Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
1236 errores, erratas, omisiones y discrepancias en la edición de los Escritos de Lacan en español
(Capítulo 1 - Ed. Oficio Analítico - EPEELE)
Marcelo Pasternac

 

La enseñanza de Lacan y la variada recepción de sus lectores

La enseñanza de Lacan abarca sus escritos,1 sus hablados (seminarios y conferencias) y las ocurrencias (los bon mots que lo tienen como participante) que circularon a través del rumor, a través del "se dice".2 Este corpus de referencias produce un universo de frases reproducidas y transmitidas que suelen comenzar con la expresión "Lacan dijo [escribió, hizo]". Desde allí se despliega un rasgo de estilo que transmuta según la posición subjetiva del hablante, que podrá ser la del religioso recitante, la del forjador de repeticiones empobrecedoras, la del insultante enemigo, la del tránsfuga resentido o, por qué no, la del discípulo productor de nuevas elaboraciones que se orienta, entre tantos de esos "Lacan dijo", por aquella máxima en la que Lacan solicitaba que siguieran su ejemplo pero que no lo imitaran.

Si se desencadena tal variedad de efectos es porque hay razones para colocar a Lacan en un lugar especial en el psicoanálisis; uno que esté al lado y después de Freud. Lacan como alguien que reformulaba el campo freudiano sin imitaciones y productivamente. El mismo no ignoraba que ocupaba ese sitial, ni se cobijaba en falsas modestias. Así, en "La ciencia y la verdad", Lacan dijo que prestaría su voz para expresar que:

...[al] sostener estas palabras intolerables: "Yo, la verdad, hablo... " [esto] va más allá de la alegoría; (...) que el inconsciente, que dice lo verdadero sobre lo verdadero, está estructurado como un lenguaje, y (...) que yo, cuando enseño eso, digo lo verdadero sobre Freud, que supo dejar, bajo el nombre de inconsciente, a la verdad hablar (...).

[Y que entonces:] para cubrir ese punto vivo no hay de verdadero sobre lo verdadero más que nombres propios; el de Freud o bien el mío, o si no novelitas rosa de ama de cría ....3

Tan estentóreas afirmaciones obligan al lector, cuando tiene fundadas razones para pensar que no se trata de bravuconadas de matón de suburbio, a leer con cuidado a esos actores del psicoanálisis y a tener muy en cuenta lo que han hecho, dicho y escrito. Pero, ¿qué han hecho, qué han dicho, qué han escrito? Esa es la cuestión. En cada una de esas tres referencias que hacen al corpus del psicoanálisis hay un trabajo que es necesario realizar, cada uno con sus particularidades. Al respecto, el primer número de la revista Littoral (París, 1981) subrayó la importancia del uso de las comillas y ofreció irónicamente un cargamento para que sus lectores hicieran uso de ellas. Este llamado a respetar la referencia es el punto de partida, pero sólo de partida, para la elaboración ulterior y propia de la última posición que enumeré: la del lector advertido y orientado a la elaboración productiva.4 Entonces, para empezar, se trata de rodear de comillas lo que el otro dijo para ir más allá, con ese ejemplo y sin la imitación. Pero, en el territorio en que nos movemos, pasa a ser un tema de revisión si lo que se coloca entre comillas es lo que el autor citado "escribió" efectivamente —sobre todo cuando, como en el caso de Lacan, se trata de un autor de tal envergadura que de su palabra surge la posibilidad de una escuela—.

Circunstancias y razones de 1236 errores, erratas omisiones y discrepancias...

En la coyuntura presente se produjeron algunos acontecimientos editoriales que van en la dirección de los intereses de ese lector productivo y que alentaron la realización de un trabajo que aquí se presenta. Por un lado, la aparición de Los Escritos de Jacques Lacan: Variantes textuales (Madrid, 1994) de Frutos Salvador puso a la luz la existencia de variantes entre los textos originalmente publicados por Lacan y los que luego, en 1966, él entregó para reunir en sus Escritos.5 Por otro lado, en El escritorio de Lacan (Buenos Aires, 1999), Baños Orellana intentó precisar las intenciones de este "Lacan corrector".6 Estos dos libros fueron un argumento importante para transformar en una empresa decidida un trabajo personal que, con un ritmo cansino, yo venía publicando fragmentaria y periódicamente desde 1988, y que estaba destinado ante todo a responder a las inquietudes de una lectura singular e ineludible en la relación moebiana de la teoría con la experiencia clínica. Mi propósito es el de compartir con el público interesado un instrumento que estimo necesario para disponer de textos confiables que sirvan de plataforma para una producción ulterior. Siguiendo el ejemplo de Lacan que corregía sus propios textos, confío que este libro promoverá el afinamiento del pasaje al español de eso que Lacan quiso hacer circular en francés como su versión de 1966, y ello sin perjuicio de la realización ulterior, pendiente aún hoy, de una edición crítica y anotada donde habrá lugar para señalar cómo Lacan fue modificando esos textos suyos.

La situación de los Escritos es diferente de la que presentan los Seminarios

El caso de sus seminarios es diferente; no hay estrictamente ahí un texto de Lacan. Entre ese Lacan que hablaba y nosotros que lo leemos, se interponen una grabación y/o una estenotipista, un transcriptor de lo oído o de lo estenografiado, un redactor o un establecedor, etc. Como se sabe, tantas mediaciones han traído enérgicos debates en las ultimas dos décadas, en los que se ha escuchado la voz de los que subrayan la necesidad ineludible de un transcriptor crítico, armado de un aparato de signos, que dejen al lector advertido por las marcas de esas intervenciones —la trayectoria de la école lacanienne de psychanalyse (elp) ha estado particularmente sellada por la preocupación de hacer circular, a pesar de los obstáculos legales, una transcripción crítica con marcas diacríticas.7 En el caso de los Escritos, en cambio, contamos con lo que Lacan quiso o permitió que fuera publicado bajo ese título en 1966 (y algunos pocos agregados en los dos años siguientes); claro que, entre ese texto francés y los lectores que lo leen en otras lenguas reaparecen las mediaciones: se interponen directores de colección, traductores, transcriptores, revisores y aumentadores, tipógrafos, etc. Con todo, la tarea es algo menos compleja que la que presentan los Seminarios, y por ello es más abordable un proyecto como el de 1236 errores, erratas omisiones y discrepancias.

Disponía, como punto de partida, del resultado de una tarea heroica, la que virtió al español una obra difícil ya en su lengua original y, para colmo, llena de implicaciones doctrinarias que no podían sino resultar remotas aun para un gran traductor y literato como lo es Tomás Segovia, y muy llenas de riesgos subjetivos para quien afrontara semejantes dificultades con ciertos prejuicios, como Armando Suárez, quien revisó la traducción de Segovia sosteniendo una posición declaradamente crítica ante Lacan, aunque dotado de una cultura que le permitía advertir la conveniencia de editarlo en español. Esas traducciones de los Escritos constituyeron y constituyen la base para la enseñanza de Lacan en español, lo que traté de hacer es de colaborar para reducir todavía más los obstáculos allí inadvertidos que trastornan, en parte, el acceso al texto lacaniano. Ese material de base tiene una historia, cuya enredada trama puede leerse en el próximo capítulo ("Pequeña historia de la edición española de los Escritos de Lacan a través del testimonio de sus protagonistas"). En esa historia también hubo un episodio sobre el que no insistiré en las próximas páginas: el que dejó sin respuesta mi ofrecimiento para realizar una revisión general de la traducción vigente de los Escritos. Lo cuento ahora porque también fue un factor decisivo para animarme a publicar el presente libro de manera independiente.

La idea es que 1236 errores, erratas omisiones y discrepancias sirva de acompañante a los lectores de los Escritos de cualquiera de sus versiones conocidas: Lectura estructuralista de Freud, los Escritos 1 y 2 (incompletos) y por fin, a partir de 1984, los Escritos 1 y 2 (en versión corregida y aumentada). Ya circulan más de treinta mil los ejemplares de la traducción al español de los Écrits de Lacan editados en México, a los que hay que sumar los que, a partir de 1984, comenzaron a reimprimirse en otros países. Sus lectores podrán, entonces, cualquiera sea la edición con que cuenten, utilizar este instrumento para modificar los puntos en los que hay razones para hacerlo, según el inventario que aquí se presenta.

De la falibilidad de este libro

La colección de mis observaciones derivan de mis propias dificultades en la lectura de los Écrits en francés. Al buscar en la edición en español la respuesta a esos aprietos, solía encontrarme con problemas irresueltos o mal resueltos. Sin proponerme una empresa de demostración de las fallas de los otros, éstas aparecían en ese texto del que depende en buena medida la producción psicoanalítica en nuestra lengua. Era necesaria, evidentemente, una confrontación sistemática de las dos ediciones, francesa y castellana. Mi propósito fue el de alcanzar una revisión exhaustiva, lo cual no significa que crea haberlo logrado; por lo tanto, recibiré de muy buen grado todas las observaciones de lectores que señalen mis errores, erratas y omisiones, y expresen sus discrepancias. Espero sus comentarios. La metáfora de las funciones matemáticas ayuda a pensar esta tarea con un optimismo razonable, al compararla con la aproximación al límite que, por infinita que sea, no deja de disminuir su resto al de una cantidad muy pequeña. Las notas que lleguen podrán ser incorporadas eventualmente, en el caso de que este libro merezca una nueva edición, con reconocimiento explícito a quien nos las envió.8

De cómo y por qué inicié mi pesquisa

En 1984, apareció la edición "corregida y aumentada" de los Escritos en español y, como a muchos lectores, recibí esta nueva versión que lucía una designación tan prometedora como si se tratara de la traducción definitiva del libro de Lacan. Sin embargo, pronto me mostró una faz menos auspiciosa. En efecto, bastaba con leer las primeras líneas para encontrarse con un grueso desliz. Consistía en atribuirle a la pluma de Lacan una curiosa expresión: "la imagen del mono imitando a Buffon ". Una complicada pesquisa (cuya peripecia se detalla en el próximo capítulo) me permitió aclarar ese error y publicar mis observaciones en un artículo que circuló primero con un alcance muy restringido,9 pero que después apareció en la revista Littoral, en sus versiones francesa y castellana.10 Allí explicaba las razones de por qué la traducción apropiada de ese fragmento debía ser: "la imagen de la lencería fina que engalana a Buffon". Al tiempo, recibí una llamada telefónica de la casa editorial que publica los Escritos: un funcionario de esa empresa, que en ese entonces decía estar a cargo de la reimpresión, manifestó estar informado de nuestro artículo y ser sensible al error cometido. Aproveché la oportunidad para ir más lejos. Dado que se manifestaba cierta intención de aceptar modificaciones a la nueva edición, me ofrecí para realizar una revisión completa de los Escritos con vistas a contar con una edición suficientemente confiable. El interlocutor se manifestó interesado en esa posibilidad pero, como ya lo he adelantado, su gestión no tuvo consecuencias. Pasó el tiempo y los azares de la vida ciudadana dieron la ocasión de que encontrará al máximo responsable de este asunto en una situación mundana y allí manifestó estar enterado del problema e interesado en la revisión propuesta; pero tampoco eso trajo ninguna novedad. Entre tanto, Armando Suárez, el responsable de la edición "corregida y aumentada" de 1984, y director de la colección en que se incluyen los Escritos de Lacan, que era, además un intelectual muy apreciado por la empresa editorial y en el ambiente de la cultura española y mexicana, había fallecido. Tal vez la decisión de modificar un trabajo que él había creído, a conciencia, hacer correctamente, excedía los límites de lo aceptable para quienes se consideraban sus amigos.

¿Para qué una nueva corrección?

Vale la pena destacar que vengo encontrando, y no solamente en un público lateral al psicoanálisis sino también en sectores explícitamente comprometidos con la enseñanza de Lacan, cierta perplejidad ante el reclamo y la pertinencia de una nueva corrección. La insistencia, a propósito de la importancia de contar tanto con establecimientos críticos de los seminarios de Lacan como la de eliminar los obstáculos que persisten en la versión castellana vigente de los Escritos, se confunde con un prurito perfeccionista reducido a los intereses de una elite; cuando de lo que se trata es de lograr disponer de textos confiables que alienten una producción suplementaria y singular, vale decir, abrir el campo de lo que Jean Allouch,11 siguiendo a Clément Rosset, llama la "idiocia" (del griego "idiotès": particularidad) del que se somete a un discurso que tiene consecuencias. Lo cual equivale a prolongar el respeto por los textos que mostraba el propio Lacan, quien —como subraya también Allouch—: "efectuó vastas lecturas: Freud (durante medio siglo), Schreber (un seminario de un año), El banquete (ídem), la trilogía de Claudel, Hamlet , Gide, "La carta robada", Joyce, etcétera: fueron lecturas detalladas, pacientes, prudentes".12 Un lector de Lacan que tome iguales cuidados, necesitará contar con textos que no aplasten las dificultades, ni disimulen virajes: necesita textos confiables que respeten incluso la oscuridad y las contradicciones del discurso original de Lacan. Para ese lector está dedicada esta serie de observaciones de los Escritos que estimo que lo pondrá en mejores condiciones para el estudio detallado, paciente y prudente. De este modo, y sin dejar de reconocer los propios límites ya mencionados, se habrá cumplido la consigna de abrir a la comunidad de lengua española ciertos espacios de trabajo sobre los Escritos de Lacan que fueron, hasta ahora, privilegio exclusivo y excluyente de quienes tienen acceso directo al texto en francés.

La paginación de las referencias

Buena parte del trabajo que frecuentemente traen las referencias a los Escritos de Lacan se debe a que se encuentran simultáneamente en uso tres versiones con diferente paginación, y a que cada lector suele citar la suya como si fuera la única. No colaboraré a esta confusión y para ello mantendré la siguiente anotación y abreviaturas:

• Al libro original (Écrits, París, Seuil, 1966) se lo citará del siguiente modo: "É:" seguido de la página mencionada (É: y pág.).

• A la primera edición en español (Lectura estructuralista de Freud, México, Siglo XXI, 1971), que no tuvo reimpresiones y que fue una selección muy parcial del libro original, se lo citará del siguiente modo: "L:" seguido de la página mencionada (L: y pág.).

• Al primer tomo de la segunda edición de 1972 y sus reimpresiones que se extendieron hasta 1984 (Escritos 1, México, Siglo XXI, 1972 hasta 1984), se lo citará del siguiente modo: "Esc1:" seguido de la página mencionada (Esc1: y pág.).

• Al segundo tomo aparecido en 1975 y reimpreso hasta 1984 (Escritos 2, México, Siglo XXI, 1975 hasta 1984), se lo citará del siguiente modo: "Esc2:" seguido de la página mencionada (Esc2: y pág.)

• A los dos tomos de la "edición corregida y aumentada" aparecidos a fines de 1984 y que continuaron reimprimiéndose hasta el presente con escasas codificaciones ( Escritos 1 y 2, México, Siglo XXI, 1984 y posteriores), se lo citará del siguiente modo: "Esc1-1984:" o "Esc2-1984:" seguido de la página mencionada (Esc1-1984: y pág. o Esc2-1984: y pág.).

Como la primera edición (L.:) tiene un uso casi reservado a coleccionistas, no abultaré las referencias anotando su paginación a propósito de cada observación que haga, únicamente la mencionaré para señalar entre cuáles de sus páginas se encuentra cada uno de los escritos. Cada capítulo de las observaciones empieza con la información enmarcada acerca de las páginas que ocupa el escrito en cuestión en las cuatro ediciones mencionadas. Lo que cada observación presentará es la página y línea en que aparece en francés (É:), en la edición 1972/75-84 (Esc1 y Esc 2:) y en la aparecida en 1984 (Esc1-1984 y Esc2-1984).

El lector interesado encontrará extensa información acerca de las diferencias entre estas ediciones y de las razones de esas diferencias, en el próximo capítulo.

Ejemplos de errores, erratas, omisiones y discrepancias

Creo que resulta esclarecedor clasificar cuatro tipos de observaciones que pueden hacerse a una traducción: (a) errores, (b) erratas, (c) omisiones y (d) discrepancias. No se me escapa que en cada entrada y en cada caso pueden estar en juego algo del orden del lapsus particular y aún del lapsus ideológico; pero me abstendré de hacer interpretaciones u otras clasificaciones alternativas que se orienten en ese sentido. Asimismo, me abstendré de dar definiciones taxativas para cada uno de estos cuatro desvíos, en su lugar, me limito a ejemplificarlos:

(a) Errores:

Observación 438

En Esc1-1984:392, líneas 21-24 y en Esc1:153, líneas 14-17, dice:

... os sentisteis demasiado dichosos de volver contra sus expresiones las orejas de burro con que os coronaban en la escuela y que desde entonces hacen oficio de cornetes para aquellos de vosotros cuya hoja es un poco dura ...

Debería decir:

... os sentisteis demasiado dichosos de volver contra sus expresiones las orejas de burro con que os coronaban en la escuela y que desde entonces hacen oficio de cornetes para aquellos de vosotros que están un poco duros de oído ...

En efecto en francés [É:409, líneas 33-34] dice:

... ceux des vôtres dont la feuille est un peu dure... y allí Lacan juega con la locución être dur de la feuille que significa estar un poco sordo.

Observación 11

En Esc1-1984:5, líneas 17-18, dice :

... [las] incidencias imaginarias lejos de representar lo esencial de nuestra experiencia, no entregan de ella sino lo inconsciente...

En Esc2:11, línea 17, dice:

... [las] incidencias imaginarias lejos de representar lo esencial de nuestra experiencia, no entregan de ella sino la inconsistencia...

En É:11, líneas 16-17, Lacan escribe:

... [les] incidences imaginaires, loin de représenter l'essentiel de notre expérience, n'en livrent rien que d'inconsistant ...

En esta oportunidad, la edición "corregida y aumentada" empeoró a las anteriores al "aumentarlas" con un error, al traducir inconsistant por inconsciente, lo cual tiene consecuencias serias sobre el sentido. En efecto, las "incidencias imaginarias" no nos entregan sobre nuestra experiencia lo inconsciente, sino algo inconsistente. Y esto introduce la segunda observación: "que d'inconsistant" no dice tampoco que no entregan más que "la inconsistencia" (de nuestra experiencia) sino que "sólo nos dan algo inconsistente" sobre nuestra experiencia. Entonces, en lugar de las formas publicadas, debería decir:

... [las] incidencias imaginarias lejos de representar lo esencial de nuestra experiencia, no entregan de ella sino algo inconsistente ...

Observación 804

En Esc2-1984:693, líneas 21-22, y en Esc2:324, líneas 22-23, dice:

... las homofonías, las que por condenarse en sobreimpresiones ...

Debería decir:

... las homofonías, las que por condensarse en sobreimpresiones ...

Observación 416

En Esc2:150, línea 17, dice:

... incapaz de lanzar una mirada más a su lado ...

En Esc1-1984:374, líneas 11-12, dice:

... incapaz de lanzar una mirada más a su dado ...

Debería decir:

... incapaz de lanzar una mirada más a su dedo ...

Observación 865

En Esc2-1984:714, líneas 2-3 y Esc1:299, líneas 31-32, dice:

... esto es ciertamente lo que la homosexualidad hace a las mil maravillas en cuanto a lo que le falta ...

Debería decir:

... esto es ciertamente lo que la homosexual hace a las mil maravillas en cuanto a lo que le falta ...

 

(b) Erratas:

Observación 33

En Esc1-1984:18, línea 25, dice:

... Pro en cuanto a la letra...

Debería decir:

... Pero en cuanto a la letra...

Esta errata no está presente en las ediciones previas a 1984.

En esta categoría hay ciertas ambigüedades. ¿Hasta que punto ciertos errores serios, en sus consecuencias para el lector, son "simplemente" e rratas? Por otra parte, en algunos casos tan evidentes como el precedente tienen la particularidad de que pueden ser fácilmente advertidas por cualquier lector cuidadoso.

 

c) Omisiones:

Observación 239

En Esc1-1984:223, línea 11-12 y Esc1:55, líneas 5-6 se puede leer:

...con lo que ellos llaman hermenéutica.

El vicio radical se designa en la transmisión del saber...

Pero en É:233 se lee, a partir de la línea 13:

... de ce qu'ils appellent herméneutique.

(Exploitation à quoi une saine réforme de l'orthographe permettrait de donner la portée d'une pratique famillionaire: celle du faufilosophe par exemple, ou de la flousophie, sans mettre plus de points ni d'i)

Le vice radical se désigne dans la transmission du savoir...

Como se puede ver hay un párrafo entero que falta en español, entre "...hermenéutica." y "El vicio radical...". No se puede descartar que se trate de un agregado hecho en alguna reimpresión, sin incluir la advertencia correspondiente. (Cabe destacar que el ejemplar que utilicé en la confrontación tiene fecha de 1966, o sea la de la edición original, pero no nos consta que las reimpresiones se hagan con el cuidado de mencionar el año de su realización.)

Entonces, con el párrafo restituido en traducción nuestra dice:

...con lo que ellos llaman hermenéutica.

(Explotación a la que una sana reforma de la ortografía permitiría dar el alcance de una práctica famillonaria: la del falfilósofo, por ejemplo, o de la flousofía, sin poner más puntos ni más íes)

El vicio radical se designa en la transmisión del saber...

Observación 793

En Esc2-1984:680, líneas 35-36 y en Esc2:311, líneas 25-26, dice:

... subiendo un tono la nota de aversión que permite mostrar en ello ...

Debería decir:

... subiendo un tono la nota de aversión que se permite mostrar en ello...

Observación 788

En Esc2-1984:678, línea 29 y en Esc2:309, líneas 23-24, dice:

... la ventaja que le da un racionalismo seguro de su método ...

Debería decir:

... la ventaja que le da un racionalismo bastante seguro de su método ...

 

(d) Discrepancias

Observación 1058

En Esc2-1984:801, línea 23 y Esc1:333, línea 12, dice:

A lo que hay que atenerse, es a que el goce está prohibido a quien habla como tal, o también que no puede decirse sino entre líneas para quienquiera que sea sujeto de la Ley, puesto que la Ley se funda en esa prohibición misma ...

Un viejo enemigo de los traductores (o simplemente de los lectores en una lengua extranjera) es el "falso amigo", ese vocablo que se parece mucho a uno de la lengua a la que se traduce pero no quiere decir "lo mismo". Por ejemplo, en francés "pourtant", que no dice en español "por lo tanto" sino "sin embargo". Ahora bien, "interdiction" en francés no es un falso amigo de "interdicción" que en español, como en francés, quiere decir (y lo dice): "acción y efecto de interdecir (del latín "interdicere"), es decir vedar o prohibir". Por lo tanto no es incorrecto vertirlo por "prohibición". ¿Por qué, entonces, "discrepar"? Porque el texto de Lacan dice que el goce no puede decirse sino entre líneas. "Dicho entre" tiene una relación con "interdicto" que se pierde con "prohibido". Como se ve hay razones, discutibles sin duda (y por eso pueden ser discutidas), para preferir una traducción a otra, razones que van más allá del simple gusto. Por eso, en esta discrepancia, consideré que debería decir:

... A lo que hay que atenerse, es a que el goce está interdicto a quien habla como tal, o también que no puede decirse sino entre líneas para quienquiera que sea sujeto de la Ley, puesto que la Ley se funda en esa interdicción misma ...

Algo semejante ocurre en la observación 857, en la que se juega una opción vinculada fuertemente con la dimensión imaginaria:

En Esc2-1984:712, líneas 16-17 y Esc1:298, líneas 10-11, dice:

... una receptividad de abrazo ha de transfigurarse en sensibilidad de funda sobre el pene ...

Debería decir:

... una receptividad de abrazo ha de llevarse más allá en sensibilidad de vaina sobre el pene ...

La palabra francesa gaine se traduce como funda (de un revólver) o como vaina (de un puñal o espada). Segovia prefiere la relación "pene-revólver"; yo me inclino por "pene-espada". Hay margen para discutir. Por lo tanto, éste es un ejemplo de la categoría "discrepancias".

Por último, convendría destacar cuatro tópicos que problematizan la traducción, y especialmente la de textos como los de Lacan: (1) la relación entre literalidad y traducción; (2) el uso de adjetivos epítetos; (3) los problemas de la puntuación y (4) el grado de minuciosidad. Cada uno puede afectar cualquiera de los cuatro tipos de las observaciones mencionadas, pero sobre todo hacen a las discrepancias.

 

(1) Literalidad y traducción

Corresponde subrayar que en las soluciones aquí propuestas se encontrará una toma de partido a favor de la literalidad, de la mayor literalidad posible. Es una posición que estoy lejos de defender para toda traducción, pero es la apropiada, a mi juicio, para una obra como la de Lacan, debido a sus consecuencias doctrinales.13 Es una toma de partido que se prestará a la discusión, y que compromete particularmente la categoría de las "discrepancias".

En algunos casos, la transliteración simbólica permite decidir entre alternativas de las cuales una no es forzosamente "errónea", pero sí menos pertinente. Por ejemplo, en la observación 781:

En Esc2-1984:676, líneas 25-26 y en Esc2:207, líneas 24-25, dice:

... nos produjo la impresión de ver la marca de un collar indeleble ...

Debería decir:

... nos produjo el efecto de ver la marca de un collar indeleble...

Aunque entre impresión y efecto se puede optar sin caer, en ningún caso, en lo que entra en la categoría del error (una impresión es un efecto...) son, a mi entender, suficientemente diferentes. "Efecto", compartiendo -aunque sólo parcialmente- la dimensión del sentido con "impresión", tiene a su favor el hecho de que además posee la literalidad de la palabra "effet", que Lacan utiliza en su texto en francés. O sea que tenemos aquí una discrepancia débil, pero no inexistente. Hay situaciones, en cambio, en las que el respeto por la literalidad, llevaría al error, porque hace perder el sentido. Como en la observación 723:

En Esc2-1984:641, líneas 25-26 y en Esc2:283, líneas 29-30, dice:

No es nunca en vano en efecto si deja uno que se le coma la lengua el gato cuando es una lengua viva ...

Esta expresión no tiene sentido en español, sin perjuicio de que el lector deje volar sus asociaciones libremente. Se trata de una frase francesa que no permite la transliteración en una práctica en la cual la traducción es una consistencia ineludible del ternario. Aquí la opción disponible consiste en hacer una nota a pie de página para dar cuenta de la locución francesa "donner sa langue au chat" (darse por vencido ante una pregunta, una adivinanza, un problema, etc) o encontrar otro recurso para evitar la nota, que siempre debería ser el último recurso. En este caso, tampoco es posible traducir de locución a locución, diciendo simplemente (como se debería hacer en otros casos) que:

No es nunca en vano en efecto si uno se da por vencido...

porque se perdería la referencia a que ello ocurre "cuando es una lengua viva". Entonces, debería decir:

No es nunca en vano en efecto si uno se da por vencido en esto, o, como dicen los franceses, "da uno su lengua a los gatos"... cuando es una lengua viva ...

En cada caso, habrá entonces que solucionar de un modo que corresponda a las dos exigencias encontradas del sentido y de la literalidad. En algunos casos, la literalidad implicará un pequeño matiz que preferí respetar, como en el caso de traducir:

... sans égard à la différence anatomique des sexes...

por:

... sin consideraciones por la diferencia anatómica

mejor que por:

... independientemente de la diferencia anatómica.

A veces esto conspirará contra la belleza de la expresión, pero la opción dependerá de si está en juego un fragmento en el que Lacan se entrega a un vuelo lírico o está en el interior de un hermético discurrir que obliga a decidir si uno se permite una interpretación asociativa o, cosa preferible, uno se atiene a un texto apegado a la literalidad que ofrece dificultades al lector hispano, tal como le ocurre también al lector en francés. En otras oportunidades, finalmente, una mayor literalidad que está dentro de las acepciones del término no vierte el sentido de la expresión, como cuando se traduce:

... recordar [...] que la mujer sólo se cumple a través de los ideales del sexo ...

en vez de:

... sólo se realiza a través de los ideales del sexo ...

siendo la palabra en francés "s'accomplit" que tiene las dos posibilidades, según el contexto.

Después de las formulaciones de Lacan en sus seminarios borromeanos, ha quedado bastante consolidada la localización de la traducción, dimensión del sentido, en el ternario RSI, en la relación simbólico/imaginario y al margen del real. Los trabajos de Allouch en Letra por letra establecieron, por otro lado, la correlación transcripción, traducción, transliteración con R, S, I. Por mi parte, subrayé el hecho de que la traducción es una, sólo una, pero nada menos que una, consistencia en ese ternario del pasaje de lenguas.14 Se trata de reconocerle su especificidad y su articulación sobre todo con la transliteración. La transcripción queda, como real, en posición más marginal. En el límite conduciría al absurdo de llevar a una traducción del francés al francés...15

 

(2) Los adjetivos epítetos

En el campo de las discrepancias fui muy discreto en el planteo de modificaciones cuando hay un desplazamiento del adjetivo con relación al sustantivo que no corresponde al uso que hace Lacan en francés. Pero en algunos casos resultó poco menos que imprescindible:

Observación 1104:

En Esc2-1984:825, líneas 7-11 y en Esc2:382, líneas 2-5, dice:

... no le deja para guiarse sino lo real puro y eso le daría ventaja sobre nosotros, hombres, que debemos siempre proveernos de un homúnculo en nuestra cabeza para hacer de lo real mismo una realidad ...

Debería decir:

... no le deja para guiarse sino el puro real y eso le daría ventaja sobre nosotros, hombres, que debemos siempre proveernos de un homúnculo en nuestra cabeza para hacer del mismo real una realidad ...

También en la observación 159:

En Esc1-1984:144, línea 21-22, dice:

... no tiene los caracteres de la verdadera idea ...

Debería decir

... no tiene los caracteres de la idea verdadera ...

El matiz puede parecer sutil pero no es inexistente. Lacan dice, en francés, "l'idée vraie" y no "la vraie idée" (É:153, líneas 24-25). "Vraie" es un adjetivo calificativo y no un epíteto. Éste, que es también un adjetivo, tiene la particularidad de añadir una cualidad al sustantivo sin modificar su extensión ni su comprensión mientras que el adjetivo calificativo aumenta su comprensión (¡no es lo mismo un pobre tipo que un tipo pobre!).

 

(3) La puntuación

Las discusiones entre los traductores por problemas de puntuación son homéricas, interminables y, al fin, cada cual queda con su opinión inmodificada; por lo tanto, no he acentuado esta dimensión. En lo que interesa al psicoanálisis remito al lector a un trabajo anterior.16 En síntesis, no fui muy lejos en la observación de las diferencias de puntuación, aún cuando parecían fundadas. Por ejemplo, no se encontrará en el inventario que en Esc2-1984:815, líneas 6-8 y en Esc2:371, última línea y 372, líneas 1-2, dice:

... anhelo inconsciente (última frase de la Traumdeutung ). Este soborno segundo no cierra solamente ...

A pesar de que, en el original, hay punto y aparte en lugar de punto seguido:

... anhelo inconsciente (última frase de la Traumdeutung ).

Este soborno segundo no cierra solamente ...

Sin embargo, en ciertos casos la intervención resultaba ineludible. Así ocurre con la observación 399:

En Esc1-1984:366, líneas 24-26 y en Esc2:142, líneas 21-23, dice:

... tratarlo como una palabra verdadera, deberíamos decir, si conociéramos nuestros propios términos en su valor de transferencia ...

Debería decir:

... tratarlo como una palabra verdadera, deberíamos decir, si conociéramos nuestros propios términos, en su valor de transferencia ...

No es lo mismo tratar una palabra verdadera en su valor de transferencia que tratar nuestros propios términos en su valor de transferencia... ¡Y eso puede producir una simple coma omitida!

 

(4) La minuciosidad

El lector notará que la importancia de mis observaciones es variada. Algunas le parecerán irrelevantes y, a veces, yo también lo creo: en la medida en que no parecen afectar el sentido o la doctrina; pero dejé igualmente constancia de ellas porque no quiero colocarme en juez del sentido y porque éste es un catálogo que sirve de revisión general de la edición castellana. Sólo así se justificarían observaciones como la 1236:

En Esc2-1984:900, líneas 20-22 y en Esc2:429, líneas 2-4, dice:

... lección de apertura del seminario [...] en la École Normale Supérieure sobre El objeto del psicoanálisis ...

Debería decir:

... lección de apertura del seminario [...] en la École Normale Supérieure (calle de Ulm) sobre El objeto del psicoanálisis ...

Uno puede preguntarse por qué Lacan tiene interés en señalar dónde se sitúa la E.N.S.; tal vez porque para los franceses es un lugar muy cargado de una prestigiosa historia cultural y porque decir "la rue de Ulm" es metonimia de la E.N.S.

 

Prudencia en la revisión de la revisión

Si bien este trabajo está destinado a permitir que los lectores modifiquen las versiones que poseen, esto no excluye mi reconocimiento a eso que corrijo. En el grueso de las traducciones y las ediciones en curso, hay extensos párrafos sobre los que no vi necesidad de hacer observaciones o no alcancé a dar con una solución más apropiada. Los protagonistas de la publicación de los Escritos en español enfrentaron problemas muy difíciles y hallaron soluciones muy dignas. En la lectura de la primera edición de 1971 que Lacan encargó a Juan D. Nasio, hay muestras de aspectos que fueron efectivamente cuidados en la relación con Lacan por parte del editor y el traductor. Así, en la página 819-820 de los Écrits se lee:

Cette jouissance dont le manque fait l'Autre inconsistant, est-elle donc la mienne? L'expérience prouve qu'elle m'est ordinairement interdite, et ceci non pas seulement, comme le croiraient les imbéciles, par un mauvais arrangement de la société, mais je dirais par la faute de l'Autre s'il existait: l'Autre n'existant pas, il ne me reste qu'à prendre la faute sur Je, c'est-à-dire à croire à ce à quoi l'expérience nous conduit tous, Freud en tête: au péché originel ...

En este párrafo he subrayado el vocablo "manque", traducible por "falta" en el sentido de "carencia", y el término "faute" que dice, en francés, "falta" en el sentido de "culpa". La edición ha tomado en cuenta lo que estaba en juego en el texto y eludido los riesgos del falso amigo "faute"/"falta", vertiendo de la siguiente manera (en todas las ediciones salvo en Lectura estructuralista de Freud de 1971: Escritos 1 -ediciones anteriores a 1984- página 331, Escritos 2 -edición 1984 y siguientes-, página 800):

Este goce cuya falta hace inconsistente al Otro, ¿es pues el mío? La experiencia prueba que ordinariamente me está prohibido, y esto no únicamente, como lo creerían los imbéciles, por un mal arreglo de la sociedad, sino, diría yo, por la culpa del Otro si existiese: como el Otro no existe, no me queda más remedio que tomar la culpa sobre Yo [Je], es decir creer en aquello a lo que la experiencia nos arrastra a todos, y a Freud el primero: al pecado original.

En Lectura estructuralista de Freud -1971-, p. 331, dice "carencia" por "manque" y "falta" por culpa. Esto es lo que justamente fue modificado en la edición siguiente y mantenido hasta ahora por la intervención de Juan D. Nasio indicada por Lacan. Cualquiera sea la opinión que se tenga sobre los efectos (parciales) de esa revisión, indicaba un propósito de perfeccionar la edición, es lamentable que esa actividad no continuara después ni se aplicara nunca al segundo volumen (Escritos 2). Si las revisiones y modificaciones hubiesen continuado por un trabajo entre editor, traductor/es y lectores estas líneas no hubiesen, quizá, sido necesarias.

Los conceptos y las letras

Un lector que tuvo la gentileza de realizar una observación crítica, exigente y amistosa de mi trabajo, me planteó su extrañeza de que en esta introducción no se discuta la traducción de los conceptos y de las letras. Por ejemplo, me dice: "¿Si Autre es "Otro", ¿A/ se dice, acaso, O tachado? ¿Si el petit autre es también "otro", se dice objeto pequeño? ¿Si se escribe Goce del Otro, se escribe, acaso, G(O)?, etc, etc.". Ese mismo lector reconoce que habría una explicación para tal omisión: aquí se trata exclusivamente de la traducción de los Écrits. Sin embargo, sus observaciones nos dan la ocasión de una pequeña precisión.

Con respecto a las letras: Cuando Lacan escribe "a" aquí se transcribe "a", cuando escribe "autre" se traduce "otro" (es diferente cuando dice "le petit autre" que se traduce "el pequeño otro"), "Autre" se traduce "Otro", etc. En ninguna parte de los Escritos se habla de "Jouissance de l'Autre", de , J(A/), por lo tanto, allí no hay problema de traducción del tipo G(O), si es que algo así se pudiera plantear. Lo más cercano que escribe no plantea problemas de traducción. En efecto, en Escritos, pág. 800: "Ese goce cuya falta hace al Otro inconsistente [ fait l'Autre inconsistant], ¿es pues el mío? [...] ordinariamente me está prohibido [...] por la culpa del Otro si existiese: como el Otro no existe [ par la faute de l'Autre s'il existait: l'Autre n'existant pas] ... etc." Como vemos, aquí no hay ningún problema de traducción. Estamos lejos, en los Escritos, de lo que Lacan presenta en su conferencia "La troisième" o en el seminario "Le sinthome" que si bien son "hablados", en ellos hay también escrituras. En efecto, Lacan escribe en la pizarra, J(A/), en una playa del nudo borromeo.

De todos modos, estimo que hay que diferenciar: 1) el uso y la invención que Lacan hace de lo que se llama su álgebra, y en ella las letras no se traducen, de 2) el comentario que se puede hacer sobre el asunto. Otra cuestión sería discutir si el álgebra lacaniana es álgebra y también si es lacaniana... Pero eso no es traducción, eso es, otra vez, comentario.

Tomemos la expresión "¿Si Autre es Otro, se dice O barré?". Todo está en ese "¿se dice?": "se escribe" una letra dibujada, A con una diagonal, una barra que la atraviesa. "Se dice": "Otro tachado", que es del orden del discurso hablado, el escrito es dibujar una letra A y dibujarle una tachadura, si uno habla de lo que hizo, dirá que es una letra A con una tachadura, y dirá también que eso se lee: "Otro tachado". Entonces, volviendo al ejemplo: J(A/) no se "traduce" al español como G(A/) sino que se transcribe en español como J(A/), que se lee: "Goce del Otro tachado".

Eso es así, en lo referente a las letras (par más, véase observación 1070), en cuanto a la traducción de los conceptos, que se intrincan con las letras, el criterio es el mismo. En todo el texto publicado hay errores en los que el "concepto" de jouissance es traducido en español frecuentemente por "gozo" [joie] como lo señalan mis observaciones. Por lo demás, Autre, autre es, en español, "Otro, otro"... A, a es, en español, "A, a"... Jouissance de l'Autre se traduciría por goce del Otro, tachado si dijera "tachado" en el escrito (pero sólo si así está escrito). Volviendo a las letras tachadas, no se traducen, se transcriben; el problema se plantea en cómo hay que leerlos, en voz alta.

NOTAS

1 Los escritos de Lacan incluyen la edición de los Écrits de 1966 y otros textos anteriores y posteriores a esa fecha que no fueron incluidos en ese volumen. Aquí nos ocupamos exclusivamente de los Escritos, y no de todos sus escritos.

2 Jean Allouch, Hola ¿Lacan? Claro que no, México, EPEELE, 1998.

3 En Esc2-1984:846, dos últimas líneas y 847, líneas 1-2 y Esc1:352, líneas 35-38, modificadas según mi observación número 1154, en este volumen.

4 "En la sesión de su seminario del 13 de abril de 1976 [Le sinthome] Lacan dice: "... yo anhelaría, porque tengo una ocasión —es el día de mi cumpleaños—, anhelaría poder verificar si sé lo que digo. A pesar de todo, decir apunta a ser oído. Yo querría verificar, en suma, si no me contento con hablar para mí, como todo el mundo lo hace, por supuesto. Si el inconsciente tiene un sentido, es efectivamente eso. Digo: —si el inconsciente tiene un sentido—. Preferiría, entonces, que hoy alguien —no pido maravillas, no demando en absoluto que salte la chispa—, me gustaría que alguien escriba algo que, en suma, justificaría este esfuerzo que hago desde hace alrededor de veintidós años, un poco más... La única manera de justificarlo, sería que alguien invente algo que pueda, a mí, servirme. Estoy persuadido de que es posible." Transcripción, traducción y subrayados míos. Versiones confrontadas: Chollet (pág. 1), Taillandier (pág. 1), Miller (Ornicar?, n¡10, Paris, Lyse, julio 1977, pág. 5).

5 Angel de Frutos Salvador, Los Escritos de Jacques Lacan. Variantes textuales, Madrid, Siglo XXI, 1994.

6 Jorge Baños Orellana, El escritorio de Lacan, Buenos Aires, Oficio analítico, 1999.

7 De esta experiencia queda el testimonio de a) stécriture (transcripción crítica del seminario Le transfert dans sa disparité subjective, sa prétendue situation, ses excursions techniques... (cuya circulación fue prohibida judicialmente); y b) e.l.p., Le transfert dans tous ses errata, París, EPEL, 1991.

8 Esas informaciones podrán ser dirigidas al responsable de estas líneas (e-mail: pasternacman@laneta.apc.org) o a la editorial (http://members.tripod.com/analitico).

9 Marcelo Pasternac, "Lacan 'corregido y aumentado' en español", Boletín de Cártels (México), 16-17, agosto de 1988, pp. 50-55.

10 Marcelo Pasternac, "Lacan 'corrigé et augmenté' en espagnol", Littoral (Toulouse) 27/28, Abril de 1989, pp. 173-176.

11 La traducción de Lettre put lettre de Jean Allouch (Letra por letra, Buenos Aires, EDELP, 1993), obligó a diferenciar claramente "el escrito", como material de texto que es leído con aquél. Véase el ejemplo de la lectura por parte de Lacan, en el seminario El deseo y su interpretación (1958/1959), de lo escrito en el Hamlet de Shakespeare con el escrito que acababa de producir del grafo (o grama) lacaniano (que aparece en los Escritos , México, Siglo XXI, 1984, p. 797ñ, en el artículo "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano").

12 Jean Allouch, En estos tiempos - Carta abierta a Clément Rosset a propósito de sus notas sobre Louis Althusser, México, EPEELE, 1993, p. 33.

13 Hay, por otra parte, fragmentos de la edición donde el traductor ha optado él también por este respeto por la literalidad, aún a expensas de elegancia o a riesgo de la infrecuencia del término utilizado. Así en Esc.2-1984:811, líneas 19-20 y Esc2:368, líneas 14-15, dice: "la psicología no sólo abastece las vías sino que se muestra deferente a los votos del estudio del mercado", donde podría haber preferido, más literariamente, "se muestra respetuoso de". Pero Lacan hizo la misma opción en francés en ese sitio [É:832, líneas 14-15] escribiendo: "la psychologie defère aux cowux", y no "respecte les voeux"

14 Marcelo Pasternac, "La traducción: una consistencia en el ternario del pasaje de lenguas", Artefacto (México) 3, noviembre de 1992, págs. 41-70.

15 Como en aquella situación cómica del film Bananas (Woody Allen, 1971) en la que un intérprete "traduce" del inglés al inglés entre dos anglófonos con tonalidad diferente [—Did you have a good flight?; —(intérprete) Eh iu jaf a guflai?; —Yes, I did!; (Intérprete) —Yes, aidíd!, etc.]

16 Marcelo Pasternac, "Puntuación y ins(des)titución", in VVAA, Puntuación y estilo en psicoanálisis, México, Sitesa, 1989, págs. 109-137.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 11 - Julio 2000
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