Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Freud con Schreber
("Las memorias de un enfermo nervioso". Escribir la locura)
Christian Ingo Lenz Dunker

SCHREBER, PERCEVAL, WOLFSON.

De nuestro título, "Escribir la locura", obliga a tener presente este ternario de escritores. Schreber, un clásico del psicoanálisis, no por la lectura de las "Memorias...", sino por el Schreber freudiano. Luis Gusman hizo una valiosa lectura del poco conocido J. Perceval (9). Perceval escribió "La locura de un gentleman (Autorretrato de un psicótico en Inglaterra de 1830 a 1832) Estos textos nos obliga a tener en cuenta las complejas intersecciones y diferencias de estos escritos con los de L. Wolfson. E. del Campo se ocupa de estos en otro trabajo. (2)

FREUD Y LAS "MEMORIAS..."

Freud tituló, su lectura de las "Memorias de un enfermo nervioso" de Daniel Paul Schereber, como "Observaciones psicoanalíticas sobre una caso de demencia paranoide, autobiográficamente descrito". Freud fundamenta este título en la "Introducción": "Puesto que a los paranoicos no se los puede compeler a que venzan sus resistencias interiores y dicen sólo lo que quieren decir, en el caso de esta afección es lícito tomar el informe escrito o el historial clínico impreso como un sustituto del conocimiento personal. Por eso no me parece improcedente hilar unas interpretaciones analíticas a partir del historial clínico de un paranoico (demencia paranoide) a quien yo no he visto personalmente pero que ha descrito él mismo su caso y ha dado noticia pública de él librándolo a la estampa" (5.11) Para Freud no hay clínica psicoanalítica posible en la psicosis, no se produce el dispositivo de la cura. Si para Freud hay un ‘muro’ en la palabra del psicótico ¿qué hace posible "hilar unas interpretaciones psicoanalíticas" a partir de un texto escrito? Un texto que no se diferencia de un historial clínico psiquiátrico, con la particularidad que "él mismo" ha descrito su caso. ¿Por qué razón es un "sustituto del conocimiento personal" el informe escrito, escrito "por él mismo"?. Freud, parte de estas premisas, para fundar una nueva verdad psicoanalítica.

La verdadera innovación se produce en el desarrollo del texto freudiano, que culminará con la nominación del "historial clínico de Schereber". Lo entredicho en la cita anterior devela una paradoja, Freud ha descubierto la singularidad y la autonomía del texto escrito respecto a la palabra; reaparece el fundamento freudiano del pensar onírico como escritura. ¡Cómo no volver a Freud!, creador de una nueva discursividad, la escritura misma ha cobrado un nuevo estatuto teórico desde el psicoanálisis. La escritura, matriz de la estructura del lenguaje, es lo que devela de un modo inédito las Memorias de Schereber. A punto tal que la lectura de Freud de las Memorias produce un cambio en el género discursivo, el que ahora nomina el "historial clínico de Schreber." Cobra primacía el pensamiento mitológico. ¿Cuál es el enigma, el poder de "escribir la locura", en la escritura de las Memorias? Es lo que intentaremos responder. Al final de su texto Freud escribe: "No temo a la crítica ni me horroriza la autocrítica, tampoco tengo motivo alguno para evitar una semejanza que acaso perjudique nuestra teoría de la libido en el juicio de muchos lectores. Los ‘Rayos de Dios’ de Schereber(...) haces nerviosos y espermatozoides no son sino investiduras libidinales (...) queda para el futuro decidir si la teoría contiene más delirio del que yo quisiera, o el delirio, más verdad de los que otros hayan creíbles". (5.72) En otras palabras, Freud entre el mito y el logos. Ya no se trata de la sombra negra de la sexualidad de las histéricas, otros son los demonios despertados por Freud, son: "Las fantasías delirantes [ Wahndichtug, también ‘invenciones’ o creaciones poéticas] de los paranoicos" (4.141), que son en un todo análogas a las fantasías de los perversos y las histéricas. Las Memorias aseveran esta versión, son a nuestro entender, la singularidad de un discurso literario, el que nominamos: "Escribir la locura". Es el litoral, el borde de intersección de la ficción delirante (la Whandichtung freudiana) con el discurso ficcional literario. Discurso "que está explícitamente indicado que las frases formuladas describen una ficción y no un referente real. De este tipo de discurso, la literatura es la parte mejor estudiada (...) El problema de su ‘verdad. no tiene sentido"(3.301) La ‘verdad’ del cuerpo de las Memorias se escriben en otra temporalidad, no en los tiempos del realismo empirista del discurso psiquiátrico.

Por ello Ramón Alcalde sostiene que los trabajos psicoanalíticos de Macalpin y Hunter, Lacan, Beumayer, Katan y Niederland, "adolecen de una limitación metodológica solo explicable por buscar en la personalidad y relación real de Schreber con su padre durante la infancia los contenidos que aparecerían luego apenas elaborados en su delirio (...) Al texto de Sade se lo escucha: se lo conjuga cum Kant y se lo encara con una perspectiva filológica, como texto literario."(1.25) Freud, por el contrario, no esto no le ajeno en la lectura de las Memorias, descubre una nueva versión de la ‘Whandichtung’. Lo encontramos en el "Apéndice" de 1912, allí culmina, abandona el ‘casoschereber’, comienza una nueva discursividad: "Del historial clínico de Schereber (...) cualquier lector instruido en el psicoanálisis ha de extraer del material comunicado más de lo que yo declaro de una manera expresa (...) permite colegir cuanto se puede extraer todavía de la riqueza simbólica de las fantasías e ideas delirantes de este espiritual paranoico (...) me ha permitido apreciar mejor una de sus afirmaciones delirantes y discernirlas como pertenecientes al reino de lo mitológico (...) La particular relación del enfermo con el Sol, que no pude menos que decláralo un ‘símbolo paterno’ sublimado"(5.74) Freud hace acá su primera mención del mito totémico, abre las puertas a "Tótem Y Tabú", el mito del padre primitivo de la horda encuentra sus raíces en las Memorias, en la mitología delirante schreberiana. Época que Abraham lee su trabajo original sobre Akhenaton, el Faraón egipcio parricida, creador del monoteísmo. Las vicisitudes de estos entrecruzamientos exceden al trabajo.

SCHREBERIANAS’ DE RAMÓN ALCALDE.

PRODUCCIÓN DEL TEXTO: "ESCRIBIR LA LOCURA"

"La redacción de las Memorias, que Schereber emprende en febrero de 1900, casi seis años después de su internación, va precedida de un trabajo de escribir (...) al principio los esbozos consistían sólo en transcripciones inconexas de pensamientos o máximas aisladas. Posteriormente comienza a llevar un diario ordenado" (1.26) Es el trabajo de escritura realizado durante seis años, el ante pórtico del acto de escritura que lo sitúa en la literatura. Como Jurista, "la práctica de escribir precede a la enfermedad, inclusive lo preexiste a él mismo, en su padre y en sus antepasados, y es el fundamento material de su subsistencia" (1.27) De aquí a la original conjetura de Alcalde: "La misma enfermedad corta en dos la temporalidad de su vida y lo recorta de su pertenencia cívica, genera en él una práctica nueva de escritura (...) Por el mismo acto, al abandonar el discurso jurídico y optar por un género literario (...) se autoinstala en la literatura"(1.29) No hay que olvidarlo como lector luterano de la Biblia, como de clásicos de la literatura Alemana e Inglesa. Para Alcalde "el acceso a la Erdichtung, a la poetización"(1.28) tiene dos acontecimientos previos, la fisura en Schreberg, producto de su teogonía y cosmogonía, y la inseparable relación con Dios.

"Discrepo con Manoni: Schereber es escritor. Para que ello sucediera, tuvo primero que ser recluido, segregado de su público sociológico habitual; aislado dentro de un recinto amurallado, privado de la voz o del uso vocal de su boca por la incapacidad sancionada contra él (Ver-öffntkichung) La misma enfermedad que corta en dos la temporalidad de su vida y lo recorta de su pertenencia cívica, genera en él una práctica nueva de escritura que, al culminar su publicación (Ver-öffentlichung) de su texto (pudo quedar inédito) lo instala frente a un público distinto y para actuar sobre él de otra manera(...) Por el mismo acto, al abandonar formalmente el discurso jurídico y optar por un género literario (...) se autoinstala en la literatura.(1.29) Para Alcalde el acceso a la poetización es el efecto de una compleja ‘fisura’, actúan como causa: la mitología de las Memorias, la enfermedad misma y su reclusión asilar. La compleja singularidad del acto schreberiano, según Alcalde, intentaremos articularla con la enseñanza de Lacan, sin olvidar a Freud, las consecuencias de su aseveración 1938: "El punto de vista que postula en todas las psicosis una escisión del yo."(7.204)

LACAN, LA ALIENACIÓN Y EL SUJETO.

Lacan en el Seminario XIII hace una relectura del ‘Comentario de Hyppolite’ y la ‘Respuesta....’, 1954, sobre la ‘Vernainung freudiana’. Lacan: "Ese texto de Freud nos ofrece un luminoso ejemplo de esto al confirmar nuestra tesis del carácter transpsicológico del campo del psicoanálisis, como el señor Jean Hyppolite acaba de decirlo a ustedes"(14.142) Hyppolite: "nos muestra precisamente esa especie de génesis cuyo vestigio, en el momento de concluir, nos designa Freud en el negativismo que caracteriza a ciertos psicóticos (...) El proceso que lleva a ello, que se ha traducido por rechazo, sin que Freud use aquí el término Verwerfung, es acentuado más fuertemente aún, puesto que él pone aquí Ausstossung que significa expulsión (...) ‘Voy a decir lo que no soy; cuidado, es exactamente lo que soy’. Así es como Freud introduce la función de la denegación (...) emplea la palabra Aufhebung (...) presentar al propio ser bajo el modo de no serlo (...) El que habla dice: ‘Esto es lo que no soy’(11.395) ¿Qué es el carácter transpsicológico de la experiencia psicoanalítica? Se trata del estatuto teórico del sujeto en la enseñanza de Lacan, recorre toda su obra; partimos de 1954. Hay un tiempo presubjetivo constituyente del sujeto, es la función estructurante de la expulsión, la forclusión, la Aufhebung freudiana, que produce el propio ser del sujeto en el modo de no serlo. El ser del sujeto no es la identidad aristotélica, es otra lógica, en la no identidad consigo mismo, no predica ningún atributo ni cualidad del sujeto, no es el juicio de atribución, es equivalente al juicio de existencia freudiano. Es el acta-acto de fundación del sujeto. En Seminarios posteriores, a este ser, Lacan lo escribe ‘a’. En la "Lógica del fantasma" es el recorrido de la pulsión es la repetición del acto de vaciamiento de todo atributo, produce ‘el pienso’, acéfalo de sujeto. Lo escribe ‘no pienso-no soy’. Son las conjeturas necesarias para pensar el momento, la anterioridad el acto que produce el sujeto en la escritura de las Memorias, enigmática salida del estado de estupor catatónico. Se vincula a la pregunta: ¿Cuál es la matriz común con el negativismo de algunas psicosis? El sujeto, para Lacan, es un hecho de lenguaje, es la paradoja de estar ‘amarrado’ como ‘desamarrado’ del lenguaje. Está amarrado, cuando un dicho lo representa ante otro dicho. El sujeto es "barré", está barrado, es más que dividido, está impedido, hay un obstáculo, el sujeto no es ninguno de los dichos, está entre ellos, está entredicho. No hay identidad, aparece y desaparece en la trama del discurso donde es un efecto de significación Si es el juicio de atribución el que responde al ser del sujeto, es al sujeto como respuesta de lo real. Es la paradoja del sujeto, el ser del sujeto está más allá del inconsciente, está en el Ello pulsional. Por ello de lo que se predica del sujeto, de su nombre propio, de Schreber, siempre hay algo que resta, un imposible por decir. Por ello buscará en el Ideal las vestimentas que le dé identidad. Lo crucial es el lugar donde el sujeto está ‘desamarrado’ de lo simbólico, Es allí Schreber en su estupor catatónico. ¿Cómo logró con la escritura ser de otro modo, de estar entre los dichos de su escrito, estar incluido-excluido en el lenguaje.? "La estructura es que el sujeto sea un hecho de lenguaje (...) atribuido a la función de la palabra, se distingue por introducir un modo de ser que es su propia energía, entendida en el sentido aristotélico del término energía, este modo es el acto donde él calla. Sileo no es taceo"(16.205) El sujeto es el lugar del silencio, taceo, pero lo imposible de decir, es sileo. El propio ser del sujeto se hace saber en el punto de angustia, el extrañamiento, lo Unheimlich freudiano se articula con el acto de alienación lacaniana.

 

LA ‘FISURA’ SCHREBERIANA.

"En ese agujero constitutivo de lo simbólico ubica, no aquello que puede obturar la falta, sino lo que la nombra para sostener y dar cuenta de su estructura de hiancia" (8.49) Shereber en el comienzo del capítulo II: "En esta ‘construcción maravillosa’ se ha producido en época reciente una fisura que está ligada muy estrechamente con mi destino personal. Sus conexiones profundas me es, en verdad, imposible exponerlas de modo plenamente comprensible para el entendimiento humano. Son acontecimientos oscuros, cuyo velo solo puedo levantar en parte sobre la base de mis experiencias vividas personales, en tanto que lo restante solo puedo remitirme a vislumbres y conjeturas"(21 29) Lo ‘imposible de exponer’, de él como sujeto, es ‘sileo’, "es el acto donde él calla, la verdad es imposible". Es lo que Lacan designa como alienación’, el momento del acto de la constitución del sujeto en la eliminación del Otro como universo de discurso. Schreber afirma lo que él no es en la redacción de las Memorias. Pero estas son "en los acontecimientos oscuros", es el ‘acto donde él calla’.El Sileo hace posible ‘escribir la locura’. Si hay una ‘fisura’ en Dios, él se constituye allí como sujeto, en el lugar ‘vacío’ de las Memorias escribiendo de su Dios. Es su testimonio: no hay lugar de un saber absoluto. "De todos modos, Dios no era ni es un ser de esa absoluta perfección que le asigna la mayor parte de las religiones (...) Ya antes se mencionó que Dios veía a los hombres vivientes sólo desde fuera"(21 35)Es el acto de alienación lacaniana, el que suprime toda identificación como captura del sujeto enajenado-alienado en el Otro. En Schreber se trata del momento que, como sujeto, está ‘coagulado’ a su síntoma, él es la confusión estuporosa, es pura ‘cosa’. Equivale al pasaje al acto, el sujeto es idéntico al residuo, es un muerto, una prostituta. Esta construcción maravillosa’, por lo contrario, es la construcción de una "proporción" en la escritura de Las Memorias que van ocupando el lugar de los acontecimientos oscuros.

LA REPLICA A KRAEPELIN.

No en vano titula su texto "Memorias de un enfermo nervioso", ‘un enfermo nervioso’ no solo es una réplica al discurso psiquiátrico de Kraepelin, o quizá una burla, destituye sus fundamentos del ‘alienado, enfermo paranoico’. Lo refuta en las Memorias como escritor, como literato, contradice lo que Kraepelin afirma respecto a: "la incapacidad del enfermo para la rectificación (...) la debilidad del juicio como un fenómeno concomitante sin excepción de los delirios". Schereber replica: "Difícilmente se podrá descubrir en mí si se toma en cuenta todo el contenido del presente trabajo"(21 75) Va aún más lejos: "Si la psiquiatría quiere negar indiscriminadamente todo lo sobrenatural y de esa manera pasarse con armas y bagajes al campo del materialismo desnudo"(21.76) Lo sobrenatural’ implica tanto la verdad de la ficción literaria, como la verdad de la ficción delirante. Es ‘lo sobrenatural’ que, "de manera especial me he ocupado, movido por la compulsión a pensar, de cuestiones etimológicas (...) Me ha llevado a pensar en la esencia de las cosas"(21.188)Ramón Alcalde: "Pero, etimológicamente, Ethümo-logia es la búsqueda del origen verdadero, en primer lugar,- como lo dicen las musas de Hesíodo (Teogonía,27)-del mundo, de los dioses de los hombres; luego de las palabras, en cuanto nombres originarios de las cosas"(1.45) El pensamiento mitológico es dominante en la ‘etimología schreberiana’ de las Memorias. Hace realidad su esencia mítica como sujeto, su origen verdadero es el incesto.

SCHREBER DE LACAN.

Hasta acá hay puntos de encuentro entre Schreber, Alcalde, Freud y Lacan. Como hay desencuentros de Alcalde con Freud y Lacan. Alcalde afirma que, "la enfermedad nerviosa, que pudo haber quedado en "historial clínico", pero que ficcionalmente narrada, pasa a ser fábula, argumentum, müthos, trama o intriga, con una estructura que aún el que quisiera tomarla como síntoma tiene que comenzar a reconocer e interpretar como tal: la forma es contenido."(1.29) La solidez de la conjetura de Alcalde radica en la singularidad del acto creativo de Schreber, la ficción narrativa pudo haber quedado como el síntoma del ‘historial clínico’, pasó al estilo literario. Lacan, por el contrario afirma: "Hay poesía cada vez que un escrito nos introduce en un mundo diferente al nuestro (...) La poesía es creación de un sujeto que asume un nuevo orden de relación simbólica con el mundo. No hay nada parecido en las Memorias. (...) Es sin duda escritor más no poeta. Schereber no nos introduce a una nueva dimensión de la experiencia"(15.114) Es la enseñanza de Lacan la que nos permite desentrañar los enigmas del camino que hemos tomado.Lo subrayado destaca la oposición no solo de nuestras conjeturas, las que Luis Gusman fundamenta su lectura de J.Perceval,"La locura de un gentleman", "El subtítulo de la versión en español "Autorrelato de un psicótico en Inglaterra de 1830 a 1832" nos parece justo para indicar el grado de anterioridad en cuanto a su publicación, y en el orden de lo que podríamos llamar un género, que incluye memorias o relatos autobiográficos que dan cuenta de una experiencia vivida en relación a la locura."(9.17) El subrayado mío tiene el propósito de establecer las diferencias entre la temporalidad de "la experiencia vivida en relación a la locura" y el título de la primer parte de su libro: "Relato de su experiencia vivida en el asilo", es el ‘relato’ de la ‘experiencia vivida’, la verdad del género ficcional delirante, la creación del escrito. Si al título de J. Perelman de su escrito hacemos el agregado "Escribir’-La locura de un gentleman", articula nuestra conjetura ‘escribir la locura’, el género ficcional de las Memorias.

LAS MEMORIAS....’COSAS DIGNAS DE RECUERDO’

La elección del género literario. La dispositio", es el subtítulo del texto de Alcalde. La ‘dispositio’ es el ‘montaje’, es lo que Schereber selecciona a partir de su obra terminada. Momento esencial de la retórica luego de la ‘inventio’. Nos ocuparemos más adelante del acto crucial del ‘montaje’ de la "Carta Abierta". "Al decidir la disposición Schreber tuvo que decidir el género, o la variante dentro del género, histórico testimonial (...) Pudo haber escrito una Selbstbeschreibung (Autobiografía ) (...) Pero eligió Denkwurdigkeiten, germanización que coexiste con Memorabilien (...) Para escribir ‘cosas dignas de recuerdo’ (denkwurding ) estaba sobredeterminado (...) Las memorabilia tienen entre sus análogos la ventaja de una menor rigidez del eje diacrónico pasado presente sin que por ello se descentre el eje protagonista de la narración-relato, y permite la convivencia con el autorrelato de disquisiciones no disgresivas" (1.35) Es lo que le permitió imbricar varios discursos sin excesiva incongruencia, el biográfico, el científico-ideológico, el psiquiátrico, el jurídico, el teológico teosófico y el del delirio. Este último es un género discursivo, no un diagnóstico psicopatológico; la lectura ignorada de las Memorias. Es inédito lo que asevera Alcalde: "Respecto a este último no hay que perder de vista nunca, por obvio que sea, que Schreber no delira lo que escribe, sino que escribe sobre lo que delira o deliró"(1.35) Es a partir del acto de la escritura de las "Memorias"que se produce el pasaje de las voces delirantes a la ficción delirante, está regida por la lógica del género mitológico. Es a partir de una unidad primordial que surgen las parejas de opuestos. "La ambigüedad de términos como phúyein y génesis, que significan a la vez engendrar y producir, nacimiento y origen. Mientras se confundían estos diferentes sentidos, se podía expresar el devenir en términos de unión sexual, dar razón de un fenómeno nombrando a su padre y a su madre, estableciendo su árbol genealógico"(22 118 Schreber, en ‘su cuerpo sobrenatural’ repite la ficción delirante de su engendramiento la unión de su padre y su madre.

LAS MEMORIAS, ‘UN PENSAMIENTO QUE SE ME OCURRIÓ...’

Ramón Alcalde no advirtió el giro de Freud, considera al texto freudiano como "El historial de una enfermedad ( Freud, específicamente la califica de Krankheitsgeschiche) relatada por el protagonista y diagnosticada por su clínico"(1.24) Freud, al final de este texto como en otros posteriores, está persuadido de la función del género mitológico en el pensamiento psicoanalítico, convicción que lo llevó a la ficción mitológica de ‘los Moisés’, en "Moisés y el monoteísmo". ¿De qué modo Freud advirtió que el ‘despertar’ de las "Memorias" surge de la confusión estuporosa; "Puedo decirlo con certeza , la época más terrible de mi vida. Y sin embargo esta época también la época santificada de mi vida, en la que mi alma, por completo arrebatada por cosas sobrenaturales que me invadían de manera masiva, fue colmada de las ideas más sublimes acerca de Dios y del orden cósmico"(21 74)La psicosis para Freud comienza con "un sepultamiento [fin] del mundo"(5.63) ¿Cómo se manifiesta? "Se cumple mudo; no recibimos noticia de él, nos vemos precisados a inferirlo de los procesos subsiguientes. Lo que se nos hace notar ruidoso es el proceso de restablecimiento (...) lo cancelado dentro retorna desde fuera."(5.66) Esta será la palanca de Arquímedes que Lacan retomará una y otra vez, la función de lo real en la experiencia. Freud: "Lo que nosotros consideramos la producción patológica, la formación delirante, es, en realidad, el intento de restablecimiento, la reconstrucción"(5.65)

La odisea schereberiana, sumergido en el infierno del mutismo del estupor, emerge en las Memorias, la respuesta a esta vivencia caótica es la época santificada, Un dios soberano y un orden cósmico, teogonías y cosmogonías son sus ideas más sublimes, son las ‘ocurrencias’ mitológicas: "que el propio Dios pudiera ser el consabidor sino el instigador, del plan dirigido al almicidio que se había de perpetrar contra mí y de la entrega de mi cuerpo como una prostituta femenina, es un pensamiento que se me ocurrió solo mucho tiempo después y en parte, debo decirlo, se me hizo claramente consciente solo durante la redacción de este trabajo" (21 59) Destaca la originalidad "del pensamiento-ocurrencia", efecto del acto, que al producir un nuevo sujeto, ‘instala a Schreber en la literatura’. La ficción delirante schreberiana en su momento inaugural, el arte de "escribir la locura" en la escritura de las Memorias. Es lo contrario de la alucinación auditiva, la de "¡Marrana!", la paciente que cita Lacan en el Seminario III. "Aparece así que el yo (je) como sujeto de la frase en estilo directo, quedaba en suspenso, conforme a su función de shifter en lingüística"(13.221) Schereber escribe: "un pensamiento que se me ocurrió solo mucho tiempo después", la función del yo (je) pronombre personal de la primera persona, es la que enuncia, para desaparecer en la predicación. Es el "me", función de shifter lo que está ausente en la alucinación "Marrana", no se sabe quien la dice, si ella o sus interlocutores. Por ello Ramón Alcalde diferencia la omnipotencia del Dios schereberiano sobre su cuerpo, o cuando le habla a sus nervios, o le hablan sus nervios. "Esto sucede solo cuando Schereber habla, mejor dicho, cuando no escribe. Mientras que, y en tanto que, escribe, suprime (aufhebt) la omnipotencia de Dios"(1.31) Cuando Schreber comienza a escribir sus manuscritos, su escritura es solo lo que escribe, el destinatario es él mismo, el acto que lo excluye en lo que escribe. "No hay sujeto absoluto al margen de los predicados, por lo tanto, el sujeto no es sino lo que de él se predica, entonces, el sujeto no es."(21 140) por ello que hacemos el comienzo con el subtítulo "se me ocurrió mucho tiempo después", la necesaria aparición del yo del enunciado, su función de shifter del sujeto en la enunciación.

SE ME OCURRIÓ MUCHO TIEMPO DESPUÉS.

Schereber afirma, no solo ‘que se le ocurrió’ durante la reacción del trabajo, sino: "se me ocurrió mucho tiempo después", difiere del tiempo mítico, donde todo comenzó un día y se repite. La temporalidad del "tiempo después" escinde la linealidad cronológica mítica, no hay anterioridad a lo pensado, el tiempo anterior a lo pensado: "se me ocurrió-mucho tiempo después", es el efecto del vacío, el punto cero es silencio productivo. Sileo que pone en marcha "la redacción del trabajo", repetición de una anterioridad vacía en la repetición del tiempo ‘después’. La paradoja del presente, escindido entre un futuro anterior: ‘será sido’, y un presente que no es, sino ‘siendo sido’, no deja de sorprender en el escrito schreberiano. El ‘logos’, la lógica del "tiempo después schereberiano", es el acto de alienación schereberiano, la alienación del acto de la escritura literaria hace callar las voces del Otro que lo hablan. "Hay en Freud, pues de él hay que partir, son dos modelos , dos reservas metafóricas diferentes y hasta incompatibles, de la temporalidad. Uno formal y explícito, el otro, solo se presenta a propósito de un término, Nachtraglich, que tendrá no obstante, las más vastas resonancias"(18 11)La relación temporal es asimétrica, "ningún instante es antecesor de otro"(18 11)Nachtraglich es la temporalidad freudiana enigmática; no la teoriza. Lacan la retoma como lo opuesto a la retroacción. "Si algo muestra el texto de Freud es que el sujeto no solo llega después, el antes que alguna vez fue, sino que lo hace mal y tarde (...) es la dimensión más inquietante del retardo"(17.15) Siempre el sujeto estará a destiempo, "en ningún momento está presente, presente ante sí"(18 16)El sujeto es al desaparecer el yo en acto mismo de la predicación. Solo quedan sus huellas en los trazos del acto de escritura. Schereber en la escritura, va tras su propia esencia de sujeto en las Memorias. Llegará siempre a destiempo, cuando llega, siempre es otro, por ello la proliferación de "los sujetos schereberianos". Schereber: "A partir del lenguaje humano usual existe un lenguaje de los nervios, del cual el hombre sano por lo general no tiene conciencia (...) las palabras en cuestión se pronuncian en silencio"(21 49) Quedan las resonancias de su dicho.

EL ALMICIDIO, LA COMPULSIÓN A PENSAR.

¿Qué es el ‘almicidio’? "La idea de que es posible de alguna manera apoderarse del alma de otra persona (...) está ampliamente difundida en leyendas y en la poesía de todos los pueblos. Por vía del ejemplo me limitaré a recordar el Fausto de Gohete, el Manfredo de Lord Bayron el Cazador Furtivo de Weber. Pero comúnmente se asigna aquí un papel principal al Diablo (...) debe relegarse al reino de la fábula"(21 29)Schereber concluye que la amplia difusión del mito y leyenda, afirma los motivos para "del fundamento objetivo su experiencia de lo ‘sobrenatural"(9.18) En la intersección del mito con la ficción delirante, se produce, lo que llamamos: ‘escribir la locura’. Narra la epopeya acontecida en marzo de 1984: su vinculación con la ‘unidad’ de un Dios soberano originario, y la crisis en el reino de Dios, la separación en dualidades contrarias, organizan su cosmos "fue el hecho de que alguien perpetró un almicidio"(21 30)Son las teogonías y cosmologías schereberianas de inspiración en la mitología bíblica. Pero el ‘almicidio’ como la ‘EMASCULACIÓN’ es un pensamiento "que se le ocurrió".

En el género épico el ‘héroe’ narra sus hazañas y sus victorias contra las fuerzas del mal. En la lectura de las Memorias se debe desentrañar sus ‘lógicas’. "El mito no se define únicamente por su polisemia (...) El mito pone, pues, en juego una forma lógica que podríamos llamar, en contraste con la lógica de la no contradicción de los filósofos, una lógica de lo ambiguo, de lo equívoco, de la polaridad"(22.220) No es la lógica binaria, es la lógica mitológica que hace la matriz de la ficción delirante en las "Memorias", que es, como sostiene Alcalde: "un género discursivo y no un diagnóstico psicopatológico"(1.35) Schreber: "De manera especial me he ocupado , movido por la compulsión a pensar, de cuestiones etimológicas, que ya antes, en la época que estaba sano habían atraído mi atención"(21 188)Alcalde: Pero etimológicamente, ethümo-logia es la búsqueda del origen verdadero.....(1.45) Su preocupación etimológica’, al escribir, está "movido por la compulsión a pensar", escribir es el acto de: "reflexionar sobre la causa (...) de las conjunciones que expresan la relación causal (...) ‘por qué solo’, ‘por la razón de qué’, ‘por la razón de que yo’ (...) la pregunta por una causa especial tiene que ser sentida como inepta"(20.188) De la cita de Alcalde a la de Schreber; la pregunta por la causa, despierta nuestro interés, la ‘compulsión a pensar’ es la paradoja del mito al logos. ‘La causa como inepta’, como vacía, no hay un dios que responda por ella. Es lo imposible de decir. En las Memorias hay un lugar donde las Voces no responden, no responden por la causa del nombre propio. Schereber se hace esta pregunta: "¿Porqué? ¿Qué pregunta tan tonta, la pregunta de por qué el hombre es el señor Schneider o se llama señor Schneider"(21 189) Hay un silencio, no tiene contestación, la causa de la pura diferencia entre Schneider - Schneider está ‘entre ellos’, el ser del sujeto ‘desamarrado "A cada pausa de mi actividad de pensamiento (al iniciar el así el llamado pensar sin pensar en nada)"(21 151)

Schereber no se refiere a interceptaciones, sino al sujeto, que es "sin pensar en nada", su dicho anterior: "las palabras en cuestión se pronuncian en silencio". Al querer nombrarlo lo dice otra nombre, sin nombrar al sujeto. Es la causa de encontrar en su nombre: Daniel Paul, la identidad absoluta. La ‘compulsión a pensar’ encierra la búsqueda del ‘Uno’ mítico, la unidad originaria del origen de su ser; tropieza con lo ‘Unario’, repitiendo la oposición de la pura diferencia. Es la paradoja estructural del lenguaje, ‘huella’ que va marcando el estilo de su escrito. "Ya desde el comienzo, imperó el sistema de no hablar con frases completas"(21 177)‘Ahora yo....’ ‘Yo me...’, es lo que interrumpe, el impedimento a encontrar su unidad mítica. Las Memorias escriben la estructura, matriz del pensamiento, lo hace en la frase interrumpida; pero, lo imposible de decir, es posible ‘escribirlo’. "La observación del presidente Schreber muestra en forma amplificada cosas microscópicas (...) previo a toda simbolización - esa anterioridad es lógica no cronológica - hay una etapa, lo demuestran las psicosis, donde parte de la simbolización no se lleve a cabo. Esta parte precede a toda la dialéctica neurótica (...) o sea, no reprimido, sino rechazado."(15.118)

LA EMASCULACION, FORCLUSION DEL FALO.-

El coito es acto sexual, no es la cópula macho hembra. Es acto sexual como repetición significante, el encuentro es fallido como encuentro con la unificación incestuosa. Es encuentro fallido en la repetición del acto que hace entrar en escena la verdad fálica, la castración. La paradoja del acto sexual lacaniano retoma los fundamentos del psicoanálisis. Lacan: "El acto sexual se presenta como un significante, como un significante que repite algo, por que es la primera cosa que el psicoanálisis ha introducido. ¿El repite qué? ¡Pero la escena edípica! Es curioso que sea necesario recordar estas cosas que hacen el alma misma de esto que yo he propuesto percibir en la experiencia analítica (...) Que tenga el poder de ser la instauración de algo que es sin retorno para el sujeto, son ciertos actos privilegiados, son precisamente aquellos que uno llama incestuosos, nos hacen, literalmente, tocarlo con los dedos"(16.148) Schreber, en las Memorias, exalta la ficción delirante de la realización incestuosa en su propio cuerpo. L.Wolfson, en su primer libro, narra el coito con una prostituta, este se produce en el vacío del goce fálico, el encuentro con el goce incestuoso, son ‘las locas sensaciones rectales’(2). Lacan hace del significante ‘madre’, el poder del pensamiento unificante; es la madre la que está en las entrañas del mito: ‘los dos serán una sola carne’. Es el fundamento de la relación que domina en los fantasmas freudianos de la escena primaria, los kleinianos de los padres en coito perpetuo. Freud en ‘Tres Ensayos’ hace de la pulsión sexual el exilio del hombre del sexo biológico. Lacan escribe el ‘a’, el vacío del alma del sexo perdido. Hace lo negativo del falo, no hay función genital, hay función fálica, la que no divide al mundo en dos sexos, los hace disimétricos. En la relación hombre-mujer hay un tercero que impide la dupla. El falo es a la vez el límite mensurable al goce y lo inconmensurable del goce. La función del falo se encarna en el órgano peneano tumescente, creando la ilusión de la conjunción de los sexos, es el pensamiento mítico-perverso de la dupla sexual. Pero en el momento del orgasmo y la eyaculación, la detumescencia del pene descubre, devela, lo inconmensurable del sexo que porta el falo, el ‘a’, la verdad del tercero que pone en escena la castración, el acto sexual fallido es el silencio, el vacío del goce orgasmico, la forclusión del incesto. Por ello Lacan dice: "El gran misterio del psicoanálisis es que no hay acto sexual"(16.213)

Lo propio de la sexualidad schreberiana en las Memorias, es el mito de la unidad de los sexos, en ‘su cuerpo sobrenatural’ se hace posible el encuentro incestuoso, el que reproduce su origen. La ficción delirante hace real el encuentro de los sexos: "ambos partenaires, como consecuencia, irán luego hacia un lecho como producto que son de una cópula anterior, en tren de repetir esa cópula, como intento de encontrarse con la madre. No buscan por causa sui al otro sexo, sino la comedia amorosa adulta requiere un complejo camino que Freud enraíza en el Edipo. La búsqueda es la relación con la madre, y en ese camino uno y otro sexo pueden encontrarse, fallidamente, en el mismo lecho" (8.66) El coito schreberiano son estos pasos sin el final ‘fallido’. ¿Porqué no hay acto sexual? Porque no hay sujeto que salga modificado después del coito, es más, se borran los restos del coito, las pruebas del encuentro fallido. Schreber, por lo contrario, es el producto ‘del encuentro’. Hay una transformación del ‘pene sobrenatural’ en vagina. Es lo mensurable absoluto, no hay orgasmo, detumescencia ni eyaculación. Si el acto sexual fallido solo se aborda por el fantasma, como tal tiene estructura perversa, desmiente la castración. ¿Podemos decir ‘el fantasma schreberiano’? La mitología que encierra no es ajena al pensamiento vulgar, como tampoco al pensamiento de muchos psicoanalistas. Solo la sublimación, como acto, se hace cargo del resto incestuoso inasimilable del coito, es el camino que tomó Freud, justamente, allí donde Schreber en las Memorias va por el camino del mito.

LA EMASCULACIÓN Y EL INCESTO.

Para Freud el ‘almicidio’ es un enigma que Schereber lo censura en las Memorias; pregunta "en qué consiste su naturaleza" (5.37) Schereber recuerda que pertenece al género mitológico, el poder de apoderarse del alma de otra persona. En las Memorias hay una conjunción como un viraje del ‘almicidio’ a la ‘EMASCULACIÓN’. "Aparecieron con tanta fuerza en mi cuerpo los signos de feminización, que no pude sustraerme por más tiempo (...) se hubiera llevado a cabo una verdadera retracción del órgano sexual masculino y realizarse el milagro correspondiente (...) yo mismo sentí la impresión de un cuerpo femenino"(21 147)‘El milagro correspondiente’, el de la ‘emasculación’, es el pasaje de hombre a mujer, en tanto no existe el límite infranqueable de la castración. Es el efecto de la ‘voluptuosidad’ del alma, "una nueva fecundación por medio de los rayos divinos con el fin de crear nuevos hombres (...) ahora se me hizo consciente sin ninguna duda, que el orden cósmico exigía la emasculación, de manera imperiosa"(21 147)En Schereber hay un Dios-padre que impone el goce, el goce forcluye la castración e impone la unidad de los sexos. No en vano Freud sostiene que: "la bienabenturanza schereberiana es el cumplimiento de deseos de la vida en el más allá, que se termina por fin con la diferencia de sexos"(5.28)

La agudeza de Freud sacará sus frutos de la cita de Schereber de Goethe y Lord Bayron, de allí infiere el enigma del ‘almicidio’: "Yo he buscado en vano la expresión almicidio’ pero sin ninguna duda el núcleo y secreto es....un incesto entre hermanos. Aquí se corta este breve hilo"(5.42) Es la censura impuesta por Schereber en las "Memorias". Pero Freud continua sus elucubraciones en una nota al de página: "Manfred dice al demonio que quiere arrebatarle la vida < Mi antiguo poder fue adquirido sin pactos con tu gente> es sugerente entramar este contenido de Manfred con el vínculo incestuoso, tan a menudo señalado por el poeta con su hermana. Es llamativo que el otro drama de Bayron, el grandioso Caín se desarrolle en la familia primordial, donde el incesto entre hermanos por fuerza está exento de todo reproche"(5.42) El ‘almicidio tiene varios sentidos, fue Freud el que abrió la pista incestuosa de las "Memorias", nunca retomada. No fue casual la censura de Schereber, ¿es un acto incestuoso real entre hermanos?. No en vano la identificación con Manfred. Freud destaca la gran influencia de Bayron en Schereber. Entonces ¿Por qué Freud avanzó por la homosexualidad y no por el incesto?

El JUDIO ERRANTE.-

En un agregado de 1902 Schereber "caracteriza el orden cósmico, y por ende algo impersonal, como algo que está por encima de Dios, o es más poderoso que Dios u obligatorio para el mismo Dios (...) el orden cósmico es la relación legal dada por sí"(21 60) No deja de sorprender esta diferenciación entre la ley y el goce. ¿Será este incesto censurado, la transgresión a la ‘ley cósmica’ que aparece con el nombre de "una catástrofe cósmica"? Catástrofe necesaria para la renovación de la humanidad. No es casual que "entonces se preservó como reserva un solo hombre- al cual las Voces hablaban conmigo denominaban el "Judío errante". El sentido de esta designación es, pues, algo diferente del que está en la leyenda homónima del judío Ahasvero"(21 54) Este mito de origen occidental, es la idea del hombre que no puede morir, que tras su falsa muerte, ha de retornar. Pero también se vincula al simbolismo de Géminis, el que trata de diferentes momentos del dualismo, a veces presenta los contrarios fusionados, integrados en una unidad, como el ser perfecto, esférico. Es el ‘Géminis celeste’. El ‘Géminis terreno’ muestra ya la grieta, la escisión. Los contrarios en conflicto. Es esta versión del mito una figura de la sexualidad schereberiana. Para Schereber, "la individualidad espiritual integra del hombre", es producto de "el semen humano que contiene un nervio del padre y se une con un nervio tomado del cuerpo de la madre para formar la nueva unidad que de ello resulta. Esta nueva unidad - que será posteriormente el hijo - hace aparecer nuevamente al padre y a la madre"(21 17)Freud transcribe al pié de página parte de ésta cita y sostiene: "al espermatozoide es transferido aquí a los nervios, lo cual torna verosímil que los <nervios> schereberianos provengan del círculo de representaciones sexuales(...) por lo demás rayos y nervios son tan creadores como los espermatozoides - nervios"(5.22 )

El ‘semen-espermatozoide’ es el significante que ocupa el lugar de la función del pene - falo. Es el significante del incesto, la ficción delirante que marca su origen, el acoplamiento de los padres en su cuerpo, identificado con ellos, él deviene creador de la unidad de los sexos. Lo que contiene el poder del incesto es "un nervio", que ‘arrojado en su cuerpo’, un "un nervio", semen del padre y, "un nervio" del cuerpo de la madre. Es significativo que Schereber escriba solo el significante semen del lado del padre; ninguno del lado de la madre. Estos "un nervio" son los que "hacen aparecer nuevamente al padre y a la madre", encarnándose en su cuerpo, reproducen la ‘escena primaria freudiana’ o ‘el coito perpetuo del fantasma kleiniano’.

LA EMASCULACIÓN, LO SACRIFICIAL; LO SAGRADO DEL INCESTO.-

"Mi derrumbe espiritual fue particularmente decisivo una noche en la que tuve un número absolutamente desusado de poluciones (quizá media docena esa noche) en una noche sola. A partir de entonces aparecieron las primeras indicaciones de un trato con fuerzas sobrenaturales, es decir, de una conexión con los nervios de Flechsig"(21 47) Las poluciones repetidas son la invasión del goce sin límites de los ‘espermatozoides - nervios’; forclusión de la castración. Schereber escribe: "Taunhauser en medio de su supremo éxtasis del amor: ¡Ay! Pero sigo siendo mortal y tu amor es demasiado grande para mí; un Dios que puede gozar eternamente, yo estoy sujeto al cambio!"(21 25) Ante el goce eterno de Dios él es "el judío errante", el que retorna de la falsa muerte para repetir la unión incestuosa en su cuerpo, acto inaugural de su sacro engendramiento. El como niño, no es el excedente del acto sexual parental, por el contrario, él es el acto sexual de los padres, su gestación divina: "En mi propio cuerpo tuvo lugar algo semejante a la concepción de Jesucristo por parte de una virgen intacta, es decir que nunca tuvo contacto con un varón. Yo he tenido en distintas oportunidades (en el Hospital de Flechsig) genitales femeninos aunque desarrollados de manera incompleta y he sentido en mi vientre movimientos en forma de pequeños saltos del embrión humano; mediante un milagro divino los nervios de Dios correspondiente al semen masculino fueron arrojados en mi cuerpo: había tenido lugar, pues, una fecundación además he tenido una idea clara de la manera de como pudo efectuarse la resurrección de Cristo"(21 15)

Schereber ha realizado la conjunción de diferentes mitos, su cuerpo es el cuerpo de la virgen María, el cuerpo de la fecundación divina, fecundación sin coito. Logra así engendrar y engendrarse como Jesucristo, el verdadero hijo, el ‘único’ entre los hombres. Ahora es él, el que se preservó, luego de la "catástrofe cósmica". Es el hombre al que "las voces" llamaban el ‘judío errante", que ahora retorna como el ‘judío - Jesucristo’. La sacralidad del mito religioso vela el incesto schereberiano de la "emasculación".El paradigma freudiano del fantasma incestuoso, el que rige la sexualidad humana. Pero, el imperativo del Dios voluptuoso scheberiano, el que lo encadena, devela lo sagrado: "Para mi tales límites morales de la voluptuosidad no existen ya (...) se ha convertido en un deber (...) representarme a mí mismo como un hombre y una mujer en una sola persona realizando el coito conmigo mismo"(21 227) "Representarme...." en Schereber no es fantasear o imaginarse, lo explica en el Capítulo XVII, es "crearme a mí mismo", producido por su compulsión a pensar, realiza la ficción delirante de la fusión en su propio cuerpo de la unidad de los dos sexos en coito; el mito del andrógino.

El fantasma incestuoso merodea la pareja sexual, es evanescente. Schreber, en su ficción delirante, le da consistencia de realidad, desnuda el secreto fantasmático. Está más allá del lamento de Tannhauser. Más allá del narcisismo, alcanza el ideal supremo del goce incestuoso unificante, que impone no solo la forclusión del falo sino del órgano que lo encarna: la alternancia del pene-vagina deviene emasculación: "Tenía entre las piernas una cosa que apenas se asemejaba a un miembro masculino"(20.58) El aparente sacrificio del pene, aceptado por Schereber como imperativo de la voluptuosidad de Dios, hace de su pene un "pene sobrenatural’, que hace al goce shereberiano: el homeomorfismo de los sexos en el coito, el pasaje perpetuo de uno a otro sexo. A nuestro entender la ficción delirante schereberiana fundamental es : en la castración no existo, existo en el incesto. Hace a nuestro título: "escribir la locura", el incesto schereberiano, el que va más allá del incesto de ‘Manfred’, de Lord Bayron’.

Schereber nos sorprende con este otro pasaje: "Se produciría sin ninguna resistencia y con un permanente equilibrio si me fuera posible hacer siempre el papel de una mujer que yace conmigo mismo en un abrazo sexual"(21 229)Es diferente al imperativo moral anterior: ‘crearme a mí mismo’, ahora es: ‘si me fuera posible’. Luego surge el enigma: ¿qué es ‘hacer siempre el papel de una mujer’? Es hacer él mismo el papel de "una mujer", pero es cualquier mujer la mujer que ‘yace’, o sea está adyacente o reposando "conmigo mismo". Al anteponer la preposición "con", resalta la persona del yo. Pero "mismo", es la que acentúa su identidad, la mismidad, la unidad de ser uno y no ser uno y otra. ¿De qué identidad sexual se trata? ¿Qué es el abrazo sexual? Nuevamente tras los enigmas de esta ficción delirante reaparece lo sostenido anteriormente: la unidad originaria absoluta, escrito en la lógica del género mitológico.

EL HOMBRE DE MUCHAS CABEZAS.-

No hay una mística schereberiana, hay una beatitud en la voluptuosidad y bienaventuranza en la unión con Dios schereberiano. En el comienzo se perpetraba "la entrega de su cuerpo como una prostituta femenina"(21 59), Schreber en su escrito comienza a salir de la identificación al síntoma estuporoso, comienza por ser un residuo. Del ultraje pasa por diferentes momentos, para llegar a la sacralidad sacrificial de la emasculación. ¿Cuál de todos ellos es el Schereber de las "Memorias"? "He tenido la clara conciencia de una extinción paulatina de mi alma (...) las almas que hablaban conmigo hablaban de una pluralidad de cabezas ( es decir muchas almas en el mismo cráneo (...) se apartaban con temor diciendo algo así como: ¡Válgame el cielo, es un hombre con muchas cabezas! (...) no iré tan lejos como para afirmar que todo lo que he relatado sea la verdad objetiva: me limito a referir que impresiones se mantienen aún adheridas bajo formas de recuerdos"(21 71) Retoma las citas de Ramón Alcalde, mientras escribe está en la literatura, no en el delirio. Su compulsión a pensar lo lleva a la esencia del nombre, de su propio nombre: Daniel Paul Schereber: "Se me dijo que había existido anteriormente otro Daniel Paul Schereber (...) más dotado que yo. Como el árbol genealógico de mi familia , que conozco muy exactamente, nunca existió antes de mí otro Daniel Paul Schereber, creo que estoy autorizado para referir sólo a mí mismo (...) a este segundo Daniel Paul Schereber"(21 71) La negación del primer ‘Daniel’ y la afirmación del segundo ‘Daniel’, produce la paradójica existencia de ambos en su escrito.

La escisión freudiana en la psicosis, lo que Ramón Alcalde conjetura como la ruptura de la temporalidad en Schreber, causa que lo instala en la literatura. El que se ‘autoinstala’ en la literatura es "este segundo Daniel Paul Schereber", existe en la escritura de las Memorias. A la vez es la unidad de sí mismo y la proliferación de sujetos: "¡Válgame el cielo, en un hombre de muchas cabezas!", pese a que Schereber afirme que conoce muy bien su árbol genealógico. "Siete de ocho varones se llaman Daniel (...) ninguno de los hijos hereda el nombre de la madre excepto precisamente, Daniel Paul"(1.48) Nombre, a nuestro entender, ligado al dualismo de la emasculación. Siete varones fueron escritores famosos, más aún su padre: Daniel Paul. "Los nombres favorecidos por los Schereber son: o bíblicos o acuñados por el Pietismo ( Gottfried= Paz de Dios; Gottlieb= Amor de Dios ) Esto está de acuerdo con la orientación del luteranismo imperante en la familia (1.48) En el Capítulo XVII Schreber pregunta: "Porqué? un hombre se llama Schneider. Ramón Alcalde diferencia el "¿Qué es?" del "¿Quién es?". La primera, es la pregunta por la esencia del nombre, es la pregunta clave de Schereber: su ‘nomen’ es ‘omen’: destino. Daniel "el deber de ser lo que ese nombre ‘significa"(1.49) Pero se significa en diversos sentidos. Schereber busca una respuesta a su nombre como deseo de los padres, que cifren, que descifren "el deber ser lo que ese nombre significa". El Otro de los padres responde con el silencio. El lenguaje de las Almas le da la respuesta, él es la esencia de Daniel, se descubre en el destino bíblico. Es el destino del profeta Daniel, cautivo en Babilonia como él en un Hospicio. Encontró en los libros de Daniel y Pablo un discurso ya constituido. "Lo innovador de su delirio está en la versión daniélica y paulina de esas vivencias y experiencias"(1.52) "En que otro discurso hubiera podido dar razonablemente expresión a sus nuevos Geschehenisse (acontecimientos) y Erlebnisse (...) esencialmente figurativo e hiperbólico, palabra sagrada o escritura sacra, lengua franca para todas las megalomanías y utopías (...) le proporcionan a él las categorías más importantes a su ideología delirante ( lo inerte de su delirio y a sus Voces un vocabulario donde autorizarse"(1.51) Descifrar que el discurso bíblico está las Memorias, "le proporcionan a él las categorías más importantes a su ideología delirante", implica un cambio inédito en su lectura, desconocerlo trae grandes distorsiones en su desciframiento.

EL VISIONARIO DANIEL.-

Schereber: "En el lenguaje de las almas (hacia la época tratada en este capítulo 9 la del estupor catatónico) se me llamaba "El Visionario" (Geisterseher ) (...) en especial el alma de Flechsig solía hablar de mí como "el más grande Visionario de todos los siglos", a lo cual yo objeté (...) que había que hablar por lo menos del más grande visionario de todos los milenios (...) Visionarios de grado inferior pueden, ciertamente, haber existido en mayor o menor número antes de mi caso. Para no remontarme a sucesos bíblicos"(21 73-74)

"Dejemos pendiente por ahora la continuación de la cita y, como Freud en ‘La Negación’, prescindiremos del no, para remontarnos directamente al "suceso" bíblico pertinente, la historia de Daniel el profeta apocalíptico y quiliástico del Milenio"(1.52) Ramón Alcalde nos recuerda la exclusión rabínica de Daniel, que ha pasado a ser el profeta de Cristo. Los LXX dan la versión helenística de la Biblia. "Schereber, por supuesto, leyó a Lutero, aunque pudo leer los LXX: lee en griego, y las almas en conexión con él lo entienden consiguientemente" (1.53) Esto último es una afirmación de Schereber en una nota al pié de página del Capítulo I. Daniel aceptó cambiar su nombre por Baltasar. Ramón Alcalde entiende que ésta fue su ‘emasculación’. Queda en suspenso si fue o no eunuco en Babilonia. Todo ello se entrelaza en la escritura de las Memorias, al encontrar su destino en el "Visionario".

ESTRUCTURA DE LAS MEMORIAS.

La escritura que realizó durante cinco años (1889-90) culmina en ‘un escrito ordenado’; pudo haber sido un ‘historial clínico’. ¿Cómo se produjo el cambio?, lo que ahora tenemos, las Memorias. Es, ante todo, una compleja estructura literaria que hay que descifrar, como lo hace Ramón Alcalde, en los tiempos de la ‘inventio’ y la ‘dispositio’ de la creación schreberiana. "El montaje final de las Memorias adopta una repartición cualitativamente tripartita: A) Memorias ‘propiamente dichas’; B) Apendice y Anexos; C) Carta Abierta a Flechsig"(1.40) Hay distintas variables que actuan sobre esta tripartición final, la primera en destacar juega un papel desencadenante en esta estructura. Schreber ya tiene, en 1990, el borrador, como un diario ordenado de sus experiencias sobrenaturales, y sucesos durante su internación. Hay un imprevisto, una sorpresa para él, el Dictamen de Weber y la Sentencia desfavorable en Primera Instancia. "Schreber deja de escribir para sí, para tener ( como el Conde de Montecristo o Robinson Crusoe ) alguna conexión con el tiempo histórico, para poder comparar ahora con un antes e (¿) imaginar un después. Su primer público virtual es el Tribunal"(1.42)

Es un momento crucial, la ‘temporalidad’ desde Alcalde se articula con la temporalidad freudiana, la ‘Nachtraglich’. Temporalidad lógica que permite conjeturar la conmoción en la subjetividad temporo-espacial en Schreber; en los efectos posteriores. Escribe su discurso jurídico: "¿Bajo qué condiciones una persona juzgada como enfermo mental puede ser confinada contra su expresa voluntad en un hospicio? En nota al pié de página: "Este ensayo fue escrito a comienzo del año 1900, por consiguiente en la época de mi primer aislamiento del mundo exterior, y por lo tanto casi sin ninguna posibilidad de utilizar recursos bibliográficos"(21 293)Es el discurso jurídico, que en la ‘dispositio’ está en ‘Anexos’. Discurso desgajado del cuerpo de las Memorias, retroactúa sobre ella en la relectura y reelaboración antes de su publicación. Luis Gusman afirma: "Los fundamentos del alegato de Schreber nos ofrecen la posibilidad de otra lectura de las Memorias(...)los indicios jurídicos funcionan a la perfección(...)un discurso...regido por la función que le otorga la carteza"(10.71) Afirma luego, que el cuerpo de las Memorias "tiene valor de prueba" para su alegato. Las creencias sobrenaturales tiene valor de verdad dentro del escrito, son diferentes y en nada afecta su vida civil. No en vano es la afirmación en las Memorias: que ‘Anexos’, escrita al principio pasa al final. Pero ambas, en su función de la ‘inventio’ "no iré tan lejos como para afirmar que todo lo que he relatado sea verdad objetiva"(20.71)

Como la ‘Carta Abierta’ escrita al final, está al comienzo de las Memorias, otro tiempo y ‘dispositio’, producen el espacio ficcional del cuerpo de las Memorias. Pero "El pretexto del texto (de la Memorias) es el discurso biográfico. Digo pretexto (lo que se disimula bajo el texto el tejido, la vestidura ornamental) porque el relato de esta peripecia autobiográfica no está estructurado sobre la matriz de la narración épico - histórica sino sobre la diégesis, la narración oratoria. (...) La diagésis relata para persuadir a un juez, a los oyentes, el lector. Para persuadir que una de las dos partes litigantes tiene razón en la cuestión (...) la diagésis no tiene que hacerse cargo de todos los hechos y circunstancias sino exclusivamente de los que son conducentes para persuadir aquello que se propone persuadir. El criterio de verdad de la diagésis no es externo sino interno" (1.36) Hay una intersección de dos discursos en el cuerpo de las Memorias que, hasta entonces, permaneció ignorado, la mitología y la retórica. Pero la retórica "es indisociable de la ética. Pero con una distorsión que permite observar que la argumentación ante el otro está clavada con el agobio de la culpa"(12.74) El sujeto responsable responde por la culpa, no por el sacrificio. Entendemos que sin la culpa como responsabilidad no hubiera sido posible esta singular estructura de las Memorias.

LA CARTA ABIERTA.-

Schreber está en vías de recuperación, ha ganado el juicio, es entonces cuando incluye en la ‘dispositio’, en el montaje final la "Carta abierta al señor consejero privado, profesor doctor Flechsig" (21 9)Escrita en marzo de 1993, año de la publicación de las Memorias, tres meses después de su alta. La ‘dispositio’ de la ‘Carta Abierta’ introduce, como ‘Anexos’, el tiempo freudiano de la "Nachtraglich". Comienza remitiéndole un ejemplar, no lo nombra como su médico. Alcalde: "Es entonces cuando, siete años después de haber visto a Flechsig por última vez y - aparentemente - sin haber tenido nada que ver con él terapéuticamente, vuelve todo a fojas cero y antepone el texto de la "Carta Abierta" (...) lo que le ruega es que la someta a un examen benévolo"(1.43) La "Carta Abierta" como acto de concluir, trastoca la temporalidad de su escrito. "Muchos años he reflexionado acerca de como conciliar estos hechos con el respeto a su persona" (21 10)Schereber duda: "Es más; hasta puedo plantearme la pregunta de si todas las habladurías de las Voces acerca de que alguien perpetró un almicidio. No necesito casi destacar que incalculable valor tendría si mis precedentes señaladas conjeturas resultaran de algún modo confirmadas (...) todo el resto de mi exposición ganaría en credibilidad (...) y aparecería sin más bajo la luz de un problema científico serio"(20.11) (El subrayado es mío) La "Carta Abierta" introduce el ‘ergo’, la vacilación, la duda de "todas las habladurías de las Voces", la creencia que ese ‘alguien’, el alma de Flechsig’ es el doctor Flechsig. Rompe con la identidad del delirio, establece la diferencia entre la verdad del escrito y la verdad de la realidad social. La verdad de su certeza debe venir de su apelación al Otro, el que encarna el doctor Flechsig, como Dios cartesiano. Solo así "ganaría en credibilidad" las experiencias sobrenaturales escritas en la ficción literaria.

No hay un antes y un después a partir de la "Carta", ya que ésta abre una grieta en "el momento de concluir, que reconstruye los otros dos - tiempos - como el sido del siendo" (18 43) "Carta", como todo acto, es escrito en las paradojas del presente: uno, es el ‘siendo sido’. "Un acto no es sino que ha sido"(18 43)Este tiempo coexiste con el otro tiempo que escinde el presente, el futuro anterior: será sido. La "Carta Abierta" es el testimonio del acto que produce la expulsión, la forclusión de todo referente real fuera de la escritura. El nombre ‘Flechsig’, cuado lo nombra, el acto de nombrarlo, siempre nombra al que lo precede en la serie: el no del nombre del doctor Flechsig, lo indecible del sujeto. El sujeto "es la dimensión más inquietante del retardo"(18 16)El sujeto que se produce en el ‘destiempo’ de la "Carta Abierta" recorre el escrito de las "Memorias". El sujeto es lo que se repite en la duda ‘de las habladurías de las Voces’, el que se presentifica en los silencios, lo indecible de las ficciones del escrito schereberiano. Para concluir, qué mejor referencia que la de Freud respecto a los mitos; Freud escribe años después: "Se percibe la impresión de estar frente a un modo de expresión antiguo, pero desaparecido, del que en diversos ámbitos se han conservado diferentes cosas (...) Tengo que mencionar aquí la fantasía de un interesante enfermo mental [psicótico] quien había imaginado un < lenguaje fundamental> del cual todas estas referencias simbólicas serian los relictos". (6.152)

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 10 - Diciembre 1999
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