Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Ricardo, la cura de un fetichista.
Del fetichismo al masoquismo
Emiliano del Campo

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"Solo sobre las bases de los hechos clínicos puede ser fructífera una discusión."
Jacques Lacan.-

PRESENTACIÓN.-

Esta es una relectura, la más actual del análisis del caso Ricardo; la de mi libro: "El final en la cura de un fetichista", y de los trabajos posteriores. Esta relectura tiene su punto de partida cuando Ricardo, al final de los años 80, retoma su análisis. El re-análisis produce una resignificación de su perversión fetichista, la que surgió en su primer análisis. En este apareció una mujer: María, con ella descubre lo novedoso que hay en una mujer: ella tiene su propio orgasmo, el goce de una mujer; lo experimenta como ajeno a él. Su goce sexual es diferente a su orgasmo con el fetiche; el que excluía el goce femenino. Experiencia de profundas consecuencias que recién será develadas en su segundo análisis.

Su primer análisis termina en el enigmático "final en la cura de un fetichista", marcado por la angustia ante la aparición de una "mácula" en su visión. En el comienzo de su análisis fueron sus fobias la que precipitan la transferencia, las fobias darán lugar a la aparición del fetichismo.

Al retomar el análisis María es ya su segunda esposa. Un gran conflicto entre ellos los lleva a la separación. Ricardo está decidido, hace un ‘contrato’ de divorcio, con este ‘contrato’, la relación se perpetúa. Ricardo cree que María es la única mujer posible. Ella la busca, lo seduce, para dejarlo humillado en un coito que nunca llega. Ricardo está a la espera de María. Ella le muestra como ahora disfruta de la vida, mientras que su vida se ha vuelto penosa y solitaria. Un insomne que padece toda clase de preocupaciones imaginarias, al amanecer lo despiertan ‘el aullido de los lobos’; el nombre que tiene su angustia al amanecer.

Ricardo es consciente de su extraña expectativa por María, que ella le conceda cariño o sexo, ella ‘tiene la última palabra’; en su doloroso silencio la espera. Va surgiendo en este análisis, ‘un extraño goce’ en sus sufrimientos. El fantasma masoquista perverso cobra más y más privilegio.

El goce del sufrimiento habita en su cuerpo. Ricardo está avejentado; María exhibe la belleza de una mujer madura. Una lesión de la columna le acarrea grandes dolores, perturba su marcha, caminar es un sufrimiento; pero rechaza y posterga todo tratamiento.

Recuerda que él la ‘inició’ a María cuando se conocieron en una vida sexual inédita para ella. Era una mojigata, pero con él sus orgasmos eran aullidos de un ‘lobo’. María conoció por él, el secreto de su fetichismo, lo compartió en los coitos calzándose los zapatos que él le ponía. Su amargura ha aparecido como una nueva manera de vida, ya presente en su primer análisis. Es a partir del goce en su sufrimiento que surgen las nuevas significaciones de su perversión fetichista inicial; ahora escondido en el marco del sufrimiento. El fantasma perverso masoquista de Ricardo, ocupa la escena de su vida; replantea las conjeturas del "Final de la cura de un fetichista" (1)

Este escrito pone en primer lugar el testimonio de las sesiones del primer análisis de Ricardo como las de su re-análisis. Un título en las distintas sesiones servirá de orientación al lector, así como un breve comentario teórico al final de ellas. Dejo para la última parte de este trabajo las conjeturas freudianas y lacanianas. El libro de Gilles Deleuze, enriquece de un modo deslumbrante la problemática del ‘fetichismo-masoquismo’ de Ricardo. Las conjeturas de Nasio sobre ‘las formaciones del objeto a y ‘la forclusión local’ me permiten el desciframiento de su fobia infantil y de la estructura del masoquismo.

El error cometido en el Libro fue entremezclar clínica y teoría, restándole claridad. Más aún, acentuar el final y no el desarrollo de la cura.

WILLY BARANGER, MI MAESTRO.-

Mi libro fue el producto de la apasionante labor creativa con Willy Baranger, mi análisis de control del caso Ricardo durante cuatro años. Descubriendo paso a paso, con el privilegio de la escucha, la estructura secreta del fetichismo de Ricardo.

A la memoria de mi gran maestro dedico la relectura de este trabajo. Para ello transcribo parte de su Prólogo al Libro, testimonio de la riqueza de este trabajo conjunto de Ricardo, Willy Baranger y del Campo.

"Ambos-del Campo y yo-conocíamos lo esencial de la literatura analítica pertinente a este problema y sabíamos lo mucho que depende la terminación de un análisis exitoso del preconcepto que se ha forjado el analista acerca de tal terminación. Por su lado, el analizando era una persona bastante excepcional. Primero al desmentir el axioma según el cual "los fetichistas no se curan". Aunque no haya iniciado el análisis por este motivo, apareció al cabo de un tiempo que toda la sexualidad del analizando se organizaba alrededor de una fantasía fetichista imprescindible para alcanzar el goce. Segundo: por la riqueza y profundidad de su discurso espontáneo, sorprendente en una persona cuyos intereses profesionales y culturales eran muy alejados de los de nuestro "gremio". No solamente el analizante descubría recuerdos ideas y relaciones, sino que los expresaba en términos que evocaban muy a menudo los conceptos de Lacan.

Es así cómo el período terminal del análisis fue marcado por la aparición de una de estas "moscas voladoras" que, lo notaba Lacan, vienen a recordar el ser humano que ya no es tan joven como creía. La presencia angustiante de esta pequeña lesión de la retina-de esta "mácula"-en el campo visual- revela y esconde la proximidad de este objeto a que domina el último período de la elaboración teórica de Lacan". (1 )

 

MI RECONOCIMIENTO.-

Debo mi reconocimiento a Juan David Nasio, el primer lector entusiasta de "El final de la cura de un fetichista", apostó al fetichismo de Ricardo, con sus valiosas críticas sobre el escrito Como Jorge Jinkis, Juan Ritvo, Adolfo Benjamín, Eric Laurent y Jacques Alain Miller. Este nuevo texto lo dedico a la memoria de Eduardo Matinez Luque, me trasmitió su pasión por la enseñanza de Lacan. Fundó el "Centro Psicoanalítico Matema", me invitó a participar y a presentar mi Libro "El final en la cura de un fetichista"; todavía resuenan en mí sus profundos comentarios, como los de Carlos Basch.

Todos, como su autor y Baranger, coincidieron en el fetichismo de Ricardo, pero dejando abiertas las incógnitas: ¿que es ‘ el-final-en-la-cura-de-un fetichista?. Es lo que intento responder en este re-análisis. Por ello sostengo que hay en el análisis ‘distintos momentos de un final’. El final del primer análisis abrió las puertas del fantasma fetichista-masoquista de Ricardo; quizá, este, sea el final en la cura de Ricardo.

Esta nueva relectura se hizo posible a partir del Seminario "La lógica del Fantasma", de Lacan. Fue el trabajo del grupo de estudios con Juan Ritvo, varios años en la década del 90. A Juan Ritvo y mis compañeros, y al empeño de Adolfo Benjamín en formar y mantener el grupo, a todos ellos va mi agradecimiento.

Las enseñanzas de Juan David Nasio, su valioso aporte para este trabajo sobre "El objeto fantasmático elegido". (14) A sus novedosos aportes sobre "Las formaciones del objeto a, y la forclusión local". (16) Una contribución inédita a la clínica de ‘las psicosis’.

A Michel Sauval por su contribución para hacer posible este trabajo, su valiosa crítica, como la de Albert García Hernandez García, al texto inicial. Sus textos: "Ciencia, psicoanálisis y postmodernismo" (18) y su Seminario "Psicoanálisis y Ciencia", (19) son lecturas obligadas por el rigor y la claridad sobre los fundamentos de la enseñanza de Lacan.

El libro de Gilles Deleuze "Sade & Sacher Masoch" (4), me obligó a escribir: "Deleuze: Presentación de Masoch con Sade" (2) Debe leerse como ‘introducción al ‘Caso Ricardo’. Los conceptos de Deleuze sobre la problemática de ‘las perversiones’, hacen de su libro una lectura obligada, no solo a los psicoanalistas. Sade sin Masoch es una lectura trunca. Deleuze profundiza en el pensamiento Político y Jurídico contrapuesto entre ambos. No se reduce al nombre que sirvió a la psiquiatría para designar dos perversiones.

RICARDO, UN CASO DE FETICHISMO.-

Análisis de cinco años de duración, sorprende al segundo año de iniciado, por el develamiento de la práctica secreta fetichista: " la mujer bien calzada"; la que comandó su vida sexual. Sorpresa para Freud:

"En los últimos años tuve oportunidad de estudiar analíticamente cierto número de varones cuya elección de objeto era regida por un fetiche. No se crea que esas personas recurrieron al análisis necesariamente a causa del fetiche, pues si bien este es discernido como una anormalidad por sus adictos, rara vez lo sienten como un síntoma que provoque padecimiento; las más de las veces están muy contentos con él y hasta alaban las facilidades que les brinda en su vida amorosa. En general, entonces, el fetiche desempeñó el papel de un diagnóstico subsidiario" (7.147)

La aparición de las fobias de Ricardo han producido la transferencia; ha perdido su aparente mayor secreto, ya que abrieron las puertas al fetichismo. Luego, el descubrimiento en el coito María, del goce sexual ‘una mujer’, altera goce secreto fetichista. Su goce sexual ahora con y sin el fetiche lo ‘escinde’ profundamente a Ricardo; pero Ricardo desconoce estas consecuencias.

Es María la que conoce su secreto fetichista, participa de su fetichismo, el la hace ‘bien calzada’ en el coito. Son los pasos previos para ocupar llegar a ocupar otro lugar, será en el fantasma masoquista.

Pero hay un final inesperado en su análisis, es la angustia que desencadenó la aparición de una mácula en su visión. Es lo que lo lleva, en pocos meses, a un análisis dentro de su análisis; fue lo que motivó ‘el libro’.

Años más tarde retoma su análisis, el fetichismo está lejos de ser una reliquia, como parecía en aquel final; sigue vigente. Lo novedoso de este re-análisis es el progresivo develamiento del goce secreto del fantasma masoquista perverso, anudado a su fetichismo y con ‘María bien calzada’. Ella fue y es "el objeto fantasmático elegido",(14) Un eslabón entre el fetichismo con el masoquismo. Ricardo, sin saberlo se va convirtiendo en el ‘esclavo’, al tiempo que por ‘persuasión’, hacer a María ‘bien calzada’, la ‘mujer-verdugo’ del masoquismo.

Deleuze: "Así también el héroe masoquista parece educado, formado por la mujer autoritaria pero, más profundamente, es él quien la forma y la trasviste y le indica las duras palabras que desea le sean dirigidas. Es la victima que habla a través de su verdugo, sin reprimirse".(4.12)

EL FANTASMA FETICHISTA.-

En el secreto del fantasma del fetichismo de Ricardo debemos diferenciarlo en cuatro frases gramaticales; las que van de su infancia, su adolescencia a su vida adulta. Todas son posibles en el presente.

"mi pié bien calzado"

"un niño bien calzado"

"la mujer bien calzada"

 

EL OBJETO ELEGIDO FANTASMATIZADO.-

Lo novedoso del re-análisis de Ricardo, es la función del fantasma perverso fetichista: "María bien calzada", conjuntamente con el goce sexual de María ‘una mujer’. se resignifica el fetichismo que había sostenido en secreto con las distintas mujeres. Ricardo está esci ndido

Nasio nos orienta en la clínica del fantasma con la claridad de su enseñanza con "el objeto elegido fantasmático" (14) El fantasma lacaniano convulsiona el imaginario teórico del psicoanálisis; el prejuicio de la relación sujeto-objeto. Es fundamental la aseveración de Nasio: "Solo hay relación recíproca en la función del fantasma" (14) El fantasma desmiente la alteridad irreductible de los sexos, alteridad que Lacan designa: "no hay relación sexual".

Escribe Nasio: "El fantasma es el nombre que le adjudicamos a la soldadura inconsciente del sujeto con la persona del viviente del elegido (...) el elegido existe por partida doble: por un lado fuera de nosotros, bajo la especie de un individuo viviente en el mundo, y por el otro, en nosotros, bajo la especie de una presencia fantasmatizada-imaginaria, simbólica y real-que regulan el flujo imperativo del deseo y estructura el orden inconsciente. De las dos presencias, la viviente y la fantasmatizada, es la segunda la que predomina" (14.50/51)

Es lo que permite descifrar el fantasma perverso masoquista, el que Ricardo ha ido instaurando en la relación con de María. De ‘María bien calzada’ a María con las vestimentas de la ‘mujer-verdugo’ del fantasma masoquista. Como Deleuze presenta al héroe en el masoquismo de la "Venus de las pieles".

El fantasma complejo fantasma perverso de Ricardo le da certeza de los goces. Así como el fantasma neurótico de Ricardo del goce de María. Ricardo está escindido en goces diferentes.

"Si vuelvo a la descripción del fetichismo, tengo que señalar que ciertamente hay numerosas e importantes pruebas de la bi-escindida actitud del fetichista frente al problema de la castración de la mujer. En casos muy refinados, es en la construcción del fetiche mismo donde han encontrado cabida tanto la desmentida como la aseveración de la castración". (7.151)

El matema lacaniano ($<>a), escritura de la estructura del fantasma, permite la lectura de las significaciones multívocas del fantasma perverso fetichista en la clínica, a partir del "objeto fantasmático elegido", allí el fetiche encuentra en un partenaire su soporte necesario. Descifra las múltiples vicisitudes del fetichismo de Ricardo: Ricardo adulto puede apelar a cualquiera de ellas para obtener el goce sexual, sea en la masturbación como en el coito. No es el mismo el fantasma fetichista de "la mujer bien calzada" que "María bien calzada".

Es lo que surge en su vuelta al análisis; Ricardo revela que nunca abandonó el fetiche, pero es el fracaso de apelar a fetiche en los momentos de angustia; ahora hay un dominio del fantasma masoquista conjuntamente con el fetichismo.

Pero es el fantasma perverso masoquista el que domina la escena, es el soporte de los sufrimientos en la vida de Ricardo, los presentifica y diversifica al darle una significación al mutismo del goce masoquista, como ‘el aullido de los lobos al despertar’. El ‘aullido’ son los reproches de María, o el goce sexual de María.

 

MOMENTOS DE LA FOBIA, EL FETICHISMO Y EL MASOQUISMO.-

Hay diferentes momentos del análisis y desde el re-análisis, permiten diferenciar los diferentes momentos del fantasma perverso fetichista y el masoquista.

Van a ir produciendo cambios en la subjetividad de Ricardo y las modalidades de la transferencia analítica.

1°-‘Los zuecos que caminan solos.

2°-Las fobias y el fetichismo en la trasferencia.

3°-El fetiche de "la mujer bien calzada" y el goce sexual de "María una mujer".

4°-El fetichismo y la mácula, un final de la cura.

5°-El fetichismo y el fantasma perverso masoquista.-

6°-Síntomas psicosomáticos.-

Transcribiré los diferentes pasajes del análisis de Ricardo, el de su primer análisis y el de su re-análisis, con las conjeturas clínicas al respecto para establecer una continuidad necesaria entre uno y otro. Dejo para el final los conceptos teóricos, los que fundamentan este trabajo El anudamiento del fetichismo y el masoquismo. La relación entre la ‘alucinación infantil’, la fobia y fetichismo.

EL COMIENZO DEL ANÁLISIS.-

La demanda está determinada por los efectos de la acusación de su esposa Sara que le dice: "soy frígida y por tu culpa". Aconteció unos años antes de la consulta. De ahí en más Ricardo queda confundido, sufre una culpa y un malestar atormentante por su lugar fallido como padre, los conflictos familiares con su esposa y sus hijos. No encuentra respuesta a lo que ocurría en la ‘extraña’ vida sexual con su esposa. Se queja y se violenta con sus hijos. A Sara la acusa de ‘desactivarlo como padre’. Se contrapone a su habitual tranquilidad y sus relatos entusiastas y con humor en análisis. Más aún cuando habla de su ‘romance con ‘Juana’, una relación sexual inédita para él,

Espera que su análisis le permita cambiar su modo de vivir, tiene plata pero no la disfruta, se llena de más trabajos en la Sociedad que tiene con su hermano. Sus problemas son dichos con humor, en su rostro siempre hay una sonrisa.

Ricardo-mi vida sexual era complicada, Sara tenía dificultades con sus orgasmos

Analista-¿Y a Ud. que le pasaba?

Ricardo-Yo no me daba cuenta, fue cuando apareció mi prima Juana, me sedujo y me hizo su amante; ella estaba casada, todo era en secreto. Fue mi primera aventura; fue toda una novedad. Para ella coger era un juego, pero era algo más, empezamos un romance. Mi miedo a perderla no me dejaba tranquilo

Analista-¿Porqué tenía miedo de perderla?

Ricardo-tenía razones, pero en realidad no sé. Lo que no se es por qué me paso pensando que estoy construyendo un puente que no termino nunca, sus pilares son como patas que se apoyan en la tierra, pero no son soportes suficientes para ‘el peso’ de los camiones que lo cruzan".

La profundidad de sus dichos van abriendo progresivamente su inconsciente en una transferencia de trabajo, en particular la significación enigmática de una fantasía que se reitera. ‘La construcción de un puente’, remite al significante ‘peso’.

EL ‘PESO’, LA SERVIDUMBRE, LAS FOBIAS Y LA ALUCINACIÓN INFANTIL EN TRANSFERENCIA.-

Al segundo año de análisis la crisis con su hermano se agudiza, se reconoce sometido a las exigencias de este como a las de Juana y a las de Sara. Lo sorprende la interpretación: soportar el ‘peso’ de su análisis. La palabra ‘peso’ es el significante de su enigmática fantasía obsesiva, la de ‘construir un puente que soporte el ‘peso’. Es lo que resuena en Ricardo Se incorpora del diván me mira sentado, su rostro denuncia irritación. El significante ‘peso’ deriva e su ‘servidumbre’, de allí a sus fobias. Si anuncio de sus fobias lo sorprenden y angustian; pero despiertan su humor

Ricardo-Me parece que voy a dejar el análisis, no lo soporto.

Analista-¿Por qué debe soportar el ‘peso’ de su análisis? ¿Qué tiene miedo a perder acá?

Ricardo-(Se sienta en el diván) Vivo siempre sometido al servicio de los demás, quiero suspender las sesiones por un tiempo.

Analista-Pero vino para servirse del análisis, no para mi servicio, yo no soy su socio ¿no será que tiene miedo a perder su servidumbre?

Ricardo-¿qué raro lo que me dijo, qué yo tenga ese miedo?.

Analista-Usted dijo que tenía miedo de perder a Juana, ¿es a Juana a perder los miedos o su servidumbre?.

Ricardo-(sonriente) es un buen chiste eso de tener miedo a perder los miedos, es ocurrente, es digno de crédito.

Analista-¿es su servidumbre a los miedos?.

Ricardo-Es así, no sé por qué, pero siempre me sentí inseguro, lo compenso siendo buenito, haciendo servicios. Siempre me sentí inseguro con mis piernas, la falta de deportes y el miedo de mamá de que me pase algo. Yo siempre tenía miedo de caerme, saltar algo y tropezar.

Analista-¿Sus piernas no están para su servicio?. Lo dejan con miedo.

Ricardo-Cuando usted me dijo lo de mi servicio me acorde de mi miedo desde chico, era a "los zuecos que caminen solos", era el calzado de las sirvientas de esa época. No se como apareció todo esto. Lo que le cuento son cosas raras de mi vida, una de ellas, de chico, era mi afición por visitar los cementerios.

Se enlaza la pérdida a los miedos, por sus piernas, por Juana y la ‘servidumbre’, que se vincula con su dicho ‘haciendo servicios’. Es la ‘servidumbre’ un significante que al tiempo que lo impulsa a dejar el análisis actúa como significante de la transferencia. El analista ocupa ahora el lugar de "ser digno de crédito". Es "el crédito" al sujeto supuesto saber.

Al final de la sesión revela una alucinación infantil: "que los zuecos caminen solos", debe ser diferenciada de una fobia infantil, no actúa la represión sino la ‘forclusión local’. (16) Es la que pone en trasferencia su fetichismo.

Esta sesión encierra lo que se develará en su re-análisis, el anudamiento del fantasma masoquista y fetichista. El estatuto que tienen las fobias en la enseñanza de Lacan a partir del Seminario XVI: la fobia, una bisagra que va de la neurosis a la perversión, agregamos, la coexistencia de las fobias con la ‘forclusión local’: ‘los zuecos que caminan solos", con las fobias abrirán el camino de la perversión fetichista.

EL FETICHISMO.-

Ricardo-Nunca hablé de lo que me pareció siempre una rareza de mi vida sexual, para calentarme y tener orgasmo debo pensar en una imagen, es la de "la mujer bien calzada", es toda una historia que recién ahora me aparece para hablarla acá.

Analista-¿Cómo es esa historia?

Ricardo-Mi relación con el pié es muy vieja, viene de chico. Yo no recuerdo como apareció mi vinculo con "el pié desnudo al pié bien calzado." Vivíamos en una quinta, de mañana sentía un placer de caminar por el pasto húmedo con los pies descalzos, tendría seis años, era muy chico, pero ese roce de los pies descalzos con el pasto húmedo me producía un placer raro e irresistible, me excitaba tanto que tenía que masturbarme. Creo que es algo que me marcó a fuego.

Analista-¿qué lo marcó a fuego?

Analista-Me excitaba conmigo pié, fue mi primer orgasmo; yo me sacaba las medias y me ponía los zapatos, el roce del pié con el zapato me excitaba. Tendría seis años. Algunos chicos del primario me excitaban al verlos "bien calzados". Fue mi primera sensación erótica, los pies míos o de otros chicos. Todo empezó por mis pies, pero no se como empezó; tal vez fue por alguna prohibición de mis padres. ¿Porqué quedó marcado a fuego?

Analista-¿Por qué fue una prohibición?

Ricardo-Yo jamás iba a ningún lado sin medias, porque en aquella época era un exhibicionismo. Pero apareció el erotismo del pié, yo me resistía a eso, pero no era posible, creía que con el tiempo lo superaría, pero hoy sigue siendo; ahora es "la mujer bien calzada." Es lo más erótico, pertenece a un secreto vergonzante, pero así es mi vida sexual; es una excitación muy primaria. Yo la debo imaginar cuando no tengo o cuando tengo ganas de coger, tengo que hacerlo, incluso para tener un orgasmo. Es como si e l pié reemplazara la vagina. Bueno, una rareza de grande que es mi modo de coger, se me para el pito y acabo cuando imagino con"la mujer bien calzada", no lo conté porque me parecía una rareza entre vergonzante y sin importancia, pero ahora creo que es raro. creo que es importante....¿no le parece?

Analista-¿qué es 'la mujer bien calzada'?

Ricardo-Mi modo de coger y pajearme.

Analista-Los "zuecos que caminan solos" se mezclan con "el pié bien calzado".

El fetichismo hace su aparición de modo inesperado. Ya producida la transferencia, significa para Ricardo un nuevo momento de su cura. Relata con detalles cómo se fue instalando en su vida las diferentes modalidades del fetichismo. Es un enigma el fetichismo como su vinculación con ‘los zuecos que caminan solos’, surge al final de la sesión anterior. Una oportunidad para releer Freud:

"En los últimos años tuve oportunidad de estudiar analíticamente cierto número de varones cuya elección de objeto era regida por un fetiche. No se crea que esas personas recurrieron al análisis necesariamente a causa del fetiche, pues si bien este es discernido como una anormalidad por sus adictos, rara vez lo sienten como un síntoma que provoque padecimiento; las más de las veces están muy contentos con él y hasta alaban las facilidades que les brinda en su vida amorosa. En general, entonces, el fetiche desempeñó el papel de un diagnóstico subsidiario. (7.147)

Freud no duda en reconocer que se trata de ‘lo que no se puede explicar’ , no busca comprender sino de ‘explicar lo que acontece’. La causa está perdida, reconocerla, hace posible lo que Ricardo va relatando. El acto creativo producto del trabajo en transferencia; es acto sublimatorio.

"Probablemente a ninguna persona del sexo masculino le es ahorrado el terror a la ca stración al ver los genitales femeninos. ¿Por qué algunos se vuelven homosexuales a consecuencia de esa impresión, otros se defienden de ella creando un fetiche y la inmensa mayoría la supera? He ahí algo que por cierto no sabemos explicar. Es posible que, de todas las condiciones cooperantes, no conozcamos todavía las decisivas para los raros desenlaces patológicos; por lo demás, contentémonos con poder explicar lo que acontece, y considerémonos autorizados a desechar provisionalmente la tarea de explicar por qué algo no acontece."(7.149)

LO BELLO Y LO SINIESTRO DEL PIÉ BIEN CALZADO.-

Ricardo-Recuerdo que de pequeño, en la casa de mi tía, estaba sentado en un sillón en ensoñaciones imaginándome una situación del pié bien calzado dentro de un borceguí ortopédico que lo ocultaba, y la gran satisfacción era sacarme el borceguí y ver el pié bien cazado. La excitación era muy grande al descubrirlo, disimulado por algo feo. Era repulsivo ver esos zapatones grandes, me creaban una fuerte conmoción, esto es de chico y de grande. Este zapato oculta un pié bien calzado. Era lo bello y lo espantoso. Esto me creaba y me crea una fuerte erección. Recuerdo haber visto en la oficina de mi padre una niña con un pié normal y otro deforme, más grueso. Lo espantoso debe existir como un aditamento, pero puede no existir, es un condimento necesario. Un pié bien calzado es lo importante, pero si se lo descubre en un zapato ortopédico la excitación es más grande. Es tapar algo bello que se oculta, que se sustrae a la vista de todos y que solo yo tengo la llave secreta de ese pié tan bello dentro de lo espantoso.

Analista-Pero ahora lo perdió desde el momento que lo hace saber ¿no es este su miedo en el análisis?

Ricardo-Realmente tengo miedo de perderlo, de no poder coger más.

Analista-Con la mujer bien calzada. Tiempo atrás usted quiso dejar el análisis.

Al retirarse deja olvidado un libro, su título es "Mi testimonio ", vuelve sonriente a buscarlo. Se anudan de modos diferente ‘lo bello y lo siniestro’ en ‘el borceguí y el pié bien calzado’. Ocupan el lugar de ‘los zuecos que caminan solos’ con ‘el pié bien calzado’. ‘Lo espantoso debe existir como un aditamento, pero puede no existir’. El goce del fetiche enmascara el goce de ‘lo espantoso’; ‘es un condimento necesario’ del fetiche. ‘Los zuecos que caminan solos’, nos conducen a lo Ominoso freudiano el ‘ nódulo siniestro’ de lo ‘bello’ del fetiche. Volvamos a Freud en su texto "Lo Ominoso.1929":

"Uno de ellos es el de lo «ominoso». No hay duda de que pertenece al orden de lo terrorífico, de lo que excita angustia y horror; y es igualmente cierto que esta-palabra no siempre se usa en un sentido que se pueda definir de manera tajante. Pero es lícito esperar que una palabra-concepto particular contenga un núcleo que justifique su empleo. Uno querría conocer ese núcleo, que acaso permita diferenciar algo «ominoso» dentro de lo angustioso".(6.219)

El sentimiento ‘ominoso’, que tiende a la repetición, Freud lo vincula a una parte del cuerpo que se independiza:

"Tampoco callaremos el hecho de que para casi todos los ejemplos capaces de probar nuestro enunciado pueden hallarse otros análogos que lo contradicen. En el cuento de Hauff «La historia de la mano cortada», la mano seccionada produce sin duda un efecto ominoso, que nosotros hemos reconducido al complejo de castración" (6.245)

Lo ‘Ominoso’ de ‘los zuecos que caminan solos’, Freud es categórico, distingue lo ‘ominoso’ de la angustia y de las fobias.

Este texto freudiano está en el fundamento del ‘Seminario de la Angustia’ de Lacan. Lacan:

"La vez pasada puse, y entre paréntesis, el signo –Ø indicándoles que aquí debe perfilarse una relación con la reserva libidinal, con ese algo que no se proyecta, con ese algo que o se inviste a nivel de la Imagen especular por la razón de que permanece profundamente investido, irreductible en el nivel del cuerpo propio, en el nivel del narcisismo primario, en el nivel de lo que llaman autoerotisrno, en el nivel de un goce autista." (10. XII 62)

El signo –equivale al objeto a. Es el aporte lacaniano de una dimensión profundamente novedosa en el estatuto del objeto en el psicoanálisis. El a es la presencia siniestra del objeto que no falta al tiempo de no ser especularizable, es lo ‘Unheimlich’. Es el ser asexuado del goce del cuerpo. El ‘Heim’ freudiano del goce autoerótico autista, que como pieza suelta, es la extimidad, la alteridad absoluta del Otro. Fuera del fantasma se encarna en ‘los zuecos que caminan solos’. Es equivalente a "el cuento de Hauff «La historia de la mano cortada», la mano seccionada produce sin duda un efecto ominoso".

Hay que tener en cuenta que para Lacan, al introducir la noción del objeto, lo primario es la ‘extrañeza’, lo ‘siniestro’ y no el delirio paranoico-alucinatorio, como momento primordial de las psicosis.

"Como he dicho, la angustia está ligada a todo lo que puede aparecer en ese lugar; y lo que nos lo asegura es un fenómeno al que se le ha acordado tan poca atención que no se llegó a una formulación satisfactoria, unitaria de todas las funciones de la angustia en el campo de nuestra experiencia. Ese fenómeno es el Unheimlichkeit. La vez pasada les rogué que se remitieran al texto de Freud, y por las mismas razones: porque no tengo tiempo de volver a deletrear con ustedes ese texto. Sé que muchos fueron de inmediato a él, y se los agradezco. Lo primero que les saltará a la vista, Incluso en una lectura superficial, es la importancia que da Freud a un análisis lingüístico. Si no fuera notorio por doquier, este texto bastaría por sí sólo para justificar el predominio que en mi comentario de Freud otorgo a las funciones del significante. Lo segundo que les saltará a la vista, cuando lean aquello por lo cual Freud introduce la noción de Unheimlich, es que la exploración de los diccionarios en lo concerniente a esa palabra da como definición de Unheimlich la de ser lo Unheimlich. Se trata de lo que es heim al punto de ser unheim. Y después, como no tendrá que explicarnos por qué es ello así, pues resulta bien evidente con la simple lectura de los diccionarios, no se detiene más en ello, y está como yo lo estoy ahora: tiene que avanzar. Y bien, para nuestra convención, para la claridad de nuestro lenguaje, a ese lugar designado la vez pasada vamos a llamarlo por su nombre: es lo que se llama heim. Si ustedes quieren, digamos que si esa palabra tiene; un sentido en la experiencia humana, allí está la casa del hombre. Den a la palabra casa todas las resonancias que quieran, incluso las astrológicas. El hombre encuentra su casa en un punto situado en el Otro, más allá de la imagen de que estarnos hechos, y ese lugar representa la ausencia en la que nos encontramos. suponiendo —lo que ocurre— que ella se revela por lo que es: la presencia en otra parte que constituye a ese haciéndonos aparecer como objeto y revelarnos la no autonomía del sujeto. Freud lo ha señalado como ejemplo en los textos de Hoffman que se hallan en el corazón de una experiencia semejante: El Hombre de Arena y su atroz historia, en la que se ve al sujeto rebotar de captación en captación ante esa forma de imagen que, hablando con propiedad, materializa el esquema ultrareducido que aquí les doy en él. (10.XII 62),

NACIMIENTO DE LA MUJER BIEN CALZADA.-

Un recuerdo de sus 16 años, como todo recuerdo es un recuerdo encubridor; hay que descifrarlo. En la quinta donde vivían trabajaba una mucama Manuela con su hija adolescente. Paula tenía 15 años lo seducía, quería coger con él; Ricardo asustado le escapaba. Pero una noche:

Ricardo-Manuela se acercó a mi cama, me agarró y comenzó a besarme, me di cuenta que me quería violar, era casi una vieja, le ordené que se fuera, me miraba como un carnero degollado, quería que la amara. Paula me dijo que papá se quiso coger a su madre y ella lo echó, discutieron entre ellas y la madre se fue, Paula quedó en casa.

Analista–Paula, la hija y la madre estaban muy juntas para ud.

Ricardo–Manuela estaba disfrazada de mamá, pero al poco tiempo me la cogí a Paula, mi padre murió en esa época. Yo me la cogí después de su muerte. A Paula me la cogí con los preservativos que encontré en un cajón de mi padre, creía que me los había dejado en herencia, de ese modo es como que adquirí el permiso, la orden del viejo no fue mal entendida, yo agarré a la hija no a la madre. Pero parece que la prohibición para mí era no reventar ninguna vagina, la prohibición para mí era toda mujer, no había ninguna para mí. Tiré a un aljibe los zapatos de mí pié bien calzado, los de mis pajas, a ella la hice calzar con unos zapatos de taco alto, le quedaban muy bien me excité mucho, la disfracé de la mujer bien calzada antes de cogerla. Hice lo mismo cuando la volvía a coger. En realidad dudo si disfrazaba la cogida de paja o a la paja de cogida. Yo buscaba el goce con la mujer bien calzada, Paula fue la primera. La mujer bien calzada era para tapar el coger verdaderamente, que era lo que se hacía objetivamente, es como un escamoteo, el pié tapa la concha, porque la concha es lo real que me daba miedo.

Analista-¿qué es primero el miedo, la mujer bien calzada o su papá?

Ricardo-Creo que los tres.

Paula, es la primera ‘mujer bien calzada’, ¿qué es lo que Ricardo ‘escamotea’?. ¿Por qué la concha es lo real que le da miedo?

"Si en las exposiciones de la técnica analítica se oye tan poco sobre «construcciones», la razón de ello es que, a cambio, se habla de «interpretaciones» y su efecto. Pero yo opino que «construcción» es, con mucho, la designación más apropiada. «Interpretación» se refiere a lo que uno emprende con un elemento singular del material: una ocurrencia, una operación fallida, etc. Es «construcción», en cambio, que al analizado se le presente una pieza de su prehistoria olvidada," (8.262)

Lo esencial en ‘Las Construcciones en Psicoanálisis’, dice Freud, es ceder la palabra al paciente, tener la capacidad de escucha para trabajar conjuntamente con él, con la ‘materia prima que nos brinda’. Sobre este fundamento freudiano se fue desarrollando la cura. Lo dicho por Ricardo se presenta como ‘una pieza de su prehistoria olvidada’. Desde los indicios que nos va dando se hace posible el trabajo de ‘construcciones’. Freud asevera que es lícito suponer que una formación psíquica quede en secreto pero no su destrucción. Pero toda ‘construcción es de índole incompleta, no es posible decirlo todo, siempre hay un paso a una nueva ‘construcción’.

 

EL NIRVANA DE RICARDO, LAS FOBIAS Y EL FETICHE.-

Ricardo–Pensé por qué lo de la mujer bien calzada no lo traje a sesión al comienzo de mi análisis, no tengo explicación. Es algo así: mi ideal de goce sexual era irme en seco durmiendo al tener una eyaculación sin tocarme el pito, ya tenía el erotismo de los pies bien calzados. Una vez me fui hamacar, la sola oscilación me hizo eyacular. En mis masturbaciones posteriores me imaginaba la escena de la hamaca. Allí el goce venía de mi ano, era al frotarme en la hamaca, mi ano es de una extrema sensibilidad. Yo buscaba la formula ideal: eyacular sin tocarme el pene con la mano, era como un nirvana, fue a los 14 años, nunca más volvió a repetirse. Las otras noches revivieron todas mis fantasías sexuales como si fuera pibe, tener un orgasmo sin tocarme el pito, no sirvió para nada, es como el honor de no tener más estos orgasmos.

Analista-¿se liberó de un compromiso?, usted lo dice como un alivio y no una pena.

Ricardo-Es la eyaculación pura sin motivo concreto, una felicidad pura sin mujer, sin los pies, sin nada, siento que me voy en seco.

Analista-¿Una felicidad es su pié, sin mujer y sin agarrar su pene?. No agarrar su pene, no para masturbarse, ¿no será para que sea la excitación de su pene que se le escapa del cuerpo?

Ricardo-No había pensado en eso, no sé que decir.

Analista-¿El nirvana sin pene?

Ricardo-Uno se va en seco.

Analista-El semen es el pene que se le cae.

¿Cuál es la fantasía masturbatoria del ‘nirvana’ en su adolescencia?. Un enigma. Lo ‘ maravilloso encubre lo siniestro de la eyaculación. Por algo el ‘invento’ de ‘la mujer bien calzada’.

‘Calzado’ es un significante fetichista multívoco, significa tanto el calzado femenino como el ‘borceguí’ siniestro. Es lo opuesto al pié ‘descalzo’ al que Ricardo cubría cuidadosamente en su niñez. Pero se deriva a ‘calzarse’, que implica un dominio, conseguir que alguien acepte su superioridad. Es también poner una cuña, un sostén o soporte. Conjeturamos lo que ya Freud había descifrado la experiencia traumática en el primer orgasmo y eyaculación. En esta ´construcción´ en análisis, Ricardo trastoca en maravilloso ‘descalzar’ su pene en la eyaculación; lo opuesto hacia lo que se dirige su fetichismo, podemos decir ‘un orgasmo bien calzado’, con todas sus ambigüedades.

Lacan en el Seminario IV se refiere a que el pene se presentifica, en las primeras erecciones del niño, como lo real del autoerotismo que se escapa del cuerpo, la parte del goce del cuerpo al independizase del cuerpo es angustia.

Conjeturamos por la intensidad del recuerdo autoerótico del pene, que se vincula a la vivencia alucinatoria de "los zuecos que caminan solos". Las ‘construcciones’ nos indica que está en el fundamento del fetichismo. Vamos a Freud:

"Y a cada construcción la consideramos apenas una conjetura, que aguarda ser examinada, confirmada o desestimada. No reclamamos para ella ninguna autoridad, no demandamos del paciente un asentimiento inmediato, no discutimos con él cuando al comienzo la contradice. En suma, nos comportamos siguiendo el arquetipo de un consabido personaje de Nestroy, aquel mucamo que, para cualquier pregunta u objeción, tiene pronta esta única respuesta: «En el curso de los acontecimientos todo habrá de aclararse»". (8.266)

Pero la intensidad del recuerdo infantil de ‘los zuecos que caminan solos’, nos obliga a esta cita freudiana:

"Concluiré esta breve comunicación con algunas puntualizaciones que abren una perspectiva más vasta. En algunos análisis noté en los analizados un fenómeno sorprendente, e incomprensible a primera vista, tras comunicarles yo una construcción a todas luces certera. Les acudían unos vívidos recuerdos, calificados de «hipernítido» por ellos mismos, pero tales que no recordaban el episodio que era el contenido de la construcción, sino detalles próximos a ese contenido; por ejemplo, los rostros -hipermarcados- de las personas allí nombradas, los lugares donde algo semejante habría podido ocurrir o, un paso más allá, los objetos que amoblaban tales lugares, de los cuales, como es natural, la construcción nuestra no habría podido saber nada".(8.267)

"Habría sido posible llamar «alucinaciones » a estos recuerdos de haberse sumado a su nitidez la creencia en su actualidad. Ahora bien, esta analogía cobró significación cuando llamó mi atención la ocasional ocurrencia de efectivas alucinaciones en otros casos, en modo alguno psicóticos.

La ilación de pensamiento prosiguió entonces: Acaso sea un carácter universal de la alucinación, no apreciado lo bastante hasta ahora, que dentro de ella retorne algo vivenciado en la edad temprana y olvidado luego, algo que el niño vio u oyó en la época en que apenas era capaz de lenguaje todavía, y que ahora esfuerza su ascenso a la conciencia, probablemente desfigurado y desplazado por efecto de las fuerzas que contrarían ese retorno. Y sí la alucinación es referida de manera más próxima a formas determinadas de psicosis, nuestra ilación de pensamiento puede dar un paso más.

Quizá las formaciones delirantes en que con gran regularidad hallamos articuladas estas alucinaciones no sean tan independientes, como de ordinario suponíamos, de la pulsión emergente de lo inconsciente y del retorno de lo reprimido. En el mecanismo de una formación delirante sólo destacamos por lo común dos factores: el extrañamiento respecto de la realidad y de sus motivos, por un lado, y el influjo del cumplimiento de deseo sobre el contenido del delirio, por el otro. Ahora bien, ¿el proceso dinámico no podría ser, en cambio, que la pulsión emergente de lo reprimido aprovechase el extrañamiento respecto de la realidad objetiva para imponer su contenido a la conciencia, en lo cual las resistencias excitadas por este proceso y la tendencia al cumplimiento de deseo compartieran la responsabilidad por la desfiguración {dislocación} y el desplazamiento {descentramiento} de lo vuelto a recordar? Y, en efecto, es este el consabido mecanismo del sueño, que una antiquísima vislumbre ha equiparado al delirio"(8.268).

El ‘recuerdo hipernítido’ de los ‘zuecos que caminan solos’, surgió en las primeras sesiones. De la cita freudiana, lo subrayado, lo vinculo con las conjeturas de Nasio respecto a la alucinación, es psicótica al ser acompañada de la creencia, pero implica una ‘forclusión parcial’, y que "ella retorne algo vivenciado en la edad temprana y olvidado luego".

 

"MI VIEJA MASTURBACIÓN", LA MADRE.-

Freud: "Lo esencial en ella es la afirmación de que no sólo hay método en la locura, como ya lo discernió el poeta, sino que esta también contiene un fragmento de verdad histórico-vivencial {historisch}; lo cual nos lleva a suponer que la creencia compulsiva que halla el delirio cobra su fuerza, justamente, de esa fuente infantil". (8.269)

A una ‘interpretación’ Ricardo responde con una ‘construcción’

Ricardo-Pensé en porqué de mi vieja masturbación.

Analista-¿Qué tendrá que ver su vieja con su masturbación?

Ricardo-Yo me acuerdo y me veo cuando era chico, tenía 3 años y me fui solo de la farmacia, estaba con mamá y caminé, crucé solo la calle, no sé si me alejé mucho, pero iba solo como escapando, buscando, mirando. Mamá salió desesperada buscándome, me agarró y lloraba cuando me encontró. No sé que pasó, vi una gran desesperación en mi madre. Me tomé un lindo raje pero mi mamá me enjauló. Recuerdo que en esa época tenía terror a los paraguas que se abrieran solos, tenía miedo a los zuecos que caminaran solos. Eran los que usaban las sirvientas, de hule adelante como los paraguas; me causaban terror. Lo de los zuecos, evidentemente, aluden al pié, esto se me ocurrió ahora. Hasta hoy tengo miedo de estar parado, solo al lado de un edificio alto, que se caiga, también debajo de un tanque de agua, hago un rodeo.

Analista-Su nirvana era la paja sin tocar el pito, el pito se le para y camina solo y después se cae.

Ricardo-No me di cuenta que los enlacé, pero son temores muy marcados que tengo. El miedo a los grandes bultos, me imagino de noche solo parado sin nadie al lado de la torre de Eiffel, entre las patas hay cien metros de alto

Analista-¿qué bulto habría entre las patas de su mamá?

De ‘su vieja masturbación’ surge la relación incestuosa. ¿Por qué la madre confunde a Ricardo como ‘los zuecos que caminan solos’?. ¿Qué es Ricardo para su madre, el que puede caminar solo, lejos de ella?. Ricardo afirma ser el ‘pié bien calzado de la madre’; se identifica al falo materno. Pero ¿qué es ‘el zueco’ que se desplaza al ‘pié bien calzado’ y al pene de Ricardo?. ¿Es ‘el zueco que camina solo’?. No podemos desconocer la repetición de la significación ‘alucinatoria’ de los ‘zuecos que caminan solos’, en las ‘construcciones’ de Ricardo en su análisis. Un enigma como el fetichismo.

MITO DEL NACIMIENTO, EL PIÉ BIENCALZADO Y LA CASTRACIÓN.-

En la sesión anterior había contado una pesadilla cuando estuvo en el campo, allí no durmió solo, lo acompaña ‘la mujer de servicio’. Sintió una gran opresión, una araña negra tipo azabache le saltó en el pecho. En sus asociaciones aparece el recuerdo de la seducción de Manuela, la madre de Paula.

Ricardo-Parece que el nudito que aguanta mi paquete está ubicado en los primeros pasos de mi vida.

Analista. Y los que va dando en su análisis.

Ricardo-Me resisto a creer que las cosa sean así, acá aparecen las cosas con unas lógicas homeopáticas, que son otras lógicas que las que uno tiene en la vida para explicar las cosas, éstas son sorprendentes, difícil de digerir, pero son así.

Analista-Como la pesadilla.

Ricardo-Se hizo muy rápido y entró en mi conciencia sin saberlo, como cuando era chico. O entró al final y se ubicó al principio. Es como un cuadro, usted lo mira y luego va haciendo comentarios, el cuadro de la mujer bien calzada, sin saber porqué o cómo empezó y cómo la sigo, es lo que nosotros buscamos. Pero, dígame una cosa, ¿yo nunca le hablé de la flebitis de mamá?

Analista-Nunca.

Ricardo-Bueno...confío en usted. ¿Tampoco le conté lo del Horno de Bier? Es el horno que se usaba para las piernas de las personas con problemas circulatorios. Yo lo viví como una reliquia. Es para dar calor a las piernas, lo usaban con mamá en la época que ella tenía tromboflebitis ¿Es la enfermedad de mi madre en las piernas lo que dio el punta pié inicial?. Le pregunto y me pregunto.

Analista-Se puede pensar así, ahora sabemos del interés por las piernas de su madre, interés y miedo. Se hizo un culto de las piernas de su madre.

Ricardo-Si se analiza a la pierna usted ve que, en realidad en una punta está la concha y en la otra el pié. Yo me aferré a un extremo, recién me doy cuenta de esto, se me ocurrió recién ahora, es verosímil, me fui al pié lejos de la flebitis.

Analista-La flebitis que le repugna está cerca de la concha, se hacen una sola cosa, allí no hay pié como pene, como la flebitis que tenía su madre.

Ricardo-Sí, a eso me refiero, de chico ¿pudo quedar algo tan vivido? ¿Es creíble todo esto?

Analista-Es la realidad de lo que usted cuenta ¿porqué no creerlo?

Ricardo-Mi madre me amamantaba ¿qué visión podía tener? En esa zona estaba el horno de Bier, solo vería las piernas.

Analista-Pasa la excitación, su mirada de arriba abajo, y la inversa.

Ricardo-La verdad es que siempre tuve miedo de caerme, de moverme, estaba preocupado por mis piernas.

Analista-Como las de su mamá, cuando empezó su análisis fue al kinesiólogo para recuperar las fuerzas de sus piernas.

Ricardo-siempre preocupado por mis piernas, tengo miedo de caerme, de saltar. Estoy frenado por mis piernas como un problema sexual, lo enfermo estaba abajo y no arriba, en mi pene.

Analista-Piernas tiene dos...tapan el pene que tiene uno.

Ricardo-(se ríe) Es cierto, el pié bien calzado es diferente a la mujer bien calzada, pero es diferente al salto que di sobre el horno de Bier, salté de la concha a los pies. Las várices me dan asco, me crean repulsión los aparatos ortopédicos, mi madre sufre de artrosis, ella quedó arruinada después del parto. La visito y me da pena.

Freud, en ‘Construcciones’ se refiere a que el ‘SI’ como el ‘NO’ del analizado es mutívoco. Puede ser una resistencia. Ya que las ‘Construcciones’ son incompletas, lo válido es cuando nuevos recuerdos amplían la construcción. Es lo que corroboramos en cada pasaje de su análisis. Pero

"Más interesante es, por eso, que existan variedades indirectas de corroboración, plenamente confiables. Una de ellas es el giro que uno oye de las más diversas personas, con apenas algunas palabras cambiadas, como si se hubiesen puesto de acuerdo: «No me parece» o «Nunca se me ha pasado» (o «No se me pasaría nunca») «por la cabeza». Sin vacilar, se puede traducir así esta exteriorización: «Sí, en este golpe acertó usted con lo inconsciente».

"La confirmación indirecta mediante asociaciones adecuadas al contenido de la construcción, que conllevan un parecido «también», proporciona al juicio nuestro unos valiosos asideros para colegir sí esa construcción habrá de corroborarse en lo que resta del análisis. Es particularmente impresionante el caso en que la confirmación se filtra en la contradicción directa con ayuda de una operación fallida." (8.265)

Es la duda de Ricardo: "Sí, a eso me refiero, de chico ¿pudo quedar algo tan vivido? ¿Es creíble todo esto?"

Hay en sus ‘construcciones un desplazamiento metonímico de lo siniestro entre las distintas partes del cuerpo materno; la excitación y el miedo de las partes de su cuerpo y las de su madre. De las partes del cuerpo se privilegian ‘las piernas’ las suyas y las de su madre, de ellas se produce el enigma del acta de nacimiento del fetichismo, ‘mi pié bien calzado’.

LA MADRE Y LAS MUJERES, LA MUJER BIEN CALZADA, UN ENTE.-

Ricardo-Escribí este poema que se llama ‘El caminante ’. (lo lee)

Analista-Es el poema de su vida, cuando se fue caminando solo de la farmacia lejos de su madre.

Ricardo-¿sabe qué es? Es la milonga de la mujer bien calzada, creo que usted lo pensó. La mujer bien calzada es un ente. ¿Sabe lo qué es? Bueno, no se...pero si sé que papel desempeñan mi madre y mis mujeres, son una especie de castigo bíblico. ‘La mujer bien calzada’ no es una mujer, es algo privado con lo que yo me pajeo y cojo con una mujer y que no lo comparto con nadie, tampoco me pide cuentas. Es la salvación de mi manera de ser, que es dejar contento a todos. ¿Cuál fue el miedo original que me impulsó a ser así?.

Si ‘la mujer bien calzada no es una mujer, es algo privado. Pero es mi salvación de dejar contento a todos’. Hay una contradicción: ‘es privada y es para dejar contento a todos’. ¿Quiénes son todos?. Freud:

"En los últimos años tuve oportunidad de estudiar analíticamente cierto número de varones cuya elección de objeto era regida por un fetiche. No se crea que esas personas recurrieron al análisis necesariamente a causa del fetiche, pues si bien este es discernido como una anormalidad por sus adictos, rara vez lo sienten como un síntoma que provoque padecimiento; las más de las veces están muy contentos con él y hasta alaban las facilidades que les brinda en su vida amorosa. En general, entonces, el fetiche desempeñó el papel de un diagnóstico subsidiario. (7.147)

El proceso de la cura de Ricardo consistió en volver más y más extraño el fetichismo, hasta vivirlo como un síntoma en transferencia, y así ir descifrando sus complejas significaciones. En primer lugar, de ser algo propio y privado, pero está la servidumbre’ del comienzo de análisis. Está sometido al mandato que se le impone para gozar sexualmente. El antecedente de ‘la mujer-verdugo’ del masoquismo.

 

EL FETICHISMO Y EL INCESTO.-

Ricardo-Fui a ver una obra de teatro, era de tono verde, al viejo no se le paraba, se casó por poder y se divorció por no poder. El comentario decía: ‘Mil tonos de verde’.

Analista-Como los tonos de verde de la araña azabache de la pesadilla.

Ricardo-Si, el monstruo verde, que al final era un monigote.

Analista-Como su padre, el viejo verde.

Ricardo-(se ríe) Era verde y viejo. Cuando murió yo descubrí que le metía los cuernos a mamá, fue cuando yo descubrí los condones que me dejó en herencia. (se ríe)

Analista-Los condones que él usaba...

Ricardo-La mamá de Paula dijo que él se la quiso coger a su madre.

Analista-La madre, la araña azabache que se le vino encima en la pesadilla.

Ricardo-Una araña disfrazada de la mamá de Paula. Pero yo no agarré a la vieja sino a la hija. Yo la disfrazaba a Paula de la mujer bien cazada, porque parece que la prohibición para mí era toda mujer, también disfrazaba a las putas. En realidad dudo si disfrazaba la cogida de paja o a la paja de cogida, yo sé que buscaba el goce con la mujer bien calzada, un escamoteo que hacía objetivamente.

Analista-Como usted dice: tapaba a la mujer misma.

Ricardo-Es muy real, el pie tapa la concha, porque la concha es muy real.

"El gran misterio del psicoanálisis es que no hay acto sexual (...) acceder al acto sexual es acceder a un goce culpable" (12) "El acto sexual se presenta como un significante, como un significante que repite algo, por que es la primera cosa que el psicoanálisis ha introducido ¿Él repite qué? Pero la escena edípica!." (12)

"Pero yo no agarré a la vieja sino a la hija". Ricardo agrega: "Un escamoteo que hacía objetivamente". La función del ‘NO’, (Die Verneinung) es la marca de la represión, es como si Ricardo hubiera dicho: ?Yo agarré a mi vieja no a la hija'. Es la afirmación de la escena edípica, al tiempo que destituye al padre; es lo que se repite en distintos pasajes del análisis. Vamos a Freud, "La Negación":

"El modo en que nuestros pacientes producen sus ocurrencias durante el trabajo analítico nos da ocasión de hacer algunas interesantes observaciones. «Ahora usted pensará que quiero decir algo ofensivo, pero realmente no tengo ese propósito». Lo comprendemos: es el rechazo, por proyección, de una ocurrencia que acaba de aflorar. O bien: «Usted pregunta quién puede ser la persona del sueño. Mi madre no es». Nosotros rectificamos: Entonces es su madre. Nos tomamos la libertad, para interpretar, de prescindir de la negación y extraer el contenido puro de la ocurrencia. Es como si el paciente hubiera dicho en realidad: «Con respecto a esa persona se me ocurrió, es cierto, que era mi madre; pero no tengo ninguna gana de considerar esa ocurrencia».

A veces es dable procurarse de manera muy cómoda el esclarecimiento buscado acerca de lo reprimido inconsciente. Uno pregunta: «¿Qué considera usted lo más inverosímil de todo en aquella situación?». Si el paciente cae en la trampa y nombra aquello en que menos puede creer, casi siempre ha confesado".

Puesto que es tarea de la función intelectual del juicio afirmar o negar contenidos de pensamiento, las consideraciones anteriores nos han llevado al origen psicológico de esa función. Negar algo en el juicio quiere decir, en el fondo, «Eso es algo que yo preferiría reprimir». El juicio adverso {Verurteilung} es el sustituto intelectual de la represión, su «no» es una marca de ella, su certificado de origen; digamos, como el «Made in Germany». Por medio del símbolo de la negación, el pensar se libera de las restricciones de la represión y se enriquece con contenidos indispensables para su operación". (5.254)

El FETICHISMO, UNA RELIGIÓN PRIVADA.-

Ricardo-Había algunos judío. los sefardíes, su religión les obliga a coger la mujer tapada por una sábana, lo hacen por un agujero, es un reglamento religioso muy estricto.

Analista-Pero usted tiene una religión privada con ‘la mujer bien calzada’.

Ricardo-Si es muy cierto, de ahí la magia de ‘la mujer bien calzada’ que hace que la mujer, como el resto que me sea permitido. Es la religión en la que yo desemboqué, siendo yo mi pie bien calzado, luego el de un niño bien calzado, y de ahí lo metí en la mujer. Ahí se hizo prácticamente el contrato con el que me exigía que mi vida sexual fuera así y no de otro modo, con ese ser híbrido que es la mujer bien calzada. Estaba antes como objeto sexual, lo demás fue el pacto para hacer una religión, para hacer que la mujer fuera permitida debía estar bien calzada. Nosotros hablamos del tema de ‘lo bien calzado’, pero no encontraremos nunca el origen. Algo deben tener que ver con mis miedos, un terror a que los paraguas se abran solos, que los zuecos caminen solos, era el calzado de las sirvientas. El calzado del servicio domestico.

Analista-Tiene razón, damos vuelta alrededor del origen.

‘La religión’ equivale a un ‘contrato’, a un ‘pacto ’ con un ‘ser híbrido’. Híbrido significa que posee dos naturalezas distintas. ¿Por qué asevera Ricardo que nunca encontraremos su origen?. El origen está en el ‘pacto-contrato’ desde su origen con la madre; el mito de los orígenes son las ‘Construcciones’ en su análisis. Se vincula con la ‘Wahndichtung freudiana’, se enlazan a las escenificaciones perversas, pero lo sorprendente es su analogía con las fantasías histéricas.

"Las fantasías delirantes [«Whandichtung»], también ‘invenciones o ‘creaciones poéticas ‘delirantes de los paranoicos, que tienen por contenido la grandeza y los padecimientos del yo propio, y afloran en formas totalmente típicas, casi monótonas, son universalmente conocidas. Además, innumerables comunicaciones nos han familiarizado con las raras escenificaciones bajo las cuales ciertos perversos obtienen su satisfacción sexual -en la idea o en la realidad-. En cambio, a muchos puede sonarles a novedad enterarse de que formaciones psíquicas en un todo análogas se presentan de manera regular en todas las psiconeurosis, en especial la histeria, y de que en ellas -las llamadas fantasías {Phantasie} histéricas- se pueden discernir importantes nexos para la causación de los síntomas neuróticos.(20.141)

EL CÁNCER DE LENGUA, LA CASTRACIÓN.

Ricardo-Me reapareció la dishidrosis en las manos, fui al médico, estoy mejor. Se acompañan de llagas en la lengua, es una ’ensalada rusa’. De ese origen es mi viejo. Ahora no tengo miedo que termine en un cáncer.

Analista-¿Porqué pensó en un cáncer?

Ricardo-Y...Castelli, un conductor, el mejor orador de la Revolución de Mayo murió de un cáncer de lengua. Yo con mi mujer me someto y me he revelado, pero no era lo mismo con mi vieja, yo creo que debió ser muy violenta la destetada.

Analista-Pero esto no explica su miedo al cáncer de lengua.

Ricardo-¿Hubo un miedo que me obligó al destete?. (Se ríe) Mi viejo representó la salud por lo que yo hacía con ella, de querer satisfacerla, de querer cogerla a la manera de u n bebé. Mi vieja quería encubrir todo esto, después viene el destete. ¿No es mi viejo?. El destete es anecdótico y falso, fue algo simbólico, porque yo seguí con lo mismo, seguí igual, no me desteté, me sacaron la teta. ¿Porqué yo viví obsesionado en satisfacer a mi vieja?.

El ‘ser híbrido’, el ‘monumento’ del pacto con su madre. Retoma el ‘peso de su servidumbre’: ‘¿Porqué yo viví obsesionado en satisfacer a mi vieja, de querer satisfacerla?’. Con su madre hace ‘el pacto’ contra el padre. El ‘ser híbrido ’ que es ‘la mujer bien calzada’, encubre la figura materna del pacto incestuoso-parricida. Pacto que implica desmentir-forcluir al padre. Por ello la madre está en el origen de la ‘mujer-verdugo’ del masoquismo, un personaje ‘híbrido’ que ocupa el lugar de la ley paterna. Hay un padre forcluido; pero es una ‘forclusión parcial’, la que retorna en los ‘zuecos que caminan solos’. Son las conjeturas de las ‘construcciones’ de Ricardo. Por ello el título de la sesión que sigue.

EL PACTO INCESTUOSO CON LA MADRE; EL PIÉ BIENCALZADO.-

Ricardo-Yo me alejé de la teta, pero era un pacto simbólico con mi vieja para hacerse eco de las inquietudes de mi viejo. Pero hubo un pacto secreto con mi vieja; una ayuda mutua por la cual yo seguía prendido a la teta, aunque yo dejé la teta ella seguía y sigue alentándolo, aún hoy por su manera de ser conmigo.

Analista-Su viejo hizo como usted lo que dijo lo que se hace con los terneros: se les pone un clavo en la lengua; como si su viejo le dijera: ‘te va a pasar lo de Castell i’.

Ricardo-(Se ríe) Si, pero todo para cubrir las apariencias. Este es un problema de dos personas, no de una sola. Yo veo que se trata de un tipo de relación jodida. Ud. me hizo decir todo esto a mí. Yo no lo tenía pensado, ahora sí: mamá fue una corruptora de menores sin saberlo. Me introdujo a una vida desviada. Yo la vinculo a ella con todos mis miedos y pajas extravagantes. Ella me dice todavía: ‘te quiero’, pero con una pasión muy diferente. Ella me dejaba crecer cabellos largos con bucles.

Me decía: ‘Sos mi príncipe’, yo era siempre buenito. Yo debí ser para ella una especie de fetiche que actuaba por presencia. Mamá tenía una adoración secreta por mí, pero muy manifiesta. Pero, como mujer ¿ella tenía orgasmos por mi sola presencia?. Yo fui algo así, para ella, como fue mi propio pie. Yo fui el gran pie de mi madre. No creo que ella tuviera conciencia. Ni ella misma lo sabía.

Analista-Tampoco usted sabe como gozaba su madre como mujer con su papá.

Ricardo-De más grande yo pensaba que, después que yo nací no la pudo coger más por su flebitis.

Analista-Usted dice que no lo sabía pero lo actúa en ‘el pié bien calzado’.

Ricardo-Es un período reconstruido del cual yo no me acuerdo, usted actúa con su profesionalismo haciendo la historia de un bebé loco. (se ríe) Me cuesta creer en todo esto, entre un bebé loco y un bebé corrompido. Pero no veo eso de querer satisfacer a mi vieja como una cosa loca mía. Si las cosa fueron así mi vieja fue una corruptora. Esto que hacemos es una especie de investigación tipo Ellery Queen, donde al final se descubren cosas gordas.

La corroboración indirecta de las ‘Construcciones’ es la que Freud considera ‘plenamente confiable’ en el dicho de Ricardo: "Ud. me hizo decir todo esto a mí. Yo no lo tenía pensado. Es un período reconstruido del cual yo no me acuerdo, usted actúa con su profesionalismo haciendo la historia de un bebé loco. Esto que hacemos es una especie de investigación tipo Ellery Queen, donde al final se descubren cosas gordas".

"Nunca se me ha pasado» (o «No se me pasaría nunca») «por la cabeza». Sin vacilar, se puede traducir así esta exteriorización: «Sí, en este golpe acertó usted con lo inconsciente».

La confirmación indirecta mediante asociaciones adecuadas al contenido de la construcción, que conllevan un parecido «también», proporciona al juicio nuestro unos valiosos asideros para colegir sí esa construcción habrá de corroborarse en lo que resta del análisis. Es particularmente impresionante el caso en que la confirmación se filtra en la contradicción directa con ayuda de una operación fallida". (8.265)

"Pero estas reacciones del paciente son las más de las veces multívocas y no consienten una decisión definitiva. Sólo la continuación del análisis puede decidir si nuestra construcción es correcta o inviable.

Y a cada construcción la consideramos apenas una conjetura, que aguarda ser examinada, confirmada o desestimada. No reclamamos para ella ninguna autoridad, no demandamos del paciente un asentimiento inmediato, no discutimos con él cuando al comienzo la contradice. En suma, nos comportamos siguiendo el arquetipo de un consabido personaje de Nestroy, aquel mucamo que, para cualquier pregunta u objeción, tiene pronta esta única respuesta: «En el curso de los acontecimientos todo habrá de aclararse»".(8.266)

LA MÁCULA PRESIDIENDO EL FINAL DE ANÁLISIS.-

Se había convenido con Ricardo la fecha de terminación de su análisis tiempo después de una interrupción. Cuando lo retoma refiere que ha pedido una consulta con el oftalmólogo por una molestia en la visión; un examen descubrió una maculopatía. El oculista le explicó de lo que se trataba, una pequeña necrosis de la retina; descartó una afección grave, lo deriva a un especialista en retina. Ricardo tiene temor a la consulta, tiene miedo "de perder el ojo".

Ricardo -Me puse a mirar algo raro en mi ojo izquierdo, me tapé el otro, entonces vi una sombra. De noche hago un movimiento con la mano como que me saquen un ojo.

Analista-No ve allí su pié bien calzado sino una sombra.

Ricardo-Es la mácula presidiéndolo todo, tengo los pies con una sensación de falta de abrigo, de desprotección. Le cuento, anoche pasé por la casa de mi madre; mi mamá me dijo que estaba cansada. Cada tanto hago con el ojo para ver el globo medio marrón o con tonos definidos, me dijeron lo que podía tener dentro de mi retina o sea una tarea de proyección, medía más o menos tres milímetros el tamaño de la mancha y la veo a mamá sentadita, ella me ve cansado, no sabe nada del ojo pero en lo que me dice lo debe haber intuido.

Analista-Algo nuevo, una mancha se interpone entre usted y su mamá.

EL CAMPO ESCÓPICO Y LA MANCHA.-

La función primera del ojo es la de ser espejo; el campo escópico es el espacio que el mismo ojo construye. El ojo crea sus propios espejismos; la función radical del ojo es elidir el objeto "a", que es guía.

El punto ciego es el "a", su aparición siniestra como objeto no especularizable del cuerpo. ‘La mácula presidiéndolo todo’ es su soporte, Ricardo busca situarlo geométricamente en el espacio visual. Un ‘ser híbrido’, la mácula y la madre, la dimensión geométrica del engaño de lo visible, la imagen visual adquiere toda su plenitud, la homogeneidad del todo; la buena forma. En su vida adulta aparece un equivalente a la alucinación infantil: ‘los zuecos...’ Es válido conjeturar que la mácula representa el retorno del padre forcluido que retorna de lo real. Es una ‘forclusión parcial’. (16).

Para Lacan, el objeto a "es algo que falta detrás de la imagen.(...) si ustedes quieren, en tanto que mancha; la definición de la mancha, es justamente lo que, en el campo, se distingue como el agujero, como una ausencia. (10.30 IV 68)

¿Cuál es la ‘falta’ en la ‘mancha’, que es lo que ‘falta’? Nasio nos permite dar un paso más: "En efecto, veremos que la forclusión es el nombre que da el psicoanálisis al defecto de inscripción en el inconsciente de la experiencia normativa de la castración". (17.211) Una de las ‘formaciones del objeto a’ es la alucinación o las lesiones psicosomáticas. La ‘macula’ de Ricardo es este ser ‘híbrido’: tanto la lesión en la retina como el retorno alucinado del padre. Es el momento que hace de bisagra entre el anudamiento entre el fetichismo y el masoquismo.

MARÍA, EL GOCE DE UNA MUJER.-

María es la mujer que había entrado en la vida de Ricardo de un modo inesperado, con ella descubre el goce sexual de ella como ‘una mujer’, fuera de su fetichismo. A partir de esta experiencia, su fetichismo pasa a ocupar un lugar paralelo en su vida sexual; desde María no será igual que antes. Lo inédito del goce sexual de María, conmueve el fantasma fetichista. En la escisión de la ‘Verleugnung' freudiana’, se acentúan las dos corrientes.

En final de análisis de Ricardo, está muy lejos de desentrañar la significación de esta experiencia. Es la que aparecerá años después, en su re-análisis, donde, en la perversión masoquismo María sin saberlo será la heredera del ‘pacto perverso’ con su madre. Es en ella donde cobrará su presencia como la ‘mujer-verdugo’.

Ricardo-María me causa una calentura enorme. Le puedo asegurar que a usted también le pasaría. La vez pasada estaba cogiendo con Juana y me daba cuenta que Juana es muy pasiva, se deja coger y se mueve poquito. María en cambio es una exprimidora de mi pija, es tal vez la amputación del pene, tal vez usted pueda ser un poco el socio de María en cuanto amputapija ¿no?. Sara, mi mujer es como poner un dedo en el agua. Pero María con la pija adentro, ella no se da cuenta realmente, está embrujada, porque ella es tan natural, automática, se pone en funcionamiento en forma tan inconsciente; es un mecanismo perfecto el de María. No es la sobreactuación de Sara ni la pasividad de Juana. Así María empieza a moverse cuando tiene la pija adentro en la vagina prácticamente se emperra porque pasa a ser una lobisón y empieza a aullar, tiene el diablo en el cuerpo; todo desemboca en un llanto enloquecido. Así es María independientemente a mi persona. Tan real como se la describí a mi madre.

Analista-Por qué esa comparación de María con su mamá.

Ricardo-Porque son bichos raros. María es una máquina de coger y no lo sabe. María coge con una posesión demoníaca, Mamá puede ser un bicho raro pero el que se la pincha a María y ella haya respondido como me responde a mí no es necesario tener una vieja chiflada para enloquecerme con ella.

Analista-María es lo inverso de su fetiche. Más cerca de su mamá.

Ricardo-La parte siniestra de mi perversión es la que mi madre ejerció sobre mí.

Ricardo, de un modo inédito. Compara el goce sexual con sus mujeres. Es destacable su afirmación: "María independientemente a mi persona". Enfatiza su singularidad con llamativos calificativos: ‘es una lobizona’, ‘coge con posesión demoníaca’, esta ‘embrujada’, es una ‘amputapija’.

La escena edípica.-

"La Madre como sujeto, es el pensamiento del Uno de la pareja. Es el pensamiento de la fusión. Ellos serán una sola carne" (12) "El acto sexual se presenta como un significante, como un significante que repite algo, por que es la primera cosa que el psicoanálisis ha introducido. ¿El repite qué? Pero la escena edípica!" (12)

Ambos Ricardo y María cuando van al lecho, están la sombra del fantasma incestuoso; van al ‘tálamo incestuoso’. Repiten la escena primaria, al repetirla, ambos sexos buscan el incesto con la Madre, el significante del Uno asegura la fusión de los sexos. Pero la caída en el orgasmo, el falo, encarna la castración, se despliega la alteridad de los sexos, el goce de María no es el goce de Ricardo. La certeza de la perversión fetichista ha vacilado en la unión con Marta, es la razón de los calificativos de Ricardo con María.

EL RE-ANÁLISIS DE RICARDO.-

Hacia fines de 1987 Ricardo vuelve a su análisis, está en crisis su relación con María. Durante una primera época ocupa el lugar de su análisis el conflictivo divorcio con María, la sigue queriendo, a María le hace la vida dolorosa con sus reproches. Firman un contrato de mutuo acuerdo del divorcio. Durante largo tiempo María ocupa el lugar de las sesiones, se le hace imposible pensar en otras mujeres. Ricardo habla de su fetichismo como algo del pasado. En la época de su crisis con María apareció una dolorosa lumbociática; un gran dolor por artrosis de columna, que hace su caminar doloroso y vacilante.

Ricardo comienza poco a poco a darse cuenta de la relación sumisa con María, ella no la da esperanzas de volver, le dice: "fuiste mi gran amor". Ambos no dejan de llamarse, "pero ella me excita y me deja colgado, me calienta la pava". No ve posible otra mujer en su horizonte, su ánimo se vuelve más y más depresivo. Surge la pregunta ¿a quién perdió Ricardo?

¿Quién es María, la mujer que perdió Ricardo?.-

El estado depresivo se ha agravado en Ricardo, es al tiempo que sus proyectos de trabajo concluyen exitosamente, lo cual implica un cambio de vida que no puede afrontar; su depresión toma un color melancólico, debo medicarlo con antidepresivos. Su estado anímico mejora, retoma el problema de su relación con María de un modo diferente, se cuestiona que ella sea la única mujer, que ella sea la mujer de su vida. ¿Pero qué mujer es en su vida?

Ricardo-Hay veces que María es más que cariñosa, me calienta y me dice que solo podemos ser amigos, que alguna vez podemos tener sexo, calienta la pava y se va, esto me da una rabia que antes no la sentía como ahora, por eso la llamé y le dije que esto se acabó, que esto es una tortura, vamos a seguir como amigos, pero sin que haya nada de sexo. María quedó perpleja, quedó como ofendida, pero es una determinación que nunca había tomado.

Analista-¿Usted a quién quiere? ¿Quiere dejar de gozar en el sufrimiento de esperar a María?

Ricardo-Me parece que eso es lo que busco, María es la heredera del pié bien calzado, nunca lo había vivido así como ahora, creo que algo importante cambió en mi vida. Después de hablar con María llamé por teléfono a Sara a Juana y otras amigas. Me doy cuenta después de esta conversación con María, que algo muy importante en mí se está modificando.

Analista-Habló con ella para decirse usted lo que muchas veces lo dijo en este tramo de su análisis sin creerlo: que ella lo calienta y que quizá cojan. Se separó de ella pero dejó una relación secreta entre usted y ella.

Ricardo-Una relación secreta como la de mi fetiche, me cuesta creer algo que tantas veces hablé. ¿Mi depresión tendrá que ver con esto?

Analista-Parece ser así, el dolor de dejar caer a la secreta ‘María bien calzada’.

LO NUNCA DICHO DEL PIÉ BIEN CALZADO.-

Me llama por teléfono, me pide si lo puedo antes de su hora, tiene cosas importantes que decir que lo apremian.

Ricardo.-Voy a contar lo que nunca dije de mi fetichismo. Hago una nueva historia de lo que ya conté, pero esta es diferente. Me impresiona darme cuenta de la importancia en toda mi vida y en la actualidad del pié bien calzado . Durante estos años que retomé el análisis lo dominante era mi angustia y la depresión por mi divorcio con María, pero no hablé de la vigencia, el dominio de mi fetichismo, es como si lo hubiéramos dado por terminado al fin del otro análisis. Si lo descubro ahora es porque quiero ir a la esencia de mí mismo, es hablar de lo que nunca dije, de mi pasión fetichista desde chico y que mi fetichismo sigue vigente aún hoy día, pero de esto yo actuaba como que no tenía importancia.

Analista-Actúa como cuando comenzó su análisis, después de dos años recién apareció el pié bien calzado.-

Ricardo-Ahora es diferente a lo que llegamos en el análisis anterior, me da vergüenza contar lo que me pasa y lo que me pasó. Me recuerdo que de chico empezó ese raro orgasmo por mí pié, primero me lo lavaba, lustraba bien los zapatos y me los calzaba sin medias, ese contacto del pié con el zapato y mirar mis piernas blancas es lo que me excitaba, es al resaltar el blanco de mí pié entre el zapato y los pantalones, es raro pero me producía una gran excitación que me llevaba a masturbarme. Por esto nunca podía ponerme los zapatos sin medias, era para no excitarme, mis padres no entendían el porque no me sacaba las medias en verano. En mi adolescencia era solo con el mirar mis pies bien calzados que tenía un orgasmo y eyaculaba sin masturbarme. Después vino ‘la mujer bien calzada’, fue a los 16 años con la que trabajaba en la casa de mis padres, le hice poner unos zapatos con agarradera atrás, era para que se diferencien de los zuecos que caminan solos. Así seguí con las mujeres, si las calzaba era un goce mucho más grande que solo imaginar el pié bien calzado. Con este tenía erección y el orgasmo. Ni Sara ni Juana sabían porqué yo les hacía poner un zapato. Recién con Maria cogí sin mi fetiche. Pero el fetichismo de siempre no se terminó, incluso ahora me hago la paja con mi pié bien calzado, son los momentos en que me siento mal porque extraño a María.-

La respuesta que el análisis arrojó acerca del sentido y el propósito del fetiche fue en todos los casos la misma. Se la obtuvo de manera tan espontánea y me resultó tan convincente que estoy preparado para esperar la misma solución en cada caso de fetichismo, universalmente. Si ahora comunico que el fetiche es un sustituto del pene, sin duda provocaré desilusión. Por eso me apresuro a agregar que no es el sustituto de uno cualquiera, sino de un pene determinado, muy particular, que ha tenido gran significatividad en la primera infancia, pero se perdió más tarde. Esto es: normalmente debiera ser resignado, pero justamente el fetiche está destinado a preservarlo de su sepultamiento {Untergang}. Para decirlo con mayor claridad: el fetiche es el sustituto del falo de la mujer (de la madre) en que el varoncito ha creído y al que no quiere renunciar _ sabemos por qué".(7.147)

Ahora Freud sabe por qué, remite en una nota al pié de página al ‘Historial de Leonardo da Vinci’, aquí se refirió al falo femenino sin fundamento.

Vale la siguiente cita freudiana, nos da su fundamento: Un término nuevo se justifica cuando describe o destaca una nueva relación entre las cosas. No es el caso aquí; la pieza más antigua de nuestra terminología psicoanalítica, la palabra «represión» {«Verdrängung», «desalojo»}, se refiere ya a ese proceso patológico. Si en este se quiere separar de manera más nítida el destino de la representación del destino del afecto, y reservar el término «represión» para el afecto, «desmentida» {«Verleugnung»} seria la designación alemana correcta para el destino de la representación.

Pero en la situación que consideramos, por el contrarío, parece que la percepción permanece y se emprendió una acción muy enérgica para sustentar su desmentida. No es correcto que tras su observación de la mujer el niño haya salvado para sí, incólume, su creencia en el falo de aquella. La ha conservado, pero también la ha resignado; en el conflicto entre el peso de la percepción indeseada y la intensidad del deseo contrarío se ha llegado a un compromiso como sólo es posible bajo el imperio de las leyes del pensamiento inconsciente -de los procesos primarios.

Sí; en lo psíquico la mujer sigue teniendo un pene, pero este pene ya no es el mismo que antes era. Algo otro lo ha remplazado; fue designado su sustituto, por así decir, que entonces hereda el interés que se había dirigido al primero. Y aún más: ese interés experimenta un extraordinario aumento porque el horror a la castración se ha erigido un monumento recordatorio con la creación de este sustituto. Como estigma indeleble de la represión sobrevenida permanece, además, la enajenación respecto de los reales genitales femeninos, que no falta en ningún fetichista.

Ahora se tiene una visión panorámica de lo que el fetiche rinde y de la vía por la cual se lo mantiene. Perdura como el signo del triunfo sobre la amenaza de castración y de la protección contra ella y le ahorra al fetichista el devenir homosexual, en tanto presta a la mujer aquel carácter por el cual se vuelve soportable como objeto sexual. En la vida posterior, el fetichista cree gozar todavía de otra ventaja de su sustituto genital. Los otros no disciernen la significación del fetiche, y por eso no lo rehúsan; es accesible con facilidad, y resulta cómodo obtener la satisfacción ligada con él. Lo que otros varones requieren y deben empeñarse en conseguir, no depara al fetichista trabajo alguno.(7 148)

LOS ZUECOS QUE CAMINAN SOLOS.-

La ‘construcción’ retrospectiva de Ricardo implica un dicho clave: "Después vino ‘la mujer bien calzada’, fue a los 16 años con la que trabajaba en la casa de mis padres, le hice poner unos zapatos con agarradera atrás, era para que se diferencien de los zuecos que caminan solos.

Ricardo nos da la clave de lo que está en el origen de su fetichismo, el que comenzó por sus propios pies; fue ‘para diferenciarlos de los ‘zuecos que caminan solos’ ; lo siniestro. Freud:

"En la instauración del fetiche parece serlo, más bien, la suspensión de un proceso, semejante a la detención del recuerdo en la amnesia traumática también en aquella el interés se detiene como a mitad de camino; acaso se retenga como fetiche la última impresión anterior a la traumática, la ominosa {unheimlich}. (7.150)

Nuestra conjetura: no se trata de una fobia infantil, sino lo de ‘Unheimlich’ de la alucinación infantil, la que está en el lugar de la causa, la que determina el nacimiento del ‘fetichismo. En la alucinación actúa la ‘forclusión local’, es una formación del objeto a (16)

Pero hay un enigma ¿ de qué modo la ‘mácula’ la ‘escotomización’ en la retina es una formación del objeto a, una lesión psicosomática. (16)

Freud: «Escotomización» me parece particularmente inapropiado porque evoca la idea de que la percepción se borraría de plano, de modo que el resultado sería el mismo que si una impresión visual cayera sobre el punto ciego de la retina" (7.148)

MARÍA BIEN CALZADA Y EL ‘PACTO’ CON MARÍA.

Analista.-Usted dijo la vez pasada dijo con asombro que ella fue la heredera del pié bien cazado, ahí empezó todo este nuevo descubrimiento.

Ricardo.-Con ella no se terminó la mujer bien calzada, desde que la conocí hasta que nos separamos, le hacía poner un zapato, el verla calzada o hacerla calzar producía una excitación muy grande, pero ella fue la única mujer que pude coger excitado por sus encantos de mujer, pero esto sin dejar mi fetiche. María conoce mi secreto del fetichismo, le conté que me excitaba que se pusiera zapatos. Más todavía, ella leyó con curiosidad el libro que usted escribió sobre mi fetichismo.

Analista.-Por lo que cuenta hay dos Marías, una es María, la mujer y la otra es a la que usted se lo hizo saber su pasión por el pié bien calzado, de aquí en más los dos comparten el secreto. Ahora se entiende porqué la vez pasada dijo: ‘María es la heredera de mi fetichismo’. Usted dijo que, secretamente, fue el gestor de un pacto con ella, fue al revelarle su secreto, la puso a su servicio pero quedó bajo su dominio.

Ricardo-Es verdad, pero fue sin que lo supiera, me doy cuenta de lo que es el inconsciente, lo sabía por leerlo y hablarlo, pero ahora me es realidad, me asombra descubrir estas cosas que ya parecían sabidas, pero las mantenía en secreto. Mi fetiche fue un secreto con las otras mujeres, con Sara y Juana, pero dejó de serlo con María. Me doy cuenta que al hacer este extraño pacto quedé prisionero de ella, todo mi sexo quedó con ella.

Analista-Ella es la mujer María y María bien calzada. Con María la mujer bien calzada ahora es en pareja.

Ricardo-Me pregunto por qué recién ahora puedo hablar de todo esto, por qué lo escondí en mi análisis, bueno me lo escondí yo mismo. ¿Será para seguir con él pié bien calzado? Con mi pregunta me contesto. En el año que comenzó nuestra crisis de pareja ella se fue de casa, yo me quedé muy angustiado, recuerdo que me pajeaba mirado mi pié bien calzado como de chico. ¿Quiero recuperar lo que perdí? Me doy cuenta que desde hace dos meses no me sirve pajearme con mi pié bien calzado cuando extraño a María.

Analista-Es importante lo que dice, su dolor no es por el pié bien calzado, el suyo o de la mujer, es al perder a María bien calzada.

Ricardo-Es cierto, María me llamó para que nos encontremos, ahora la escucho de modo diferente, la dejé hablar a María casi una hora. Creo que algo muy importante se resquebrajó en mí que aún no lo sé, ella como siempre, habla de ella como una maravilla y a mí bajándome de nivel. Me sorprende mi modo de escucharla, no soy el mismo de antes, me quedé con dolor de cabeza pero pensé en los dolores que antes yo no registraba con ella, cuando "me calentaba la pava" y me dejaba colgado. Estoy descubriendo una María distinta y yo distinto ante ella.

Ricardo reconstruye la historia con María, al mismo tiempo produce un corte en la relación con María. ¿Cuál María?. Surge en su dicho: "Me doy cuenta que al hacer este extraño pacto quedé prisionero de ella, todo mi sexo quedó con ella." Es lo que marca la trasmutación de ‘María bien calzada’, con las vestimentas de la ‘mujer-verdugo’. La víctima y el verdugo conforman el fantasma perverso masoquista.

 

LA CAIDA DE MARÍA, LA GULA.-

Ricardo-Mi andar en el mundo es vacilante, siento floja mis piernas y mi caminar a pesar de que mi dolor ciático ha disminuido muchísimo. Creo que lo que me pasa es que estoy más separado de María. Me confundo al decir la década del 80 y digo la del 40, cuando nació "mi pié bien calzado".

Analista.-Usted nació de su madre.-

Ricardo-Creo que así yo tapé las várices de mi mamá, mejor dicho mi Edipo con ella, era una relación muy rara la que yo tenía con mi mamá, yo era el erotismo de mi mamá; "el pié" de mi mamá. Ella fue la que eligió a Sara, mi primer mujer, yo la llevé a vivir junto con María y yo en los últimos años de su vida. Son tres mujeres muy difíciles de separar. Me angustia mucho esto que digo, es como que acá empieza mi verdadero análisis.-

Analista-Cuando usted se escucha a usted mismo, usted hablando de un modo distinto de su mamá y usted de como lo hizo antes.-

Ricardo-Es cierto, esto lo hablé más que mucho en mi primer análisis, pero ahora es diferente darme cuenta que María encarnó "el pié bien calzado".

Analista-El que ocupó el lugar con su mamá, ¿pero ahora..?.-

Ricardo-Ahora entiendo porqué es imposible volver a Maria. Ella piloteó mi sexo durante veinte años, fue la heredera de mi madre. Ahora me siento sin sexo, no me caliento, pienso en María y se me diluye su imagen. Ha cambiado mi diálogo con Sara, es un diálogo maduro. Lo que me martiriza son mis distintas preocupaciones, tener algo malo en mi cuerpo, mi sufrimiento para caminar. Pero me doy cuenta que con Maria dejé la gula que venía de mi mamá.

Analista-¿Qué es la gula?

Ricardo-Le contesto: la gula es que me falta María, a ella la tenía a mi disposición sexual, tengo angustia a sentir que me falta.

Analista-¿Le falta qué?

Ricardo-Me falta ella en la cama, tenerla a disposición de mi gula. Ahora entiendo que la gula es el sexo que se terminó con ella, el desprecio que tenía por mí, no sé si ella o yo al separarnos.

Es el fantasma de la madre el que comanda su vida sexual con las distintas mujeres: "Ella fue la que eligió a Sara, mi primer mujer, yo la llevé a vivir junto con María y yo en los últimos años de su vida. Son tres mujeres muy difíciles de separar. Me angustia mucho esto que digo, es como que acá empieza mi verdadero análisis".

Podemos afirmar, la madre ‘la mujer verdugo’, la que instaura el fantasma perverso masoquista, al que se anuda el fetichismo. Ella es su verdadero duelo, por ello dice que empieza su verdadero análisis. Dijimos: hay diferentes finales en la cura.

 

LA SERVIDUMBRE Y LA MADRE.-

Retorna su ‘servidumbre’ con la madre, la heredera privilegiada: María.

Ricardo-Le cuento una pesadilla: estoy durmiendo y María me despierta pidiéndome muchas cosas, digo ¡Qué cara que es esta mujer!, por las cosas que me pide yo me tengo que levantar, son cosas raras, como uvas verdes para chupar; las uvas verdes son como pezones. ,Creo que es la teta de mi mamá, la que chupé durante largo tiempo para satisfacerla a ella. Pero me destetaron poniendo yerba mate en el pezón de ella. Fue una pajita que dejó de funcionar. Hay un destete amargo de movida que hace a la amargura de mi vida, la que me despierta y ahora con esta depresión tan fuerte y que usted debió medicarme.

Analista-El dolor, la amargura es por perder la teta de su mamá o sus preocupaciones.-

Ricardo-Mamá es la causa más dura de mis cosas más locas y ocultas. Pienso en mi madre como la que puso un sello en mis fobias y mis fetiches. Ahora creo que, salvo ella, no había otra razón para gozar, no había mujer para gozar.-

Analista-Pero el fetiche o sus variantes tapaban el goce con su madre.-

Ricardo-Es horrendo, pero es así. Mi madre me dejó en herencia un goce loco con las mujeres, es en Sara y Maria. Yo siempre he estado dispuesto a calmar en silencio a mujeres raras.

Analista-Sin saber que le gustaba esa servidumbre, es una palabra suya.

Ricardo-Muchas veces hablé de mi servidumbre sin saber para que era.

RICARDO UN PADRE, UNA EXPERIENCIA INÉDITA.-

Analista-Ya habla en tiempo pasado de su servidumbre.-

Ricardo-Es cierto, ahora he descubierto a mi hija, a la que siempre he desvalorizado. Me sorprende el cariño que ella tiene por mí, me sobrepasa lo que me pasa con mi hija. Creo que es el final de una historia y el comienzo de una nueva. Me sorprende que yo pueda desear como padre a mi hija, como el deseo de ser un buen padre. Me doy cuenta que ahora estoy pisando distinto, si bien el dolor sigue en mi pierna, camino diferente.-

Ricardo se encuentra con el descubrimiento de él como padre. Lo sorprende y lo conmueve, sin saber que la ‘foclusión parcial’ de su padre, lo involucra. Podemos decir, parafraseando a Lacan: "Formalmente hace intervenir como una sublimación el recurso estructurante a la potencia paterna (....) de aquel del que nunca se está seguro". (12)

UN SUEÑO Y UNA DECISIÓN INÉDITA.-

Ricardo-Anoche tuve un sueño, soñé que me ponía un forro y me cogía una putita, creo que me gustó, se me paró el pito. Luego veía que la putita hacía la tortilla con María, se besaban y yo me calentaba. Creo que es un sueño que lo puede soñar cualquiera.-

Analista-Coge sin la mujer bien calzada, con una puta a las que le tenía miedo por el contagio.-

Ricardo-Es cierto, esto es lo novedoso, que sea otra mujer. Me acuerdo cuando cogí por primera vez use los forros que creía que eran los que me dejó mi padre después de muerto.

Analista-Tiene este sueño de coger con otra mujer que María, cuando se descubre que ahora es usted el padre de su hija.

Ricardo-Resucité como el papá con mi hija, antes clamaba por la teta con amargura, del mismo modo que mi clamor por María era amargo, pero con mi hija es un deseo cariñoso. ¿Por qué lo de mi vida tan amarga?. Me recuerdo lo que le conté hace mucho tiempo, mi afición de chico por los cementerios. ¿Se va al cementerio porque se sufre a alguien o se va para sufrir?. Ahora creo que mi afición por el sufrimiento viene de muy chico, acompañó mis pajas y cogidas raras. Ahora desapareció mi fetiche, solo aparece en mis sueños y me trae excitación, es algo muy distinto.

No me sirve "el pié" para pajearme y no tengo ganas de coger. Me sorprende recién ahora que, por haberme dado un gusto, es la razón de un despertar amargo que me sorprende en la madrugada. Como siempre lo llamé: "el aullido de los lobos", que me atormenta y me quita el descanso. Es raro que me haya decidido tomarme unas pequeñas vacaciones .

Analista-Las que habló cuando comenzó su primer análisis, recién ahora lo puede hacer.

Ricardo-Una vacación de lo que me preocupa permanentemente, mi modo de orinar, cuanto orino, si tendré algo en la próstata. Una rara ocupación en lugar del pié bien calzado, que ya no funciona.

Ricardo ha resucitado como padre: "resucité como el papá con mi hija".-El recuerdo del padre muerto lo encubre "mi afición de chico por los cementerios".

MI SEXO ADORMECIDO.-

Ricardo-Siento mi sexo adormecido, además miro fotos de modelos para ver si me caliento con "el pié bien calzado", pero nada. Lo que me sorprende es el profundo diálogo con mi hija, un hecho inédito. Yo le hice saber mis opiniones respecto a su vida, ella expuso las suyas.

Analista-El tono de su voz y sus gestos han cambiado.

Ricardo-Es cierto hablo con firmeza con usted como con lo hice con mi hija, me doy cuenta que con María era un monólogo, yo la escuchaba en silencio lo que ella me decía. Me preocupa mi sexualidad, es como que no la tengo.

Analista-Su sexo mezclado con sufrimientos.

Ricardo-Así fue mi vida sexual, una mezcla del fetiche, mis padecimientos y preocupaciones. Me sorprende todas las cosas nuevas que estoy viviendo. No sé que es un sexo placentero con una mujer.

Analista-El sexo sin el "pié bien calzado".

Ricardo-Para mi eso era el sexo no conozco otro. Creo que el sexo adormecido ahora es mi salida del sufrimiento, no dudo que con María como con Juana y Sara hubo mucha tiranía, era la dependencia de mi fetichismo. Esto es novedoso para mí, poner una valla al sufrimiento. Ahora creo que en el sexo, "cada uno con lo suyo", me voy a dejar vivir. Me voy a tomar unos días de descanso, una pequeña vacación. Me voy con Sara, nuestro diálogo es productivo, nos hace bien; ella me cuida. Ricardo valorizado, la "gula" y la caída del masoquismo.-

Ricardo-Ahora me voy dando cuenta que viví devaluado con María, ella tenía la verdad y yo sufría callándome muchas veces.

Analista-Era devaluado por María ¿o usted se devaluaba a través de ella?.

-Sería como los Radio-Taxis que siguen las indicaciones de la "Mandataria", Ricardo la Empresa que los contrata. Yo debía ser hinchado en las pelota por mandato ancestral. Pero María como mis otras mujeres me acariciaban y me atormentaban. ¿Por qué será que ya no preciso estos servicios que me tenían a mal traer?

Analista-Es una buena pregunta.

Ricardo-No estoy como de largo tiempo atrás donde vivía martirizado por mi preocupación por mis meadas, si era cortas o largas, si mi intestino había funcionado. Si tenía algo en la próstata.

Analista-Empezó cuando usted, muy deprimido, decía que su sexo estaba adormecido, que el "pié bien calzado" no le servía.

Ricardo-No sé que será de mi sexo, pero quiero una vida sin tormentos, sin lobos. No quiero la tiranía de las mujeres.

Analista-En cierto modo, sin saberlo, estaban a su servicio.

Ricardo-Es difícil creer que yo las contrato. Pero en mi "gula" hay cosas muy raras, está localizada en mi intestino, cómo cago, en mi modo de orinar con mi pito. Pero creo que la "gula" es mi inmovilidad, es la "gula" de buscar quedar atado a alguien. De esto me doy cuenta ahora que he salido de mi encierro y dialogo con distintas mujeres, escucho lo que dicen pero no me ato a ellas.

Éxito y castigo.-

Ricardo-Estaba viajando en mi auto, me vino el recuerdo de un gran amigo, un profesional que había llegado a la cumbre de su éxito, se suicidó, se pegó un tiro. En ese momento me doy cuenta que casi me duermo, paré el auto y me asusté; luego seguí con prudencia. Me puse a pensar en el momento que estoy viviendo, he puesto distancia con las mujeres, sobre todo con María, mantengo estas amistades sin caer en la servidumbre. Lo que me propuse con mis negocios me generan tranquilidad, soy ahora el padre de mis hijos, entonces ¿por qué quería estrellarme? ¿no puedo sostener mi éxito? Se me ocurrió un título: ‘Éxito y Castigo.’ Me doy cuenta del peligro que es tener ‘amor al éxito’. Tengo algo más que decir: hoy a la mañana me levanto para ir al baño, camino de otro modo, más seguro, pero me duelen las piernas. Al levantarme del inodoro y pasar al bidé me pego un golpe bárbaro, mis piernas no me sostienen bien.

Analista-Se repite el drama de sus piernas del comienzo de su análisis, usted decía que sus piernas no lo sostenían, que tenía miedo a caerse. Sus piernas alojaban el fetiche. Ahora sus piernas no pueden sostener su éxito’, dos veces buscó el ‘castigo’.

Ricardo-Sin estos años de análisis esto sería imposible de ser aceptado. Es otra forma de mi ‘gula’ por el sufrimiento.

Soñé que cogía con ....

Ricardo-Anoche tuve un sueño, soñé que cogía con una mujer grande, tenía las piernas desnudas y bien calzadas, yo me excitaba mucho. Pero acto seguido me encuentro cogiendo con una mujer tipo ‘Maria’, sin pié bien calzado, creo que terminé en una cogida, ahí me desperté. Asocié la primer mujer con Manuela, la madre de la hija que me cogí de adolescente, con ella, que se llamaba Pastora, inventé ‘la mujer bien calzada’. Pero su madre, Manuela, era mi seductora, me perseguía, quería coger conmigo y yo le disparaba, hoy me la hubiera cogido sin vueltas. Hay un raro pasaje de una mujer a otra. Esta mujer es de verdad y yo estoy caliente con ella, pero es un sueño como un coito ‘interruptus’. Ahora frente a distintas mujeres se me para el pito.

Analista-Coge con distintas mujeres, unas del lado de ‘la mujer bien cazada’, pero como usted dice hay un pasaje raro a ‘una mujer de verdad’, con ella está caliente, pero se esfuma, desaparece, como un coito ‘interruptus’¿No pude coger sin la mujer bien calzada o con una Manuela que lo acosa?

Ricardo-Creo que estoy adquiriendo mi pene como propio, antes era de María, por eso dije en el sueño ‘una mujer como María’. Ya no soy su pertenencia. Creo que siempre lo hice con todas las mujeres. Hoy hace un año que cogí con María y nunca más. No necesito que usted me lo digo, me doy cuenta que cogía porque mi pene era una posesión de ella, o de ´Manuela’ o en la paja con el ‘pié bien calzado’.

Este sueño de Ricardo es retomado en las sesiones subsiguientes; marca una nueva etapa en su vida en la relación con las mujeres. Conoce nuevas mujeres, su propósito es saber elegir una mujer que lo atraiga, saber seducirlas. Deja sus trajes y camisas viejas y se compra ropa de la época. Le asombra como ha empezado a salir y asistir a reuniones de distintos grupos, más aún como María lo llama con frecuencia y seductoramente.

 

El Contrato con María.-

Ricardo-Cuando vivíamos en pareja con María hicimos "Un Contrato", en él escribimos como debíamos proceder para el bien de nuestra relación, es un ‘acuerdo’ que guiaba nuestra conducta como pareja. En un encuentro con María ella lo trae, me dice que quiere volver conmigo pero con un ‘acuerdo’, no quiere coger, me propone un viaje. No soy el incauto de antes, es un ‘contrato’ : si hay viaje hay cogida. No es difícil darse cuenta que la concha se compra; hay un ‘contrato’. Pero en mi vida ya no hay más dominios, ¿María la dueña de mi sexo se terminó’. Para coger así prefiero pagarle a una puta bonita, le pago y listo.

Analista-Usted dice coge con una puta y listo, no hay dominio, todo termina en el orgasmo. Esto parece la segunda parte de su sueño donde la mujer se esfuma. En la primera parte con ‘el pié bien cazado’ usted creía saber que era una mujer, que era coger con el dominio que creía tener con ‘el pié bien calzado’

Ricardo-Se me ocurrió escribir un cuento, su título es el ‘Sexo inconfesable’, me lo inspiró el sueño que conté, allí surge el sexo desconocido en la mujer que se esfuma, ella es el sexo desconocido, lo

Inconfesable, lo opuesto al ‘pié bien calzado. ¿Quiere que le diga algo que se me ocurrió?: allí no hay pareja perversa porque el polvo es en sí mismo. Estoy luchando por ser padre de mi hija, me hace entrar en el goce de su estupidez de su marginalidad. ¿Cómo uno puede volverse un excremento inútil? Yo pago la inutilidad de mis actos

Analista-¿Porqué lo hace?

Ricardo-Buena pregunta, no sé contestarla, pero tengo la convicción que la pareja con María y mis otras mujeres tenían la atracción fatal de la pareja perversa. Mi hija busca dignificar su marginalidad y María con su trato dulce y distante dignifica su dominio.

¿Qué me gusta?, la pasión suicida.-

Ricardo-Usted me hizo una pregunta que no supe contestarla, me dejó pensando. Me he puesto a pensar en una amiga que conocí, tiene su pro y sus contras, pero es la que más se acerca a lo que me gusta.

Analista-Lo que a usted le gusta no es algo que ponga en primer término.

Ricardo-Es una gran verdad, lo que me gusta queda siempre perdido, lo común es que atienda lo que le gusta o necesita otra persona, pero esto es un descubrimiento fundamental en mi análisis: recién me doy cuenta que nunca me pregunto primero ¿qué me gusta?. Esto es lo contrario a mi afición por el sufrimiento, no sé si lo he dejado. Me preocupa el dolor de mi ciática, casi no puedo caminar, lo oculto no lo digo, pero me paso todo el día puteando. Me volvió la dishidrosis, dejé de tomar las pastillas para la presión por la alergia que me producía, no volví al cardiólogo, solo me moleta un dolor de cabeza. Me pregunto: ¿qué objetivos tengo en mi vida?.

Analista-¿No será que le gusta disfrutar del dolor y del peligro de su presión?.

Ricardo-Creo que no tengo nada, no creo que me pese nada. (Lo dice en un tono eufórico, riéndose) Leí un libro sobre el suicidio de un personaje, es increíble como lo hizo, ¡Qué pasión increíble!.

Analista-Está hablando de usted, su pasión suicida, en lugar del ‘pié bien calzado’ goza en secreto de llevar en su cuerpo la presión como la muerte. ¿No es su pasión suicida por la muerte, su nuevo objetivo?.

Ricardo-Me asusta lo que me dice.

Analista-¿Qué le parece si lo analizamos cuando se muera de un ataque?.

Ricardo-Empiezo a preocuparme, cuando termine la sesión me voy a tomar la presión y lo llamo.

Ricardo me llama por teléfono poco tiempo después de la sesión, encontró su presión en cifras elevadas, fue a ver a su cardiólogo que le advirtió sobre el riesgo que se había expuesto. Suspendió un corto viaje para atenderse. En la sesión siguiente empieza a tomar conciencia de algo nunca visto en su análisis: ‘su pasión suicida secreta’.

La pasión suicida y el ‘cuerpo extraño’.-

Ricardo-Me he dado cuenta como se llega secretamente al suicidio, de los disfraces que puedo hacer por una rara ‘pasión suicida’. Lo fui elaborando, y me condujo es escribir un verso sobre ‘El suicid a’. Uno sabe que tiene mandatos impuestos por su raza, pero esto de ir caminando al suicidio me sobresalta. Parece absurdo, pero me siento más seguro, me doy cuenta que puedo caminar mejor en mi vida, aunque mi caminar cada vez es más doloroso. Tengo la convicción de que debo operarme de la columna, acepto más y más que allí me coloquen un ‘cuerpo extraño’.

Analista-Lo que está dejando de ser un cuerpo extraño es su propio cuerpo, lo empieza a cuidar.

Ricardo-Esto es algo nuevo, hablo con más firmeza, se que límites debo poner ahora con María. Pasamos una época de gran amor y luego me esclavicé a sus caprichos, pero esto se acabó hace tiempo.

Analista-¿Pasó a ser un ‘cuerpo extraño?.

Ricardo-Es cierto, como ahora lo es el ‘pié bien calzado’, quiero una mujer de verdad. Me voy a operar, poder caminar sin dolor, no estar más esclavizado a lo que ahora no tolero, como antes toleraba la especie de esclavitud con mi hermano y con María, una rara pareja. A mi hermano lo borré de mi vida, es como si hubiera muerto. Pero sueño permanentemente con ellos, se me aparecen en los sueños. Siento indignación, rebeldía contra ellos. He dejado de ser el ‘buenito boludo’. Más todavía, a mis hijos les voy a enseñar lo que es un padre.

Analista-¿A ellos o a usted?,

Ricardo-Ya he tomado la decisión de operarme, mi caminar es muy doloroso, mi columna me lo impide. Tengo momentos de miedo, miraba la foto de mi mamá y le decía: ¡Mamá va a operar a tu Niño Dios, al hijo de Dios!.

Analista-El que nació sin padre.

Ricardo-Igual que yo, un padre desactivado como mi padre. Pensé que por algo le decían a Cristo el hijo del hombre. Me aparecieron pesadillas horrendas, de troncos que se movían y se convertían en víboras. Pero lo raro fue el seño con mi hermano, decía que no quería matarme, que me quería

Analista-¿Qué quería matarlo?. Un ‘fratricidio’ del que una vez hablamos. Ricardo-Es cierto, parecemos Caín y Abel, mi madre ¿será Eva?

El análisis de Ricardo no ha concluido, pero arribo aquí como el final de este trabajo, posiblemente en un futuro escribiré el posible final de esta cura, sobre el ‘fratricidio’, tan omitido en los análisis.

Continuación ...

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 12 - Diciembre 2000
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