Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
El mercader de Venecia: hijas, rivales, monedas y una libra de carne
Nora Kreimer

A 400 años de la composición de El Mercader de Venecia, rendimos homenaje a una de las grandes obras teatrales mundiales. La primera referencia a ella fue hecha en 1598, dos años después de su creación. Esta basada en dos fuentes literarias referidas a los dos componentes estructurales de la obra: Il Pecorone da origen a la historia de la libra de carne y la Gesta Romanorum a la narración de la bella doncella y los tres cofrecillos . Es William Shakespeare el responsable de los grandes cambios que la han convertido en un hito en la historia teatral. Hoy, a la luz de nuevos conceptos teórico-filosóficos de critica literaria, con los aportes que las varias escuelas psicoanalíticas han realizado en este siglo, seguimos discutiendo, analizando, interpretando los misterios insondables del mercader y del judío. Toda critica o representación de la obra ofrece material de controversia. Solo Hamlet, de las obras del canon shakesperiano ha sido mas representada que esta. Es la obra shakesperiana favorita en Israel, según afirmo el recientemente fallecido S.Schoenbaum. Una experiencia teatral de marcada ambigüedad, ha intrigado, incomodado y perturbado a actores, directores y publico por 400 años.

El titulo es también un tema debatible, ya que es ampliamente conocida como El Mercader de Venecia, aunque también pudo ser llamada El Judío de Venecia. Traduzco al ingles contemporáneo el titulo completo con el cual fue publicada por la Compañía del Lord Chambelán en 1598.

( S.R. 1598)James Roberts. Entered for his copy under the hands of boththe wardens, a book of the Merchant of Venice, or otherwise called the Jew of Venice, Provided, that it be not printed by the said James Roberts or any other whatsoever without licence first had from the Right honorable the Lord Chamberlain.

Debido al relevante impacto del personaje de Shylock, que se distribuye con Antonio, el mercader, casi el mismo numero de intervenciones, la ambigüedad de la obra esta jugada ya desde la portada. Debido al prejuicio que ocasionalmente la obra despierta entre los que no la han visto ni leído, es común que la gente confunda al judío con el mercader y tomen al primero como el personaje titular.

La obra esta dividida en 20 escenas, que se reparten en dos localidades: Belmont que solo toma 7 de la totalidad, y Venecia, que casi duplica la cifra de la anterior, alcanzando el numero de 13. Esto indica que prevalecerá el espíritu de Venecia sobre el de Belmont para generar la atmósfera prevaleciente en la obra. El amor y la subversión de valores simbolizadas en la mansión de Belmont se doblegaran a la ley y el orden, representadas. al igual que en Otelo, por Venecia. De estas 20 escenas, el personaje que tiene mayor numero de intervenciones es Porcia, la señora de Belmont, como casi todas las heroínas shakesperianas de las comedias. Antonio y Shylock rivalizan numéricamente con Bassanio, ya que el numero de apariciones en escena es muy parejo: Antonio 6, Shylock 5 y Bassanio 6.

Entre los polisémicos triángulos de la obra que podríamos considerar son muy interesantes los conformados con las siguientes estructuras:

Al establecer las relaciones numéricas referidas a las intervenciones escénicas de acuerdo a la importancia que estas les asignan a los personajes que se entrelazan triangularmente, se desprende, por ejemplo, que la verdadera rival de Antonio es Porcia y no Shylock, y que la relación de fuerzas entre Shylock y Antonio es muy pareja. Ninguno de los dos podrá ser controlado, ni neutralizado por el otro, ni por Bassanio, a pesar que este trae en su alforja el dinero y el consecuente poder que este le otorga. Será Porcia la encargada de dar resolución a este triángulo, que generara una futura problemática que quedara sin resolver en la ultima escena de la obra con la presencia en Belmont del mercader, como vértice irredento y solitario frente a tres parejas recientemente constituidas con matrimonios a consumar..

El comienzo de la obra hace referencia a los personajes de Porcia y Antonio en un estado de melancolía y abulia expresos. La simetría entre Belmont y Venecia queda así establecida. La señora de Belmont debe permanecer sexualmente inactiva y fuera del matrimonio como consecuencia del mandato del padre muerto, que ha propuesto el desafío de los tres cofrecillos, como condición para que Porcia pueda ser desposada. El mercader dice desconocer los motivos de su melancolía y descarta todas las interpretaciones, incluyendo algún amorío frustrado, que le ofrece el grupo de amigos varones, que le revolotea alrededor. La rápida resolución del problema que enfrenta Porcia contrasta con el misterio de la melancolía de Antonio y los motivos que originaron el reclamo de Shylock por la libra de carne. Ambos temas quedan inconclusos al finalizar la obra.

Las dos hijas de El Mercader de Venecia, Porcia, la señora de Belmont y Jessica, la hija vergonzante de Shylock, se equilibran y oponen simétricamente en referencia al espíritu del padre que las limita desde el mandato. El mandato del padre muerto, al igual que en Hamlet ha reducido a Porcia a un estado de abulia y apatía, que la limita y reprime, básicamente, en su accionar sexual en la vida. Deberá permanecer virgen "cerrada" como los cofrecillos, que simbólica y lingüísticamente pegotean la vagina con el ataúd. A buen recaudo su propiedad de Belmont y sus dineros, Porcia permanecerá virgen y soltera, a menos que un pretendiente muy hábil pueda ver mas allá de la apariencia.

La xenofobia que Porcia expresa, en la escena donde discute con Nerissa los pretendientes extranjeros ( I,ii) forma parte de uno de los temas centrales de El Mercader de Venecia. Dando voz al espíritu de su padre, Portia se mofa de ellos en II,i. Han llegado hasta ella con una mezcla de avaricia y lujuria y se retiraran con la promesa de castrarse simbólicamente, al prometer permanecer solteros de por vida. La historia de Porcia en este contexto se conecta con muchos y variados cuentos de hadas, mitos y folktales, donde los pretendientes a la mano de la princesa son ejecutados si fallan al intentar resolver el acertijo, cuya solución les daría acceso a la dama, el matrimonio y sus bienes.

Como solo Helena en A Buen Fin No Hay Mal Principio (traducción Luis Astrana Marín, 1960, del original All's Well That Ends Well), Porcia deberá vestir ropajes masculinos para realizar el trabajo de un hombre. El andrógino se ha hecho presente en esta obra al igual que en tantas otras, el boy-actor del teatro isabelino y los personajes, que cambian su apariencia sexual, mas no su orientación, al principio y al final de la obra. El hombre sin pene, la mujer que cambia de códigos lingüísticos, la esposa que mantiene aun su virginidad y su inactividad sexual, los ropajes viriles son características del personaje de Porcia, la hija que ya ha sido liberada del yugo del mandato paterno y que da expresión externa a la voz interna de ese padre que la ha dominado y reprimido, desde ese lugar de su conciencia.

Así, como el andrógino, Porcia llega a Venecia para liberar a Antonio y convertir a Shylock al cristianismo. Cuando regresa a Belmont, lo hace como la víctima de una traición, al presenciar la negación de su recién desposado Bassanio respecto de su amor por ella, que es, en definitiva, una afirmación del amor que este siente por Antonio: el anillo es la prueba simbólica que resume el tema.. Es por eso que ya de regreso en Belmont, el lenguaje esta saturado de metáforas de infidelidades, traiciones, disfraces y engaños.

Jessica, en simetría y oposición con Porcia, es mantenida prisionera de la abstinencia sexual impuesta por un padre vivo que la ha reducido al rol de esposa-ama de su casa, al igual que muchos otros padres shakesperianos viudos. No hay pretendientes para ella, a quien su padre mantiene bajo llave, al igual que sus tesoros, sus ducados, sus gemas. Víctima de una situación que la ha convertido en la señora de la casa sin marido, sin poder y sin sexo, al igual que Porcia, encuentra mas fácil que esta desligarse del orden paterno, al que vivencia como externo. El mandato del padre muerto es mucho mas poderoso e imperativo que la tradición representada por el padre vivo, al cual resulta mucho mas fácil oponerse, rebelarse y finalmente ignorar y abandonar. En oposición a Portia, como miembro de una minoría discriminada, Jessica encuentra en una unión inter-religiosa la expresión de su xenofobia por esa minoría que abandona, y de la cual reniega.

Jessica huye de la casa paterna, también como el andrógino, habiendo despojado a su padre de las bolsas y las gemas que lo representan y llevándolas con ella. Arroja su botín, sin dudas ni remordimientos, a su pretendiente desde lo alto, como en otros cuentos de hadas donde la doncella da acceso al enamorado desde el balcón y desde el cual huye con el, hacia la vida sexual madura en libertad. De este modo despoja a Shylock literalmente de su medio de vida, como Porcia lo hará en el juicio. Se pegotea en su desprecio por Shylock con Antonio, a cuyo grupo socio-religioso se integra. El manejo extravagante y frívolo de los dineros de Shylock, su padre, la relacionan especularmente con Porcia, en primera instancia, la hija que también entrega a su esposo una suma descomunal de dinero: 9.000 ducados: tres veces mas que lo que Antonio solicito de Shylock y que Bassanio requirió de este para cortejarla! También se enlazaría en este aspecto con Bassanio, el joven dispendioso que despilfarra el dinero de su amigo y su esposa. Resulta tentador, en verdad, juguetear con el impacto de esta extravagancia en el Londres puritano del fin del siglo XVI, al presenciar este despliegue de gastos.

El comienzo de V.i, la encuentra con Lorenzo su enamorado, haciendo referencia a varios relatos medievales y clásicos de traiciones amorosas, quizá como prologo de lo que sucederá luego que Shakespeare ponga el punto final a la representación. Es esta una pareja que se anticipa como fracasada en metáfora, citando historias famosas de amantes infieles?

En oposición y simetría con Porcia, Jessica parte desde Venecia, y el mundo patriarcal, masculino, de la ley, los negocios y el dinero, hacia Belmont, cuando aquella abandona la protección de su casa rumbo a Venecia desde un mundo matriarcal, maternal y femenino. Clases sociales diversas, motivaciones como el egoísmo avariento y la generosidad altruista, opuestas y encontradas, por estas hijas en búsqueda del poder sobre lo masculino, que las ha mantenido subsumidas hasta ahora. Rivalidades entre clases, religiones, códigos éticos respecto del amor, el poder, el dinero, el comercio, y el otro; rivalidades establecidas entre un mundo en cambio, donde la naciente clase media va ocupando lugares de poder. El manejo del dinero deja de ser pecaminoso y usurario para pasar a ser denominado capital y considerado desde el ángulo de una recompensa divina por el trabajo realizado. Todo se opone, también, en una trama caleidoscópica y sutil. Un cambio de foco, de ángulo no podrá representarse aquí sin enfrentamientos personales y de clase. donde se muestra el accionar de personajes pertenecientes a una minoría segregada, una burguesía en pleno desarrollo en un sistema económico emergente, y la aristocracia, que aun mantiene sus fueros en la lucha por el poder.

Portia y Bassanio son los representantes de la aristocracia que enfrenta al surgimiento de la clase mercantil. Esta, a su vez rivaliza por el manejo del dinero con el prestamista judío medieval, ya unido a los banqueros lombardos y venetos. Se conformara así el sustrato capitalista enunciado en Ginebra por Juan Calvino, que subyace el tan controvertido tema del contrato en El Mercader de Venecia

Tradicionalmente la obra es considerada como la presentación de la oposición binaria entre el mundo de la Biblia basado en la justicia y el mundo de los Evangelios basado en la misericordia y la piedad.. Agregaríamos para completar, algunas otras oposiciones del mundo moderno que se evidencian también en El Mercader de Venecia, entre el comercio y la amistad, el dinero y el amor, el mundo de los padres y el de los hijos, con especial atención en Shakespeare, entre el deseo de los padres y el deseo de las hijas.

Es esta una obra teatral que, debido a su ambigüedad, incomoda y perturba a actores, directores y publico por igual, lo que podría hacer arriesgar una interpretación respecto de la incomodidad del autor por el tema. Es difícil tomar una posición definitiva en esto, ya que conceptos como antisemita, xenófobo son acusaciones que se elevan en contra del autor, y que increíblemente resultan tanto fáciles, cuanto muy difíciles de refutar o defender según sea la ideología o la posición tomada por la puesta en cuestión y el publico de esta. En la maravillosa ambigüedad de El Mercader de Venecia, el supuesto villano se puede convertir en víctima, la supuesta víctima en victimario. Redondeando todo este circulo fabuloso y polivalente, el villano expresa en su famoso parlamento construido sobre preguntas retóricas que no hay ni villanos ni héroes, que todos los hombres son iguales, particularmente en el odio y en la venganza que unos toman en contra de los otros (III,i).

Es este odio mutuo que ha convertido a Antonio y Shylock en dobles especulares el uno del otro. Este odio mutuo de rivales en el comercio, en la amistad, en la religión hace imposible la reconciliación. A pesar de esto, el préstamo de Antonio a Bassanio, tratado como un acto de amistad y no como una transacción comercial, bien podría hacer interpretar esta generosidad como una corrupción mas extrema que la avaricia caricaturesca de Shylock. La interrelación del afecto con el dinero y el poder harían aparecer, nuevamente, al beneficiario, en el caso puntual de Bassanio, como mas dependiente de su generoso amigo , que lo que haría una simple transacción basada en un préstamo corriente. La ausencia de contabilidades claramente explicitadas hace el endeudamiento personal infinito, al pegotear las monedas con el amor.

La rival de Antonio, en el plano personal, es Porcia, cuyo dinero en manos de Bassanio no es suficiente para saldar la deuda del mercader en Venecia. La rivalidad se establece, no solo en términos de calidad de dinero, originado este en una clase aristocrática terrateniente, enfrentada por el poder con la pequeña burguesía urbana y comercial que Antonio representa. La rivalidad entre ambos se establece, también, con un fuerte elemento sexual, con los dos reclamando la parte de Bassanio, que creen poseer. Es aquí, donde valores unívocos, como los de homosexualidad, referidos tanto a personajes como al autor, resultan simplistas y reductivos. Se pautaría como base de una consideración interesante, la bisexualidad de Bassanio, que resultaría aun mas perturbadora para la audiencia. Es decir, que la presunta homosexualidad de Antonio pondría sobre el tapete la tanto mas conflictiva bisexualidad de Bassanio, convertido así en el vértice de un triángulo amoroso donde esposa y amigo evidencian la ambigüedad amorosa de este respecto de ambos.

Sin embargo, la tradicional y perturbadora rivalidad de Shylock y Antonio, se torna aun mas conflictiva, para una audiencia de fines del siglo XX, que mantiene ecos del Holocausto sonando en sus oídos. Esta rivalidad revela otros conflictos de poder basados también en el manejo del dinero y las pautas éticas. La usura medieval era la única actividad permitida por la Iglesia y las corporaciones medievales a los judíos, ya que no era de cristianos prestar dinero a interés. Esta ocupación sigue estando estigmatizada hasta el día de hoy por la connotación pecaminosa que la Iglesia cuidadosa e implacablemente introdujo en la actividad central del comercio, la construcción de monumentos y ciudades y la incipiente industria europea. Vedada toda actividad socialmente organizada por las corporaciones, el judío prestamista se convirtió en un personaje prototípico de cabellos rojos, simbólico del diablo medieval. Sanguinario y vengativo, desprovisto de las virtudes cristianas de misericordia y piedad, el tradicional personaje del judío, como el del judío renacentista de Christopher Marlowe en El Judío de Malta, nos muestra a un usurero, que es un verdadero villano.

También aquí el recuento de palabras es muy interesante de analizar. Todos los personajes, hablando con o de Shylock lo llamaran "judío" desde la metonimia mas peyorativa. Lo judío de Shylock se asocia con la usura, la sordidez atribuida a la minoría que realiza crímenes rituales, envenena el agua de los pozos de las ciudades alemanas, la falta de virtudes cristianas esenciales para la vida en comunidad y , en ultima instancia, el asesinato de Cristo. Es un apelativo de alto grado peyorativo y hay ecos del mismo en todos los rincones de Venecia, donde concentrado en el ghetto del Rialto, goza el grupo judío de fuerte poder económico, lo que lo hace mas amenazador y conflictivo.

Sin embargo, a pesar de haberlo llamado judío, con una mezcla de temor, desprecio e insulto, cuando algún personaje quiere intentar un acercamiento a fin de obtener un beneficio de el, lo llamara Shylock. Esto se desprende del seguimiento de la diferenciación que Shakespeare hace con un propósito indudable. Los rivales cristianos intentan una manipulación lingüística del judío premeditada o inconsciente, pero la diferencia que el autor establece es mas que clara.

La rivalidad de Antonio y Shylock esta caracterizada por una gran oralidad. En sentido lingüístico, al silencio de Antonio, su paciente, y a ratos trágica, resignación respecto de Bassanio, al cual solo le ruega que presencie su calvario; la verborragia de Shylock se le opone como forma de congraciarse con los gentiles. Hay formas, menos evolucionadas que estos dos contendientes utilizan para agredirse entre si, que estos dos antagonistas han encontrado para expresar su odio mutuo. Antonio asiente a las denuncias de Shylock sobre oprobiosos insultos y escupitajos que el ha arrojado sobre la sobria gabardina del judío. Este por su lado se niega a sentarse a comer con sus rivales, el rito de la amistad de los hombres en sociedad, debido a las diferencias entre las dietas tradicionales judías y la comida de los gentiles que contiene cerdo. La falta de motivación personal referida a estos actos, mas violenta y menos justificada en el caso de Antonio, que en el de Shylock es parte del misterio que envuelve el contrato basado en la libra de carne. Será en la lucha simbólica por unas cuantas monedas donde el ansia de poder de un personaje sobre el otro será expresada y desde ese lugar material y simplista donde se intentara conciliar estas diferencias.

A pesar de no darle al judío jerarquía bancaria, el mercader recurre a el en términos que producen un juego maléfico del numero tres: tres mil ducados, por tres meses. Es este numero el de la impresionante cantidad de triángulos, donde los padres forman el vértice patriarcal con los amantes; Bassanio, el vértice sexual de un triángulo, que aun en nuestros días resulta difícil a actores y directores representar; Porcia, el vértice entre el judío y el mercader. Hay muchas escenas representadas solo por tres personas, grupos de tres personajes se desplazan por el escenario. Todo, como el numero lo indica, crea la ilusión de una posible resolución. Es una de las comedias, que al finalizar, menos resoluciones presenta . Solo los amantes han encontrado su camino. Todos los otros cuestionamientos quedan abiertos, sin posible solución aparente, dados los términos en que se plantean los múltiples conflictos.

El final de la obra encuentra a los grandes rivales económicos aislados, en soledad, debilitados ambos por el enfrentamiento. La supervivencia de Shylock es incierta: ha sido despojado de los bienes que aseguran su actividad. Aquí el elemento histórico es decisivo: el destino del pueblo judío ha sido motivo de grandes desplazamientos en Europa desde hace un siglo, exactamente desde 1492. Desde la expulsión de los moros de España, se retira la comunidad judía de Europa occidental definitivamente para asentarse en tierras del Mediterráneo, Polonia y Lituania. A pesar de la total expropiación de sus bienes, Shylock expresa su satisfacción con un fallo muy parcial e injusto para con el. Pero ha salido vivo del juicio y su instinto de sobreviviente le indica la retirada.

El destino de Antonio es aun mas doloroso, porque es un dolor solitario y personal. Quedara en Belmont a observar el amor heterosexual y matrimonial de su amigo Bassanio. Deberá la audiencia pensar, entonces, en los conflictos de poder que se establecerán por medio del dinero sobre el amor de Bassanio, su fidelidad, su despilfarro una vez finalizada la acción de El Mercader de Venecia. La convivencia de los tres en Belmont es material muy tentador para la especulación psicoanalítica.

Tres mil ducados por tres meses, expirados los cuales Shylock cobrara la libra de carne es el contrato establecido por Antonio y Shylock. Es obvio que no es un contrato donde se estipulen pautas de tipo comercial o financieras. El interés del prestamista pasa por una jocosa imitación de la actitud de Antonio respecto del dinero. Prestara el sus tres mil ducados sin interés, por única vez. Desecharía aquí cualquier implicancia relacionada con el crimen ritual, como ha sido sugerida . El préstamo le ha dado a Shylock un territorio de poder sobre su rival en el Rialto. Por los términos del pacto, es también claro, que Shylock prefiere perder su dinero a cambio de la cuota de poder que este le ha dado.

Antonio tiene una perspectiva interesante de analizar, también, respecto del contrato a la firma de este. Ve en los términos de este contrato una forma, tácita y altamente posible, de apoderarse del dinero de su acreedor.

Vencidos ya los plazos y ya durante el juicio, Shylock rechaza la oferta de Bassanio del dinero de Porcia que triplica esa suma. Es difícil no evocar imágenes y términos psicoanalíticos de sado-masoquismo al ver a Antonio abrirse la camisa y a Shylock afilando el cuchillo. El animo interpretativo de este estudio ha cuidadosamente evitado esa línea de análisis. Antonio solo ruega la satisfacción que Bassanio presencie su sacrificio, Shylock solo clama iguales derecho civiles frente a la ley. El odio mutuo desatado con anterioridad y brutalmente expresado en la escena del juicio hace la reconciliación imposible.

No esta el usurero interesado en recuperar, superar en tres veces, la suma entregada? No seria mas conveniente para Antonio humillarse, gimotear delante de su adversario? Es el dinero lo que se esta dirimiendo en el juicio?

Al enterarse de la fuga de su hija y del destino de sus gemas, Shylock también recibe las nuevas del desastre económico de Antonio, cuya verosimilitud no indagaremos aquí en demasiada profundidad. Predio todos su cargamentos en todas las direcciones al mismo tiempo! Enloquecido de impotencia y dolor, Shylock mezcla en su llanto, que resuena por las calles de Venecia, "My daughter, my ducats!". Pareciera que en la misma balanza equilibra el amor por su hija y de por posesiones. El detalle del anillo con la turquesa, recuerdo de su esposa Lea, inclina el sentimiento de la audiencia a favor de Shylock , el hombre , y no el prestamista, en contra de Jessica. Se entretejen los temas y las venganzas sutil, pero implacablemente.

Infeliz, sin amor ni familia, solitario, atemorizado y enfurecido, el miembro de una minoría despreciada clama igualdad ante la ley. El acto de insania de clamar venganza sobre el cuerpo de Antonio es el grito desesperado de un hombre que ha llegado al limite existencial de su lucha en pos del reconocimiento de su identidad y de su igualdad ante la ley. Justificado en su aspecto comercial y contractual, este asesinato será también simbólico. "Mis acciones sobre mi cabeza!" grita enfurecido frente al juez.

La venganza contra de Antonio será un desplazamiento de la venganza en contra de Jessica: el tributo que el padre de la sociedad patriarcal exige de sus hijos e hijas, especialmente de sus hijas. Shakespeare llevara este tema a su apogeo dramático en la tragedia de King Lear, que Freud dio en analizar conjuntamente con El Mercader de Venecia, en 1913. La libra de carne de Antonio es también el tributo que Jessica debió haber pagado por su libertad y el despojo a que sometió a su padre. Es el precio de su conversión y su abandono. Antonio deberá pagar por la traición de Jessica, entrelazando, así, un nuevo triángulo de amor y odio.

Este es mas que un judío veneciano que se dedica a la actividad de prestamista para la cual sale del ghetto e irrumpe entre los gentiles, quienes lo han agraviado y despreciado permanentemente. Se oye su voz, con acento extranjero, como la voz de toda minoría, en este caso la judía. Porcia, disfrazada de juez, es el personaje a cargo de las explicitaciones xenófobas de la obra a las cuales se hizo referencia anteriormente. Y una de las partes litigantes es un hombre, que cansado de huir de la persecución decide enfrentar, finalmente, a sus enemigos. La ley estará de su lado? Estaría de su lado si no fuera un extranjero. Porcia pondrá fin a su aislamiento mediante una conversión forzada. Shylock, al igual que Antonio, se inclinara ante el espíritu femenino que Porcia trajo desde Belmont. Clemencia respecto de su vida, la cesión de sus bienes a su hija y a Antonio, cuya avaricia final pasa desapercibida, ya que se queda con la mitad de los bienes de Shylock en usufructo. Será Antonio quien exigirá la conversión inmediata de Shylock, que Porcia dictara.

Los cristianos de la obra habrán abolido así la tenue línea que separa la caridad de la venganza. Seguirán viviendo en un mundo que los tornara melancólicos sin poder definir el porque. Nadie saldrá de este mundo de Belmont y Venecia sin escarnios o heridas muy profundas. Difíciles de conciliar las tensiones que la acción presenta, conflictivas las diferencias entre el deseo de los padres y el deseo de las hijas, tenebrosos los aspectos xenófobos de este mundo, que marca históricamente el surgimiento del mundo capitalista, irreconciliables los conflictos de clases en la lucha por detentar el poder, El Mercader de Venecia ( o El Judío de Venecia) seguirá abriendo controversias y produciendo enfrentamientos, de los cuales este articulo ha presentado un intento mas.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 3 - Abril 1996
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