Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
La metamorfósis de la ciencia
Denise Najmanovich y Annabel Lee Teles

Introducción

Prigogine ha planteado un desafío: el pensar la metamorfosis de la ciencia desde el nacimiento de la ciencia moderna hasta el presente. A fines del siglo XX la ciencia ha sufrido una gran transformación, los conceptos en los que se basaba la imagen del mundo de la modernidad ya no son eficaces. Los fenómenos y situaciones permanentes e inmutables no son el punto de atención en la actualidad; son las estructuras, las crisis y las inestabilidades lo que más interesa.
La ciencia, a pesar de los positivistas, no es meramente un sistema de teorías ahistórico, sino una empresa humana situada en una época determinada y constituida a partir de un entramado de relaciones culturales.

El propósito de este trabajo es hacer una lectura de la obra de Prigogine y Stengers " La nueva alianza " centrando la atención en algunos pasajes de la historia de la ciencia que muestran la metamorfosis que esta ha sufrido , y pensándolos en función del proceso de constitución del objeto de la ciencia. A su vez, desde la filosofía, hemos tomado algunos pensadores que, como Descartes y Kant, han marcado hitos fundamentales respecto a la aparición del sujeto y de la relación de conocimiento. De este modo, siguiendo la propuesta de los autores, intentamos un diálogo entre ciencia y filosofía que abre un espacio teórico en donde el quehacer científico aparece como un hecho histórico en el marco de las relaciones del hombre con la naturaleza y del ámbito de pensamiento que allí se genera produciendo un enriquecedor proceso de realimentación que conduce a nuevas transformaciones.

El gesto fundacional: El nacimiento de la metafísica de la subjetividad

Descartes pretende romper con la tradición y comenzar a filosofar sin apoyarse en ninguno de los supuestos heredados del pasado. A pesar de ello se sigue moviendo en las categorías ontológicas de la filosofía clásica en la medida en que elabora su filosofía en base a la noción de sustancia considerada como permanente presencia. El viraje profundo de su filosofía surge a partir de un cambio en la noción de verdad. Este cambio se produce en una época de amplias convulsiones sociales, religiosas, políticas, artísticas y conceptuales.

Es en esta andadura que Descartes recorre el camino de la duda. Su propósito es encontrar un saber que fundamente todo el saber, unos cimientos firmes que garanticen que el edificio del conocimiento no caer, que el estruendo que produjo el universo aristotélico al derrumbarse no volver a escucharse. La certeza cartesiana exige que el saber se asegure de modo absoluto, en si y por si mismo, por tanto se hace necesario encontrar un fundamento indubitable. Las meditaciones filosóficas llevan a Descartes hasta el " ego cogito " : fundamento último y núcleo central de todo conocimiento.

La filosofía cartesiana instaura discursivamente un modo específico de relación del hombre como sujeto y el mundo como objeto que ya había comenzado a desarrollarse en el renacimiento. La noción de sujeto racional capaz de conocer la naturaleza como " lo otro de si" y elaborar una imagen o representación de la misma; pertenecen a una constelación conceptual constituida a su vez por las nociones de fundamento último, realidad única y verdad absoluta.

Nacimiento y apogeo de la ciencia moderna:

El nacimiento
Descartes centró su metafísica en el sujeto pensante y junto con otros pensadores, algunos anteriores como Galileo y otros posteriores como Newton, demarcó el objeto del conocimiento.
Galileo fue unos de los más claros exponentes de un nuevo espíritu precursor de la modernidad, que iría construyendo a lo largo de los siglos XV al XVIII el objeto de la ciencia.
Historiadores como A. Koyre y filósofos de la ciencia como P. Feyerabend han planteado una imagen muy distinta de Galileo, de aquel empirista que solo " cree lo que ve " tan caro a los divulgadores. Algunos elementos esenciales de este " otro " Galileo son: la prioridad que le da a la teoría, a los principios y a las demostraciones matemáticas y su concepción de la experiencia en un sentido mucho mas general que el de la experimentación de laboratorio, incluyendo los experimentos mentales, las idealizaciones y la coherencia dentro de un sistema teórico más global: única forma de justificar el movimiento de la tierra que va contra toda experiencia sensorial o de laboratorio. Galileo, nos dice Feyerabend, ni rechazó la experiencia ni confió en ella con exclusión de todo lo demás, sino que la transformó de modo que los objetos de pensamiento se hicieron perceptibles. Esta transformación requirió de la utilización a fondo de la matemática como herramienta de interpretación de lo que Dios había escrito en la naturaleza; por eso su construcción de la experiencia es más sofisticada que la aristotélica y mas alejada del sentido común, pues elimina las cualidades reduciendo a la naturaleza a términos puramente cuantitativos que son los únicos manejables por la matemática.

En palabras de Galileo:
" La filosofía está escrita es ese grandioso libro que está continuamente abierto ante nuestros ojos ( lo llamo universo). Pero no se puede descifrar si antes no se comprende el lenguaje y se conocen los caracteres en que está escrito. Está escrito en lenguaje matemático, siendo los caracteres triángulos, círculos y figuras geométricas. Sin estos medios es humanamente imposible comprender una palabra; sin ellos, deambulamos vanamente por un oscuro laberinto."
Il Saggiatore, Galileo Galilei

Descartes, por su parte, luego de centrar la certeza en el sujeto racional guiado por el método, necesita explicar la existencia del mundo material. Descartes reconoce únicamente aquello que es " claro y distinto " como realmente existente. Y ¿que cosa es mas clara que las formas geométricas y las relaciones matemáticas?. El mundo material, entonces, es materia extensa capaz de moverse siguiendo las leyes de la naturaleza. Se constituye así el objeto galileano-cartesiano-newtoniano (Res extensa ) de cuyas cualidades las únicas interesantes para la modernidad son aquellas que pueden ser cuantificadas: tamaño, masa, movimiento.(nota.1)

Apogeo
En los siglos XV al XVII - siglos de los grandes viajes alrededor del mundo-, los filósofos naturales necesitaban explicar y predecir el movimiento, al que habían reducido todo el cambio. Finalmente, en el siglo XVII Newton y Leibnitz inventan el cálculo diferencial e integral: la herramienta matemática y conceptual que permitiría describir el movimiento.
El cálculo define el universo de lo posible que, con los años, se convirtió de lo posible en la teoría a lo posible en el mundo. En el S. XVIII la dinámica newtoniana se había vuelto todopoderosa. Sus leyes de la naturaleza permitirán a los científicos predecirlo todo; al menos en principio, podría conocerse tanto el pasado como el futuro del universo. Una supermente (nota.2), si pudiera ser alimentada con la información sobre la posición y velocidad de todas las partículas del universo en un determinado instante del tiempo ( condiciones iniciales) y conociendo las leyes del movimiento newtonianas podría predecir ( o retrodecir ) cualquier situación pasada o futura del universo: desde el asesinato de Julio Cesar hasta el alunizaje del Apolo. El tiempo era sólo un ilusión de los sentidos, pasado y futuro son equivalentes, las leyes son reversibles : determinismo absoluto.

El cálculo y las leyes definían el Universo Normal; todo lo demás era tan solo error, aberración, patología, elementos despreciables que debían ser erradicados (nota.3) , o al menos disminuidos, olvidados: no hay lugar para los fuera de la Ley. La conceptualización del universo newtoniano depende fundamentalmente de lo que nos permite hacer, y de lo que no nos permite, el cálculo. El esqueleto conceptual de la ciencia moderna puede resumirse en 4 principios y 1 supuesto básico subyacente:

1) Principio de simplicidad
2) Principio de universalidad
3) Principio de prioridad de las cualidades primarias
4) Principio de razón suficiente

Supuesto básico de Conservación: La dinámica newtoniana supone que no hay interacción entre las partículas excepto el choque elástico (nota.4) en el cual la cosa ( la partícula ) se conserva. Están excluidas las transformaciones, solo es posible ( mediante el cálculo) desplegar lo que ya está contenido en las condiciones iniciales, con la ayuda de las leyes del movimiento (nota.5); no puede haber sorpresas, ni creatividad, ni novedad sino eterno desplegar: evolución lineal ( o linealizable ). El "
Horror Vacui " ha sido sustituido por el " Natura Non Facit Saltum".

La legalización de la legalidad

A finales del s. XVIII el desarrollo de la ciencia matematica-experimental era notable: sus conquistas fabulosas eran la maravilla de la época, parecía destinada a acumular verdades irrefutables. Por el contrario, la situación de la metafísica era nefasta. En el prólogo a la Crítica de la Razón Pura Kant enuncia: " Parece casi digno de risa que mientras que las otras ciencias avanzan sin cesar esta, que quiere ser la sabiduría misma, el oráculo que todo hombre consulte, se pase dando vueltas perpetuamente alrededor del un mismo punto, sin que consiga adelantar ni un solo paso".

Kant se dispone a fundar un nuevo modo de filosofar en donde la atención este dirigida hacia los fundamentos de la racionalidad del hombre. La Crítica de la Razón Pura, fue concebida por el autor y sus contemporáneos mas jóvenes como una revolución del pensamiento, ya que pone fin a un modo de filosofar que organiza los conocimientos humanos desde la perspectiva de un ente sobrenatural ( Dios ) cuya existencia y modo de ser son problemáticos y se resuelve a buscar los principios que fundan y ordenan el saber dentro del horizonte de nuestra propia vida. Propone a su vez una nueva teoría en donde conocer no es reflejar los objetos, sino que es ante todo trazar el horizonte de aparición de los objetos, es decir, construir el ámbito de la objetividad.

En la Introducción a la Crítica nos dice que " no hay duda alguna que nuestro conocimiento comienza con la experiencia ", pero la experiencia no puede por si sola otorgar necesidad y universalidad a las proposiciones que componen la ciencia. El conocimiento se llevará a cabo gracias a la multiplicidad de los datos sensibles y las formas que aporta el sujeto como condiciones de posibilidad de la experiencia. El análisis debe distinguir entre las condiciones de posibilidad de la sensibilidad, las formas puras de la intuición, y los conceptos puros - categorías del entendimiento.

En rigor, conocer es sintetizar, ligar lo múltiple en la unidad del concepto. Mas aún, si el mundo real empírico, la naturaleza, es una totalidad unitaria, y no una serie de hechos inconexos, lo es por obra de la unidad de la conciencia que los piensa. No se trata aquí del sujeto empírico, individual, sino del sujeto en general, el sujeto trascendental: la constitución universal de todo sujeto humano y que es lo que permite que podamos tener un conocimiento común, válido para todos: objetivo, universal y necesario.

El sujeto trascendental mediante su actividad sintética unificadora, establece las condiciones de objetividad de los objetos: " las condiciones de posibilidad de la experiencia en general son a la vez condiciones de posibilidad de los objetos de la experiencia".
Ahora bien, Kant ha logrado explicar y justificar la posibilidad del conocimiento necesario y universal en la ciencia de la naturaleza, pero debemos aclarar que se trata de conocimiento fenoménico: lo que conocemos no son las cosas tales como son "en si", sino como se nos aparecen. Conocer la cosa " en si " implicaría un conocimiento absoluto, que a la finitud del hombre está vedado. El hombre solo puede mediante la razón propiamente dicha pensar - no conocer- lo absoluto: Dios, el alma y el mundo.

La metafísica de la subjetividad que nacía con la filosofía cartesiana se profundiza en la filosofía kantiana, pero lo hace sufriendo un giro radical. Por un lado, el sujeto constituye los objetos, puesto que en el tienen su origen la legalidad y el mundo fenoménico, la estricta causalidad y mecanicismo que domina y constituye a la naturaleza. Por otro lado, el sujeto mismo no está sometido a tales leyes, considerado en si mismo, como sujeto moral, es persona: un ente libre.

De este modo la filosofía kantiana ratifica y estabiliza la situación de ruptura entre el campo de la filosofía, en donde se efectúa la investigación de las condiciones de posibilidad del conocimiento científico y la reflexión sobre la existencia humana: sobre todo aquello que trasciende las determinaciones positivas naturales.

La metamorfosis de la ciencia

La termodinámica clásica y la flecha del tiempo.
La filosofía kantiana coincide con el apogeo de la dinámica newtoniana. Unidad, universalidad y reversibilidad (nota.6) son los ejes centrales de la visión del mundo del siglo XVIII. .
El siglo XIX trajo muchas sorpresas, la teoría de la evolución en biología y la termodinámica en la física, marcaba un giro en el objeto de la ciencia: aparecieron las flechas del tiempo.
La termodinámica no puede dejar de hablar de las transformaciones, del cambio: es la ciencia del fuego. El problema para los físicos era cómo introducir a la termodinámica dentro de la armadura conceptual newtoniana. El primer principio no trajo problemas, ya que nos habla de la conservación de la energía, y se enmarca perfectamente dentro de la tradición de conservación de la dinámica: hay un sustrato invariante, en este caso la energía; seguimos por tanto dentro del marco parmenideo ( " el ser no puede surgir de la nada "), podemos definir siempre un equivalente: la transformación es solo aparente.

El gran problema se produjo con la aparición de la problemática que llevó a Clausius a enunciar el segundo principio de la termodinámica. Este nos dice que "la entropía de un sistema aislado siempre aumenta hasta un máximo ", esto significa que parte de la energía se ha disipado ( no se ha perdido, pero no puede utilizarse para producir trabajo ), la entropía es un indicador de irreversibilidad, nos marca una flecha en el tiempo, un principio evolutivo, claramente incompatible con una dinámica atemporal de leyes reversibles donde todos los estados son equivalentes.

La termodinámica clásica logro sortear los inconvenientes de la irreversibilidad y la transformación centrándose en el estudio de los sistemas en o cerca del equilibrio, cuando ya no hay procesos o cuando estos son lineales (proporcionalidad entre el estímulo y la respuesta del sistema ), donde el tiempo deja de transcurrir ya que en el sistema no pasa nada ( equilibrio ) o pasa siempre los mismo (estado estacionario ). Estos sistemas no tienen historia, ni especificidad : todos evolucionan de una manera completamente determinista hacia un mismo estado, al que por ello llamaremos atractor: el equilibrio ( o un estado estacionario cercano a el ). Al igual que en la dinámica clásica pero en sentido inverso, ya que no hablamos del despliegue de las condiciones iniciales, sino del repliegue hacia el equilibrio: destino único e ineludible de todo sistema.

Si queremos estudiar la transformación, la irreversibilidad; entonces tendremos que salir del estrecho marco del primer principio y la termodinámica clásica; necesitamos encontrar una salida a la paradoja de la termodinámica: no es posible explicar el cambio desde una ciencia de las equivalencias. Como nos dice Prigogine: "La ciencia que describe las transformaciones de la energía bajo el signo de la equivalencia debe admitir, que sólo la diferencia puede producir efectos diferentes".

Hacia la complejidad

Prigogine y sus colaboradores ya no desean conciliar con el newtonismo, sino que los preocupa otra paradoja: los sentidos opuestos de la flecha del tiempo en física - hacia el desorden, el equilibrio, la homogeneidad, la desestructuración - y la flecha de la evolución biológica - hacia la complejidad, la aparición de novedad, la organización -. En este sentido la Termodinámica No Lineal de Procesos Irreversibles (TNLPI) debe diferenciarse claramente del programa newtoniano, en la TNLPI la diferencia no es sólo fuente de error, sino de creación; el caos no es sólo desorden sin fuente de novedad. El programa de investigación prigogineano tiene como eje el tiempo ( no el tiempo absoluto que fluye independiente de las cosas, sino el tiempo de los procesos irreversibles de este mundo ) y la emergencia de lo nuevo, la evolución hacia la complejidad y no hacia la muerte térmica. En este marco la matemática lineal o linealizable, deja de ser eficaz, es imprescindible construir una nueva herramienta para responder a nuevos interrogantes: la matemática no lineal, la topología, la matemática fractal son algunas de las respuestas que se desarrollaron en este siglo para poder afrontar el desafío de ensanchar el universo, limitando el rango de aplicación de nuestras teorías, reconociendo y valorando la diferencia.

Prigogine y su equipo encontraron que los seres vivos violaban permanentemente la descripción clásica: desarrollándose, creciendo, transformándose, evolucionando, aumentando su complejidad. ¿Cómo explicarlo ? En principio debemos reconocer que los seres vivos no son sistemas asilados sino abiertos, es decir que intercambian energía y materia con el medio. Prigogine trabajó con sistemas químicos abiertos observando que en condiciones alejadas del equilibrio se producían fenómenos insospechados ( fuera de lo que preveían las leyes de la física clásica): interacción de las moléculas, comunicación, autoorganización, creación de nuevas estructuras, ampliación ( en lugar de remisión ) de las fluctuaciones hasta que finalmente el sistema evoluciona hacia una nueva estructura, emerge algo nuevo: una estructura disipativa.

Las estructuras disipativas son ordenamientos espacio-temporales producto de fenómenos de autoorganización en sistemas abiertos lejos del equilibrio; fluctuaciones gigantes estabilizadas por la disipación de energía al medio, que pueden evolucionar hacia nuevas estructuras.
Este " orden por fluctuaciones " introduce por primera vez la historia en la física: el sistema tiene memoria del recorrido que ha transitado. Su pasaje evolutivo ha dejado " huellas " en él. El haber atravesado por ciertas estructuras implica tanto una restricción como una posibilidad para el sistema.

Lejos del equilibrio estos nuevos estados de la materia que son las estructuras disipativas evolucionan en el sentido de una mayor complejidad. Las flechas del tiempo de la TNLPI y de la biología señalan en una misma dirección. El " precio " pagado es el de una perdida de universalidad de las leyes y por tanto un aumento de especificidad ( cada clase de sistemas tendrá una evolución característica y diferente de los demás ) y un compromiso entre el azar y la necesidad, en su camino evolutivo el sistema puede elegir entre diversas alternativas y es imposible saber a priori cual elegirá ya que esto depende de su historia y de las condiciones específicas que se dan en ciertos puntos críticos de su desarrollo.

Hacia un nuevo espacio teórico. El diálogo interdisciplinario

Lo que en un primer momento fue una apuesta arriesgada contra la tradición aristotélica, luego una afirmación dogmática dirigida contra todos los que intentaban sostener la diversidad cualitativa de la naturaleza, se vuelve a finales del s. XIX confrontación contra todo lo que no se sitúe en el ámbito de la academia científica organizada en disciplinas específicas: el resto de la cultura y especialmente la filosofía.
Sin embargo, en la actualidad se vislumbra que no hay ninguna razón para mantener esta situación y muchas para modificarla. Las ciencias - en particular la física -están delineando un nueva configuración de la ciencia donde sujeto-objeto y la relación entre ambos se presentan en forma claramente distinta a la de la modernidad. El sujeto adopta la doble posición de espectador y actor y establece vínculos acordes con los nuevos objetos científicos ( p.e. estructuras disipativas). Debemos destacar que los postulados de simplicidad, objetividad, universalidad, causalidad y determinismo han sido profundamente cuestionados desde la propia práctica científica.

Por su parte en la filosofía contemporánea existe una tendencia que se interesa por las condiciones de aparición de las experiencias posibles y abre la pregunta por las prácticas discursivas que constituyen al hombre actual. Esta línea de pensamiento sostiene - en clave nietzschiana - que vivimos en una época en donde " Dios ha muerto ": ya no hay un fundamento último que sustente y jerarquice todo lo que hay. Desde que " el mundo verdadero se convirtió en fábula" y el mundo aparente se desapareció -con el; la realidad no puede ser entendida como un dato objetivo que está por debajo o mas allá de las discursividades. El sujeto se disuelve como entidad metafísica y aparece constituido por las múltiples relaciones de saber poder que forman la sociedad contemporánea: el sujeto-sujetado.

En la actualidad se abre un nuevo espacio teórico que rompe con la drástica separación kantiana entre los campos de la filosofía y de la ciencia y abre un diálogo entre ellas, así como un espacio inter y transdiciplinario, donde sea posible pensar la ciencia como práctica humana y cultural abierta en un mundo abierto productivo e inventivo.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 1 - Octubre 1995
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