Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
La estructura y el deseo del Otro
Una lectura del seminario IV de J. Lacan
Laura Aschieri

Versión corregida del texto presentado el 25/11/95
en las jornadas de SABA sobre "Dirección de la cura"

Quisiera contarles lo que este año fue parte de mi trabajo en SABA sobre el Seminario 4, La relación de objeto, que Lacan dictó en los años 1956-57 ; es importante recordar que la segunda parte del título es : y las estructuras freudianas, ya que este seminario se detiene especialmente en el modo en que se constituyen esas estructuras en las que Freud nos mostró que el Psicoanalisis se mueve y opera.
El trabajo que quiero proponer es mostrar, siguiendo el desarrollo mismo del Seminario, que hay una lógica que va desde la falta de objeto, a la teoría de la relación de objeto, al cuadro de las categorías de la falta, concluyendo finalmente en la falta- Deseo del Otro.

Primero, situémoslo en su época, algo que creo tan importante como destacar las elaboraciones que allí se producen porque es discutiendo con los teóricos de lo que se dio en llamar Teoría de la relación de objeto que Lacan comienza, planteando de entrada que el objeto en psicoanálisis se caracteriza como falta, que hay una tensión fundamental entre el Sujeto y el objeto. Es esta discusión la que le permite, no sin ironía, calificar a la práctica y a la teoría que propone fundar todo el proceso analítico en la rectificación de la relación, entendida como dual, del sujeto con el objeto, aquí el analista, decía, calificarla como síntoma de la función del falo. Así, nos advierte que no hay que desconocer que entre el deseo de la madre y el sujeto está el falo, y por lo tanto el analista debe manejar con precaución este lugar del falo.

El protagonista de sus ataques será Bouvet, principal precursor de la teorización de la distancia entre el paciente y el analista, quienes para él, se encuentran en una situación real separados por una barrera convencional, distancia cuya disminución se espera a medida que progresa el análisis, hasta encontrar la óptima. La idea de la buena distancia entre paciente y analista, separados por la barrera convencional, es la que le permite a Lacan comparar este tipo de análisis con una especie de bundling, que es una práctica, una costumbre de origen céltico, frecuente en ciertas sectas de América. Esta costumbre, consiste en permitir a los novios (en ocasiones a un huésped), dormir juntos en la misma cama, con la condición de que no haya contacto, para eso la mujer es envuelta en una sábana, así se dan todas las condiciones para el contacto, menos la última. Nos lo ejemplifica con el caso de Ruth Lebovici, que el propio Bouvet supervisa, que fue publicado como Perversión sexual transitoria en el curso de un tratamiento Psicoanalítico el del sueño famoso del hombre con armadura atacando con una especie de fly tox al paciente, cuya interpretación provoca para Lacan la reacción perversa paradójica o transitoria que aquí califica como un acting out, producido por el abordaje del fenómeno en el orden de la realidad y no en el seno del registro simbólico, llevándose a cabo una reducción de lo imaginario a lo real. Es interesante porque Lebovici no deja de apelar en sus intervenciones, a la regla, a la convención analítica, sobre todo cuando el paciente manifiesta su deseo de acostarse con ella para lograr la cura.

En Función y Campo de la palabra y del lenguaje en Psicoanálisis Lacan dirá que: esta teoría reduce al psicoanálisis a una relación donde dos abismos se rozan sin tocarse hasta agotar la gama de las regresiones imaginarias.
En contraposición con esta práctica Lacan presenta en la cuarta clase el cuadro de las categorías de la falta, deben conocerlo, las tres formas de falta de objeto-privacion, frustración y castración, que son tres formas de organización significante del objeto, de las posiciones del sujeto que implican las tres acciones y del Otro con mayúscula, aquí en este cuadro ocupando el lugar de Agente de la acción. Justamente es éste lugar el que aparece vacío y el que completará durante el transcurso de sus clases, pues es la estructura del Otro la que es el centro de la investigación.

Este es el paso intermedio entre el esquema Lambda y el grafo del deseo, la forma de sustituir su tesis del deseo de reconocimiento, por el Deseo del Otro como aquello que determina el deseo del sujeto. Cuestión que lo lleva conjuntamente a una reelaboración de la función del falo, del complejo de Edipo y del complejo de castración.
Si la falta en la estructura del Otro, del orden simbólico, indicaba Psicosis a la altura del Seminario 3, en el Seminario 4 esta falta en la estructura será investigada en dos estructuras clínicas más; perversión en particular el fetichismo y neurosis en particular la fobia. A partir de aquí la falta en el Otro estará relacionada con la Castración freudiana, como castración materna.; de ahí la importancia que tendrá el Deseo de la madre en este seminario. El Otro será el lugar donde la palabra del sujeto se constituye, el lugar del significante, y ya no será un sujeto, aunque en el mismo seminario a veces lo nombre como tal, y el problema no será su garantía, su reconocimiento, sino su deseo, distinguiendo claramente el Otro de la demanda de amor, del Otro del deseo.

Para Lacan una estructura cuatripartita es desde el inconsciente siempre exigible, en la construcción de una ordenación subjetiva. La estructura siempre se define por la constancia de las relaciones entre elementos diferenciados.
La estructura significante fundamental del inconsciente está presentada a esta altura, primero por el esquema Lambda, del que se vale para articular el hecho de que algo permanece constante y a la vez algo cambia, lo constante son lugares, relaciones y relaciones entre los lugares. Lo que cambia son los términos que ocupan los lugares.

Es con la joven homosexual y Dora que nos muestra las posibles transformaciones, variantes de esta estructura, dando cuenta de los cambios de la posición subjetiva.
El ternario de lo simbólico determina lugares que son los de los términos del Complejo de Edipo , pero hay que agregar el lugar del sujeto y el del falo, necesariedad ésta si el objeto absoluto del deseo falta, si la inscripción perfecta en el lenguaje no es posible, si debe ser afirmada la pulsión de muerte.

En el texto El mito individual del neurótico del año 1953, el cuarto elemento de la estructura será la muerte, el desdoblamiento narcisístico que sufre el neurótico, allí Lacan nos dice que : "El segundo gran descubrimiento del psicoanálisis, no menos importante que la función simbólica del Edipo es la relación narcisista, que completa la estructura cuaternaria....... en todas sus relaciones imaginarias (las del neurótico) se manifiesta una experiencia de la muerte ...Para que la dialéctica de la lucha a muerte, de la lucha por puro prestigio, pueda tan solo tomar su punto de partida, es necesario que la muerte no sea realizada., es necesario que sea imaginada, sino el movimiento dialéctico se detendría a falta de combatientes . En la relación narcisista se trata de la muerte imaginada, imaginaria. Es igualmente esta muerte imaginada la que se introduce en la dialéctica del drama edípico y es de ella de la que se trata en la formación del neurótico".

En el seminario 4 el falo como significante, como objeto simbólico, como significante del deseo del Otro, comienza a ser el cuarto elemento por excelencia, y es en relación a él que puede pensarse una dirección posible de la cura.
Lo que Lacan intenta hacer es describir una estructura y los efectos de representación que esa estructura producen en los que la integran.
Hay algo que circula en esta estructura, es el falo definido como

  1. significante de una falta- pues inscribe algo como ausente.
  2. como significante del deseo, es decir bajo lo que va a quedar inscripto el deseo de la madre.

El concepto de estructura que Lacan había definido como idéntico a la estructura del lenguaje, es reemplazado por el concepto de estructura definida como idéntica a la estructura del significante, estableciendo la metáfora y la metonimia, como modos de producir significados. Viraje que encontramos en el texto de los escritos La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud, del año 1957. Son las dos vertientes del significante sobre el significado que destacará en su análisis del objeto fóbico y fetiche respectivamente, resaltando que ambos tienen una determinación simbólica. El objeto fetiche estará emparentado con la metonimia y será un objeto parcial, una parte que tendrá que ver con el falo materno, esa parte que se vio justo antes de descubrir la castración materna, lo que marca el punto de detención de la cadena de la memoria, el detalle que queda de una experiencia que es la de la castración. Por eso por ejemplo el zapato puede desempeñar la función de sustituto de lo que no se ve pero está articulado, formulado para el sujeto, como si la madre lo poseyera realmente, o sea el falo, imaginario sin duda pero esencial para su fundacion simbólica como madre falica. Si el fetiche está ahí, entonces es que no ha perdido el falo, pero al mismo tiempo es posible hacérselo perder, es decir castrarla. Será definido además por su carácter de objeto sostén, soporte ofrecido a algo, el deseo, pero el deseo en tanto que perverso. El fetiche es aquello que convierte la falta en una figura, cosa que no pasa con el objeto fóbico, que es protección ante el deseo y su aparición es consecuencia de una operación metafórica, pues es el significante que suple la función del nombre del padre.

¿Qué quiere la madre? ¿qué desea el Otro?. Este es el principal enigma del sujeto. Para responder a este enigma Lacan toma diferentes ángulos, como siempre no nos ahorra el trabajo. La forma más acabada que toma esta pregunta en el seminario, es para mi la siguiente: ¿en qué momento y cómo puede ser introducido el niño directamente en la estructura simbólica, en qué momento puede entrar el niño, para asumirla de una forma más o menos simbolizada, en la situación imaginaria y real de la relación con aquello que es para la madre el falo, al darse cuenta de que lo amado no es él, sino cierta imagen.? Pregunta que enfatiza, pues lo más decisivo para el sujeto será que a la madre le falta ese falo, que ella misma es deseante, no solo de algo distinto de él, sino simplemente deseante. Cuestión que implica que de lo que se trata es de la privación fundamental con que está marcada la imagen de la madre.

Ya nos dijo que el niño no está solo frente a la madre, la tríada imaginaria está constituida por la Madre, el falo y el niño. Pero nos aclara que es necesario entre ellos, un margen suficiente, para que el sujeto no ponga de lo suyo para mantenerlo, pues si se rompe ese enganche de estos tres objetos imaginarios hay más de una solución posible, pero siempre se produce el llamado a una solución. Este margen lo pone la función del padre introduciendo la relación en una dialéctica simbólica y con ella la posibilidad de trascender la relación de frustración o de falta de objeto en la relación de castración ,consagrando además la existencia de la privación, porque sobre el plano real, nos aclara ninguna especie de idea de privación es concebible sino por un ser que articula algo en el plano simbólico. La castración tomará como base esta aprehensión en lo real de la ausencia de pene en la mujer. El objeto del que está privada es el falo en tanto que simbólico. La castración simboliza una deuda simbólica, una punición simbólica, apoderándose de un instrumento, el falo, aquí en su carácter de objeto imaginario. Así la castración instaura la falta de objeto en una dialéctica en la que se toma y se da, una dialéctica que confiere a la falta, la dimensión del pacto, de una ley, en particular la del incesto

Nos dice Lacan que el niño como real ocupa para la madre la función simbólica de su necesidad imaginaria. Como verán están los tres términos y aquí podrán introducirse todas las variantes.
La fobia y la perversión aparecen como dos variedades, como dos soluciones posibles frente al enigma que representa el deseo de la madre como deseo de falo. A falta de la solución simbólica que introduce el cuarto término, el padre, aparecen otras que no son típicas. El fetichismo será la solución imaginaria, un acceso imaginario a la falta de objeto: El niño podrá identificarse con la madre, a partir de un desplazamiento imaginario con respecto a su partener materno, hará por ella la elección fálica, realizará en su lugar la asunción de su anhelo, de su añoranza de falo. En el fetichismo, el propio sujeto dice encontrar más satisfactorio su objeto exclusivo, en tanto es un objeto inanimado, por lo menos puede estar tranquilo, seguro de que no va a decepcionarlo.

Existe otra solución, la fobia, que no es otra cosa que una llamada de socorro a un elemento simbólico singular.
A ese deseo de la madre que no puede ser satisfecho, que es insaciable en su búsqueda de qué devorar (no en vano Lacan nos recuerda que la primera manifestación de la fobia de Juanito es ser devorado), se lo puede engañar. El niño, por la vía que sea, toma el camino de hacerse él mismo objeto falaz, presentándose como señuelo que calma el deseo de la madre. Es en esta posición que Lacan ubica a Juanito en su etapa diríamos pre-fóbica, el problema, y el llamado a una solución se dará para él cuando este juego engañoso ya no sea un juego para él, cuando él sea tomado en su propia trampa, cuando tenga que presentar algo, cuando tenga que pagar cash .

¿Por qué? Porque la diferencia comienza a aparecer muy seriamente, con la angustia, cuando este pene real deviene para él objeto de satisfacción(comienza a masturbarse). La angustia se sostiene en que él puede medir la diferencia que hay entre aquello por lo que es amado y lo que puede dar, ya que se introducen las discordancias particularmente inmensas que hay en el hecho de satisfacer una imagen y de tener ahí justamente algo a presentar. No es solo que el niño fracasa en sus tentativas de seducción o que sea rechazado por la madre es que lo que tiene para presentar puede parecerle como algo miserable.

La lógica de la cura de Juanito está planteada como un pasaje de lo imaginario a lo simbólico, como un proceso de simbolización.sobre un elemento esencial, el falo. Se trata en Juanito de que el dominio simbólico del significante padre sustituya al dominio imaginario de la madre. Lacan trata de conducirnos hacia la articulación de la dialéctica del falo, a su resolución y culminación en el edipo. El falo se encuentra como un elemento imaginario por el cual el sujeto a nivel genital es introducido en la simbólica del don.

La simbólica del don y la maduración genital, son dos cosas distintas. Están ligadas por el hecho de que es a nivel de las reglas instauradas por la ley que se rige el ejercicio de las funciones genitales, pero ésto no tiene ninguna especie de coherencia interna biológica, individual, para el sujeto. Por el contrario, el fantasma del falo en el interior de esta simbólica del don a nivel genital, toma su valor, es decir que no tiene el mismo valor para este que lo posee-el niño-que para el que no lo tiene-la niña

La niña es en tanto que no lo posee que va a ser introducida en la simbólica del don, es en tanto que ella faliciza (tener o no)la situación, que ella entra el Complejo de Edipo.
El niño es por acá que sale,es decir en el momento en que habrá realizado sobre un cierto plano la simbólica del don. Será necesario que él haga don de lo que tiene, que asuma este falo en tanto que significante y de una manera que lo hace instrumento del orden simbólico de intercambios.Se trata de que sea confrontado al orden de la función del padre- funcion de la existencia sobre el plano simbólico del significante padre-pues es esta función la que introduce ahí el reino de la ley, la que hace que el affaire salga de las manos del niño, puesto que es reglado en otra parte.

Juanito llega a un impasse y no puede salir de allí porque no hay padre, no hay nada para metaforizar esta relación con su madre, no tiene otra salida del otro lado, más que la mordida posible de la madre, la misma con la cual él se precipita vorazmente sobre ella, en la medida en que no hay otra relación real con la madre más que la de devoración y es por eso precisamente que se hizo necesario que introduzca ese elemento de mediación metafórica que es el caballo.

Para concluir tomaré una cita del texto Dirección de la cura y los principios de su poder que a mi entender condensa la culminación de los desarrollos del seminario 4: "...ese falo cuya recepción y cuyo don son para el neurótico igualmente imposibles, ya sea que sepa que el otro no lo tiene o bien que lo tiene, porque en los dos casos su deseo está en otra parte: es de serlo, y es preciso que el hombre masculino o femenino acepte tenerlo y no tenerlo, a partir del descubrimiento de que no lo es".

Volver al sumario del Número 2
Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 2 - Diciembre 1995
www.acheronta.org