Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Deleuze:
Presentación de Masoch con Sade
Emiliano del Campo

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Introducción.-

Lo más profundo del pensamiento de Sade y Masoch está más allá de la psicopatología perversa, son las diferencias en el pensamiento político y jurídico entre ambos. Dan paso más en la revolución copernicana de Kant sobre la Ética; por ello el texto de Lacan, "Kant con Sade". (6) Pero este texto es incompleto, falta el ignorado Masoch. Su género novelesco, el que devela la originalidad de su pensamiento político y jurídico, es opuesto a Sade.

Deleuze parte del ‘Bien platónico’ a la subversión kantiana; la ley moral significa LA LEY, excluyendo todo principio superior capaz de fundamentarla. Es la ley moderna, subvertida por el pensamiento ético de Sade y de Masoch.

El pensamiento irónico de Sade con la Revolución Francesa es diferente al pensamiento humorístico de Masoch de la Revolución del 84. Es necesario distinguir los problemas jurídicos que ambos plantean de los problemas psiquiátricos-psicoanalíticos que de ellos se derivan.

En Sade, la ironía de su pensamiento le permite fundamentar la verdad de la ley en un Bien infinitamente superior: el ‘Ser Supremo en Maldad’. Este ‘Ser’, es el que fundamenta con humor, sanciona, da legitimidad moral a la ‘Institución anárquica’. La ‘Institución anárquica’ es lo ‘Mejor infinitamente más justo’ que la ley, porque la ley está al servicio del tirano, los amos y los esclavos la sostienen.

El texto de Lacan no solo ignora a Masoch, sino que tiende a reducir el pensamiento de Sade al ‘Goce lacaniano’:

"En los escritos de Sade retorna un fantasma religioso colectivo: el Dios Supremo en maldad, es el nombre del retorno de la Cosa, lo forcluido. Es la consecuencia de establecer una relación entre la Ley y la Cosa, para ello se aleja del Ideal, hay un tono delirante para fundamentarlo. Para Sade hay un goce entre el Ser Supremo en Maldad y los seres creados. Sade, persiguiendo un fin particular, llega al principio universal de la Ley sadiana, que en el derecho sadiano al goce. El egoísmo funda el bien universal, principio del mercado capitalista. Si bien en Sade hay un gesto perverso, es el gesto del escritor, el que al escribir está más allá del personaje. Sade es el nombre del autor que escribe la Ley sadiana, la que se funda en su época" (6).

Por lo contrario, la claridad del pensamiento de Deleuze se afirma en ‘lo que constituye la esencia del pensamiento de Sade’:

"Los tíranos nunca nacen en la anarquía, uno los ve erigirse sólo a la sombra de las leyes o basarse en ellas. Esto constituye la esencia del pensamiento de Sade; su odio por el tirano, El tirano habla del lenguaje de las leyes y no tiene otro lenguaje. Tiene necesidad de la "sombra de las leyes"; y los héroes de Sade se encuentran investidos de una extraña antítiranía, hablando como ningún tirano podrá hacerlo nunca, como ningún tirano lo hizo, instituyendo un contra-lenguaje". (5.78)

No es casual el artículo publicado en el Diario "Página 12" por el Dr. Armando Bauleo en septiembre de este año. Sostiene:

"Una idea esencial del Análisis Institucional fue la de considerar una institución dada (escuela, fábrica, etc.)como un momento histórico de un proceso social de institucionalización.

El tema conlleva una duda sobre su ubicación histórica, será ésta una preocupación antigua, o posee alguna actualidad o intenta promover alguna futura utopía. Dialogamos sobre un pasado próximo de un futuro presente inalcanzable. Lo que ha sucedido es que en diferentes períodos históricos se ha intentado esclarecer o intervenir sobre la cuestión que ahora tratamos o sobre la institución que todavía media entre ambas locuras, el manicomio.

Lo único que puede validar el hablar nuevamente de este complicado y complejo asunto es que halla una demanda sobre la probabilidad de efectuar una puesta al día de lo que está acaeciendo. Por lo tanto, como siempre sucede, trataremos, no de responder a la demanda, sino más bien de contornearla esperando así abrir una serie de reflexiones.

Zito Lema me empujó a repensar esta cuestión en nombre de las Madres de Plaza de Mayo, una Contrainstitución, como bien lo explicaba una tesis que Hebe de Bonafini y yo apoyamos, en los inicios delos años '90, en la cátedra de Rene Lourau, en la Universidad Saint Denis, París VII.

Me detengo sobre lo de Contrainstitución, ya que esa denominación gráfica las sospechas que son necesarias y casi obligadas dirigir al funcionamiento de las instituciones a su instituido', a los andares, casi nunca juntos, de sus objetivos, así como las huellas dictatoriales y deshumanas de los funcionarios.

La Contrainstitución se ocuparía del estudio y denuncia del mal andar institucional. También ese término lo utilicé contra la aceptación dócil del encuadrado institucional incluyendo la controvertida noción de "normalidad".(1)

En Masoch hay tanto una actualidad como una historia del masoquismo: "Lo que el masoquista instaura contractualmente, en un momento determinado por un tiempo determinado, es también lo que está contenido desde siempre, ritualmente, en el orden simbólico del masoquismo. Para el masoquista, el contrato moderno, tal como lo elabora en tocadores y en las alcobas, expresa lo mismo que los más antiguos ritos, interpretados en las marismas y las estepas. Las novelas Masoch reflejan esta doble historia y desarrollan su identidad en más actual y lo mas antiguo".(5.90)

Si la ‘cultura’ se edifica sobre la prohibición del incesto, el ‘masoquismo’ es la respuesta del rito, del pacto, del contrato, que como ley obliga a realizar el incesto. Por ello el ‘legado ’ de Caín es con Cristo, dos personajes importantes en su obra; llevan el legado de Edipo Rey. Se repite el mito totémico freudiano; lo prohibido ilumina el deseo. El fundamento moral freudiano de la cultura es realizar lo interdicto. Está en la ironía de Sade y en el humor de Masoch, un pensamiento antropológico, político y jurídico. Más adelante nos detendremos en el ‘legado’ de Caín, en el mito bíblico, tal como lo desarrolla Adolfo Benjamín. (2)

Lacan remite a Deleuze.-

Lacan nos remitió al texo de Deleuze: "Voy a tomar un ejemplo de alguien que no es psicoanalista, G. Deleuze; presenta un libro de Sacher-Massoch, Presentación de Sacher-Massoch, escribe sobre masoquismo, incuestionablemente el mejor texto que jamás haya sido escrito. El mejor texto comparado a todo lo que se ha sido escrito sobre ese tema en psicoanálisis, seguramente, ha leído esos textos. No inventa su tema, parte en principio de Sacher-Massoch, que tiene algo que decir cuando se trata de masoquismo. Se ha recortado un poco su nombre, ya que ahora se dice masoca, marca la diferencia que hay ente masoca y masoquismo, masoquista o masoca. Como sea volveremos sobre este texto, ya que literalmente puedo decir algo de un tema sobre el cual no he permanecido mudo, puesto que he escrito Kant con Sade.

No hay más que percibir que el sadismo y el masoquismo son dos vías estrictamente distintas, se deben ambas referir a la estructura. Todo sadista no es automáticamente un masoca, ni toda masoca un sadista. No se trata de un guante que se da vuelta. Puede que Deleuze —juraría por otra parte ya que me cita abundantemente— haya sacado provecho de esos textos; no es asombroso que este texto anticipe lo que voy a decir, en la vía que hemos abierto este año, mientras que no hay un sólo texto psicoanalítico que no hay que retomarlo, rehacerlo en esta nueva perspectiva. He confirmado por el mismo autor, que no tiene ninguna experiencia de análisis.

Tales son los puntos que deseo marcar; después de todo con el tiempo pueden cambiar, toman un valor ejemplar y merecen ser retenidos, como para exigirme que dé plenamente cuenta, quiero decir, en detalle, de ellos" . (7)

El texto de Deleuze fue publicado en Paris en 1967con el título: "Presentation de Sacher Masoch". Traducido al castellano y editado en 1969 con el título: "Sacher Masoch & Sade. Gilles Deleuze". Fue la única edición, no así en Paris.

La respuesta al enigma del masoquismo está en Deleuze; a él me condujo la cita de Lacan. Mi interrogante surgió de la afirmación de Lacan: "escribe sobre masoquismo, incuestionablemente el mejor texto que jamás haya sido escrito". Efectivamente es así, pero: ¿porqué Lacan no fue más allá de su elogio?, ya que este escrito "toma un valor ejemplar y merecen ser retenidos, como para exigirme que dé plenamente cuenta, quiero decir, en detalle, de ellos". Tampoco encontré que los continuadores de Lacan retomen esta exigencia.

No es exacto que Deleuze "me cita abundantemente"; si a Theodor Reik, pero su fundamento nace de Freud en "Malestar en la Cultura. Deleuze ha abierto otra vía que el texto de Lacan ‘Kant con Sade’; de él solo hace una cita. Lo original de Deleuze es articular los escritos de Masoch con Sade; lo que no solo faltó en el texto lacaniano sino en estudiosos del pensamiento de Sade.

Devela el reduccionismo del pensamiento de Masoch al masoquismo por Kraft-Ebing; de aquí la alteridad irreductible del sadismo y masoquismo. Deleuze me obliga a una relectura clínica del ‘reanálisis del caso Ricardo’: "Ricardo, la cura de un fetichista. Del fetichismo al masoquismo".(3) Deleuze es innovador, va más allá que el anudamiento del fetichismo y el masoquismo; se trata de la ‘doble presencia del padre’ en el masoquismo. Es la coexistencia del desmentido y el padre forcluido, ambos encubiertos por ´la mujer verdugo’. El padre forcluido nos lleva a la conjetura de Nasio de la ‘forclusión local’. (8)

Vamos al escrito de Deleuze; del personaje al escritor Sacher- Masoch.

Léopold von Sacher-Masoch.

Léopóld von Sacher-Masoch nació en 1835, en Lemberg, Galitzia.

Sus ascendientes son eslavos, españoles y bohemios. "Sus antepasados fueron funcionarios del imperio austro-húngaro; su padre, jefe de la policía de Lemberg. Las escenas de motines y de la prisión, de las que fuera testigo cuando niño lo marcaron profundamente. Toda su obre estuvo influenciada por problemas de las minorias, las nacionalidades y los movimientos revolucionarios en el Imperio: cuentos galitvianos, judíos, húngaros, prusianos".(5.9) Muere en 1895, sufriendo por el olvido en el que cayó su obra.

"Las principales informaciones sobre la vida de Sacher-Masoch provienen de su secretario, Schiichtegroll (Sacher-Masoch und der Masochismus), y de su primera mujer que adoptó el nombre de la heroína de La Venus de las pieles, Wanda (Wanda- von Sacher-Masoch, Confesiones de mi vida —en alemán—). El libro de Wanda es bastante interesante, pero fue juzgado severamente por los biógrafos ulteriores, quienes sin embargo se dedicaron con frecuencia a plagiarlo. Y ello porque Wanda presenta una imagen demasiado inocente de sí misma. Se la quería sádica, ya que Masoch había sido masoquista. Pero de esta manera el problema no estaba bien planteado" (5.9)

Distintas mujeres hacen su vida. Su primera aventura es con Anna von Kottowitz, lo ilumina en su obra en 1870: "La mujer divorciada". Pero se casa con Fanny von Pistar, la que lo inspira a escribir en ese año "La Venus de las pieles". Tiempo después, una señorita Aurore Rümelin, se dirige a él por cartas; ella adoptará el pseudónimo de Wanda. Se casa con Masoch en 1873. "Será su compañera, a la vez dócil, exigente y dominadora"(5.10). El viaje de 1886 a París es el fin de su unión con ‘Wanda’. En 1887 se casará con la gobernanta de sus hijos.

La obra de Masoch.-

Con su libro "La mujer divorciada", el éxito fue rápido. "Tuvo gran resonancia hasta en América. En Francia, Hachette, Calmann-Lévy y Flammarion publicaron las traducciones de sus novelas y cuentos. Una de sus traductoras pudo presentarlo como un moralista severo, autor de novelas folklóricas e históricas, sin la menor alusión al carácter erótico de su obra. Sin duda sus fantasmas podían pasar mejor si eran cargados a cuenta del alma eslava."(5.10). No hay que olvidar la censura sexual de la época.

"Su obra es importante e insólita. El la concibe como un ciclo, o más como una serie de ciclos. El ciclo principal se titula El legado de Caín. (...). ¿Qué significa la expresión "legado de Caín"? Primeramente pretende resumir la herencia de crímenes y sufrimientos que abruma a la humanidad. Pero la crueldad es sólo una apariencia sobre un fondo más secreto: la frialdad de la Naturaleza, la estepa, la imagen glacial de la Madre, donde Caín descubre su propio destino. Y el frío de esta madre severa es más bien como una trasmutación, de la crueldad de donde surgirá el nuevo hombre. Hay pues un "signo" de Caín, que muestra como es necesario servirse del "legado". De Caín a Cristo, se trata del mismo signo que culmina en el Hombre sobre la cruz, "sin amor sexual, sin propiedad, sin patria, sin querella, sin trabajo, que muere voluntariamente, personificando la idea de la humanidad". (5.11)

La ‘Venus de las Pieles’ una de las más importantes de la obra de Masoch, forma parte del ‘Legado de Caín’, es el texto de Deleuze que incluye ‘La Venus de las pieles’. Sobre este Deleuze explica: "Una traducción hecha por el economista B. Ledos de Beaufort apareció simultáneamente en francés e inglés (1902) pero era muy inexacta. Presentamos pues una nueva traducción de Aude Wüim. Hemos agregado tres apéndices: en el primero Masoch expone su concepción general de la novela y un recuerdo de infancia muy particular; el segundo reproduce "contratos" amorosos personales de Masoch con Fanny von Pistar y con Wanda; en el tercero, Wanda Sacher Masoch relata la aventura con Luis II". (5.12)

Su obra cae en el olvido, su nombre sirve para designar el masoquismo. Es lo contrario de lo que ocurrió con Sade. "Ve con desagrado cómo Krafft-Ebing se sirve de su nombre para designar una perversión. Masoch fue un autor célebre y respetado; hizo un viaje triunfal a París en 1886; fue condecorado y aplaudidor por Le Fígaro y La Revue des Deux Mondes"(5.12).

Con toda razón Deleuze afirma que: "la reflexión clínica sobre el sadismo se vale singularmente de la reflexión literaria sobre Sade y viceversa. (5.12) Es lo que no ha ocurrido con Masoch. Sorprende que la ignorancia de su obra se perpetúe hasta ahora, aún en los mejores textos sobre el masoquismo.

Pero hay otra injusticia: clínicamente su nombre sirvió y sirve de complemento a Sade; y con el se funda el sado-masoquismo.

Alteridad que no se le escapa a Lacan en sostener su valor imaginario, un fantasma unificante en los psicoanalistas y psiquiatras para desmentir la alteridad de los sexos. Por ello asevera Deleuze que el psicoanálisis contribuyó a perpetuar esta falsa unidad. Pero, "Desde el momento en que se lee a Masoch, se torna evidente que su universo no tiene nada que ver con el universo de Sade". (5.12)

El pensamiento de Masoch se opone al de Sade, pero ‘no hay uno sin el otro’; son originalidades artísticas diferentes. Ambos instauran en sus escritos, como lo veremos más adelante, la ironía y el humor en el fundamento de la Ley moderna. Hay un ‘universo’ en los escritos de Masoch opuesto al de Sade. "Las especificidades clínicas del sadismo y del masoquismo no son separables de los valores literarios propios a Sade y o Masoch". (5.13) Inauguran como grandes artistas una nueva manera de pensar y de sentir, por ello el capítulo de Deleuze: ‘Sade, Masoch y sus lenguajes’. En Masoch "todo un nuevo lenguaje".

La obra de Sacher-Masoch, sostiene Deleuze "tiene la cualidad de una extraordinaria decencia (...) En un gran número de relatos, Masoch presenta con gran habilidad las fantasías masoquistas como si pertenecieran a tradiciones nacionales y folklóricas, a juegos inocentes de niños, ocurrencias de mujer amante o a exigencias morales y patrióticas. "(5.23).

Lo contrario en la obra de Sade las figuras son "obscenas en sí mismas. Sade tiene necesidad de este elemento provocador, lo que no ocurre con Masoch. Indudablemente, la mayor obscenidad puede estar presente en las amenazas, los anuncios y los contratos, pero no es necesaria."(5.23)

El lenguaje de la violencia y el erotismo en Sade y Masoch.-

¿Por qué el mundo de Sade y de Masoch es para Deleuza un doble perverso?. Porque suponen que están reflejado todo el movimiento de la naturaleza y de la historia los orígenes de la toda la historia. Hasta la revolución de 1789 para Sade, ‘un esfuerzo más para ser republicanos’, y así luchar contra la opresión de la ley, que encarna el tirano. Para Masoch las revoluciones de 1894 en el Imperio austriaco, parafraseando Deleuze a Sade: ‘Eslavos, un esfuerzo más para ser republicanos’. Para ambos, el poder político es cruel, instauran un nuevo orden jurídico para ‘llegar a ser republicanos’. Lo hacen a partir de un lenguaje donde la paradoja de lo obsceno y decente se conjuga con el humor y la ironía; creando una nueva figura política y de la Ley moderna.

Reconoce Deleuze el mérito de Kraft-Ebing al designar el masoquismo a partir de Masoch, un mérito que le fue desconocido, ya que este sostuvo respecto del masoquismo, "definiéndolo menos por el nexo dolor-placer sexual que por comportamientos más profundos de esclavitud y humillación" (5.16).

En la ‘Venus de las pieles’ coexisten escenas simultáneas en el relato de Masoch, diferentes planos nos convoca a descifrarlo. La enigmática figura la mujer desnuda, se va desplegando de un idealismo ‘ religioso-fetichista’. El vínculo al fetichismo son los ‘rasgos’ que crean ‘la mujer’ . El pasaje del fetichismo al travestismo autoritario de la ‘mujer-verdugo’; un andrógino que abre, secretamente, con el castigo, las puertas al goce del incesto. La humorada de Masoch se desliza en el ‘amor platónico’.

"La contemplación del cuerpo desnudo de una mujer sólo es posible en condiciones místicas, como ocurre por ejemplo en La Venus. Más claramente todavía, una escena de La mujer divorciada muestra cómo el héroe, Julián, impulsado por un amigo, desea por primera vez ver a su amante desnuda. Primeramente invoca una‘necesidad de observación', pero luego se siente embargado por sentimiento religioso, "desprovisto de sensualidad" (esos son, por otra parte , los dos momentos fundamentales del fetichismo.

"Del cuerpo a la obra de arte, de la obra de arte a las Ideas, hay una ascensión que debe hacerse a latigazos. Un espíritu dialectico anima a Masoch. Todo comienza en La Venus con un sueño que sobreviene luego de una lectura interrumpida de Hegel.

Pero aquí se trata sobre todo de Platón; si hay un spinozismo y una razón demostrativa en Sade, en Masoch hay platonismo a la vez que una imaginación dialéctica. Un relato de Masoch se inicia "El amor de Platón"; es el origen de la aventura con .Luis II. Y no es sólo ascensión hacia lo inteligible lo que parece aquí platonismo, es toda una técnica de inversión, de desplazamiento, de transvestismo, de desdoblamiento dialéctico.

En la aventura con Luis IÍ, Masoch ignora al principio si su pareja es un hombre o una mujer. No sabe, en realidad, si son uno o dos. Durante la aventura tampoco sabe qué papel desempeñará su mujer, pero está dispuesto a todo, como buen dialéctico que aprehende la ocasión, kairos. Platón demostraba que Sócrates parecía ser el amante, pero se revelaba profundamente como el amado.

Así también el héroe masoquista parece educado, formado por la mujer autoritaria pero, más profundamente, es él quien la forma y la transviste y le indica las duras palabras que desea le sean dirigidas. Es la victima que habla a través de su verdugo, sin reprimirse. La dialéctica no significa simplemente una circulación del discurso sino transferencias o desplazamientos de ese tipo, que hacen que la misma escena sea simultáneamente interpretada en varios niveles, siguiendo vueltas y desdoblamientos en la distribución do los papeles y del lenguaje.(5.21)

El lenguaje de Sade es paradojal, aparenta el verdugo, pero es el lenguaje de una víctima. Las víctimas pueden describir las torturas, los verdugos no; por el contrario "los verdugos emplean necesariamente el lenguaje hipócrita del orden y del poder establecidos".(5.17) Sade se opone al verdugo, son personajes silenciosos; los que hablan son las víctimas. "Pero se servía de ellos para dirigir un discurso paradojal a otros hombres. ¿Hay que llegar a la conclusión que el lenguaje de Masoch también es paradojal porque las víctimas hablan a su vez como el verdugo que son de sí mismas, con la hipocresía propia del verdugo.? (5.17)

La obra de Sade y la de Sacher Masoch no pueden considerarse como pornográficas, Deleuze las denomina "pornología". El lenguaje erótico en Sade aparenta persuadir, el ‘instructor sádico’ muestra la violencia y el poder absoluto. Se opone al ‘educador masoquista’; un pedagogo. "En Masoch las consigas y las descripciones encauzan hacia un lenguaje más elevado. Pero esta vez, todo es persuasión y educación. Ya no estamos en presencia de un verdugo que domina a la víctima y goza cuanto menos dispuesta y persuadida está.

En Masoch las consigas y las descripciones encauzan hacia un lenguaje más elevado. Pero esta vez, todo es persuasión y educación. Ya no estamos en presencia de un verdugo que domina a la víctima y goza cuanto menos dispuesta y persuadida está". (5.20) No por descriptivo y elevado del lenguaje de Masoch, el humor deja de sostener el deber de la crueldad primitiva en la ‘mujer verdugo’, si la crueldad es el Ideal, la singularidad teatral y específica del masoquismo, no por ello deja de ser la crueldad como maldad.

"No hay que creer sin embargo que la crueldad del ideal masoquista sea menor que la crueldad, primitiva o sádica, que la crueldad de capricho o la crueldad de maldad. Es verdad que el masoquismo da siempre una impresión de teatro, que no se encuentra en el sadismo. Pero el carácter teatral no significa aquí que los dolores sean fingidos o suaves, ni la crueldad ambiente menos grande (los anales masoquistas relatan verdaderos suplicios). Lo que define el masoquismo y su teatro es más bien

la forma singular de la crueldad en la mujer verdugo, esa crueldad de lo Ideal, ese punto específico de congelación y de idealización". (5.50)

El pensamiento de Sade y Masoch no se dirigen al mundo de hecho, sino a un especie de doble del mundo,"capaz de albergar la violencia y el exceso. Se dice que lo que hay de excesivo en una excitación está, en cierta manera, erotizado. De allí la aptitud del erotismo para servir de espejo al mundo, para reflejar los excesos, para extraer violencias, pretendiendo " espiritualizarlas" al mismo tiempo que los pone al servicio de los sentidos." (5.33)

No hay sado-masoquismo.-

Hay intersección pero no simetría sado-masoquista, es la fuerte aseveración de Deleuze. El sado-masoquismo, un prejuicio. "Demasiado rápidamente aceptada, la unidad sado-masoquista corre el riesgo de ser un síndrome excesivamente burdo, que no responde a las exigencias de una verdadera sintomatología. ¿El sado-masoquismo no forma parte de esas perturbaciones de las que hablábamos, que sólo tienen una coherencia aparente, y que deben ser disociados en cuadros clínicos diferentes, uno del otro? No debe creerse apresuradamente que se ha concluido con los problemas de la sintomatología. Se debe retomar la cuestión desde el comienzo, para disociar un síndrome, que mezclaba y unía, arbitrariamente síntomas muy diversos.

En ese sentido, nos preguntamos si no habrá habido en Masoch un gran clínico que fue más lejos que el mismo Sade y que aportó toda clase de razones e intuiciones propias para disociar la pseudo-unidad (5.35)

Lo destacado con negritas, un interrogante nunca planteado: ‘Masoch un gran clínico’; una humorada a la psiquiatría y al psicoanálisis. Se ignoró esta singularidad del pensamiento de Masoch, como la intersección de los escritos de Sade y Masoch. No solo van de la novela a lo político y lo jurídico, repercuten en la teoría y la clínica psiquiátrico-psicoanalítica. Su ignorancia fue creando este ‘monstruo bicéfalo’, a partir de la complementaridad de ambos.

"¿Hasta dónde llega la complicidad, la complementaridad de Sade y de Masoch? La entidad sado-masoquista no fue inventada por Freud. Ya la mencionan Krafft-Ebing, Havelock Ellís, Fléré. Todos los memorialistas coinciden en que hay una extraña relación entre el placer de hacer el mal y el placer de sufrirlo. Más aún, el "encuentro" del sadismo y del masoquismo, el llamado que se lanzan uno al otro se manifiesta claramente tanto en la obra de Sade como en la de Masoch." (5.34)

El masoquismo en Sade y el sadismo en Masoch.

Si hay un especie de masoquismo en Sade y un sadismo en Masoch, recién surgen al final de la escena masoquista o sádica. El héroe sádico se hace azotar y el héroe masoquista flagela; lo que no altera estos dominios. "Hay más bien una doble producción paradojal: producción humorística de un cierto sadismo al final del masoquismo, producción irónica de un cierto masoquismo al término del sadismo El sadismo del masoquismo se realiza a fuerza de expiar; el masoquismo del sadismo a condición de no expiar". (5.35)

Un sádico no tolera una victima masoquista, ni un masoquista a un verdugo sádico verdadero: "El masoquista dice: "Hazme daño". Y el sádico: "No". ¿Cual es el sadismo Séverín, en la ‘Venus de las pieles’?. Es en la terminación de la escena masoquista: "Se diría que a fuerza de expiar y de satisfacer una necesidad de expiación, el héroe masoquista se permite finalmente lo que los castigos tendrían que haberle prohibido. Colocados en primer término, los sufrimientos y los castigos hacen posible el ejercicio del mal que, debían prohibir".(5.35)

La escena masoquista se desarrolla como la humorada preliminar de la ley masoquista. El castigo se detiene en el momento de realizarse, pero es la estricta aplicación de la ‘severi-dad’ de la ley masoquista que ordena el privilegio del castigo; el dolor, el sufrimiento son sus preliminares. El castigo de la ley le abre las puertas del ejercicio de la voluptuosidad con que el héroe masoquista castiga a sus victimas; el momento sádico del masoquismo.

También esta el ‘tiempo masoquismo’ del héroe sádico, aparece en el ejercicio final de los tormentos ejercidos sobre su victima. Es el humor se la ley sadiana para alcanzar el ‘ Supremo Mal’. Pero es el límite extremo del héroe sádico, quiere que le hagan a él lo que él hace a los otros. Los dolores que le infligen, es la ironía de la ley sadiana, le da la certidumbre de haber alcanzado el ‘Supremo Mal’.

"Por lo tanto, parece difícil hablar de un trastocamiento entre el sadismo y al masoquismo en general. Hay más bien una doble producción paradojal: producción humorística de un cierto sadismo al final del masoquismo, producción irónica de un cierto masoquismo al término del sadismo. Pero es dudoso que el sadismo del masoquista sea el de Sade y el masoquismo del sádico el de Masoch".(5.35) No renueva la afirmación del ‘fantasma’ sado-masoquista.

La Negatividad sadiana y el Tánatos freudiano.-

En Freud la Pulsíón de Muerte está intricada a la Pulsíón de Vida. La busueda de ‘Unidad’ de Eros en oposición ala ‘des-Unión’ de Tánatos, bajo la égida del Principio de Placer. Por ello Deleuze recuerda: "En este sentido Freud puede sostener que no se encuentra No (negación pura) en el inconsciente, ya que allí los contrarios son coincidentes. Cuando hablamos de instinto de muerte, en cambio, designamos a Tánatos en estado puro, Tánatos, como tal, no puede estar dado en la vida psíquica, ni aún en el inconsciente. Como dice Freud en textos admirables, es esencialmente silencio".(5.28)

Lo destacado es el imposible freudiano: el puro ‘Tánatos’. El ‘Ser Suprema maldad’ de la ética sadiana. Aislado por algunos psicoanalistas, así como otros buscaron la ‘Unidad’ de Eros. Lacan se opuso a ambas empresas. Deleuze designa como ‘negatividad’ la esencia de Tánatos, lo diferencia de la ‘negación freudiana’, la desmentida o el rechazo (Verwerfung).

La moral sadiana es: "Esta distinción de los impulsos de muerte o de destrucción y del instinto de muerte, parece corresponder a la distinción sadista de las dos naturalezas o de los dos elementos. El héroe sádico aparece aquí como el que trata de pensar el instinto de muerte (negación pura), bajo formas demostrativas, y que sólo puede hacerlo multiplicando y condensando el movimiento de los impulsos negativos o destructivos parciales."(5.28).

El lenguaje en Sade implica descripciones obscenas, mientras que la argumentación, el diálogo persuasivo está en Masoch. ¿Que es la ‘negación sadiana’?. Es la que está en juego en toda su obra. Hay que distinguir dos niveles en Sade, sostiene Deleuze, lo negativo como proceso parcial y la ‘Negación pura’ como el Bien, idea totalizadora de una ‘Naturaleza Primera’.

"Esos niveles corresponden a la distinción sadísta de las dos naturalezas, cuya importancia demostró KIossowski. La naturaleza segunda es una naturaleza esclavizada a sus propias reglas y leyes. (5.28) La ‘negación pura sadiana’ es la búsqueda imposible de la ‘naturaleza primera’, la que está por encima de toda legalidad; la ética sadiana de un Bien como ‘Suprema maldad. Es lo paradójico de la ‘negatividad’ como destrucción-creaciones-metamorfosis; un desorden como un orden diferente;. lo negativo es logrado como una positividad

Pero la ‘negación sadiana’ será siempre parcial; no alcanzara el absoluto, lo imposible. "De ahí la decepción del héroe sádico puesto que esta naturaleza parece probarle que el crimen absoluto es imposible: "Si, aborrezco la naturaleza..." (5.25), la ‘naturaleza segunda’, la legalidad, se impone. "En ‘Las ciento veinte jornadas’ el libertino se declara excitado no por los "objetos que están ahí" sino por el Objeto que no está, es decir, por la "idea del mal". Por eso esta idea de lo que no es, esta idea del No o de la negación, que no es dada ni dable en la experiencia, sólo puede ser objeto de demostración". (5.26) El héroe sadiano trata de poner en acto el instinto de muerte.

"La distinción fundamental del sadismo y del masoquismo aparece en los dos procesos comparados, de lo negativo y de la negación por una parte, de la denegación y de lo suspendido por otra parte. Si el primero representa la forma especulativa y analítica de aprehender el instinto de muerte en tanto que nunca puede ser dado, el segundo representa una forma distinta de lograrlo, mítica y dialéctica, imaginaria." (5.32)

La negación sadiana.-

Lo obsceno que esta en el leguaje sadiano, no en Masoch, funda la ‘Negación sadiana’. "Lo que está en juego en la obra de Sade es la negación en toda su extensión, en toda su profundidad. Pero hay que distinguir dos niveles: lo negativo como proceso parcial y la negación pura como Idea totalizadora. Esos niveles corresponden a la distinción sadísta."(5.24) La destrucción y el desorden es un deber para Sade, para llegar a un nuevo orden. La muerte y la destrucción busca alcanzar la ‘Negatividad absoluta’, el nombre del Bien como Supremo Mal. La Ley sadiana es el fundamento de su pensamiento político. Al no alcanzar el ‘crimen absoluto’, el héroe sadiano se decepciona. Sade diferencia una Naturaleza originaria, como pura Negatividad de la Naturaleza segunda, que es la que forma el mundo de la experiencia. La primera, sostiene Deleuze, un delirio de la razón como tal.

"La idea de una naturaleza primera, portadora de la negación pura, por encima de los reinos y de las leyes, y que estaría liberada aún de la necesidad de crear, de conservar e individuar: sin fondo, más allá de todo fondo, delirio original, caos primordial compuesto únicamente por moléculas furiosas y desgarrantes.(...) el elemento impersonal, que remite a la naturaleza primera como a la idea delirante de negación, y representa la manera por la cual el sádico niega la naturaleza segunda así como su propio Yo". (5.25)

Es por ello que en ‘Las ciento veinte jornadas’ el héroe sadiano se exaspera en tanto ‘ El Objeto’ como el ‘Supremo Mal’ es inalcanzable. "Esta idea de lo que no es, esta idea del No o de la negación, que no es dada ni dable en la experiencia, sólo puede ser objeto de demostración (...)Es por eso también que los héroes sádicos se desesperan y enfurecen al ver sus crímenes reales tan insignificantes en relación con esa idea que sólo pueden alcanzar por medio del poder absoluto del razonamiento. Sueñan con un crimen universal e impersonal". (5.27) Este es el sentido de la repetición y la monotonía sadiana para alcanzar ‘El Objeto’; es por el mundo real que debe llegar a ‘Negación absoluta’.

Del suspenso estético y dramático al ‘Contrato’ en Masoch.-

Para descifrar el masoquismo debemos partir del anudamiento de la espera y el contrato. "En realidad, la forma del masoquismo es la espera. El masoquista vive la espera en estado puro" (5.65) Es la espera lo que hace la exaltación del placer en el dolor; el goce en la espera, la temporalidad masoquista.

"En las novelas de Masoch, todo culmina con el suspenso. No es exagerado decir que Masoch es quien introduce en la novela el arte del suspenso como resorte novelesco en estado puro (...) sino porque la mujer-verdugo adopta poses inmóviles que la identifican con una estatua, un retrato o una foto".(5.30)

La espera, esencia del masoquismo, se opone al vértigo sadiano. En el arte creador de Masoch, la mujer-verdugo adopta poses inmóviles, fijas como una fotografía, es en el momento de descargar el látigo. Las escenas masoquistas tienen necesidad de fijarse como esculturas o cuadros, de imitar esculturas y cuadros. La detención del movimiento crea el suspenso, este da lugar a la producción de un objeto imaginario idealizado o mítico; obliga a identificarse con la víctima.

Es por el suspenso, la detención del movimiento, que Deleuze vincula el masoquismo con el fetichismo.

"El gusto por las escenas fijas, como fotografiadas, estereotipadas o pintadas, se manifiesta en las novelas de Masoch en su mayor grado de intensidad. Pertenece esencialmente al masoquismo una experiencia de espera y de suspenso. Las escenas masoquistas incluyen verdaderos ritos de suspensión física, enganchamiento, colgamiento, crucifixión.

El masoquista es moroso, pero la palabra "moroso" califica primeramente el retraso y la demora. Se ha notado con frecuencia que el complejo placer-dolor era suficiente para definir al masoquismo, pero tampoco bastaba la humillación, la expiación, el castigo, la culpabilidad. Con mucha razón se niega que el masoquista sea un ser extraño que encuentra su placer en el dolor". (5.65)

Deleuze cita a Raik, el que asignó los cuatro caracteres fundamentales del masoquismo: "(1) la "significación especial de la fantasía", es decir la forma de la fantasía (la fantasía vivida para sí, o la escena soñada, dramatizada, ritualizada, absolutamente necesaria al masoquismo); 2) El "factor suspensivo" (la espera, el retraso, expresando la manera en que la angustia actúa sobre la tensión sexual y le impide crecer hasta el orgasmo), 3) el "rasgo demostrativo" o más bien persuasivo (por el cual el masoquista exhibe el sufrimiento, la tortura y la humillación). 4) El "factor provocador" (el masoquista reclama agresivamente el castigo como lo que resuelve la angustia y la da el placer prohibido)." (5.68)

Agrega, que es curioso que Raik, como otros analista hayan ignorado el fundamento ético del ‘contrato’ en Masoch; "Se establece un contrato con la mujer verdugo, renovando la idea de los antiguos Juristas según los cuales la propia esclavitud se basa en un pacto".(5.68)

La ‘espera’ hace posible el ‘contrato’, con ellos la producción de la ‘mujer-verdugo’ en la escena masoquista, el humor de la ley masoquista abre el camino al incesto.

La reiteración mecánica y acumulativa en Sade.

La repetición en el masoquismo y en el sadismo tienen dos formas diferentes, en Sade se repiten las acciones de un modo acumulativo de muerte y destrucción, nada debe detiener la ‘negatividad’ para realizarse, se libera de toda creación lo que no sea el ‘crimen absoluto’ a travez de los crímenes reales. La acción del héroe sadiano, sostiene Deleuze, inclina la identifica con el verdugo.

"Para traducir ese movimiento inmediato del alma sobre el alma, S ade cuenta con un proceso cuantitativo de acumulación y de aceleración, mecánicamente basado en una teoría materialista: reiteración de las escenas, multiplicación en cada escena, precipitación, sobredetermínación (a la vez "yo era parricida, incestuoso, yo asesinaba, prostituía, sodomizaba"). Ya hemos visto por qué el número, la cantidad, la precipitación cuantitativa constituían la locura propia del sadismo". (5.64)

En Sade la acción se opone a la espera, es el goce en otra temporalidad, actúa no en la fantasía sino que debe actuar en la ‘realidad’ para modificar su legalidad. "Lo que caracteriza el uso sádico de la fantasía es un poder violento de proyección, de tipo paranoico, por el cual la fantasía se convierte en el instrumento de un cambio esencial y súbito introducido en el mundo objetivo (Por ejemplo Claírwill cuando sueña que no cesa de actuar malignamente en el mundo, aún cuando duerme). El potencial placer-dolor propio de la fantasía está realizado de tal manera que el dolor debe ser experimentado por personajes reales, siendo el placer el beneficio del sádico en tanto que puede soñar que no suena." (5.65)

El fetichismo pertenece al masoquismo, no hay masoquismo sin fetichismo.-

Encontramos en Freud razones que implican procesos diferentes: la denegación (la Verneinung), el repudio o rechazo (la Verwerfung, como la forclusión lacaniana) y denegación o desmentida (Verleugnung) La denegación son dos corrientes paralelas, una acepta la realidad y otra la desmiente.

Deleuze ha partido de Freud para diferenciar a Sade de Masoch, en uno la negatividad en el otro la denegación, la ‘Verleugung freudiana’, fundamento del fetichismo y de la perversión masoquista. La ‘negatividad sadiana’ de Deleuze difiere de la ‘forclusión’, es un nombre del Tanoatos freudiano.

"Así definido por el proceso de denegación y suspenso, el fetichismo pertenece esencialmente al masoquismo (...) En cambio, no hay masoquismo sin fetichismo en el sentido más puro."(5.29)

Que ‘el fetichismo pertenece esencialmente al masoquismo; no hay masoquismo sin fetichismo’ , es una afirmación con grandes consecuencias en la clínica. Pero son dos fantasmas diferentes en intersección o disyunción. Todas las combinaciones son posibles.

Estas conjeturas no solo me permitieron la relectura de ‘Ricardo, un caso de fetichismo’ (4), sino un replanteo de la estructura de las perversiones. Es partiendo de los dos ejes freudianos: el texto de 1927, "El fetichismo", y la preeminencia progresiva del Masoquismo a partir de la Pulsíón de Muerte. Ambas deben ser leídas desde Freud en "Esquema del Psicoanálisis". En el texto de 1938 universaliza en todas las patologías la escisión del Yo, la coexistencia de dos corrientes contrarias en el inconsciente: la represión y/o la desmentida o el rechazo, (la forclusión lacaniana).

Ricardo es a la vez, estructuralmente, poseído por diferentes fantasmas, que hacen de él ‘un neurótico, un fetichista y un masoquista’. Es necesario descifrar cuando es uno y cuando es otro. Más aún, en ‘las formaciones del objeto a por forclusión‘, donde Nasio sitúa los ‘trastornos psicosomáticos’, trastorno que hacen a otro Ricardo.

El masoquismo a diferencia del sadismo "No se trata de negar el mundo o de destruirlo, ni tampoco de idealizarlo; se trata de denegarlo, de suspenderlo denegándolo, y para brindarse a un ideal también interrumpido en lo fantasmal." (5.30)

El masoquismo producen una ‘forclusión parcial del padre’, creando el sujeto multívoco de la ‘mujer verdugo’ en el fantasma. El fetichismo de Ricardo, ‘inventó’ el fetiche de ‘la mujer bien calzada’, la ‘desmentida’ coexiste con la afirmación de la castración; convive sexualmente con ‘una mujer’. Es la doble operación que concuerda con Masoch en sus héroes; es opuesta a la de Sade.

Hay intersección entre el fetichismo y el masoquismo, pero también disyunción; esto es esencial remarcarlo.

Si la preeminencia es del masoquismo, este va más allá del fetichismo; el masoquista hace valer el ‘fetiche’ al servicio del fantasma masoquista. "No es extraño que ese proceso (el masoquismo) conduzca esencialmente al fetichismo. Los fetiches principales de Masoch y de sus héroes son las pieles, los zapatos, el mismo látigo, los gorros extraños que gustaba poner a las mujeres, los transvestismos de La Venus." (...) Más aún, el .proceso de denegación masoquista va tan lejos que abarca al placer sexual en tanto que tal: retardado al máximo, el placer es afectado por una denegación que permite al masoquista, en el momento mismo en que lo experimenta, denegar la realidad para identificarse con "el hombre nuevo sin sexualidad". (5.30)

La mujer verdugo.-

La mujer-verdugo debe reunir ciertas condiciones, debe tener una ‘naturaleza’, la que el masoquista debe saber producir en secreto, por educación, por persuasión. "Los críticos también se equivocan al sospechar que Wanda miente cuando presenta de sí misma, no sin astucia y mala intención, una imagen vagamente inocente" (5.36)

Es fundamental la absoluta diferencia que separa el lugar del ‘ver dugo masoquista’ y la ‘víctima’ del sadismo; Deleuze lo precisa:

"La mujer-verdugo en el masoquismo no puede ser sádica, es precisamente porque está en el masoquismo, porque es parte integrante de la situación masoquista, elemento realizado de la fantasía masoquista. Pertenece al masoquismo, no por tener los mismos gustos que su víctima sino porque posee ese sadismo que no se encuentra nunca en el sádico y que es como el doble o la reflexión del masoquismo. Otro tanto se puede decir del sadismo; si la víctima no es masoquista no es simplemente porque el libertino no querría que experimentara placer sino porque la víctima del sádico pertenece totalmente al sadismo, es parte integrante de la situación, y aparece extrañamente como el doble del verdugo sádico". (5.37)

La escena masoquista tiene una estructura propia en ‘la mujer-verdugo’, la que pertenece totalmente al masoquismo, no como un personaje masoquista sino como ‘sujeto’ del fantasma masoquista. A partir de Freud y Lacan distinguimos, el fantasma en la perversión de un encuentro exterior ‘entre personas’. ‘La mujer-verdugo’ escapa a su destino subjetivo. Sobre la escena se monta otra escena, la escena sobre la escena: la del fantasma. Siguiendo a Nasio, en el fantasmático escenario masoquista, la mujer-verdugo es un "objeto fantasmático elegido" (9), como ‘la forclusión local del padre’ (3)

Esta compleja coexistencia hace la singularidad del masoquismo, ya que todas las combinaciones entre ambas son posibles.

"De allí que los héroes de Masoch y el mismo Masoch busquen una cierta "naturaleza" de mujer, difícil de encontrar: El masoquista-sujeto tiene necesidad de una cierta "esencia" del masoquismo realizada en "una naturaleza de mujer" que renuncie a su propio masoquismo subjetivo; no tiene necesidad de otro sujeto sádico" (5.37)

El sado-masoquísmo pos-freudiano es un rencuentro exterior de personajes, Freud es ambiguo aunque diferente. "Cuando Freud retoma la idea de sado-masoquismo, ¿cómo la desarrolla y la renueva? El primer argumento que utiliza es el de un encuentro interior en la misma persona, entre instintos e impulsos".(5.37)

Deleuze cita a Kraft-Ebinb: "Que sea princesa o campesina, que vista armiño o pelliza de piel de cordero, siempre esta mujer envuelta en pieles y con látigo, que hace del hombre su esclavo, es a la vez mí criatura y la verdadera mujer sármata". (5.43) Pero en la escena masoquista el héroe-víctima desmiente la alteridad de los sexos, transviste a la ‘mujer-verdugo’, por eso Masoch anuncia el nacimiento del hombre nuevo "sin amor sexual", es el goce del frío sexual masoquista, punto de congelación de la sexualidad; es la trasmutación de un orden generador, una cólera, una fría crueldad específica. Es aquí donde se opone al fetichismo, ‘Ricardo’ tiene una intensa vida sexual.

La ‘forclusión local’ del padre en el masoquismo, un delirio alucinatorio.

Si bien en un momento el ‘fetichismo’ es la perversión de las perversiones; ya Freud advierte el masoquismo como su fundamento. La clínica partió de este nuevo paradigma del masoquismo primario. Nos permite una nueva lectura de los fundamentos de las perversiones.

¿A quién representa la mujer-verdugo?. "Es importante saber por qué tantos psicoanalistas quieren encontrar a cualquier precio la imagen del padre encubierto en el ideal masoquista y desenmascarar la presencia paterna bajo la mujer verdugo". (5.50) No hay una identificación con la madre en el caso del masoquismo; la madre no es objeto de una identificación, sino la condición de la cual el masoquismo expulsa literalmente al padre de la escena masoquista.

"A la denegación magnificante de la madre ("No, la madre no carece simbólicamente de nada"), corresponde una denegación anulante del padre ("El padre no es nadie", es decir, es privado de toda función simbólica) ".(5.57).

Deleuze nos trae la novedad del masoquismo desde la ‘spaltug freudiana’. Hay desmentida y afirmación de la castración; como la coexistencia en ‘la denegación del padre’, de la ‘Vewerfunf freudiana’, la ‘forclusión lacaniana’. Más específicamente la "Forclusión local de Nasio". (8) Es esta singular y específica ‘denegación-forclusión local’, hace lo específico del fantasma masoquista: denigra al padre transvestido en la ‘mujer verdugo’ .

Es por ello que Deleuze sostiene: "Debemos comprender que el padre, aunque anulado en el orden simbólico, continuaba actuando en el orden real o vivido. Lacan ha enunciado una profunda ley según la cual lo que es abolido simbólicamente resurge en lo real bajo forma alucinatoria. El final de La Venus marca típicamente ese regreso agresivo y alucinante del Padre en el mundo que lo había anulado simbólicamente. En el texto precedentemente citado, todo indica que la realidad de la escena exige un modo de aprehensión alucinatorio; pero que, en cambio, posibilita la persecución y la continuación de la fantasía. (5.57)

Alucinación que coexiste con el fantasma, podemos decir una ‘psicosis transitoria’. (3). Las conjeturas de Nasio la he retomado en otro trabajo (3) Deleuze cita a Reik, este cita "un caso en que toda la "magia" de la escena masoquista se desvaneció porque el sujeto creyó ver en la mujer lista para castigarlo algo que le recordaba al padre. (Es semejante al final de La Venus, aunque quizás menos fuerte ya que en la novela de Masoch la imagen del padre ha sustituido "realmente" a la mujer verdugo, de lo que resulta un abandono considerado como definitivo de la empresa masoquista" (5.58).

"ReiK comenta ese caso como sí probara que el padre es la verdad de la mujer verdugo, que está oculto en la imagen de madre, y extrae de allí un argumento para la unidad sadomasoquista. Creemos, en cambio, que hay que extraer conclusiones contrarias. El sujeto, dice Reik, está "desilusionado"; habría que decir que está "des-fantasmatizado", pero también alucinado, alucinizado. Y que, lejos de ser la verdad del masoquismo, lejos de sellar su alianza con el sadismo, el retorno ofensivo de la imagen del padre marca el peligro siempre latente que amenaza desde el exterior al mundo masoquista, y que desmorona las "defensas" que el masoquista ha construido como condiciones y límites de su mundo perverso simbólico (aunque constituiría un psicoanálisis "a la sauvage" el favorecer esta destrucción y tomar como verdad interna esta protesta de lo real exterior).(5.58)

La ‘des-fantasmatización’ del padre lo vinculamos a la oposición que Nasio establece entre la ‘alucinación’ como una ‘formación del objeto a por forclusi ón, diferente del fantasma producido por represión. La coexistencia de distintas formaciones en la temporalidad del inconsciente es un fundamento freudiano. Si es ‘un padre’ es el forcluido-alucinado, que retorna desde fuera, es diferente al ‘Padre simbólico’ desmentido. La cita de Raik no altera el masoquismo como perversión, la enriquece clínicamente; no podemos, de acá en más ignorar el potencial ‘delirante-alucinatorio’ no solo en la cura de un masoquista, sino en las perversiones. El ‘caso de Raik’ se vincula al ‘Historial del Hombre de los Lobos’, tambien al ‘caso Mariane’ (3)

"Pero ¿qué hace el masoquista para prevenirse contra ese retorno, contra la realidad y la alucinación del retomo ofensivo del padre? El héroe masoquista tiene que usar un procedimiento complejo para proteger su mundo fantasmátíco y simbólico y para conjurar los alcances alucinatorios de lo real (se hablará también de los alcances reales de la alucinación). Ese procedimiento se da constantemente en el masoquismo: es el contrato hecho con la mujer que, en un momento preciso y por un tiempo determinado, confiere a ésta todos los derechos. Pero en realidad lo que el masoquista busca es conjugar el peligro del padre y asegurar la adecuación del orden real y vivido temporal al orden simbólico, donde el padre es anulado para siempre. (5.58)

Lo original que conjetura Deleuze, por medio del ‘contrato’ con ‘la mujere-verdugo’ surge el ‘padre forcluido’,"Reik comenta ese caso como sí probara que el padre es la verdad de la mujer verdugo, que está oculto en la imagen de madre". Es la razón del transvestismo de la ‘ mujer-verdugo’; lo oculta y lo devela, pero ante la inminencia de su retorno, "el masoquista se hace golpear; pero lo que hace golpear, humillar y ridiculizar en él, es la imagen del padre, la semejanza con el padre, la posibilidad del retorno ofensivo del padre. No es un hijo sino un padre quien es castigado. El masoquista se libera así para un nuevo nacimiento donde el padre no tiene ningún papel".(5.59)

Deleuze pone en negritas ‘Un padre es castigado’. Es un ‘doble padre’, que toma la apariencia del padre ‘castrado’ del Historial freudiano del Hombre de los Lobos, un padre que bascula entre denegado y forcluido. El masoquista con ‘la mujer verdugo’, un ser transvestido, se proteje del retorno alucinatorio del padre. Es en esto que la conjetura de Nasio de las ‘psicosis parciales’ cobra un fuerte valor clínico, nos ilumina la paradoja de las perversiones.

La alianza del hijo con la madre, contra el padre.-

Esta alianza es la lectura que Deleuze hace del masoquismo desde Freud. El incesto y el parricidio es la enunciación del ‘contrato masoquista’. "El masoquísta vive en él la alianza, de la madre con el hijo, así como el sádico, la del padre con la hija. Los transvestidos, sádicos y masoquistas, tienen por función sellar esta alianza." (5.59)

Le confiere los atributos fálicos a la madre, por eso ella es la Ley. La ‘mujer-madre-verdugo’ es en el ‘contrato masoquista’; con humor se ha transvestido la ley. El héroe del sádico es andrógino; el padre es la ley misma. La alteridad entre el masoquismo y el sadismo se van deslizando en las alianzas que hacer posible el incesto.

Pero hay una diferencia crucial entre el sadismo y el masoquismo, en el masoquismo habita en ese ser multifacético de la mujer-verdugo’ el padre forcluido, no así en el sadismo.

"Si es cierto que el sadismo presente una negación activa de la madre y una valorización del padre (pero éste colocado por encima de las leyes), el masoquismo efectúa una doble denegación, denegación positiva, ideal y magnificante de la madre (identificada con la ley) y denegación anulante del padre (expulsado del orden simbólico)". (5.60)

En la transferencia de la ley del padre sobre la madre, rige la ‘Ley-Contrato’. Si la madre es la ley, al serlo se hace más y más extrema la severidad de la ley; en el ‘contrato masoquista’ la medre es severa y cruel, La ley severa masoquista, que encubre el origen incestuoso prohibido,.le abre las puertas; es el humor de Masoch.

El ‘legado’ de Caín con Cristo y Masoch.-

¿Qué significa la expresión "legado de Caín"? Primeramente pretende resumir la herencia de crímenes y sufrimientos que abruma a la humanidad. Pero la cruel-dad es sólo una apariencia sobre un fondo más secreto: la frialdad de la Naturaleza, la estepa, la imagen glacial de la Madre, donde Caín descubre su propio destino. Y el frío de esta madre severa es más bien como una trasmutación, de la crueldad de donde surgirá el nuevo hombre. Hay pues un "signo" de Caín, que muestra como es necesario servirse del "legado". De Caín a Cristo, se trata del mismo signo que culmina en el Hombre sobre la cruz, "sin amor sexual, sin propiedad, sin patria, sin querella, sin trabajo, que muere voluntariamente, personificando la idea de la humanidad" (5.11)

Deleuze los une al destino de Edipo Rey. " Los dos grandes personajes masculinos en la obra de Masoch son Caín y Cristo. Su signo es el mismo, ya que el signo con que está marcado Caín es el signo de la cruz que se escribía X o +".(5.85) Caín, el preferido de su madre, no fue lo mismo Abel, que está del lado del padre. Su preferido, Caín, hace de Eva la Diosa Madre. "Caín no es solamente caro a Masoch por los tormentos que sufre sino por el crimen que comete." (5.85) Su crimen pertenece al mundo masoquista, afirma Deleuze. "M arca el retorno ofensivo, el retomo alucinatorio del padre" (5.86) Constituye el fin del primer episodio.

El segundo episodio es Cristo: "La semejanza del padre es nuevamente abolida ("¿Por qué me has abandonado"?). Y la Madre es quien coloca-al hijo en la Cruz, contribución masoquista a la fantasía marial, versión de "Dios ha muerto". Y, crucificándolo, en un signo que lo acerca a la gran madre oral; asegura la resurrección como segundo nacimiento partenogenético. No es tanto el Hijo quien muere sino Dios Padre, la semejanza del padre en el hijo. La cruz; representa aquí la imagen maternal de muerte, el espejo donde el yo narcisista de Cristo (o de Caín) percibe el yo ideal (Cristo resucitado). ¿Por qué la enormidad del castigo de Caín y del suplicio de Cristo? Por que esta cristología en toda la obra de Masoch?". (5.86)

"Con Caín y con Cristo, Masoch expresa el objetivo final de toda su obra: Cristo no como hijo de Dios sino como el nuevo Hombre, es decir suprimida la semejanza con el padre, "el Hombre sobre la cruz, sin amor sexual, sin propiedad, sin patria, sin querella, sin trabajo".(5.89)

Caín y Cristo tienen un ´legado’ y un ‘signo’. El ‘legado’ quiere decir tanto un emisario como la herencia, el ´signo’ tiene varios significados, uno de ellos es el destino. Hay un punto de contacto entre herencia y destino en Caín y Cristo. Desde Deleuze tienen la marca del masoquismo. Convertirse en un ‘hombre nuevo sin sexo’ es nacer de la mujer sola, ser el objeto de un segundo nacimiento. La castración deja de ser un obstáculo o un castigo para el incesto, para convertirse en la condición que posibilita una unión incestuosa con la madre; nacimiento partenogenético".

"Pero la culpabilidad en el masoquismo es a la vez o más profundo y lo más irrisorio, lo mejor ‘disimulado’. La culpabilidad es parte integrante del triunfo masoquista: se identifica con el humor y torna libre al masoquista".(5.89)

Masoch también tiene un legado, "Lo que el masoquista instaura contractualmente, en un momento determinado por un tiempo determinado, es también lo que está contenido desde siempre, ritualmente, en el orden simbólico del masoquismo Para el masoquista, el contrato moderno, tal como lo elabora en tocadores y en las alcobas, expresa lo mismo que los más antiguos ritos, interpretados en las marismas y las estepas. Las novelas Masoch reflejan esta doble historia y desarrollan su identidad en más actual y lo mas antiguo". (5.90)

El ‘contrato’ masoquista de Masoch está contenido desde siempre, es la herencia, el ´legado’ de Caín.

El ‘legado’ del Caín Bíblico.-

Seguiremos las conjeturas del trabajo de Adolfo Benjamín: "Esta historia del fratricidio más famoso merece un estudio detenido que permita desvelar, a través de una minuciosa indagación, los motivos profundos del crimen aberrante. El relato, breve, se desarrolla en el libro del Génesis, cap. 4º: Caín, el criminal, es el hijo mayor de Adán y Eva, el primogénito. Cuando nace dice Eva: "He adquirido un varón con el favor de Yaveh". (2)

‘El fraticidio más famosos’, el de Caín, es inherente a la condición humana, son los celos que Lacan prioriza en su texto "La Familia". Los celos fraticidas con el hermano son la condición previa para su identificación con aquel. Aparece el semejante en su desdoblamiento fraticida.

Benjamín: "Aquí, en el idioma original de la Biblia, hay un juego de palabras entre el nombre Caín y el verbo adquirir. Esta jubilosa afirmación de Eva alude a la lucha que por la posesión del hijo se libraba en los primeros tiempos del patriarcado y corresponde a la alegría de la mujer que de sierva del marido pasaba a ser la madre del hombre.

Esta lucha se repite cotidianamente en la situación triangular (edípica) a través de los celos (manifiestos u ocultos) del padre por el recién nacido. Estos celos son la chispa que enciende el deseo de librarse del recién nacido rival.

La posesión del primogénito, llamado "el hijo de Dios", esta claramente señalada en la Biblia, por ej., en el relato del Génesis que trata de Abraham y su hijo Isaac"(2)

El complejo ´legado’ de Caín: marcado por el ‘infanticidio’, es fraticida, parricidae incestuoso, es lo que se perpetúa en el ‘Malestar en la Cultura’.Es la lucha por las distintas ‘posesiones’, Como hijo primogénito está entre la madre y el padre. Las palabras de Eva: "He adquirido un varón con el favor de Yaveh", inauguran al primogénito como "el hijo de Dios". Hay una desmentida originaria (Verleugnung) del padre en la situación triangular, hay una duplicación del padre en la estructura el drama edípico.

Deleuze descubre en el masoquismo desde Masoch, no solo como la repetición de la tragedia originaria. Caín y Cristo son sus personajes protagónicos en tanto el padre es ‘forcluido’por ellos. Va más allá del mito bíblico. Esto es esencial en Masoch, en sus novelas; se produce el retorno del padre alucinado. Por eso "Dios ha muerto".

Deleuze: "La semejanza del padre es nuevamente abolida ("¿Por qué me has abandonado"?). Y la Madre es quien coloca-al hijo en la Cruz, contribución masoquista a la fantasía marial, versión de "Dios ha muerto". Y, crucificándolo, en un signo que lo acerca a la gran madre oral; asegura la resurrección como segundo nacimiento partenogenético. No es tanto el Hijo quien muere sino Dios Padre, la semejanza del padre en el hijo. La cruz; representa aquí la imagen maternal de muerte, el espejo donde el yo narcisista de Cristo (o de Caín) percibe el yo ideal (Cristo resucitado). ¿Por qué la enormidad del castigo de Caín y del suplicio de Cristo?. Por que esta cristología en toda la obra de Masoch? ". (5.86)

Si las novelas Masoch reflejan esta ‘cristología’, en lo más actual y en lo más antiguo, realiza el parricidio y el verdadero incesto, el que solo es posible con la madre para los sexos; el padre está excluido, solo lo prohíbe. ‘Eva con Caín’, representa en el mito bíblico, el poder de la ‘Madre Unificante’; ‘María con Cristo’, en el cristianismo. Lacan sostiene: el a es lo que resta de la forclusión del poder de Goce de la ‘Madre Unificante’ del Incesto. El ‘legado de Caín y Cristo’ es, sostener a la ‘Madre todo poder’, mediante la ´forclusión’ del padre; el fantasma masoquista que se desdobla en el retorno del padre alucinado.

Benjamín: "La posesión del primogénito, llamado "el hijo de Dios", esta claramente señalada en la Biblia, por ejemplo, en el relato del Génesis que trata de Abraham y su hijo Isaac".(2) Si el ‘hijo es de Dios’ no lo es ni de Adán ni de Abraham. De allí la furia parricida, la que se perpetúa en las religiones primitivas con el sacrificio del ‘primogénito’, es en conjunción con el mito freudiano del ‘crimen primordial totémico’.

El Contrato en Masoch, la Institución en Sade.-

Las antinómias del lenguaje ‘contrato-institución’, fundan el trastrocamiento de la ley moderna con el recurso del humor y la ironía. El masoquista elabora ‘contratos’ mientras el sádico lo rechaza, lo destruye, exalta la ‘instituciones’.

"El sádico tiene necesidad de instituciones y el masoquista de relaciones contractuales. La Edad Media distinguía con agudeza dos clases de diabolismos, o de dos perversiones fundamentales: una por posesión y otra por pacto de alianza. El sádico es quien piensa en términos de posesión instituida y el masoquismo en términos de alianza concertada.

La posesión es la locura propia del sadismo; el pacto del masoquismo . El sádico es quien piensa en términos de posesión. La posesión es la locura propia del sadismo, el pacto del masoquismo. El masoquista tiene que formar a la mujer déspota.(5.20)

He destacado en negritas un saber que viene del medioevo: la posesión y el pacto. El masoquista tiene que hacer un ‘pacto’ para formar a la mujer déspota, es necesario que la persuada y que la haga ‘firmar el contrato’. Para lograrlo, debe ser es esencialmente educador, para que una mujer quede atrapada en el fantasma masoquista. Debe producir en ella un nuevo sujeto: la ‘mujer verdugo’; ‘el objeto fantasmático elegido’ de Nasio.

En esta empresa pedagógica corre los riesgos del fracaso. En todas las novelas de Masoch, la mujer persuadida, conserva una última duda, un último temor: comprometerse a realizar un papel al que se siente impulsada, porque quizás no lo sepa desempeñar, sea pecando por exceso o por defecto. En la empresa pedagógica lograda, los héroes de Masoch, entran en sumisión a ‘la mujer-verdugo’ en los tormentos que le inflije. "La mujer divorciada tiene por subtítulo: El calvario de un idealista."(5.)

Pero, ¿a dónde lleva el humor del ‘pacto-contrato?: a la legalidad masoquista. la Ley de los héroes de Masoch, es transferida del padre a la madre. Es el humor y la ironía de la ley masoquista.

"En esta precipitación del contrato, parece que la función contractual es la de establecer la Ley, pero que, cuanto mas establecida es la ley, más cruel se toma y restringe los derechos de una de las partes contratantes, (en este caso la parte instigadora). El contrato masoquista tíene por fin conferir el poder simbólico de la ley a la imagen de la madre. (...) El culturalismo de Masoch presenta pues dos aspectos; un aspecto estético que se desarrolla en el modelo del arte y de la suspensión y un aspecto jurídico que se desarrolla en el modelo del contrato y de la sumisión". (5.69)

Sade en los escritos se expresa en términos de ‘institución’, surge la pura función imperativa y demostrativa del lenguaje como ley. Masoch se expresa en términos de contrato, la función persuasiva y contractual de la palabra hace la ley masoquista.

Debemos hacer la distinción jurídica entre el contrato y la institución. El primero supone derechos y de deberes, el ‘contrato’ tiene una duración limitada; no así la ‘institución’, Sade define un poder de larga duración. Lo esencial son las consecuencias jurídicas que tienen el ‘contrato’ y la ‘institución’ en la ley moderna. Si el ‘contrato ’ constituye la ley misma, la ética sadiana la sustituye por la acción.

"Pero mas característica todavía es la diferencia del contrato y de la institución en relación a lo que se denomina una ley: el contrato es verdaderamente generador de una ley, tanto sí esta ley viene a superar como a tergiversar las condiciones que lo originaron; la institución por el contrario se presenta como perteneciendo a un orden muy diferente al de la ley, como haciendo inútiles las leyes y sustituyendo el sistema de los derechos y de los deberes por un modelo dinámico de acción, de poder y de potencia". (5.70)

El pensamiento político en Sade, la Institución.-

Es necesario la lectura de esta profunda cita de Deleuze, para abordar la complejidad del pensamiento sadiano y sus consecuencias.

"La afinidad del pensamiento de Sade con el tema de la institución (y con ciertos aspectos del pensamiento de Saint-Just) ha sido destacada con frecuencia. Pero eso no quiere decir solamente que los héroes de Sade ponen las instituciones al servicio de su anomalía, ni que tienen necesidad de las instituciones como límites para dar pleno valor a sus transgresiones, Sade tiene un pensamiento más directo y profundo de la institución".(5.70)

Primera y básica diferenciación con la psicopatología, el pensamimento de Sade, su ideología revolucionaria ha sido estudiado por eminentes filósofos No puede ser reducido a la perversión. Hay un pensamiento político vinculado al pensamiento de Saint Just. Un hombre político de la Revolución francesa, que terminó como Robespierre en la guillotina.

"Las relaciones de Sade con la ideología revolucionaria son complejas: no tiene ninguna simpatía por una concepción contractual del régimen republicano, y menos aún por la idea de ley. En la revolución encuentra lo que más odia: la ley y el contrato. La ley y el contrato es lo que separa todavía a los franceses de la verdadera república. Pero aquí aparece precisamente el pensamiento político de Sade: la manera en que opone la institución a la ley"(5.70)

Lo destacado en negritas nos conduce a lo más profundo del pensamiento sadiano; está más allá de la psicopatología perversa. Es su pensamiento político, su pensamiento jurídico. Un paso más en la revolución copernicana de Kant sobre la Ética, por ello el texto de Lacan ‘Kant con Sade’. Quedó incompleto al faltar allí el ignorado Masoch, con su pensamiento político y jurídico opuesto a Sade.

"Un fundamento institucional de la república a un fundamento contractual, Saint Just destacaba la relación inversa; cuanto más leyes, menos instituciones (monarquía y despotismo), cuanto más instituciones, menos leyes (república). Todo ocurre como si Sade hubiera llevado ininterrumpidamente esta idea hasta la ironía, lo cual puede ser también su mejor argumento: ¿cuáles serían las instituciones que implicarían un mínimo de leyes y, en última instancia, ninguna ley (leyes ‘tan dulces, en tan pequeño número’ En el texto célebre de La Filosofía en el tocador, "Franceses, un esfuerzo más si queréis ser republicanos" sería erróneo ver una simple aplicación paradojal a la política de las fantasías sádicas. ". (5.70/71) El ‘Contrato es la Ley’ para Masoch, así como la ‘Institución’ para Sade moviliza la Revolución; las leyes inmovilizan la Revolución; por esto la ‘Institución Ideal Revolucionaria’. Sería el modelo del Anarquismo extremo, así como la concepción Trotkista del marxismo.

Sade: "Las leyes traban las acciones, las inmovilizan y las moralizan. La rebeldía... no es un estado moral pero debe ser, sin embargo, el estado permanente de una república". El problema es saber hasta donde el contrato, las leyes y las instituciones, son mistificaciones al servicio del depotismo; o son las paradojas, las contradicciones de la ley en "El Malestar en la Cultura".

"La respuesta irónica de Sade es que, en esas condiciones, el ateísmo, la calumnia, el robo, la prostitución, el incesto, la sodomía, y aún hasta el asesinato, son instítucíonalizables y, más aún, son el objeto necesario de las instituciones ideales, de las instituciones de movimiento perpetuo." (5.71) Hay una contradicción en Sade entre sus escritos y su posición moderada durante la revolución. Sostiene Deleuze que tal oposición es insuficiente para descifrar el pensamiento de Sade.

El pensamiento político en Masoch.-

Es lo que quedó pendiente en Lacan y en otros estudiosos de Sade, el pensamiento político-jurídico en Masoch. Por eso afirma Deleuze:

"¿No habría que esperar de Masoch un prodigio inverso? No tanto un pensamiento irónico, en función de la Revolución del 89, sino un pensamiento humorístico en relación con las revoluciones de 1848. No tanto un pensamiento irónico de la institución en su oposición con el contrato y la ley, sino un pensamiento humorístico del contrato y de la ley, en sus relaciones mutuas, al punto que sólo se considerarían esos verdaderos problemas del derecho bajo las formas pervertidas que Sade y Masoch supieron darles, haciendo de ellos elementos novelescos en una parodia de filosofía de la historia." (5.72)

El pensamiento irónico de Sade con la Revolución Francesa es diferente al pensamiento humorístico de Masoch de la Revolución del 84.

La ley, el humor y la ironía.

Este título es copia del antepenúltimo título de Deleuze, profundiza de un modo original todo lo expuesto por él respecto a la le ley en Sade y Masoch. Comienza por la ley Platónica:

La ironía es el movimiento platónico que consiste en sostener que la ley se funda en un principio más alto, el Bien’ platónico. El humor es reconocer que la ley pude cumplirse en ‘lo mejor posible’. El humor y la ironía moderna es propia de Sade y Masoch.

"Existe una imagen clásica de la ley, de la que Platón elaboró su expresión más perfecta y que luego se impuso en el mundo cristiano. Esta imagen determina un doble estado de la ley, desde el punto de vista de su principio y desde el punto de vista de sus consecuencias. Con respecto al principio la ley, no es prímera; es sólo un poder segundo y delegado, que depende de un principio más elevado que es el Bien. Si los hombres supieran lo que es el Bien, o supieran amoldarse a él, no tendrían necesidad de la ley. La ley es la representante del Bien en un mundo que en mayor o menor medida se alejó de él. Pero, desde el punto de vista de las consecuencias, obedecer a las leyes es lo "mejor", y lo mejor es la imagen del Bien. El justo se somete a las leyes, en el país donde nació, en el país donde vive. Obra buscando lo mejor, aunque conserva su libertad de pensar el Bien y para el Bien".(5.73)

Lacan en "Kant con Sade" parte de la ‘Ética a Nicómaco’ de Aristóteles. Deleuze de Platón. La ley no es primera, un ‘Supremo Bien’ es su causa y su fin. La ley lo representa, pero se alejó del Bien; el hombre justo no le queda otra que ‘someterse a la ley para obrar lo mejor posible’. Está confundido el Bien con lo bueno.

"Hay una gran dosis de ironía en el proceso que va de las leyes a un Bien absoluto como a un principio necesario para fundarlas; y también mucho de humor en el proceso que desciende de las leyes a un Mejor relativo, necesario para persuadimos de que tenemos que obedecer. Eso equivale a decir que la noción de ley se sostiene por sí misma sólo por la fuerza, y que tiene necesidad idealmente tanto de un principio más elevado como de una consecuencia más lejana. Quizás es por eso, según un misterioso texto de Fedón, que los discípulos asisten riendo a la muerte de Sócrates".(5.73/74)

El humor de la ley platónica es el Bien, la ironía, ‘el Mejor infinitamente más justo’. Con Sade y Masoch, la subversión irónica y humorística de la Ley platónica. "La verdadera razón está en otra parte. En la Critica dela razón práctica de Kant se encontrará su enunciación más rigurosa. Kant dice que la novedad de su método es que en él la ley no depende más del Bien sino que por el contrario, el Bien depende de la ley. Esto significa que la ley ya no tiene que fundarse, no puede fundarse en un principio superior de donde extraería su derecho. Significa además que la ley debe valer por sí misma y fundarse en sí misma, que no tiene por lo tanto otro recurso que su propia forma. Es la primera vez, desde entonces, que se puede y se debe hablar de LA LEY, sin otra especificación, sin indicar un objeto".(5.74)

Con Kant, la revolución copernicana de la ética: ‘El Bien depende de la Ley’, no hay una causa que funde su derecho, se funda en sí misma. No hay ironía ni el humor de un Bien como lo ‘bueno’, como objeto del deber, que lo bueno ‘sea lo mejor posible’. "La ley moral es la representación de una pura forma, independiente de un contenido y de un objeto, de un dominio y de circunstancias".(5.74)

Kant rompe con la anarquía cuando un gobierno quiere rehacer su legalidad. Solo hay superación de la ley cuando la trasforma negando el ‘Poder Político’ por encima de la Ley. Esto es fundamental en Kant, el ‘Poder Político no es un Bien por encima de la Ley; la Ley kantiana tiene legalidad en sí misma.

"La revolución copericana de Kant en la Critica de la Razón Pura consistía en hacer girar los objetivos del conocimiento alrededor del sujeto; pero la de la Razón práctica, que consiste enhacer girar el Bien alrededor de la ley, es mucho más importante. Sin duda expresaba cambios fundamentales en el mundo, y también las últimas consecuencias de un de un retorno a la fé judaica más allá del mundo cristiano. Quizás anunciaba además el retorno a una concepción presocrática edipiana de la Ley, más allá del mundo platónico. Haciendo de la ley un fundamento último, Kant dota al pensamiento moderno de una de sus dimensiones principales; en su esencia, el objeto de la ley se nos escapa."(5.75) En negritas, la única referencia que Deleuze hace de Lacan en su texto ‘Kant con Sade’.

¿Cuáles son las consecuencias de la Ley kantiana?: la ley actúa sin ser conocida. Al actuar sin ser conocida, no deja de involucrar al sujeto, Kant abre las puertas a lo inconsciente de la ley, o bien el inconsciente es la Ley.

"Es evidente que LA LEY, definida por su pura forma, sin materia y sin objeto, sin especificación, es tal que no se sabe lo que es, y no se puede saberlo. Actúa sin ser conocida.(5.75) El pensamiento kantino anticipa los dominios del supeyó freudiano.

"Define un dominio indefinido donde ya-se es culpable, es decir donde ya se han transgredido los límites antes de saber lo que es esa ley; así ocurre con Edipo, La culpabilidad y el castigo tampoco nos hacen conocer lo que es la ley, sino que la dejan en esa misma indeterminación, que corresponde como tal a la extrema precisión del castigo. Kafka supo describir ese mundo. AI decir esto no queremos colocar a Kant junto a Kafka, sino solamente extraer dos polos que forman el pensamiento moderno de la ley. (5.75)

El pensamiento moderno de la ley kantiana niega la ironía de ‘lo mejor posible’; se es culpable de antemano.

"En efecto, si la ley ya no se fundamenta en un Bien previo y superior, si vale por su propia forma, que mantiene al contenido totalmente indeterminado, se hace imposible decir que el justo obedece a la ley para lo mejor. O más bien; el que obedece la ley no es y no se siente justo. Al contrario se siente culpable, es de antemano culpable y, tanto más culpable cuanto más estrictamente la obedece. Mediante la misma operación, la ley se manifiesta en tanto que ley pura y nos constituye en culpables. Las dos proposiciones que formaban la imagen clásica se derrumban al mismo tiempo, la del principio y la de las consecuencias, la de la fundación por el Bien y la de la sanción por el justo".(5.75) Se ha derrumbado la Ley platónica con el paradigma kantiano; hay dos ordenes jurídicos que rigen en la cultura de allí ‘su malestar.

Kant con Freud.-

Deleuze cita como obra cumbre ‘El Malestar en la Cultura’. Freud, en su obra, resuelve la paradoja kantiana. "Le cabe a Freud el haber aclarado esa fantástica paradoja de la conciencia moral: aunque se siente más justo quien más se somete a la ley, ésta "se comporta con mayor severidad y manifiesta una desconfianza tanto más grande cuanto más virtuoso es el sujeto... Rigor tan extraordinario de la conciencia moral en el ser mejor y más dócil".(5.76)

La paradoja: el sujeto es culpable de antemano, para ello Freud debió partir del mito del siglo moderno: ‘El crimen Primordial’ de "Tótem y Tabú". Se extiende en toda su obra hasta "Moisés y el Monoteísmo". Primera paradoja: El parricidio y el incesto ya fue cometido sin realizarlo, el fantasma inconsciente, fundamento del psicoanálisis. La segunda paradoja: mientras más me renuncio a mis deseos la conciencia moral superyóica se vuelve más severa.

"Freud nos da la explicación analílica de la paradoja: el renunciamiento a los impulsos no deriva de la conciencia moral sino que, por el contrario, es la conciencia moral la que nace del renunciamiento. Por lo tanto, cuanto más fuerte y riguroso es el renunciamiento en mayor grado la conciencia moral, heredera de los impulsos, es fuerte y se ejerce con rigor. ("La acción ejercida sobre la conciencia por ese renunciamiento es tal que toda fracción de agresividad que nos abstenemos de satisfacer es retomada por el super yo y acentuada su propia agresividad contra el yo"). Se resuelve así la otra paradoja, concerniente al carácter fundamentalmente indeterminado de la ley"(5.76).

Lo paradójico de la Ley, al prohibirme la ley, ilumina el objeto que será mi deseo.

"Como dice Lacan, la Ley es la misma cosa que el deseo reprimido. No podría determinar su objeto sin contradicción o definirse por un contenido sin liberar la represión en la cual se basa. El objeto de la ley y el objeto del deseo son uno solo, y se ocultan a la vez. Cuando Freud demuestra que la identidad del objeto remite a la madre y la identidad del deseo y de la ley al padre, no pretende restaurar simplemente un contenido determinado de la ley sino, casi por el contrario, mostrar cómo la ley, en virtud de su fuente edípica, no puede sino ocultar necesariamente su contenido, para valer como pura forma nacida de un doble renunciamiento tanto al objeto como al sujeto (padre y madre). (5.76)

La ley kantiana es inconsciente, precede al sujeto, lo constituye en su doble renunciamiento edípico: renuncia al incesto con la madre y al deseo parricida. Pero si la ley es la misma cosa que el deseo reprimido, lo reprimido retorna, se repite en las formaciones del inconsciente; que alimenta el castigo del superyó; la paradoja del sujeto es la repetición de su culpa en su aceptación de la Ley.

La nueva ironía y el humor de Sade.-

El pensamiento moderno abrió con Sade y Masoch, una nueva ironía y humor en el trastrocamiento de la ley moderna. "Ellos representan las dos grandes empresas de una impugnación, de un trastrocamiento radical de la Ley. Denominamos siempre ironía al movimiento que consiste en superar la ley hacia un principio más alto, para sólo reconocer a la ley un poder segundo". (5.77)

No hay en ellos un Bien platónico. Sade nos enseña que "sólo se es tiranizado por la ley. "Las pasiones de mi vecino son infinitamente menos temibles que la injusticia de la ley, pues esas pasiones son contenidas por las mías, mientras que nada detiene, nada limita las injusticias de la ley".(5.78) La ley usurpa la verdadera soberanía; es un mistificación. Hace posible al tirano con la complicidad de los esclavos y los amos.

"Los tíranos nunca nacen en la anarquía, uno los ve erigirse sólo a la sombra de las leyes o basarse en ellas". Esto constituye la esencia del pensamiento de Sade; su odio por el tirano, El tirano habla del lenguaje de las leyes y no tiene otro lenguaje. Tiene necesidad de la "sombra de las leyes"; y los héroes de Sade se encuentran investidos de una extraña antítiranía, hablando como ningún tirano podrá hacerlo nunca, como ningún tirano lo hizo, instituyendo un contra-lenguaje". (5.78),

Es fundamental en el pensamiento de Sade que la ley debe ser superada por un principio más elevado, que no es un Bien que la fundamenta, "es por el contrario la Idea de un Mal, Ser supremo de maldad, que la trastoca. Se produce un trastocamiento del platonismo y de la ley misma.(5.78) La idea del mal absoluto para Sade es la Naturaleza Primera, la que se opone a la Naturaleza Segunda, la de la ley. "Está más bien en las instituciones anárquicas de movimiento perpetuo y de revolución permanente. Sade lo recuerda frecuentemente: la ley sólo puede ser superada hacia la anarquía como institución impersonal".(5.78)

"La ironía es el juego de un pensamiento que se permite fundamentar la ley en un Bien infinitamente superior; el humor es el juego de este pensamiento que se permite sancionarla por un Mejor infinitamente más justo". (5.74)

La ley y el humor en Masoch.-

Deleuze sostiene que es el humor lo que rige el pensamiento de Masoch; no la ironía sadiana.

"Cuando se considera una fantasía o un rito masoquista, causa asombro el hecho de que la más estricta aplicación de la ley tiene allí el efecto opuesto al que hubiera normalmente logrado (por ejemplo, los latigazos, lejos de castigar o de prevenir una erección, la provocan, la aseguran). Es una demostración de absurdo.

Considerando la ley como proceso, punitivo, el masoquista comienza por hacerse aplicar el castigo; y en este castigo sufrido, encuentra paradojalmente una razón que lo autoriza, y aún que lo obliga a experimentar el placer que la ley debía prohibirle. El humor masoquista consiste en lo siguiente: la misma ley que me prohibe realizar un deseo bajo pena de un castigo consecuente es ahora una ley que coloca el castigo en primer lugar y me ordena en consecuencia satisfacer el deseo. Cuando más, el masoquista encuentra en el castigo o en el dolor un place r preliminar, pero su verdadero placer, lo encuentran con la imagen clásica de la ley y ofrecer una imagen propiamente moderna". (5.79)

Es humorístico que la misma ley que prohibe realizar un deseo, al colocar el castigo y el dolor en primer lugar, es la ley que, como imperativo, ordena satisfacer el deseo. Es a fuerza de observar la ley, de

adaptarse a la ley, que se gustará algo de esos placeres. La ley no está subvertida irónicamente, sino humorísticamente: la más estricta aplicación de la ley tiene allí el efecto opuesto.

Bibliografía.-

1.-Bauleo Armando Locura social / Locura individual. Diario "Página 12". 3 de agosto del 2000
2,-Benjamín Adolfo El fratricidio de Caín y Abel
3.-del Campo Emiliano La problemática de las psicosis; las ‘Psicosis Transitorias’ a la luz del concepto de «forclusión local» de J.D.Nasio.-(Inédito)
4.-del Campo Emiliano "Ricardo, la cura de un fetichista. Del fetichismo al masoquismo". Inédito
5.--Deleuze Gilles Sacher Masoch & Sade . Editorial Universitaria de Cordoba 1969,
6.-Lacan Jacques Kant con Sade. Escritos 2. Edit. Siglo XXI
7.-Lacan Jacques Seminaire Logique du Fantasme. 19 IV. 1967.
8.-Nasio Juan David Les yeux de laure. Le concept d’objet a dans la théorie de J. Lacan. Aubier Paris 1987. France
9.-Nasio Juan David El libro del amor y el dolor. Gedisa Editorial.
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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 12 - Diciembre 2000
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