Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Una articulación entre la angustia y el duelo
Sueño "el padre no sabía que estaba muerto"
Liliana Polaco

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El horror se apodera de uno cuando Mefistófeles (Fausto) entra saltando por la ventana...
esa aparición es una idea profunda..efecto de lo demoníaco...
así aparece un hombre...lo súbito.. es lo demoníaco...
así se siente la angustia.
Kierkegaard

En este trabajo voy abordar en el tema de la angustia, su articulación con el duelo en referencia a algunas de sus implicancias en la teoría y la práctica analítica .

Práctica que me interesa pensar en relación a la producción de un sujeto en un análisis.

También, voy a puntuar los temas mencionados en "La novela familiar del neurótico", el Sueño "el padre no sabía que estaba muerto" y sus articulaciones con lo inconciente.

La angustia es para Freud un punto nodal, enigmático y nos convoca a una de las claves de la cuestión de las neurosis y del deseo humano presente en los síntomas en los sueños u otras formaciones de lo inconciente.

La angustia es "algo sentido", " un afecto", "que no se deja atrapar con facilidad". Como dije antes voy a circunscribir este afecto en relación a la producción de un sujeto en análisis

La posición de un analista en una cura propicia la producción de un sujeto, producción que a veces decanta y se articula como consecuencia del trabajo de duelo en relación al Otro primordial. La angustia en el proceso analítico, a veces está en relación con ese trabajo de duelo. Duelo por el lugar en el Otro, aquel que nos constituye y creemos ser su falta.

Quiero destacar esta connotación de la angustia articulada con el duelo por el lugar en el Otro, sin negar otras formas de manifestación.

El desamparo inicial del ser humano y como consecuencia la añoranza de respuestas lo orientan hacia las palabras y la mirada del Otro, en la búsqueda de ser amado. Así el sujeto hace intentos de querer saber cuales son sus supuestas demandas, aquellas que lo puedan colmar. Partimos como sujetos de una indefensión estructural (Hillflosgikeit) que va desplegándose hacia una novela familiar. Novela que será sepultada si hace el pasaje por la castración no sin angustia, en las idas y vueltas del análisis.

En "La novela familiar del neurótico" Freud señala que los pacientes se sienten hijos de otros padres, distintos de los presentes, dado que los padres reales, no tienen que ver con los idealizados de la infancia. Entre el padre real y el de la invención hay una falta necesaria e ineludible. El chico después de haber creído que todos sus pensamientos son conocidos por sus padres se da cuenta que no es así. Descubre que el Otro puede no saber. Quiero decir que "hay un correlato entre un "no saber" en el Otro y la constitución de lo inconciente" 1. Me refiero al develamiento de la castración en el Otro, correlato de la propia castración. Entonces, en el mejor de los casos y no sin angustia el análisis posibilita construir un padre que puede "no saber". Esto implica la necesariedad del trabajo de duelo por la muerte de un padre. Duelo por un supuesto padre mítico "todopoderoso" y que "todo lo sabe" a un padre que puede "no saber", eje paradigmático de un análisis.

Me voy a referir a un sueño relatado por un paciente de Freud y lo voy articular con los temas propuestos.

Se trata de un hombre que cuidó a su padre durante una larga y cruel enfermedad letal, en los meses que siguieron a su muerte soñó repetidas veces:

"El padre estaba de nuevo con vida y hablaba con él como solía. Pero él se sentía en extremo dolorido por el hecho que el padre estuviese muerto, sólo que el no lo sabía" El camino a la comprensión del sueño, es agregar "según el deseo del soñante", y añadir que el soñante, deseaba que el padre estuviese muerto. El pensamiento onírico dice: era para él un doliente recuerdo el haber tenido que desearle la muerte a su padre (como liberación) cuando aún vivía, y cuan espantoso había sido que el padre lo sospechase. Se trata de los autorreproches que siguen a la muerte de un ser querido, reproche que se remonta hasta el significado infantil del deseo de la muerte del padre." 2

El trabajo con el reproche por la muerte de un padre se corresponde con la angustia del sujeto por el temor a la pérdida de su amor, el dolor y el decir "el no lo sabía" como constitución de lo inconciente.

Es decir que el sueño en su enunciado satisface un anhelo (el padre hablaba como solía) y posibilita sentir el dolor. Su enunciación está mediatizada por la interpretación de "según su deseo".

Deseo que angustia y que nos enfrenta a la pregunta por el deseo del Otro y la ubicación del soñante frente a los interrogantes :¿ que soy para el Otro?,¿Que quiso mi padre de mí? ¿Que fui para él?, preguntas que valen por su interrogación y lo misterioso del deseo del Otro.

Si estos interrogantes se constituyen como tales y a través del trabajo con las supuestas demandas del Otro se inscribe un recorrido, singular en cada sujeto. Recorrido que implica un proceso, el del análisis. Proceso donde se delimita lo imposible de responder a estas demandas.

En la novela de cada sujeto retorna algo del mito de lo que ese padre debería haber dado y de lo que supuestamente uno fue para él.

Avanzando un paso más en la elaboración del sueño me voy a referir a:

El soñante se constituye como deseante en ese "no saber", por supuesto siempre en un proceso de análisis. También en este proceso, el trabajo de elaboración del sueño hace posible la escritura inconciente de "él no lo sabía", marca que estructura la pérdida del mito de un padre todopoderoso. Así, la posición del analista podrá o no dar cuenta, de estas marcas o anotaciones inconcientes en el transcurso de una cura.

"El no sabía que estaba muerto" nos muestra una paradoja: ¿acaso se puede saber que uno está muerto?

El padre ahora no sabe, es "no todo" se ha producido una falta en el saber, una exclusión del lugar de omnipotencia atribuída al Otro. Estamos en el terreno de la angustia.

La transferencia es un lugar privilegiado para poner a trabajar el mito de un sujeto en relación a Otro todopoderoso. Serán necesarias las idas y vueltas de un análisis, la construcción de repetidas escenas que van produciendo no sin angustia, un sujeto deseante no sin relación a Otro. Otro que en el proceso analítico, se empieza a admitir con carencias o sea en "falta".

El análisis va inscribiendo la imposibilidad y la necesariedad del pasaje de un padre" todo "a un padre que pueda trasmitir el don de la falta (no todo ): "el no sabía que estaba muerto".

La posición del analista es quien lee ese saber mítico. Lectura que produce un padre al mismo tiempo que trata de deshacerse del mismo.

La muerte del padre quien se fue con el "supuesto secreto de la vida", nos confronta con el dolor de existir, con la propia muerte de la cual nada podemos decir.

Así como en la elaboración de un sueño, el trabajo de un análisis también intenta construir el relato pormenorizado de un sujeto, su sufrimiento, el dolor, la angustia por los desencuentros con el Otro.

Los síntomas en una de sus vertientes, develan esa búsqueda desesperada de tener un lugar en el Otro, de ser su falta. Por otro lado los síntomas retienen el objeto de la identificación con el ser amado u odiado.

Al sujeto le cuesta ceder esa libra de carne, porque en ese dolor está unido al otro,( identificación a un rasgo) buscando su amor3.

La angustia surge frente a la amenaza de la pérdida de esa libra de carne, retenida en síntomas, sufrimiento, dolor.

Así, los pacientes nos relatan con dolor como tratan de vivir colmando al Otro. El camino de un análisis lleva al sujeto a intentar recorrer, y al mismo tiempo "correrse" de las supuestas demandas del Otro. Esto último implica un proceso de duelo y de pérdidas de lugares donde en el sujeto, sus síntomas hablan de la necesariedad de esa "amarga experiencia vital". Experiencia que posibilite la inscripción de un desencuentro esencial con el Otro

La pérdida de lugares y la inscripción de esa disarmonía enfrenta al sujeto con la angustia. Angustia anudada al deseo. Cuando digo deseo no me refiero a las ganas de o al permiso para, sino el deseo causado con el encuentro con interrogantes que producen los desencuentros, las disarmonías, la añoranza de los paraísos perdidos, la pérdida de los padres ideales...

Angustia que una vez situada y en el intento de ligarla va delimitando un camino. Camino deseante y angustioso que confronta al sujeto a la pregunta que soy para el Otro? ¿que quiere de mi? ¿quiere mi pérdida?¿ desea un fragmento de mi?.

Ese "fragmento de mi" es tal vez una expresión de la otra cara del amor. Me refiero a un amor no sólo narcisista, ligado al duelo al que la transferencia aloja, si soportamos la angustia.

Priorizar el trabajo con la angustia, afecto privilegiado, ya que "no engaña" 4 e intentar articularla nos confronta con la apuesta jugada en cada análisis en relación a lo inconciente.

Nuestro trabajo choca contra la dureza del núcleo inconciente donde lo más intimo y secreto empieza a sentirse como extraño, ahí en eso extraño-íntimo se presentifica la angustia.

El trabajo de duelo tal vez sea un camino necesario que posibilita recorrer esa relación íntima y extraña con el Otro.

Intenté aproximarme a la angustia articulada con el trabajo de duelo, duelo que posibilite la constitución de un sujeto en un análisis, con sus implicancias como dije al comienzo del trabajo, en la teoría y la clínica. Duelo que mediado por el amor, la transferencia y la angustia, en su articulación representan el intento de velar y develar lo irrepresentable de una herida fundante.

Sin negar que las vicisitudes de la transferencia la ponen en escena como un campo abierto a la realidad del inconciente.

Nuestra posición analítica nos confrontan no sin angustia, con las dificultades de una cura y las de la trasmisión del psicoanálisis. Dificultades que como analistas nos convocan a recorrer y seguir recorriendo diferentes enigmas en el viaje entre la vida y la muerte. Viaje que si tiene en cada uno de nosotros las marcas del deseo inconciente indestructible, o sea las del propio análisis, quizás entonces el pasado se constituya como pasado y habrá un por-venir, donde la miseria neurótica no puede seguir velando el dolor de existir.

Notas

1 J.Lacan: Lacan Oral…Página 18: "una de las revoluciones del alma infantil, la del momento en que el niño después de haber creído que todos sus pensamientos son conocidos por sus padres se da cuenta que no es así..descubre que. el Otro puede no saber. Hay correlación entre este no saber en el Otro y la constitución de lo inconciente".

2 S.Freud: Formulaciones de los dos principios del acaecer psíquico. E.A.TXII

3 "Nunca estamos menos protegidos contra las cuitas que cuando amamos, nunca menos desvalidos que cuando hemos perdido el amor del amado"

4 Dado que el significante en su carácter estructural engaña, quiero subrayar que la certidumbre de la angustia u otro afecto hace más probable operar con el discurso del paciente. Ya que así es posible escuchar "lo que se desliza entre los significantes"el deseo inconciente.

 

Bibliografía

Freud S.: Interpretación de los sueños.:Acerca del cumplimiento de deseo A.E.:TV

Freud S.: Correspondencia con Fliess. Manuscrito E: ¿Como se genera la

angustia? A.E.T.II.

Freud S.:Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico. A.E.T.XII

Freud S.:Duelo y melancolía. A.E.TXVI

Freud S.: Inhibición, síntoma y angustia. A.E.:T.XX

J.Lacan. Seminario 6. El deseo y su interpretación. Inédito.

Kierkegaard Soren: El concepto de la Angustia.

Lacan J.: Seminario La Angustia. Paidos.

Lacan J.:Lacan Oral. Hamlet: un caso clínico. Xavier Bóveda Ediciones

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 24 - Diciembre 2007
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