  que hizo de velo y que obturó el conflicto con la renuncia en el Hombre de los Lobos,  pero también vuelve a escenificar la estructura de lo Real de su Fantasma.

El inicio de estos síntomas señalan una fractura a nivel del narcisismo, la emergencia de aquello traumático en torno a la mirada de su imagen corporal que se quiebra, lo que surge y se va transformando es una posición de autorreferencia que toma tintes de paranoia desde  la idea de ser mirado por todos en una herida de su nariz.  También la idea de haber sufrido un daño en su naríz a propósito de una intervención realizada por el Doctor X es fuente de sus quejas. No obstante, la posición subjetiva respecto a su síntoma psicótico a lo largo de sus tres años de evolución no fue definitiva. No hubo certidumbre o certeza de aquello, reconocía ciertamente lo extraño de sus ideas, pero no las podía evitar, un delirio en un psicótico tiende a la sistematización, se funda en certezas, en neologismos inquebrantables,  por lo demás un delirio en el caso de un psicótico con frecuencia lleva a una evolución que empuja al sujeto en convertirse en una encarnación de una mujer (38). En Serguei hay más bien una vacilación de su fantasma, esta estructura quedó al desnudo y permitió la aparición del objeto, por ello la realidad se vuelve alienante transitando desde la idea fija hipocondriaca a la idea de daño y  la autorreferencia en la mirada que se fija en el agujero de su nariz, hay toda una referencia a la pérdida que actualiza su relación transferencial a Freud.

La posición subjetiva  de Serguei expresa los rasgos de la estructura. Posterior a haber creado su herida en la nariz decide visitar al profesor X para  realizar una intervención, esta calma su angustia hasta principios de 1925.  Luego descubre otro grano doloroso en su nariz, consulta a un nuevo dermatólogo pero aquel le señala que no hay  solución para su glándula infectada, esto produce su desesperación por lo cual visita nuevamente al profesor X quien lo calma extirpándole la glándula. Luego de la intervención acude incesantemente al consultorio del Doctor X para obtener el resguardo que lo tranquilizara sobre su nariz la cual presentaba inflamación. El profesor le realiza una nueva intervención que nuevamente lo calma. A comienzos de 1926  reinicia  nuevas ideas fijas respecto a su nariz. Esta vez visita a Freud, en parte por que Freud también le habría pedido que fuera garante de una lucha que había iniciado con Otto Rank, dado que se discutía la función de la reconstrucción en psicoanálisis, la otra razón es porque Serguei notaba que su reacción, sus preocupaciones eran anormales, por eso Freud decide  derivarlo a otro dermatólogo que termina por sentenciar que las cicatrices no desaparecerían. Bajo orientación de Freud, Serguei es derivado también a Ruth Mack Brusnick quien a lo largo de 5 meses analizará aquellos síntomas. La conclusión es que en gran parte todo es la expresión de una transferencia no resuelta a Freud y por lo tanto un análisis no concluido.
Para Serguei este segundo análisis fue efectivo, así lo señala en su autobiografía, llama la atención que al recibir el diagnostico de Paranoia de parte de su analista, haya rechazado aquella concepción externa, dado que describe que luego de siguiente noticia lucho para no tener más esas ideas de su nariz aspecto que logra finalmente.

El delirium neurótico de la nariz,  es una respuesta al acting out del agujero creado la cual escenifica la estructura real de su fantasma, el costo era que aquello  imaginario de la mirada se desbordara,  lo ubicara en un borde, aquel delirio neurótico que lo hizo dudar, era una fantasmatica imaginaria que lo alienaba en el agujero de la nariz: la mirada por lo tanto estaba puesta en el juego obsesivo de una herida  auto infligida, que es mirada dirigida al Otro y al otro,  y que le permitió preguntar a todos estos médicos que lo miran  y escuchan sobre su mirada sin sostener o construir nuevas preguntas a su transferencia, salvo hasta su segunda llegada a análisis.

El término de sus síntomas trajo consigo la conclusión de su tratamiento y su alejamiento del movimiento psicoanalítico. Su rechazo de hijo favorito del psicoanálisis puede ser comprendido como una renuncia en términos libidinales. Sin embargo, lo que llama la atención es como los síntomas del segundo tiempo eran un llamado a Freud, su análisis no estaba terminado y los síntomas remitían al fantasma con su analista, no se atravesó el Fantasma. En este sentido, también cabe preguntar sobre cuáles fueron los alcances y logros en este caso; la relación transferencial sin duda  se vio interferida por la contratranferencia de Freud; el dinero circulaba como un objeto a que no vehiculizaba la castración, en los años que se le pagó su contribución al movimiento psicoanalítico, en su silencio escondió la presencia de posesiones a Freud. Mirada como goce, posición pasiva como goce, silencio como goce, retención como goce, todo de un sujeto que se mantuvo en un grado de posición subjetiva de negación y rechazo, de identificación como objeto de la pulsión de muerte, lo cual al no ser suficientemente analizado y reconstruido permite inferir un grado parcial de desidentificación en su proceso de cura.

Notas:

(1) Freud, S. (1992) De la historia de una neurosis infantil (1914 -1918). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. 17, pp. 1-112). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 1914-1918).

 (2) Lacan, J. (1952). Notas de Seminario 1952, El hombre de los lobos.  Francia. Petits écrits et conférences, 1945 -1981. Recuperado en 2012, de http://www.lacanterafreudiana.com.ar/lacanterafreudianajaqueslacanconferenciasescritosespaniol.html

(3) Nasio, J. D. (1987). Los ojos de Laura el concepto de objeto a en la teoría de J. lacan. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu editores.

(4) Lacan, J. (1974-1975). Seminario 22, R.S.I, 1974-1975. En R.E Rodriguez Ponte (Traduc.), Versión Crítica. Recuperado en mayo de 2002, de http://www.lacanterafreudiana.com.ar/lacanterafreudianajaqueslacanseminario22.html

(5) Freud, S. (1992) Construcciones en análisis (1937). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. 23, pp. 255-270). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 1937)

(6) Lacan, J. (1966-1967). Seminario 14, La Lógica del Fantasma. En R.E Rodriguez Ponte (Traduc.), Versión Crítica. Recuperado el 8 de Abril de 2008, de http://www.lacanterafreudiana.com.ar/lacanterafreudianajaqueslacanseminario14.html.

(7) Braunstein, N. (2006). Capítulo 4. El desciframiento del goce; la carta 52. En El Goce un concepto Lacaniano (pp. 183-195) Buenos Aires: Siglo XXI.

(8) Freud, S. (1992) Fragmentos de correspondencia con Fliess;  Manuscrito M  (1950- 1892-1899). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. I, pp. 289). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 25 de Mayo de 1897).

 (9)  Lacan, J. (1952-1953). Clase I de 13 de Enero de 1954. En Seminario 1 Los escritos técnicos de Freud (1952-1953). (pp.27) Buenos Aires. Paidos.

(10)  Lacan, J. (1952-1953). Clase I de 13 de Enero de 1954. En Seminario 1 Los escritos técnicos de Freud (1952-1953). (pp.26) Buenos Aires. Paidos.

(11) Freud, S. (1992) De la historia de una neurosis infantil (1914 -1918). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. 17, pp. 49). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 1914-1918).

(12) Lacan, J. (1952-1953). Clase III del 13 de Enero de 1954. En Seminario 1 Los escritos técnicos de Freud (1952-1953). (pp.61) Buenos Aires. Paidos.

(13) Jaccard, R. (1996). El Hombre de los Lobos. España. Ed. Gediza.

(14) Pankejeff, S. (1952) “Las memorias del hombre de los lobos”, Cap. La vida cotidiana 1919- 1938, “El hombre de los lobos por el hombre de los lobos” Ediciones Nueva Visión

 (15)  Braunstein, N. (2006, 28 de Noviembre) Ficciones de la memoria – Actas clases 12 y 13 seminario en Guayaquil. Recuperado de http://nestorbraunstein.com/escritos/index.php?blog=7&p=50&more=1&c=1&tb=1&pb=1

(16) Freud, S. (1992) Recordar, repetir y reelaborar (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis, II (1914). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. 12, pp. 145- 158). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 1914).

(17) Braunstein, N. (2006). Capítulo 4. El desciframiento del goce; la carta 52. En El Goce un concepto Lacaniano (pp. 183-195) Buenos Aires: Siglo XXI.

(18) Lacan, J. (1962-1963). Clase VI de 19 de Diciembre de 19. En Seminario 10 La Angustia (1962-1963). (pp.72) Buenos Aires. Paidos.

(19) Mack Brusnwick, R (1928). “Suplemento del la Historia de una neurosis infantil de Freud. “El Hombre de los Lobos por el Hombre de los Lobos”. Ediciones nueva visión

(20) Freud, S. (1992) De la historia de una neurosis infantil (1914 -1918). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. 17, pp. 78). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 1914-1918).

(21) Freud, S. (1992) Fragmentos de correspondencia con Fliess;  Manuscrito E ¿Cómo se genera la angustia? (1950- 1892-1899). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. I, pp. 228-234). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original sin fecha. ¿Junio de 1894?).

(22) Freud, S. (1992) La interpretación de los sueños (1900). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. V, pp. 573). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 1900).

(23) Freud, S. (1992) Tres ensayos de teoría sexual (1905). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. VII, pp. 109-224). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 1905).

(24) Freud, S. (1992) Análisis de la fobia de un niño de 5 años (1909). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. X, pp. 1-118). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 1909).

(25) Freud, S. (1992) Inhibición, síntoma y angustia (1926). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. XX, pp. 71-164). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 1926 [1925]).

(26) Lacan, J. (1962-1963). Clase VI de 19 de Diciembre de 1962. En Seminario 10 La Angustia (1962-1963). (pp.72-73) Buenos Aires. Paidos

(27) Lacan, J. (1962-1963). Clase VI de 19 de Diciembre de 1962. En Seminario 10 La Angustia (1962-1963). (pp.73) Buenos Aires. Paidos.

(28) Lacan, J. (1962-1963). Clase II de 21 de Noviembre de 1962. En Seminario 10 La Angustia (1962-1963). (pp.26) Buenos Aires. Paidos.

(29) Sales, L. (2009, Junio). Verwerfung und Verleugnung, o el más allá de la represión en Freud. Revista digital Intercambio de psicoanálisis. Recuperado de http://intercanvis.es/pdf/22/22_art_03.pdf

(30) Freud, S. (1992) De la historia de una neurosis infantil (1914 -1918). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. 17, pp. 61). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 1914-1918).

(31) Freud, S. (1992) De la historia de una neurosis infantil (1914 -1918). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. 17, pp. 78). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 1914-1918).

(32) Lacan, J. (2002) Respuesta al comentario de Jean Hyppolite sobre la verneinung de Freud (Traduc.), Escritos. Jacques Lacan (Vol.1, pp 367). Argentina: Siglo veintiuno Editores.

(33) Freud, S. (1992) Neuropsicosis de defensa (1894). En J.L Etcheverry (Traduc.), Obras completas: Sigmund Freud (Vol. III, pp. 41-61). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original 1894).

(34)   Braunstein, N. (1992). La Forclusión y el nombre del Padre. En Nasio, J. D (3era Ed.), La re-flexión de los conceptos de Freud  en la obra de Lacan (pp. 295 - 323). México: Ediciones de la Fundación.

(35)  Lacan, J. (2002) Respuesta al comentario de Jean Hyppolite sobre la verneinung de Freud (Traduc.), Escritos. Jacques Lacan (Vol.1, pp 363-378). Argentina: Siglo veintiuno Editores.

(36) Lacan, J. (1966-1967). Clase 4 de 7 de Diciembre de 1966. En Seminario 14, La Lógica del Fantasma. En R.E Rodriguez Ponte (Traduc.), Versión Crítica. (Vol.14 pp 7-9) Recuperado el 8 de Abril de 2008, de http://www.lacanterafreudiana.com.ar/lacanterafreudianajaqueslacanseminario14.html

(37) Erbetta, Anahí Evangelina y Volta, Luis Horacio. (2009). Dismorfofobia y efracción imaginaria en el Hombre de los Lobos. Acta académica. Recuperado de https://www.aacademica.org/000-020/623.pdf

(38) Maleval. J. C (1998). Capítulo 4. El delirio psicótico no es delirium neurótico; Evolución del delirio. En Lógica del delirio (pp. 85-88) Barcelona: Ediciones del Serval.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 30 - Abril 2018
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