Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Practicar lo imposible
(acerca de los bordes en psicoanálisis)
Sergio Ribaudo

Imprimir página

Malas palabras

Ultimamente han reaparecido en el seno del Psicoanálisis 1 una categorización poniendo en juego dos conceptos que si bien, separados son problemáticos, juntos nos mueven aun más a una reflexión en profundidad, tanto por su origen espurio, como por volver a poner sobre el tapete el déficit que el Psicoanálisis tiene con la nosografía: esa categorización a la que quiero referirme es "clínica de bordes"

La reflexión sobre una "clínica de bordes" debería tomar como punto de partida el cuestionamiento de ese nombre, ya que el supone que habría en psicoanálisis clínica y también pacientes de "borde" (denominación lacanizada del border-line)

Si ambos existen o no en la práctica del Psicoanálisis, es lo que creemos debe ser planteado en primer termino. No nos parece que esto sea una verdad de por sí, y más aún nos parece, que dejarse llevar por ella vuelve totalmente estéril al psicoanálisis con lo perjudicial por desalentador que esto tiene para el paciente, el joven practicante y el psicoanálisis mismo.

Luego junto con esto también se debe medir el alcance que dichos conceptos tienen, es decir si su importación al Psicoanálisis puede ser irreflexiva, ya que la pertinencia de los mismos a la práctica analítica es más que dudosa. No estaría de mas recordar aquí que Freud mismo nunca utilizó ninguna de las dos expresiones para referirse a su práctica a lo largo de más de cuarenta años de ejercicio, y sabemos que nunca se nego a formular y reformular conceptos y partes de su teoría que resultaran obsoletos o imprecisos, y que jamás fue reacio a corregir lo que fuera necesario. Uno de los contadísimos textos en que el término clínica aparece es en el artículo "La represión", allí escribe :"Ateniéndonos ahora a la experiencia clínica que la práctica psicoanalítica nos ofrece...." un ejemplo de la subordinación, en su pensamiento, de la clínica a la práctica.

Esos conceptos provienen de la medicina general en el caso de clínica y de la Psicóloga del yo, el de borderline, al que hace referencia el borde planteado en ese tipo de consideraciones. Con esas áreas el Psicoanálisis freudiano guarda una relación bastante compleja como para meditar lo suficiente antes de hacer una adopción los conceptos que a ellas le sirvieron.

Quienes sostienen esta idea de la "clínica de bordes" dentro y fuera del Psicoanálisis la fundamentan a partir de la dificultad que presentan al tratamiento "aquellos casos muy graves y que no son tributarios de una estructura psicótica" es decir prácticamente lo mismo que sostiene los partidarios de la self psychology.

La gravedad en cuestión surge, siempre, de la consideración de los síntomas que presentarían estos supuestos "casos de borde" (impulsiones, anorexia, bulimia, drogadicción, etc)

También en cuanto a esto surgen más preguntas que creemos necesario plantear : acaso ¿ las neurosis no presentan dificultad?, ¿no pueden ser graves?, desde cuando lo grave es no-neurótico, ¿la teoría consiguió domesticar al Aqueronte o lo confino a la Psicosis?. ¿Porque el Psicoanálisis seria una profesión imposible, entonces?. La enseñanza de Freud fue considerar la gravedad de acuerdo a otros parámetros, mucho menos fenomenológicos, pero más estructurales. 2

Seguir el reduccionismo clínico y enumerar estos casos a partir de síntomas, signos; fenómenos tan heterogéneos y no específicos tales como anorexias, bulimias, adicciones, impulsiones, acting out, etc, no nos parece que pueda ayudar a la clasificación de los mismos ni mucho menos aun a un agrupamiento nosográfico. Todos esos fenómenos resultan tan disímiles que no parece haber rasgo común que los unifique.

Con respecto a la anorexia recordamos que Ana O. la padecía sin que por ello Freud dudara que se trataba de Histeria. Las impulsiones suelen ser ,al decir de Lacan, la forma mas común en que aparece el síntoma obsesivo no constituido 3, el acting out totalmente asimilable a las neurosis y en definitiva se trata de transferencia sin análisis, recordemos el intento de suicidio de la "joven homosexual". Las adicciones nos parece un tema tan complejo por sus connotaciones ideológicas, políticas, etc que merecerían un capítulo aparte. Por supuesto no creemos que baste con estigmatizar de perversos a quienes la padecen y menos aun de "borderline" vertientes, ambas que suelen ser usadas.

Por ello, también, resulta forzado plantear estructuras desde esos fenómenos-síntomas para luego desde allí determinar si están en el borde o en el centro quienes los presentan, ya que se produce así un deslizamiento que nos lleva en la dirección contraria del descubrimiento freudiano: en vez de ir del síntoma al significante y de allí al sujeto, vamos del síntoma a lo pantognómico, es decir al signo.

A partir de la doctrina del significante no parece a primera vista que estos nombres ni ningún otro pueda definir algo decisivo en cuanto a una nosografía para el Psicoanalista, ni que excluyan de por sí la posibilidad de instalar el dispositivo analítico que es en definitiva lo único que conduce a la Neurosis de Transferencia; para lo cual el rótulo anticipado, y mucho más aún cuando ese rótulo es de incurable, difícil o grave, es su más profundo e inadvertido enemigo, recordemos lo que Freud nos decía de esto en los "Consejos al médico..."

Quisimos partir del cuestionamiento de un nombre que creemos suena en el campo psicoanalítico, mucho más de lo debido comenzando por el supuesto borde, pero el otro término que debe ser revisado también es el de clínica, y por eso no es ocioso recordar, como decíamos mas arriba que Freud nunca lo utilizó para referirse a su experiencia, prefería utilizar el más modesto de práctica que se aproximaba más a lo que él hacía, fue Lacan quien lo utilizó mucho más, llevando a convertirlo casi en una moda.

Michel Foucault en su libro "El nacimiento de la clínica" insiste en que esta parte de la medicina surge y permanece ligado al dominio de la mirada y la simultaneidad propias de dicho registro, así se convertía a los síntomas en la verdad de la enfermedad, sus fenómenos eran su ley como bien lo señala en la obra citada 4.

Si el uso de las palabras tienen consecuencias, si ellas nos envuelven y determinan, si tejen sus redes a nuestras espaldas, como lo enseña el Psicoanálisis será necesario un "exorcismo" de la "clínica" para que con ella no se pierda la novedad de la práctica psicoanalítica, la que poco y nada tiene que ver con la medicina, no solo por aquello de la "cura por añadidura" , sino porque todos los conceptos que involucra ( incluidos el de sujeto) como la dinámica de lo que pone en juego , (incluida la transferencia) es totalmente diferente a lo que la desde esa mirada clínica se estableció como objeto y límite de la práctica médica.

La resistencia de Freud en cuanto a la asimilación de su invento a la medicina habla bastante de ello , sabemos que no solo la consideraba los conocimientos médicos como innecesarios para el ejercicio del Psicoanálisis, sino que además no dejaba de señalar que esa formación era un obstáculo para la comprensión y valoración de aquello que estaba en juego en su teoría 5.

Ya qué no se trata de "ver" lo mismo desde diferentes puntos de vista, esperanza de los enfoques multidisciplinarios, sino que los objetos que describen son totalmente otros, aunque su soporte sea siempre el mismo objeto, es decir el "hombre". 6

Souffrance

Quizás quedo pendiente una "nosografía" psicoanalítica, pero la pregunta es si ella será posible alguna vez. De todos modos es seguro que el día que podamos saldar esa deuda no será a partir de los síntomas que la edifiquemos. El cambio que implica la práctica del Psicoanálisis en relación a la clínica medica no radica sólo en un mero "cambio de órgano", del ojo a la oreja, de la mirada a la escucha, porque de todos modos se puede seguir "mirando con la orejas " , es decir, se puede seguir aplicando la misma "sintaxis" aunque las palabras se cambien, y así seguir operando en el campo lineal y simultáneo de la mirada donde los diagnósticos son instantáneos ( la linealidad e instantaneidad a que nos referimos es a la que se produce entre el momento de ver y el tiempo para comprender del acto médico ) el acto médico no deja resto: el síntoma convertido en signo que representa a la enfermedad para el médico. Allí el único resto que puede quedar es el de el error subjetivo o el de la incompletud provisoria un saber que se completará el día en que el ojo médico sea lo suficientemente afinado para descubrir el mal, hoy desconocido, en las entrañas del enfermo. En ese movimiento fue que la mirada "clínica" pasó del órgano, al virus y de allí al genoma, en una especie de persecución interminable que mientras mas agudiza los instrumento de su contemplación, empuja a la enfermedad su profundidad mas oscura .

La práctica analítica, en cambio, por estar sujeta a la escucha y al tiempo que esta impone: el del significante. Plantea otra relación con el saber y con el resto como incurable.

Al no haber aquí representado sino es para otro significante , significante que siempre es segundo y por esto tanto Freud como Lacan han insistido con la puesta en suspenso del saber del analista sea bajo la forma de "ignorar lo que se sabe" o como consejo de no tomar nota durante las sesiones 7 , el tiempo diferente en que se escande la práctica del análisis no es el retroactivo, ( tan lineal como el progresivo solo que al revés) sino el diferido donde el momento de concluir es anterior al tiempo para comprender como lo presenta Lacan en "El tiempo lógico..." 8. , es también por esto que Lacan decía que se vuelve necesario que el analista de cuenta de lo que hace y de esa manera "sea al menos dos, el analista para tener y efectos y el que a esos efectos los teoriza" 9, pero siempre: y esto es lo fundamental de la diferencia entre las dos prácticas, (o para ser correctos entre la práctica analítica y la clínica medica) en un tiempo posterior al acto que emprende.

Y parece ser esa "desnudez espistémica" lo que hace que se horrorice de su acto, llevándolo a soñar, cuando no a impostar, otro saber mas previsible.

Porqué si la "clínica en los bordes" esta en relación con lo inanalizable, lo estará sólo después que dicho inanalizable haya sido inanalizable, no antes ni en función del nombre de su manifestación clínica, ni de su síntoma, porque cuando el saber es previo el análisis parece ser un rodeo poco menos que innecesario y el obstáculo que se encontrará al final es el que inadvertidamente se coloco al principio.

No hay posibilidad de analizar antes de analizar, ni instancia anterior al intento de su instalación , recordamos la recomendación de Lacan de no retroceder ni aún ante la Psicosis, el saber previo es obstáculo que no deja desplegar el decir del analizante por condicionar la escucha del analista, ya que siendo el significante un representante para otro significante, el primero no dirá hasta que no se despliegue el segundo .

La "confianza en el significante" no es deber del analizante, sino premisa del analista, es el quien debe poseerla para infundirla en el primero a despecho de la tecnología médica, incluso de sus propios temores, ahí está el Aqueronte que debe ser conmovido, y ella no significa sólo creer en el "juego de palabras" , sino en poder sostener ese tiempo de incertidumbre que marca la distancia entre S1 y S2 , por que este dúo no solo aparece en la puntualidad de alguna formación del Inconciente, sino en todo el proceso del análisis desde el comienzo hasta el fin en tanto se ordena a partir de la transferencia.

Las designación de patologías "borderline" atienden más que a lo problemas del análisis y su instalación posible a las cuestiones de diagnóstico y pronóstico, qué como decimos no es necesario ser medico para estar metido de lleno en su problemática, basta con trabajar en sus instituciones y sentir su presión 10 o participar de esos ideales que son por cierto de mayor arraigo en los objetivos sociales.

¿Existe en Psicoanálisis, en su práctica, el borde?, ¿hasta donde el diagnostico diferencial es útil y hasta donde obstáculo?, ¿que es lo conjetural de nuestra disciplina? .

Mas bien el problema del borde parece la manera lacanizada de plantear un problema que no es lacaniano ni freudiano 11 .

Es Lacan quien plantea a partir de la forclusión del Nombre del Padre una discontinuidad de las estructuras freudianas rompiendo con la idea de vecindad entre Neurosis, Perversión y Psicosis y por lo tanto con los bordes compartidos y las estructuras intermedias .

Por otro lado si se apela al topología el borde puede ser definido como aquello que crea una consistencia y no solamente como el punto limite de una superficie ,aparece entonces el borde no como lo mas próximo al otro terreno sino como lo mas lejano , es decir que el borde de las neurosis no lo compondrían las neurosis mas parecidas a las psicosis, o las psicosis mas parecidas a las neurosis, sino las más transferenciales de las neurosis de transferencia, las mas "fáciles" y lo mas "difícil" seria su centro.

De ser así parecería que de la práctica del análisis y de la posibilidad de su instalación algo quedara indefectiblemente fuera siendo a la vez su núcleo , algo que no aparece como un conjunto que remitan a una unidad ni que pueda ser avistado previamente mas que por la dificultad que entraña a su ejercicio en el mismo momento en que este se realiza. Eso que queda afuera como inalizable, incluso como fracaso posiblemente sea el testimonio mas fuerte de que el psicoanálisis esta vivo y que como práctica no escapa al no-todo, por eso Lacan señalaba que si el Psicoanálisis tendría éxito se extinguiría hasta no ser mas que un síntoma olvidado 12. La designación "clínica en los bordes" para designar esos casos q ue no entran en análisis, y que como hemos dicho no nos parecen reductibles ni a una nosografía, ni -menos aún- a un síntoma determinado, parece un recurso que se presta demasiado a la imaginarización, sea por el lado de la clínica medica, como por el lado geométrico indefinido del borde.

El arte del general

Freud para transmitir la técnica acorde a esta discursividad inédita invoca consejos y reglas 13 , la diferencia entre ambos parece estar entre lo que cada analista puede modificar sin dejar de hacer análisis y lo que es inmodificable. Lacan siguiendo esta línea distingue entre táctica, estrategia y política yendo de aquello en lo cual el analista es mas libre hasta donde ya no lo es en absoluto. Las operaciones tácticas son las que se realizan bajo el alcance del fuego enemigo y en esto es en lo que el analista es mas libre; en cuanto a la estrategia, que es el arte de conducir las fuerzas en las mejores condiciones al encuentro con el enemigo su libertad se ve restringida ya que lo que diga será escuchado desde el lugar que la transferencia le asigna y aquí el poder de maniobra sin duda se restringe, pero donde no es para nada libre es en lo que domina a táctica y estrategia que es la política de guerra aquí, Lacan señala que el analista debe colocarse mas por su falta en ser que por su ser 14

Y colocarse en su falta en ser implica no el recubrimiento imaginario de lo que no entra sino la posibilidad de plantear un "al menos uno" que dice "no" como imposible de eliminar, ero y que además como sujeto lógico funda la clase de lo que si es posible, la existencia de este "al menos uno" no es entonces contingente, ligado a la incompletud del saber como sucede en el acto medico, sino necesaria y totalmente opuesto a lo posible, es decir que la existencia de este sujeto como sujeto no es ni posible ni imposible, sino real. El existe no por un saber imperfecto ni porque queremos o no queremos que el exista, sino por necesidad lógica, de estructura. Esta existencia no es la existencia de tal o cual individuo sino la de un decir que se sustrae tanto de el "para todo" universal afirmativa ( para todo individuo es practicable el Psicoanálisis /neurosis.) como de la negación de la universal (para ningún individuo es practicable el análisis psicosis) pasando así de lo contingente a lo necesario. 15

La clase se funda no por la presencia positiva del rasgo, ni mucho menos por su ausencia universal sino por aquellos que privados del rasgo 16 se sustraen al todo y efectúan la doble operación de instauración de la existencia y de su correlato a nivel del Otro como no todo al negarle al sujeto como argumento su función .

La consideración de estos "casos" como clínica parece entonces problemática en dos sentidos, primero en cuanto a la inducción de una práctica diferencial que lleve modificaciones no a nivel de la táctica , que ya están plenamente autorizadas por Freud, sino de la política 17 del análisis (retomando la diferenciación que señalamos de la "Dirección de la cura"), ¿quien podrá evitar entonces ,que apelando a "casos de borde", el Fascista use el Psicoanálisis y la discriminación que lo incurable impone en esa lógica, para dominar, el Perverso para corromper y el Maestro para autorizar ?. Segundo abre la posibilidad de la lectura (imaginaria) de los casos (síntomas?) señalados desde un saber de "estructura" que es tan estéril como lo habría sido escuchar a la histeria desde las definiciones clínicas.

A potiori fit denominatio18, escribía Freud cuando comenzó con la histeria y con el Psicoanálisis.

Notas

1 Por ejemplo "Borde<R>S de la neurosis" Haydée Heinrich – Ed Homo Sapiens

2Al respecto recordamos en Freud: ....pugnan contra nosotros la transferencia negativa, la resistencia de represión del Yo, el sentimiento de culpa oriundo de la relación con el Super yo y la necesidad de estar enfermo anclada en unas profundas alteraciones de la economía pulsional. De la participación de estos dos últimos factores depende que tildemos de leve o grave nuestro caso". Esquema del Psicoanálisis / Amorrortu T XXIII l976 pags 181/2.

3Lacan, J ~Seminario La angustia , inédito, reunión del 12-5-63.

4 "Paradójicamente el nominalismo clínico deja flotar al limite de la mirada medica, en las fronteras grises de lo visible y lo invisible algo que era a la vez el todo de los fenómenos y su ley , su punto de recolección , pero también la regla estricta de su coherencia, la enfermedad no tenia verdad sino en los síntomas, pero ella era los síntomas dados en verdad." Foucault, M. El nacimiento de la clínica Siglo XXI 1983 pag 217

5Por ejemplo Freud, S. , Introducción ~Conferencias de Introducción al Psicoanálisis ~ Conferencia I Introducción Amorrortu TXV

6"Cuando se trata de análisis, no está solamente en cuestión la evolutividad de un síndrome en su sujeto, sino el papel que desempeña el otro en una creación irreversible, gracias a su presencia y sus objetivos, el advenir del sujeto en su deseo y su verdad cuando, habiendo hallado en el analista a alguien a quien hablar, forzosamente se dirige a es alguien que esta situado singularmente como depositario de la función analítica. El cual no debe pasar de allí e incluso debe atenerse a eso. Tal vez sea por esa razón que con tanta facilidad quede confuso y a veces fascinado al mismo tiempo, cuando el significante clínico le es enviado precisamente por el medico que, con su óptica propia, desafía al analista a que produzca una clínica freudiana que pudiera halla su lugar en las tradiciones, el saber y las sumas culturales de la Facultad de Medicina. " . ~Perrier, F. "El cuento de la buena pipa"~Ed Petrel l98l , pag 252. Las cursivas son nuestras

7Sobre esto desde los "Consejos al medico" Freud,S Amorrotu TXII ,hasta la Conferencia de Lacan en Ginebra ~Intervenciones y textos 2 ~Manatial, se señala el obstáculo que el saber impone a la escucha sea como prejuicio, como experiencia o como prestigio.

8 Escritos I~Siglo XXI 1984

9Lacan, J. ~Seminario R.S.I. ~inédito~ reunión del 10\12\74

10Ver nota 5

11El uso que hacemos de estos adjetivos es el que indica M. Foucault en ¿Que es un autor?~Conjetural nro 4~ Ed. Sitio ~ 1984.

12Lacan, J. La tercera ~Intervenciones y textos 2~Manatial 1988 pag 85

13Freud, S ~Escritos Técnicos ~Amorrotu T XII ~ l985

14Lacan, J. "La dirección de la cura" ~ Escritos II ~ Siglo XXI ~ 1984

15En esto hemos seguido los desarrollos de Lacan en "El saber del analista" publicacion interna de Enapsi 1982

16 Lacan, J. ~Seminario La identificación ~ inédito ,reunión del 14/06/62.

17al respecto recordamos las discrepancias entre Freud y Ferenczi. E. Jones ~Vida y Obra de S. Freud ~De. Horme ~1976 pags 256 y sigs.

18Freud, S ~Estudios sobre la histeria ~Amorrotu T III ~ l985

Volver al sumario del Número 13
Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 13 - Julio 2001
www.acheronta.org