Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura

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Michel Sauval: El título de nuestra convocatoria es "de un analista a otro". Algunos de los ejemplos que propusimos son la relación de Freud a Lacan, las citaciones entre analistas, la relación entre el analista en el dispositivo clínico y en la teorización, la relación entre el analista que surge de un fin de análisis y el analista que condujo esa cura, en suma, todas las declinaciones que se quieran o puedan plantear de la relación de un analista a otro. En ese contexto, nos parecieron interesantes las expansiones que Ud. propone, en su libro "La loi de la mère", de la noción de prolongamiento del síntoma. Por eso hemos querido aprovechar su viaje a Buenos Aires 1 para tener la ocasión de poder conversar más en detalle sobre ese tema.

Teniendo en cuenta que su libro no ha sido traducido aún al castellano y que el público latino no ha tenido ocasión de leerlo, quizás convenga comenzar por la noción misma de prolongamiento del síntoma, para luego abordar las expansiones que Ud. propone de esa noción a las relaciones entre generaciones (padres a hijos), entre analista y analizante, y entre Freud y Lacan.

Geneviève Morel: La noción de prolongamiento la he encontrado en Lacan, en el seminario del síntoma. No es un concepto que el acuñó como tal. El dice solamente que el síntoma de Lucía, la hija de Joyce, prolonga el síntoma de su padre. A saber, que su padre sufría de palabras impuestas, que fueron la matriz de su obra, y que ella sufría de telepatía. Ella creía que era capaz de adivinar el pensamiento del otro, y él sostenía a su hija. Para él, ella no estaba loca, creía en la telepatía de su hija.

Lacan compara esta relación de síntoma entre el padre y la hija, con una presentación de enfermos que hace en Sainte Anne, donde había una sola persona, pero que había sufrido, en dos etapas sucesivas, un determinado síntoma. En una primera etapa él pensaba que alguien le transmitía pensamientos, un poco como las palabras impuestas, recibía mensajes. Y en una segunda etapa, más tarde, el pensaba que todo el mundo sabía lo que él pensaba. Y en ese momento, se quería suicidar porque no tenía ningún lugar donde estar solo. Lacan consideró que había un agravamiento del síntoma, y considera esas dos etapas como una sucesión lógica, y estas dos etapas, esos dos síntomas, articulados lógicamente a la misma persona, las proyecta sobre las dos generaciones de Joyce y su hija.

Entonces la prolongación sería esto, el hecho que los hijos toman algo del síntoma de los padres para transformarlo en un síntoma propio. Yo tomé esta noción, que he encontrado también en una novela de J. Franzen que se llama "Las correcciones"…

MS:.. ¿Dónde el personaje es Denise?

GM: He tomado Denise, pero están los otros hijos, y en cada uno, la "corrección" tiene el mismo sentido, el de que un niño se apoya sobre el síntoma de sus padres – madre y padre -, se apoya, quiere evitar la identificación, y entonces hace un cambio, y fabrica otro síntoma, aunque toma apoyo en el síntoma de los padres.

Es una manera de pensar las relaciones entre generaciones, que no sea solamente en términos de identificación. Me pareció que había ahí una alternativa, una novedad teórica. Me pareció muy interesante para pensar las relaciones en la sociedad de hoy, con las nuevas formas de parentalidad, y el debate que se plantea en la sociedad a propósito de si dos homosexuales pueden criar hijos, o no, y donde aparecen los argumentos de los psicoanalistas que se circunscriben al tema de la identificación. Por ejemplo, que va a faltar un modelo o referencia de identificación.

La idea de prolongación del síntoma permite pensar el síntoma del hijo más como una invención apoyada sobre el síntoma de los padres, que como una identificación. Esa era la idea.

MS: Comprendo su referencia al Edipo y las habituales identificaciones simbólicas e imaginarias. Pero no entiendo lo del prolongamiento del síntoma. Ud señala en su libro que en esa invención de su síntoma, el hijo corrige las carencias de los padres, más precisamente, corrigen su deseo 2

GM: No, no es eso. Que corrigen significa que no quieren identificarse, no quieren ser como sus padres, quieren evitar algo. La niña, por ejemplo, no quiere ser como su madre. Entonces va a localizar algo que no quiere de su madre. Pero cuando quiere evitar esto, inevitablemente lo va a tomar como un elemento, y va a fabricar otra cosa, que no es idéntica, sino que se apoya sobre eso. Esa es la idea de la corrección. No es la idea de la carencia.

MS: Pero Ud. lo plantea en relación a la carencia en su libro 3.

GM: En el libro, pero no en la cuestión del prolongamiento

MS: Lo plantea al final del capítulo sobre los usos psicoanalíticos del síntoma, en relación al prolongamiento entre las generaciones 4. Y también lo plantea en relación a la carencia del analista 5 en el prolongamiento del síntoma del analista. Pero lo que no entiendo es como se articula ese prolongamiento con la constitución del sujeto como objeto a causa del deseo del Otro, de un Otro que no deja de encarnarse en alguna de las figuras que han intervenido en la crianza de cada persona.

GM: Es otra manera de ver las cosas. El sujeto está tomado en el interior de la relación de sus padres, está localizado de cierta manera. Esa localización le sirve de apoyo pero hace un giro para salir de cierta manera.

MS: Claro, pero mi pregunta es "quien" es el que hace ese giro? Desde qué lugar? "Quien" es el sujeto?

GM: El niño. En el ejemplo de la novela, la hija

MS: Pero ¿a qué nivel tomamos el sujeto? Porque el sujeto, ¿es el objeto a? ¿es el S barrado? ¿Quien es?

GM: El sujeto no es el objeto a. Tiene un lugar en el deseo de sus padres pero no es idéntico a eso.

MS: Pero se constituye por la sustracción de ese objeto y el deseo que causa

GM: Se constituye por las interpretaciones que él hace de lo que él es para sus padres, que no es igual a su interpretación, porque sino estaría determinado. Se constituye por una operación suya. Y esta operación es donde digo que se puede pensar el prolongamiento del síntoma en referencia a la última parte de la enseñanza de Lacan, que no es igual a la parte de los años 60. Pensar las cosas en términos de " sinthome" no es lo mismo que pensarlas en términos de objeto a. Es lo que digo en mi libro, es otra manera de ver las cosas, otro punto de vista.

MS: Pero hay ciertas analogías. Porque Ud dice que con el síntoma que crea, el hijo se separa de la ley de la madre, de los equívocos.

GM: Si.

MS: Y en los seminarios 10 y 11, también tenemos una idea de separación. En el seminario 11, es como objeto a que el sujeto completa la segunda operación de alienación y separación, se separa.

GM: El interés es ver cómo uno se separa, con qué se separa, de qué se separa. Lo nuevo en pensar en el sinthome como separador, es ver un medio de separación que no es idéntico al padre, no es forzosamente idéntico al padre. En lo que dice Ud no se aclara cómo se separa.

MS: Cayéndose como objeto.

GM: Un niño no se cae como objeto para separar. No es una cosa concreta para separar. En la teoría lacaniana la separación es con la idea del nombre del padre. En el primer Lacan el niño se separa con la operación del nombre del padre. Y cuando tenemos el objeto a, esto no cambia ya que no hay separación sin castración, lo que opera la separación es el agente paterno.

La nueva idea de la última parte de la enseñanza de Lacan es que otra cosa puede ser separadora, que no es forzosamente el padre. Es el sinthome. Esa es la idea de desarrollar el punto de vista del sinthome como separación posible del niño respecto a la ley de la madre sin forzosamente usar la ley paternal. Porque hay muchos sujetos que no tienen acceso a eso, para los cuales no funciona, por algunas razones.

Entonces, es cuestión de enseñar que hay, en la clínica de hoy, muchos sujetos que se separaron con otra cosa que el nombre del padre, con el sinthome. Sinthome que puede ser el padre, pero no el nombre del padre. He dado un par de ejemplos, como el de Paul, donde se ve que usa algo de su padre, pero no es la ley del padre.

MS: Si pasamos entonces al segundo tipo de prolongamiento, de un analista su analizante, Ud llega a formular que cada analista analiza con su sinthome 6.

GM: Si, el analista analiza con su sinthome.

MS: No entiendo. ¿Cómo puede analizar con su sinthome?

GM: Lo he explicado en detalle. Es una cosa complicada. No se puede explicar en pocas palabras. Hay que tomar los ejemplos.

MS: Tomemos algunos ejemplos entonces.

GM: Lacan dijo que el analista es un síntoma. Significa que no hay análisis puro. El analista está con su deseo. Pero el deseo es tomado en algo, no es una cosa divina que esté en el cielo de las ideas. El modo de interpretación del acto analítico, que ocurre en algunos momentos, que cae para los dos, para el analista como para el analizante - las cosas no se calculan en la interpretación, si una interpretación es calculada, es mala – en esos momentos, lo que funciona, efectivamente, es el sinthome del analista, algo que tiene que ver con su propio análisis.

MS: Ud. da el ejemplo de dos analizantes de un tal MX, donde ese MX tendría una posición de "buen padre" – lo cual no lo hace muy original, puesto que es una posición muy común, es incluso la posición que Lacan le reprocha a Freud respecto a la joven homosexual femenina, en el seminario sobre la angustia – una posición de "buen padre" que aparece o interviene en las resoluciones de los análisis de esos dos analizantes.

Pero esos finales de análisis, en tanto marcados por el supuesto sinthome de MX, ¿no serian ejemplos, justamente, del obstáculo que implica esa presencia del sinthome? Es decir, ¿no serían ejemplos de que si se "analiza" con el sinthome, justamente, se hará fracasar esos análisis? El sinthome del analista se verifica como un obstáculo al análisis y no como medio de análisis. Como ocurrió con la joven homosexual de Freud.

GM: Con la joven homosexual, el análisis se interrumpió. Pero en uno de los ejemplos que doy – con la correspondiente desfiguración, pues son casos del dispositivo de pase – el analista tiene un ataque de cólera 7, y llega a confesarse…

MS: … casi al estilo de los viejos practicantes de la contratransferencia, con la confesión de sus sentimientos..

GM: … algo así, pero al paciente eso le produce un efecto y luego su síntoma cambia. Entonces, no se puede decir que fue negativo. Es porque tenemos la idea de un análisis puro donde el analista tendría que estar, no se, en espíritu. Pero no, el analista está con su cuerpo, con sus cosas, su punto de vista, etc. En este caso no fue negativo.

MS: Bueno, tampoco fue negativa la intervención de Margaret Little en el caso que comenta Lacan en su seminario sobre la angustia, cuando le confiesa a su paciente en duelo por la muerte de una pariente lejana, la pena que le causa. Pero lo que Lacan subraya como eficiente en esa intervención es el punto de angustia 8 que la paciente detecta en Margaret Little, que abre a cierta dimensión de falta, al deseo del analista.

GM: ¿En relación a qué ideal?

MS: ¿Porqué a qué ideal?

GM: ¿En relación a qué ideal habría una falla? ¿En relación a qué ideal del deseo del analista habría aquí una falla? La intervención de Margaret Little es genial. Cambia todo para la paciente

Mariela Lopez Ayala: Sin entender nada de lo que pasa

GM: Hay muchos analistas que analizan sin entender lo que hacen. Cuando Lacan dice que el analista no piensa significa que hay muchas cosas que el analista no entiende, que lo importante es su posición. En el caso de Margaret Little probablemente había entendido algo inconscientemente para hacer esa intervención. Tuvo un acto. En esos momentos, hay un acto.

Es el síntoma del analista que funciona. En los ejemplos de los analizantes de MX es la relación con la paternidad, en el primer ejemplo, es este enojo del analista, de una cosa de pasión que no domina. De donde viene, no lo se. No puedo saber de donde viene esa posición de los analistas. Pero es algo sintomático que funcionó. En cierto momento, en que hay una intervención que hacer, ellos tienen el síntoma que funciona, y el analizante toma algo para hacer otra cosa. Por eso he hablado de prolongación. No es identificación. No es que el analizante se va a enojar como su analista, por el resto de su vida, no toma el rasgo "enojarse" para ser analista. No es esto lo que funciona. Funciona otra cosa.

MS: En el caso de Margaret Little tenemos algunas noticias de donde le vienen sus cosas puesto que nos ha dejado un relato de su análisis con Winnicott. Ella tiene la idea que el analista debe dar una respuesta total a las demandas de su analizante, y así como Winnicott la "analizó" sosteniéndole las manos 9, ella está dispuesta a "analizar" del mismo modo a sus pacientes.

GM: Ella puede tener esa teoría, pero lo que funciona es otra cosa. Lo que funciona es lo que en ese momento la localiza como objeto. Quizás ella pensó que había que estar en simpatía, pero no es lo que hizo. Lo que importa es lo que hizo y no lo que piensa que hizo.

MS: Pero podríamos decir que ella no analiza "con" su síntoma sino "a pesar" de él. No por casualidad Lacan subraya también otras intervenciones de Margaret Little que poco parecen tener que ver con ese "síntoma" que le podríamos suponer, pero que en relación al caso también ponen en juego esa dimensión de la falta, y por eso animan ese análisis. Es decir, lo que Lacan subraya son las intervenciones que hacen jugar la falta, más allá de la posición contratransferencial del analista – ya que ese sería la denominación que correspondería a la cuestión de su síntoma.

El ejemplo de los dos pacientes de Lucia Tower, que Lacan comenta en ese mismo seminario sobre la angustia, permite más precisión pues en esos casos la constancia de una misma posición contratransferencial de la analista, para el caso, la idea de que un hombre debe poder "doblegar" a una mujer, funciona positivamente en un caso - Lucia Tower se presta a ser "doblegada" por su paciente - y negativamente en el otro - Lucia Tower considera que la posición dominante que le reclama el paciente inviabiliza el análisis, no entiende que en ese caso "doblegarse" consistiría en fingir de algún modo esa posición reclamada y, paradójicamente, el análisis se interrumpe con una acción "dominante" de su parte, la derivación forzada, que deja al paciente pendiente de ella.

En suma, si asumiéramos que el analista analiza "con" su síntoma solo nos quedaría armar la genealogía sintomática correlativa a la genealogía de los divanes.

GM: Pero no es una identificación. El analizante adivina, respira algo del síntoma del analista, como el niño adivina algo de sus padres, retira algo se esto, se apoya sobre algo de esto, cuando hay intervenciones del analista, actos analíticos. Cuando hay acto analítico el analista es tomado en su sinthome. Y el analizante toma algo de esto, pero ese algo es mezclado, es articulado con sus propios síntomas, con lo que ha tomado de sus padres, con lo que es su vida, y hace otra cosa que va a intervenir, para él, en su futuro como analista.

Federico Aboslaiman: Hace un bricolage

GM: Pero como el caballo en el juego del ajedrez, que salta, que no es lineal. Hay analizantes que han tomado la voz de su analista para decir algo a sus pacientes. Eso es una identificación. Esto existe. Pero me parece que no es el fondo de la operación analítica. Tuve la suerte de escuchar, en el cartel del pase, muchos pacientes de un mismo analista, y veía que había algo del acto analítico que estaba transmitido por los pacientes de ese analista, que era común. Pero esos analizantes no hacían las mismas cosas con ese algo común. Se apoyaban sobre eso y hacían otra cosa. Por eso no estaban identificados entre ellos y tampoco al analista. Era una operación más compleja que una identificación.

FA: Prolongamiento me hace pensar en una continuidad

GM: No, porque Lacan señala que hay dos tiempos, no es una continuidad, es una articulación. El segundo se articula al primero, pero se articula también con otra cosa. Habría el sinthome del analista y el sinthome del paciente.

MS: Ud da otro ejemplo, el de John, el que tenía esa frase según la cual, antes de hablar tenía que dar 7 vueltas a la lengua en la boca 10. No es un ejemplo de la parte del libro sobre los prolongamientos del síntoma sino de la parte sobre el síntoma y la ambigüedad sexual. Ud señala que finalmente él encuentra una manera, o una posición, para analizar, al poder salir de la feminización en que lo colocaba esa frase y lograr cierta posición masculina que lo orienta en la búsqueda del goce femenino. Ahora bien, en relación al final del análisis, Ud subraya que el analista le dice que el saber estaba de su lado, que el saber lo tenía él.

GM: Al final está la sonrisa de la hiena.

MS: Si, pero eso ocurre luego del final de su análisis, cuando vuelve para hacer los "entrenamientos" para dar el pase. Su análisis termina con la creencia en un saber – para el caso sobre el goce femenino – que no deja de relacionarse con esta afirmación de su analista de que él tiene el saber. Parece que su analista cree, también, que hay un saber, y que se analiza con el saber.

GM: Se trata del poder institucional. El no puede separarse de su analista, porque su analista es un hombre de poder institucional, es un conductor. Y ese analista intenta algo para disminuir la idealización de saber. Es lo que el analista intenta hacer con esa intervención.

MS: Bueno, pero como Ud decía, no importa lo que cree que hace sino lo que hace, y no parece que decirle a su paciente que el saber lo tiene él, el paciente, lo saque de la idea de que hay un saber y se analiza desde ahí. En suma, retomando la problemática del prolongamiento del síntoma del analista al analizante, pareciera que el común denominador de estas situaciones en que interviene el síntoma del analista, aún en los casos en que eso haya sido útil para el análisis, es que es el punto último al que se llega. El analizante puede llegar a hacer algo con esa intervención, pero esas situaciones no dejan de ser, también – por lo menos por los ejemplos que manejamos – puntos de terminación, o puntos topes, para cada uno de esos análisis. Esos análisis podrían haber ido más lejos, como se ve en el ejemplo de John con la sonrisa de la hiena y la ironía de los enigmas acumulados en una sola máxima

GM: Porque tiene una idealización muy fuerte del final del análisis. Es la idea que hay que ir más allá, mas allá, mas allá. ¿Porqué pensar que es un detenimiento?

MS: En el caso de John por lo que Ud dice, que no se analizó esa sonrisa

GM: Es un caso de psicosis. El final de un caso psicótico es distinto.

MS: ¿Un caso de psicosis?

GM: Lo he planteado con suficiente evidencia, cuando digo que no tiene acceso a la castración simbólica.

Yo estoy en contra de la idea que cada vez que hay una intervención del analista habría un indecidible y que siempre se podría haber hecho mejor. Hablamos de lo que pasa, porque lo que "habría pasado si…", no lo podemos verificar.

Entonces, yo, en esa situación, escuché analizantes de análisis muy largos y complicados, y no hay final de análisis sin impasse. No es que todo se resuelve en un final de análisis. Entonces, lo que me interesó es la alteración, el analista hizo cambiar algo, que fue construido. Después, se puede seguir, se puede no seguir, pero hubo aquí un acto, algo conclusivo y efectivo para el analizante. Es lo que verifiqué, sin juicio de valor sobre lo que habría sido mejor. No puedo hacer comparaciones entre lo que es y no lo que habría sido.

MS: Fue conclusivo….

GM: Fue conclusivo para ellos, con un cambio de su síntoma bastante importante para que quieran testimoniarlo. Vinieron a testimoniar que para ellos había habido algo importante. Y me parece que se apoyó sobre algo del analista que los analizó, viendo que los pacientes de un mismo analista con la misma cosa del analista. El fin del analista es su sinthome.

El deseo del analista es una noción que hay que criticar. Es una noción demasiado idealista porque la gente lo ve como una cosa pura.

MS: Es una función

GM: Si, pero una función que concretamente se encarna. Y se encarna con síntomas, con problemas.

Yo he intentado dar un soporte teórico con la última parte de la enseñanza de Lacan, porque había indicaciones que me permitían hacerlo. Me apoyé sobre textos, cosas que intento analizar, para intentar dar cuenta cómo funciona el final del análisis.

MS: Pasemos entonces a la relación de Freud y Lacan

GM: Es otra cosa

MS: Pero es el tercer modo de prolongamiento que Ud propone.

GM: Si, pero es distinto. Es Lacan quien dijo que su síntoma es lo real.

MS: Pero Ud dice que es un prolongamiento.

GM: Si, digo que se puede entender como un prolongamiento, un cambio de la teoría para hacer otra cosa.

MS: Pero ¿porque no podría tomarse ese cambio en la teoría como un cambio de paradigma, como lo plantea, por ejemplo, Allouch, en "Freud y después Lacan", cuando señala que el RSI lacaniano es un cambio de paradigma? ¿Cómo habría de pensarse ese cambio conceptual o teórico en términos de prolongamiento del síntoma? ¿Porqué considerar la producción teórica como un síntoma y no en términos epistémicos?

GM: Lacan dijo todo el tiempo que él era freudiano. El decía, "yo soy freudiano, ustedes hagan lo que quieran". Todo el tiempo ha asumido que la consistencia del dispositivo era independiente de la orientación del analista, lo que me parece muy importante. Hay una consistencia propia del dispositivo. Entonces un analista freudiano o un analista lacaniano, si funciona como un analista, no es una cuestión de técnica o de teoría. Por eso Margaret Little es una analista, también hay lacanianos que son analistas, y la consistencia del dispositivo es lo importante. Porque hay toda una historia en que se dice que si hay sesiones cortas no seriamos freudianos. Y Allouch plantea que son cosas distintas, que hay análisis freudiano y análisis lacaniano. Yo pienso que la consistencia del dispositivo funciona. Hay reglas analíticas, la asociación libre, el pago, la regularidad, el hecho que el analista sea analizado, son reglas minimales que determinan el funcionamiento del dispositivo. Después hay maneras de hacer, también cuando se pasa de un analista a otro. Se cambia mucho. Entonces yo no estoy de acuerdo con Allouch en ese punto.

MS: Pero lo que Ud sostiene va más lejos, porque, en cierto sentido Ud plantea que la concepción teórica es una producción sintomática.

GM: Para mí hay una continuidad muy fuerte entre Freud y Lacan. Hay cambios muy importantes también, pero estos cambios de Lacan, se apoyan sobre algo, para hacer otra cosa, pero se apoya, se apoya muy fuerte.

MS: Pero pensándolo así, ¿podríamos decir que su libro también es un prolongamiento sintomático?

GM: Claro. Yo también soy un sinthome. No me considero una excepción.

MS: Pero una cosa es que ud tenga un sinthome…

GM: Yo soy un sinthome. Cuando analizo soy un sinthome. Y el libro también es un sinthome. El sinthome es un prolongamiento de mi análisis, de mi práctica, de mi relación con las instituciones analíticas, de muchas cosas, de mi pasado de matemática

MS: ¿Pero porqué no poder tomar el libro desde un punto de vista epistémico?

GM: Hay epistemología en mi libro. ¿Porqué sería contradictorio?

Es el propio Lacan quien dice que su real es su síntoma. Dijo eso sobre lo real porque lo real era un problema conceptual, de la definición, un impasse. Y al final quedó la cuestión del sentido de lo real, y hay algo que él trabaja mucho y no llega a resolver de una manera satisfactoria. El sinthome permitiría un anudamiento entre el sentido y lo real, cuando antes quería separarlo. Se vio obligado a una solución de compromiso. Y hay un rechazo, en él, muy importante, a la noción de cantidad, de Freud, de toda la cuestión energética, que fue lo real para Freud. Y él dice, tengo otro real. En ese punto hay un prolongamiento. No se puede decir que hay un corte. Hay cambios fuertes, pero estos cambios se articulan con lo anterior. No son dos teorías que no tienen nada que ver. Analíticamente, y políticamente, es un error de los lacanianos el querer separarse de los freudianos. Pienso que Lacan nunca lo quiso. Fue obligado. Y toda su vida ha dicho que era freudiano.

MS: Muchas gracias por su tiempo y su atención

Notas

1 Geneviève Morel estuvo en Buenos Aires a fines de octubre de 2008, para dictar un curso en Flacso

2 « Les symptômes des enfants prolongent ceux des parents, corrigent leur désir en créant de l’inédit », G. Morel, « La loi de la mère », page 169
("Los síntomas de los niños prolongan los de los padres, corrigen su deseo creando algo inédito").

3 « On posera donc qu’il y a toujours carence de l’Autre et que le sujet en est responsable, au sens ou il doit y répondre par un symptôme », « le symptôme de l’enfant répond fondamentalement a une carence structurale », G. Morel, « La loi de la mère » page 211
("Plantearemos entonces que hay siempre carencia del Otro y que el sujeto es el responsable de ello, en el sentido en que debe responder mediante un síntoma", "el sintoma del niño responde fundamentalmente a una carencia estructural").

4 G. Morel, "La loi de la mère », page 212

5 « Pourquoi ne pas penser que cette invention emprunte à son analyste, et même répond à la carence de celui-ci ? », G. Morel, « La loi de la mère », page 173
("Porque no pensar que esta invención toma prestado de su analista, e incluso responde a la carencia del mismo?")

6 « Dans la pratique, le nouvel analyste analysera avec son sinthome, donc gardera ainsi, dans sa pratique, la marque du sinthome de son analyste », G. Morel, « La loi de la mère », page 189
("En la práctica, el nuevo analista analizará con su "sinthome", y así conservará, en su práctica, la marca del "sinthome" de su analista")

7 G. Morel, « La loi de la m ère », page 177

8 "La intervención le había hecho percibir a la paciente que había en la analista lo que se llama angustia. Aquí nos encontramos en el límite de algo que designa en el análisis el lugar de la falta", J. Lacan, Seminario "La angustia", Ed. Paidos, página 157

9 "Para mí, D. W. no representaba mi madre. En mi delirio transferencia, él era mi madre (…) para mí las manos de D. W. eran el cordón umbilical, su diván la placenta, y la manta las membranas" (subrayados de M.L), Margaret Little, "Relato de mi análisis con Winnicott", Lugar Editorial, página 91

10 G. Morel, « La loi de la mère », page 219

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 25 - Diciembre 2008
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