Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Puntuaciones sobre el trastorno maníaco
"Cuando el objeto a no funciona"
Oscar Cabas Haydar

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"Las ideas rápidas se convierten en demasiado rápidas y hay demasiadas….
.la confusión reemplaza con rapidez a la claridad…
el pensamiento se bloquea….la memoria se desvanece…
el humor desbordante deja de ser divertido….tus amigos comienzan a asustarse…
todo se vuelve en tu contra… te sientes irritable, enfadado,
asustado, incontrolable y atrapado"
Discurso de un paciente Con enfermedad Maniaca.

Buenas noches, agradezco el espacio de seminario que la revista virtual de psicología Parlêtre, me ofrece para hablar de uno de los trastornos psiquiátricos mas frecuente en las instituciones de salud mental de la ciudad de Cartagena, discurso con el que trabaje durante un año y que permito la realización del siguiente escrito.

Al revisar las denominaciones que este trastorno ha tenido a través de la historia nos encontramos que la más reconocida es la de enfermedad Maniaco - Depresiva, denominación que hace referencia a:

"trastornos graves del estado de animo donde la persona presenta de manera característica euforia o irritabilidad, verborrea, fuga de ideas y actividad motora aumentada, acompañado de un estado depresivo donde tienen animo depresivo, retardamiento de la actividad mental y motriz, y algunas veces, sentimiento de agitación y recelo"(Freedman A, Kaplan H, Sadock B, Compendio de psiquiatría , 1984, Pág. 271)

Esta denominación para algunos psiquiatras y analistas todavía se mantiene, pero para el CIE 10 o el DSM IV este trastorno tomo el nombre de trastorno bipolar con diferentes denominaciones dependiendo de los síntomas que presente.

Pero en relación a la Manía que es el tema de este escrito se presenta los siguientes criterios diagnósticos según el CIE 10 para el episodio Maniaco:

Con estos criterios es como se clasifica a personas con este trastorno por eso a continuación se resalta un breve esquema de los psicoanalistas que aportaron al estudio del mismo dándole una nueva visión y forma de intervenir con estos discursos, veamos algunas postulaciones que se ampliaran a lo largo de este escrito.

Los primeros estudios sobre este trastorno corresponden a los realizados por Karl Abraham (1911, 1916, 1924), conceptualizaciones que fueron complementadas con lo que el maestro del psicoanálisis Freud, (1917) en su celebre ensayo Duelo y Melancolía y en Más allá del Principio del Placer (1919-1920) desarrolla.

Así mismo el psicoanalista Austriaco Otto Fenichell (1982) en su libro teoría psicoanalítica de las neurosis dedica un capitulo a la depresión y la manía.

Continúa el desarrollo teórico con la escuela inglesa y una de sus máximos exponente la psicoanalista Melanie Klein (1935) quien plantea la llamada defensa maniaca.

Por ultimo encontramos los planteamientos de Jacque Lacan en el seminario X denominado La angustia donde expresa su denominado ciclo Manía – Melancolía.

Iniciando por Karl Abraham (1911, 1916, 1924): Describe a la manía como la antítesis de la depresión, aunque las dos fases parecerían, a simple vista, completamente opuestas. En relación a la fase maníaca y la fase depresiva, considera a ambos estados similares en cuanto están dominados por los mismos complejos, difiriendo únicamente en la actitud que toma el sujeto hacia los mismos. En relación al surgimiento de la fase maníaca plantea:

"el comienzo de la manía ocurre cuando la represión no puede resistir más el asalto de los instintos reprimidos.

Esto lo lleva a la conclusión de que, si en el paciente depresivo hay una tendencia a negar la vida, en el maníaco la vida comenzaría nuevamente, retornando a un período donde los impulsos aún no habían sido reprimidos.

El estado de despreocupación y alegría propios de los estados maníacos se deben, según Abraham, a la abolición total o parcial de la inhibiciones normales. Esto lo lleva a considerar que el placer propio de este estado derivaría de la misma fuente de producción del chiste.

Además de lo anterior, expresa que el ahorro de energía que se obtiene en la manía se convierte en una fuente de placer duradera, mientras que en el chiste la suspensión de las inhibiciones sólo es transitoria.

Algo muy importante y que nos da una explicación sobre las diferentes fuentes de placer del maniaco es que:

"Otra fuente de placer que posee el paciente maníaco como consecuencia de la eliminación de las inhibiciones es el acceso a antiguas fuentes que habían sido reprimidas produciendo en estas personas conductas de tipo infantil".

La explicación de otro de los síntomas característicos de la manía como lo es la fuga de ideas y la logorrea lo manifiesta de la siguiente forma:

"Encuentro en la fuga de ideas propias de estos pacientes una similitud con la falta de control lógico y el juego de palabras que se produce en la infancia". La fuga de ideas le ofrece al paciente posibilidades para la obtención de placer, el placer se produce cuando se elimina el control lógico y cuando se privilegia el sonido en lugar del sentido".

Según el autor, el Superyo que permite al individuo una adecuada adaptación a lo social e instruye al Yo sobre lo que se debe y no se debe hacer, ejerce en la melancolía su función critica con severidad, mientras que en la manía tal severidad no aparece.

"Esto produce que los sentimientos de inferioridad propios del estado depresivo sean remplazados en la manía por una sensación de omnipotencia".

Plantea que el paso de una fase depresiva a la maniaca y el cambio de actitud hacia el objeto dan origen a los síntomas, que se basan en un aumento de deseos orales, donde el paciente devora todo y lo expulsa al mismo tiempo.

En relación al tratamiento psicoanalítico el autor refiere la eficacia del psicoanálisis, el cual produce grandes beneficios en los pacientes que sufren trastornos cíclicos, siempre que éste comience durante el intervalo libre entre una fase y la otra, ya que el análisis no puede efectuarse si la persona melancólica se encuentra inhibida o dispersa debido a la fase maníaca.

Abraham observa la forma en que, a través del tratamiento psicoanalítico, el paciente melancólico aumenta su transferencia y disminuye su actitud narcisista y negativa hacia el medio. Propone que la finalidad del tratamiento de la melancolía es promover una progresión de la libido hasta la fase genital, donde se logrará un completo amor objetal.

Avanzando dentro de los planteamientos psicoanalíticos sobre la Manía, veamos lo que el padre del psicoanálisis nos expresa.

Para Freud (1915 -1917), su estudio del síndrome Maniaco comenzó a través de la asociación con el fenómeno del duelo y la melancolía por esto en su artículo Duelo y Melancolía del año de 1915 -1917 expresa:

"la Manía no tiene un contenido diverso de la melancolía, y ambas afecciones pugnan con el mismo ‘complejo’, al que el yo probablemente sucumbe en la melancolía, mientras que en la manía lo ha dominado o lo ha hecho a un lado. [...]".

Así mismo en el artículo Más allá del principio del placer (1919 - 1920), retomará los aportes del texto de 1915 sobre la manía y la melancolía para desarrollarlos con los conceptos de la segunda tópica acerca de las instancias del súper yo y el ideal del yo.

Expresa que estas reúnen el conjunto de res tricciones al que el yo debe plegarse y debe admitirse que la tensión generada por la distancia entre el yo y las exigencias del ideal a las que debe acomodarse, no puede ser soportada de manera permanente, razón por la cual de tanto en tanto esa distancia queda anulada y el yo se siente fusionado con el ideal:

"Siempre se produce una sensación de triunfo cuando en el yo algo coincide con el ideal del yo. Por el contrario, el sentimiento de culpa (y el de inferioridad) puede comprenderse como expresión de la tensión entre el yo y el ideal".

Además continúa expresando que:

"en la manía el yo tiene que haber vencido a la pérdida del objeto (o al duelo por la pérdida, o quizá al objeto mismo), y entonces queda disponible el monto de contrainvestidura que el sufrimiento dolido de la melancolía había atraído sobre sí desde el yo había ligado. Cuando parte, voraz, a la búsqueda de nuevas investiduras de objeto, el maníaco nos demuestra también inequívocamente su emancipación del objeto que le hacía penar".

En su texto "El humor", Freud cambia esta idea, y manifiesta que El Yo se funde al Superyo y traslada su carga para el. Ocurre al mismo tiempo un cambio en la ferocidad del Superyo que queda más bondadoso.

Otro punto que anuda en su estudio sobre la Manía es que:

"Sobre la base de nuestro análisis del yo es indudable que, en el maníaco, yo e ideal del yo se hallan confundidos, de manera que el sujeto, dominado por un sentimiento de triunfo y de autoarrobamiento, no perturbado por crítica alguna, puede regocijarse por la ausencia de inhibiciones y al abrigo de todo reproche o remordimiento. Es menos evidente, aunque muy verosímil, que la miseria del melancólico sea la expresión de una oposición muy aguda entre ambas instancias del yo, en que el ideal, sensible en exceso, manifiesta de manera implacable su condena del yo por medio del delirio de insignificancia y en la autodenigración".

Continua con:

"Resulta, pues, que en la manía, tiene que haber dominado el Yo la pérdida del objeto (o el duelo producido por dicha pérdida o quizá al objeto mismo), quedando así disponible todo el montaje de contracarga que el doloroso sufrimiento de la melancolía había atraído del Yo y ligado. El maníaco nos evidencia su emancipación del objeto que le hizo sufrir, emprendiendo con ansia, nuevas cargas de objeto.

Esta explicación parece plausible, pero en primer lugar, no es aún suficientemente precisa, y en segundo, hace surgir más problemas y dudas de los que por ahora nos es posible resolver. De todos modos, no queremos eludir su discusión, aunque no esperemos llegar por ella a un completo esclarecimiento".

En cuanto a la forma de trabajar desde el punto psicoanalítico con estos pacientes propone en este artículo que:

"la investigación psicoanalítica no ha podido esclarecer el proceso por el cual un estado se transforma en el otro: "nos falta toda intelección del mecanismo por el cual una melancolía es relevada por una manía. Estos serían los enfermos para quienes podría ser válida nuestra hipótesis de que su ideal del yo se disuelve temporariamente en el yo después que lo rigió antes con particular severidad".

Pasemos a lo planteado por Otto Fenichell (1982) quien expresa que los fenómenos "maniacos tienen como centro un enorme incremento de la autoestima".

El autor dice, que una vez abandonada la inhibición, todas las actividades son intensificadas, los pacientes se hayan hambrientos de objeto, no tanto por la necesidad de ser mantenidos o cuidados por estos como para expresar sus propias potencialidades y para desembarazarse de sus impulsos, ahora libre de inhibición que procuran su descargas.

Así mismo plantea que:

"El paciente se siente liberado por el hecho de que las fuerzas de bloqueo operante hasta ese momento han perdido todo vigor, y el mismo se siente desbordado por esta ruptura del dique de contención".

"Los impulsos liberados y por otro lado las energías comprometidas hasta ese momento en el esfuerzo de refrenarlos desbordan ahora, utilizando para tal efecto toda posibilidad de descarga".

Refiriéndose al síntoma de exaltación afectiva este autor comenta que:

"es como si todo material de suministro imaginable se hubiera puesto repentinamente a disposición del paciente, en forma tal que recobrada en mayor o menor grado, la omnipotencia narcisistica primaria, el paciente siente su vida increíblemente intensificada".

Como el conflicto en la Manía es con el Yo como tal, parece que este vuelve a gozar de su omnipotencia, ya sea porque la recobra imponiéndose de algún modo sobre el súper Yo o bien por estar unido al súper yo y participa de su poder.

El síntoma característico de ánimo expansivo:

"lo interpreta como signo de un ahorro en el gasto psíquico, demuestra que la tensión entre el yo y el súper yo antes intensa se alivia, repentinamente, el yo ha logrado liberarse de la presión del súper yo ha puesto fin a su conflicto con la "sombra" del objeto perdido, después de lo cual no parece sino que se entregara a la "celebración del acontecimiento".

La manía pone de manifiesto el otro aspecto de la ambivalencia el extremado amor a si mismo.

En relación al triunfo del yo, hace una similitud con una metáfora donde expresa "ahora soy otra vez poderoso" y es sentido con más intensidad cuanto más rápidamente se ha realizado la transición del estado de falta de poder al estado de poder.

Los métodos por los cuales es lograda la participación en el poder reasegurador va desde el primitivismo (mata al padre omnipotente) o sumisión propiciatoria (logra que el tirano concienta la participación).

Manifiesta que hay una multitud de impulsos en su mayor parte de naturaleza oral, los cuales hacen su aparición y junto con el fortalecimiento de la autoestima, produce una sensación de que la vida es rica.

La aparente hipergenitalidad y exhibicionismo del maniaco tiene un carácter oral y tiende a la incorporación de toda la gente, Abraham expresa que la manía "el metabolismo mental recibe un incremento, el paciente se halla hambriento de nuevos objetos, pero al mismo tiempo se desembaraza de ellos con tanta rapidez y los descarta sin escrúpulo alguno.

Resalta lo siguiente:

"El paciente no ha superado enteramente su temor frente al súper yo, inconscientemente estos continúan en vigor y el paciente sufre, en la manía, bajo la acción de los mismos complejos que le han hecho sufrir en el estado depresivo. Solo que aplica con éxito los mecanismos defensivos de negación y sobrecompensación".

El síntoma de irritabilidad y agresividad que se presenta en algunos pacientes se observan como aquellos rasgos que odiaron en si mismo durante la depresión.

Agrega:

"Lo que en realidad ocurre en la manía es precisamente lo que temen los neuróticos de su propia excitación, el derrumbe de la organización del yo a consecuencias de la descarga incontrolada de los impulsos instintivos. Vuelve a ser narcisista (reactualiza la omnipotencia del narcisismo primario, convirtiéndose no solo en una persona que carece de culpa sino un lactante". Además En la manía se reestablece la unión amorosa oral absolutoria con el súper yo.

Fenichell plantea que para el tratamiento es necesario que el analista se de cuenta que mientras más internalizados son los procesos patógenos, más difícil resulta establecer el contacto transferencial necesario para el análisis. En los estados narcisistas no le queda otro recurso, al analista, que intentar mediante la utilización de los residuos no narcisisticos que aun quedan en la personalidad, un incremento de las relaciones objetales del paciente en un grado tal como para permitir la iniciación del trabajo analítico

Hay que superar:

Continuando con la psicoanalista inglesa Melanie Klein (1935) esta postula la llamada, "Defensa maniaca" la cual actúa por negación de la realidad psíquica así como de la dependencia del sujeto con el otro. Herbert Rosenfeld, uno de sus principales discípulos, no acepto la idea de Freud de la disolución del Superyo en la manía, apoyándose en su experiencia, pionera, con pacientes con psicosis maniaco-depresivas propuso mantener la diferencia entre el Ideal del Yo y el Superyo. Donde la fusión del Yo se daría con el Ideal. Para Rosenfeld es esta nueva instancia, producto de la fusión Yo más Ideal del Yo, la que se rebela contra el Superyo.

En relación a la defensa maníaca, procedimiento con que el sujeto niega la angustia depresiva y asume una posición de control y triunfo en relación con el Otro, es decir, en sus términos, el objeto total.

Ahora veamos lo que esta autora nos expresa sobre lo que es la defensa maniaca.

Nos dice que:

"Se desarrollan durante la posición depresiva como defensa contra la experiencia de ansiedad depresiva, culpa y pérdida. Se basan en la negación omnipotente de la realidad psíquica, y las relaciones objetales se caracterizan por triunfo, control y desprecio" (Segal, 122).

Explica que:

"La organización de DM incluye mecanismos que ya se pusieron de manifiesto durante la etapa esquizo-paranoide (mecanismo de disociación e idealización, negación y control omnipotente), pero durante la etapa depresiva adquieren características especiales. En el primer caso estaban dirigidas a impedir un ataque aniquilante al yo; ahora tienen como finalidad defender al objeto de los ataques ambivalentes del yo, y a éste de las ansiedades y de la culpa depresivas"(*2).

Realiza un aporte valioso e interesante sobre el porque el bebe y el niño toma esta posición defensiva ante la realidad, comenta:

"En la situación depresiva el bebé logra una nueva relación con la realidad y descubre situaciones importantes, a saber: 1) su dependencia de la madre, a la que teme haber perdido por su agresión; 2) el valor que ella tiene para él; 3) su ambivalencia, sus deseos agresivos, voraces de destruirla y sus sentimientos de necesidad y deseos de preservarla. Como consecuencia surgen intensos sentimientos de culpa depresiva, temor de perder a la madre necesitada, miedo de haberla destruido ya, preocupación y necesidad de repararla".

"Las defensas maníacas son un intento de evitar el proceso de intenso dolor y sufrimiento psíquico que estos descubrimientos implican. La experiencia depresiva se vincula con el conocimiento de la existencia de un mundo interno y de la posesión de un objeto valorado al que se necesita. Por eso, las DM se dirigen a evitar y negar este conocimiento huyendo hacia el mundo exterior, y negando, evitando o invirtiendo la dependencia del objeto, la ambivalencia, la preocupación y la culpa".

Un aspecto que se puede notar es la importante relación entre el Yo y el Objeto. Donde postula:

"Una característica especial de la defensa maníaca es la identificación del yo con el objeto idealizado: el yo se fusiona y confunde con este objeto parcial, omnipotente, lleno de vida, de poder y alimento, se 'infla' por la fantasía de haber devorado al objeto idealizado ("la luz del objeto idealizado cae sobre el yo"), en tanto las características sufrientes, desprotegidas, necesitadas, dependientes del propio yo, son depositadas en los objetos externos".

Continúa su postulado expresando sobre los mecanismos de identificación proyectiva donde dice:

"las características proyectadas son las de un "necesitado" y "hambriento", mientras que las características asumidas por el yo son las de un "pecho lleno", "nutricio", que se autoabastece".

Resalta:

"En una relación maníaca de objeto participa una triada de sentimientos tendientes a negar los logros de la situación depresiva. Esta triada está constituida por el control, el triunfo y el desprecio que se corresponden simétricamente con los sentimientos depresivos de valorar el objeto, depender de él, temer perderlo y sentirse culpable".

Un autor Piccolo retomando H. Segal expresa:

"Controlar al objeto es una manera de negar la dependencia de él, pero al mismo tiempo es una manera de obligarlo a satisfacer necesidades de dependencia, ya que un objeto totalmente controlado es hasta cierto punto un objeto con el que se puede contar". El triunfo es la negación de sentimientos depresivos ligados a la valoración e importancia afectiva otorgada al objeto. Se vincula con la omnipotencia y tiene dos aspectos importantes. Uno de ellos se relaciona con un ataque primario infligido al objeto y el triunfo experimentado al derrotarlo (en especial cuando el ataque está fuertemente determinado por la envidia). Además el triunfo se incrementa como parte de las DM porque sirve para mantener a raya los sentimientos depresivos que, de otra manera, surgirían (tales como sentir nostalgia por el objeto, extrañarlo y echarlo de menos).

Ahora revisemos la conceptualizaciòn Teórica propuesta por Jacques Lacan Y los autores contemporáneos.

Lacan dice respecto a la manía, que en la manía es el objeto el que no funciona. ¿A que objeto se refiere?, se refiere al objeto a, el objeto perdido de Freud, el objeto causa de deseo, que postula en su seminario numero 14 la Lógica del fantasma (1966-1967) como:

" éste "a" resulta de una operación de estructura lógica efectuada no in vivo, no sobre lo viviente mismo, no en el sentido confuso que guarda para nosotros el término cuerpo, (no es necesariamente la libra de carne, aunque pueda serlo después de todo, cuando lo es no arregla tan mal las cosas), Es el seno, el escíbalo, la mirada, la voz, éstas piezas separables, sin embargo, profundamente religadas al cuerpo, he aquí de lo que se trata en el objeto a; para hacer el "a" por lo tanto limitémonos, ya que nos obligaremos a cierto rigor de la lógica, a señalar que es necesario lo listo para proveerlo. Esto puede momentáneamente bastarnos. No arregla nada para lo que tenemos que avanzar, para hacer el fantasma hace falta lo listo para llevarlo".

"El año pasado y por el momento aquello a lo que me he dedicado: a la función de ese pequeño "a" en el fantasma, en la función que toma de ser el sostén del deseo, del deseo como lo más intensivo que le está dado alcanzar al sujeto en su realizar cien de sujeto a nivel de la conciencia; por esta cadena se afirma una vez más su dependencia al deseo del Otro, del deseo". (Seminario 10 el nombre del padre).

Así mismo este a como lo expresa Héctor Yankelevich se produce desde el momento de separación soma –cuerpo como lo indica cuando manifiesta:

"la madre endeudada con el padre hace pasar una recta al infinito, que hace el primer trenzado, cuando otorga a su niño la significación falica, por el poder agujereante de la recta al infinito – que aporta el agujero a su alredededor - que constituye el falo, se cadaveriza el soma y deviene corpse. Se gana así el primer modo de cuerpo, imagen real a la que el niño no tiene aun acceso, pero que siente como cuerpo pulsional, el primer sentimiento infantil del cuerpo se asienta en el goce de los orificios que implican la pulsion. Si se acordara con lo que se afirma, habría que aceptar que la pulsion, no viene pegada con la vida biológica, sino que se adquiere por este primer "vasijamiento" formador del cuerpo. En el momento de este primer trenzado, cae el objeto a en tanto tal. No se trata del a oral, el a anal, el a escopico o el a invocante, no una forma particular del objeto a sino que cae el a como concepto, se crea el a como falta. Sobre este agujero es que se van a colocar, luego, cada una de las especies distintas del objeto a. el objeto a en tanto tal es el hueco del cual va a girar la pulsion".

Al revisar el seminario X de Lacan denominado La Angustia (1962-1963) el autor plantea las diferentes posiciones del individuo ante el objeto es decir ante la introyecciòn y reconocimiento del Falo como rector y fundador del inconsciente, realizando el proceso de castración y dejando al individuo como objeto del deseo del deseo y goce del Otro materno.

Expresa:

"todo se puede dar en el ciclo duelo-deseo o todo lo que pertenece al ciclo manía-melancolía. Es decir lo que puede inscribirse como pérdida entrará en el ciclo duelo-deseo y lo que no puede inscribirse como pérdida entrará en el ciclo manía- melancolía .En la melancolía se sabe qué objeto se perdió pero no se sabe qué es lo que con esa pérdida se perdió. En la manía en cambio el objeto no puede ser perdido porque es el objeto el que constituye al sujeto en su valor de uso y el yo adviene metonimia de la falta que no se metaforiza y no arroja su producto. No se inscribe así el soporte necesario sosegador para la inscripción de la falta que resta amenazante como vació".

¿Porque el objeto constituye al sujeto?, leyendo las puntuaciones que Amigo Silvia (2003) en su libro paradojas clínicas de la vida y la muerte plantea, se podría dar una respuestas a este interrogante, la autora escribe sobre la identificaciones y la intervención del padre metafórico - metonímico y la manera como interviene en la sustracción del objeto a, lo expresa de la siguiente manera:

"la entrada en la primera identificación pone fuera de circuito al soma o, tal como afirma Lacan, corpsifica el soma, lo cadaveriza y hace así aparecer una primera imagen de vasijamiento del cuerpo: i(a). El cuerpo ya no es soma sino imagen real y esta organizado alrededor de los agujeros que produce la primera identificación. Esta imagen real es inaccesible para el chico. En el fondo del espejo plano que ofrece el Otro, el niño podrá acceder a una imagen ideal de si; i (a). Esta intenta obturar ese agujero que localiza en el Otro la primera identificación. A la falta del objeto que localiza la primera identificación se la intenta suturar con el "yo ideal". :::::::::: La entrada del padre Edipico debe añadir a la eficacia puramente significante, metafórica, otra eficacia: la de desalojar netamente al niño del fondo de este hueco en el espejo plano. El padre tiene que añadir a la metáfora una eficacia metonímica, tiene que sacar del fondo del espejo materno, donde intenta en vano hacer sutura, la imagen yoica del niño. Al quitarlo netamente de ese fondo, el padre pone a jugar el trazo unario como frontera entre el yo, al que libera del espejo plano, y el objeto, al que extrae de una contigüidad potencialmente amenazante para el yo. El objeto, liberado de este pegoteo con el yo, va a poder pasar a hacerse núcleo vivo a colocar detrás de otra pantallas y no solo la que provee el Otro" .

Pero veamos lo que textualmente expresa Lacan en relación al ciclo Manía – Melancolía:

"Tal relación con a, donde se distingue todo lo que pertenece al ciclo "manía-melancolía" de todo lo que pertenece al ciclo "Ideal", de la referencia "duelo o deseo" no podemos captarlo sino en la acentuación de la diferencia de la función de a con respecto a i(a), con respecto a algo que confiere a la referencia al a su carácter de básica, radical, más arraigante para el sujeto que cualquier otra relación, pero también de fundamentalmente desconocida, alienada, en la relación narcisista.

Digamos al pasar que en la manía, lo que está en juego es la no-función de a, y no ya simplemente su desconocimiento. Es aquello por lo cual el sujeto ya no es lastrado (lesté) por ninguna, que a veces, sin ninguna posibilidad de libertad, lo entrega a la metonimia infinita y lúdica, pura, de la cadena significante.

Esto —y sin duda he eludido aquí muchas cosas— nos permitirá concluir en el nivel donde este año tengo la intención de dejarlos. Si el deseo, como tal y en su carácter más alienado, más profundamente fantasmático, es lo que caracteriza al cuarto nivel, pueden observar que si comencé a encarar la estructura del quinto, si indiqué que en este nivel el a se recorta, esta vez abiertamente alienado, como soporte del deseo del Otro que esta vez se nombra, también fue para decirles por que este año voy a detenerme al llegar a este término".

Esto lo retoma la psicoanalista Eva Lerner (*3) (2002) quien realiza un excelente escrito sobre la MANIA expresando lo siguiente:

"El ciclo manía - melancolía no permitiría en cambio lo auspicioso del trabajo de duelo. Tomando aquella frase del seminario XI que afirma que "una carencia engendrada en el tiempo precedente sirve para responder a una carencia suscitada por el tiempo siguiente",

Podríamos decir que en este ciclo no hay inscripción de aquella carencia original, precedente, para responder luego a las carencias suscitadas subsiguientemente.

Agrega:

"Lacan explica que en el ciclo manía-melancolía lo que está en juego es la no-función de a. ¿Qué significa que no haya función de a en la estructura? .Sabemos de la constitución del a por su función en el fantasma. ¿Qué consecuencias tiene la omisión de su función? ¿Si no hay función de a, es posible que haya función de duelo? Me atrevería a decir que, si no hay función de a, entonces difícilmente un sujeto inmerso en la melancolía o en la manía tenga predisposición a la instauración de la transferencia analítica. En la melancolía se trata de un duelo imposible por la ausencia de la función del objeto a. Maniobras en la transferencia, desde los registros de lo imaginario y lo real, darán cuenta de la posibilidad de que el analista se aloje como semblante del objeto a para que el recorrido de un análisis, pueda ser transitado. El aprés-coup dirá de su eficacia".

Continúa expresando:

"el objeto a no funciona". El sujeto no se refleja en los ojos del Otro en referencia a la falta en el Otro, no obtiene de allí su consistencia sino del agrandamiento del Yo, de ahí la diferencia con el ciclo melancolizado".

"Algo se accidenta en la separación del a en relación a la imagen especular y en lugar de la angustia señal la respuesta es acting out revestida de sobrevaloración de la acción, mientras se sostiene el ideal del todo, a veces con angustia posterior ante la evidencia que desde esa lógica si no fue todo, es nada".

Esta afirmación del accidente del a con la imagen especular es lo que se manifiesta en la vida adulta de estos pacientes como Fracasos del fantasma como lo escribe Amigo Silvia (2001) en su libro Clínica de los fracasos del fantasma donde manifiesta:

"hay otros casos en que el sujeto, no siendo psicótico, es decir no habiendo fracasado en la inscripción del significante del Nombre del Padre, habiendo logrado la incorporación de lo Real del Otro Real y la de los simbólico del Otro Real, aun así no puede terminar, no por una crisis sino por estructura y ya no solo por contingencias, de constituir el fantasma y vive perpetuamente en un medio de las graves dificultades de este déficit constitutivo"

Eva Lerner (2002) continúa en su artículo con las siguientes puntuaciones:

"Si bien en la melancolía el triunfo es del objeto sobre el yo y de ello es testimonio el autoreproche, en la manía el triunfo es del yo sobre el objeto que no se puede perder porque el panorama que se presenta es la nada, el abismo incluso la muerte modos en que la renegación de la castración sortea el encuentro con la falta".

En general no se sabe que objeto a se es para el Otro, hay un desconocimiento estructural a ese nivel. La falla en el primer estadio de la identificación al rasgo produciría el ciclo manía melancolía psicótica. Que se presentaría así:

"Si la disfunción es de la operatoria agalmática del falo imaginario los objetos del deseo escópico e invocante se verían afectados. Si la disfunción es del objeto, la función agalmática no enlaza al objeto para su basculación, se fija en la imagen produciendo la fijeza de la captura narcisista, y la lógica subyacente reniega de la falta produciendo una lógica del todo que no soporta hendidura alguna sin caer en el abismo de la nada".

Como respuesta a lo anterior el individuo toma:

"como solución maníaca el agrandamiento del Yo que prescinde y reniega con la desmentida de la tarea de duelo por el objeto".

Podemos decir que el sujeto se posiciona diferente desde su narcisismo, respectivamente, en tanto capitula demasiado rápidamente en favor del objeto o demasiado rápidamente en favor del yo, a diferencia de la respuesta subjetiva cuando esta es efecto de haber sido conmovida y atravesada por la castración.

El objeto introyectado haciendo sombra al yo da una respuesta que es la melancolía, las investiduras libidinales del objeto retiradas del objeto y dirigidas al yo da otra respuesta que es la manía y en su forma mayor el delirio de grandeza.

Cuando un determinado proceso muy violento es el que obliga a retirar la libido de los objetos. La libido convertida en narcisista no puede hallar el camino de regreso hacia los objetos y es el obstáculo hacia su movilidad el que pasa a ser patógeno. Parece ser, dice Freud que la acumulación de libido narcisista no se tolera más allá de cierta medida.

El proceso que bloquea el camino de regreso a los objetos se aproxima al de la represión verdrangung y ha de concebirse como su correspondiente, pero es el de la verwerfung. La fijación en las neurosis narcisistas psicóticas se sitúa en el narcisismo primitivo a diferencia de la neurosis de transferencia. El intento de regreso, de retorno en las afecciones narcisistas de las psicosis son un intento de restitución, de curación, mas no logran atrapar las representaciones palabra que les corresponden. En el campo de las neurosis narcisistas no psicóticas esta intención de regresar se diseña con el acting out.

También resalto el escrito de la psicoanalista Amanda Goya (2006) en su artículo el espectro de la muerte sobre el sujeto donde plantea:

"En la manía, la imposible extracción del objeto a no implica solamente su desconocimiento, como en la melancolía. El retorno en lo real del "filo mortal del lenguaje" se manifiesta, en la manía, como ruptura del encadenamiento significante y fracaso de la intención de significación. El maníaco se halla disperso en lo infinito del lenguaje que lo atraviesa y ello confina con la muerte del sujeto, pues éste no puede localizarse ni detenerse. Por carecer de la función de a, el maníaco ve pulverizarse la imagen de su yo, que se verá arrastrada en la dispersión del la cadena rota. El fenómeno de la excitación maníaca fragmenta la imagen del yo en ausencia del punto de extimidad que dicha imagen debería revestir. Melancolía y manía constituyen ambas un tratamiento por lo simbólico de los retornos de real, solución que da cuenta de algunas estabilizaciones, cuando las hay. En estos casos el sujeto se sirve de un significante —frecuentemente tomado del Otro materno— que le suministra una significación ideal con la que conformar un pseudo ser que vela parcialmente su identificación con la cosa".

"Por ser rechazo del inconsciente, lo que resulta por poco que esa cobardía llegue a la psicosis, es el retorno en lo real de aquello que fue rechazado, del lenguaje; se trata de la excitación maníaca por la cual aquel retorno se hace mortal". Es decir que la manía queda definida como una cadena significante funcionando en lo real sin la moderación de un regulador simbólico que haga de punto de capitón. El maníaco, por el contrario, se desprende de ese lastre y queda entregado al desplazamiento sin freno en la cadena significante. Es decir que el objeto (a) deja de cumplir su función de fijación metafórica y el sujeto queda librado a la metonimia sin punto de detención."

Lacan define al moi en Subversión del sujeto como la metonimia de la significación del Je, metonimia que puede localizarse mediante la función que aporta el yo de sumarse a la significación del discurso. La escansión del mensaje del Otro depende de la acción subyacente del objeto.

Despues de revisar los planteamientos de diferentes autores, realizo una nueva propuesta de denominación a este trastorno, aclarando que es una aproximación que debe ser investigada y ampliada para obtener un saber sobre este sufrir.

La manía así como las adicciones, Melancolías, Anorexia – Bulimia, impulsividad, trastorno esquizoafectivo, etc. Propongo que se estudien desde los denominados Fenómenos Bordes que como lo expresa Bauab Adriana (2001):

"habitualmente se llama clínica de Borde, aquella que se muestra, que se expone en la escena en lugar de decirse con palabras, en ella el padecimiento parece mas definido como fenómeno que como síntoma, como una modalidad de Acting a repetición, adicciones, fenómenos psicosomáticos, etc".

Amigo Silvia (2001) sostiene:

"a estos se les llama Caños, y básicamente manifiestan lo que podría llamarse una brecha insalvable entre un discurso imposible de diagnosticar como psicótico, un discurso que manifiesta todos los rastros de la función normativizante del punto de capitón y los actos de su vida, endemoniadamente "Locos". Esta brecha es en efecto, sorprendente. Su discurso tiene direcionalidad, significa, se dirige a un nódulo de escritura. Por lo tanto no derrapa en el delirio. Este se produce por la carencia de punto de capitón, de trazo literal que produce que el flujo de LaLengua se conecte todo con todo, sin respeto por la significación que es fálica".

Haydee Heinrich (1997): comenta

"cuando el sujeto no puede disponer de los recursos que el significante ofrece- en especial del síntoma- su presentación podrá ser mediante el Acting Out, las impulsiones, enfermedades psicosomáticas, a-dicciones. Estos sujetos no llegan representados por su síntoma y articulando una pregunta en relación a él. Es más, en muchos casos ni siquiera se quejan de algún síntoma"

Primera características de estos pacientes que según se registraban en las historia clínicas su infancia y adolescencia hasta cierto momento se presentaba dentro de lo que socialmente se conoce como "normal" pero que de repente y sin ninguna explicación comenzaban a presentar las primeras crisis de su enfermedad.

Recordando que es durante la adolescencia donde la respuesta al Deseo del Otro (che vuoi) se debe responder y es en este instante donde, si se presentaron fallas en los momentos instituyentes la persona sufrirá las consecuencia y vivirá en medio de estas dificultades.

Otra característica de estos pacientes bordes es que el trauma no esta reprimido, pasan en constantes Actings, presentan dificultades en la transferencia como lo expresa Haydee Heinrich (1997) cuando expresa:

"estos pacientes tiene dificultades en la transferencia, existe un trauma infantil no reprimido y vienen en constantes Acting out". En relación a la transferencia la misma sostiene "nos referimos a sujetos que no pueden comenzar a hablar, a asociar libremente, a producir formaciones del inconsciente, incluyendo síntomas en transferencia en un análisis. " La segunda característica que se puede relevar es que muchos de estos pacientes tienen una particular relación con algún trauma de la infancia". "Lo que se presenta de una manera diferente en estos pacientes, es que el trauma parece no estar reprimido, hay un relato dolido de un trauma infantil, que para el paciente tiene, aún hoy, una actualidad acuciante". Y como tercero, sobre el Acting "efectivamente, hay algo que ha sido forcluído de lo simbólico y que retorna en lo real, en este caso en lo real de la escena, de la acción".

Al escuchar los discursos de estos pacientes en los pabellones y salas de la institución psiquiatrica donde trabaje , encontraba que se resistían a expresar a través del discurso hablado o escrito su sufrir, y luego de realizar una maniobra de intervención diferente a la tradicional , comenzaban a expresar situaciones traumáticas en su infancia como abusos, maltratos por parte de sus padres, muerte de personas significativas para ellos, y que en cada uno de sus crisis manifestaban en los discursos delirantes y alucinaciones de diferente tipo, quizás lo mas característico de todos ellos era que desde las primeras crisis se pasaban su vida de acting´s en acting´s como intentos suicidas, crisis de impulsividad, crisis nerviosa, deambular por las calles, golpear a sus familiares, disociaciones.

También se presentan forclusiones, pero no del nombre del padre, sino de su mandato, así como fallos del padre real que llevan a fracasos del fantasma; Pura Cancina (1992) dice en relación a esto:

"he encontrado que se trata de un fallo en el nudo, especificado no por la forclusiòn (verwerfung) del significante del Nombre del padre, ni por la represión (verdrangung) de la castración, sino por el rechazo de los mandatos de la palabra, instancia ligada a la intervención del padre imaginario y a la constitución del súper yo. El anudamiento de lo imaginario se encuentra ser fallido, como es fallido también el movimiento pulsional que hace al pasaje de la incorporación del objeto a su introyecciòn simbólica", "pienso que el error del nudo es efecto de la intervención fallida del padre nombrante, el padre que da cuerpo y sostiene la función paterna, EL PADRE DE LA REALIDAD, el que da consistencia al padre imaginario".

Son pequeñas puntuaciones que espero seguir desarrollando y profundizando para lograr una mejor comprensión del mismo.

Continuemos el recorrido por la Manía con la explicación psicoanalítica de los síntomas.

Para terminar quisiera colocar unas anotaciones realizadas por el DR. JOSÉ TRESZEZAMSKY quien plantea:

La manía tenía un contenido contrario:

"el yo desaparecía en aras del superyó, éste aparece triunfando sobre el yo y generando en el yo los mecanismos de omnipotencia, negación, denigración y triunfo sobre el objeto erótico. Un contenido esencial de las reacciones maníacas es un autoengaño del yo que se lleva a cabo con una finalidad masoquista de someterse sin protestas y con orgullo a la acción destructiva del superyó".

Las liberaciones del maníaco son sólo aparentes y sirven luego para poder tener argumentos fuertes que sustenten la necesidad autodestructiva y antierótica. Hay varias fuentes inconscientes del placer maníaco:

Espero que este seminario sea de su agrado y sirva para futuras consultas sobre el tema.

Notas

(1) Reescritura y reelaboración del seminario dictado en La Universidad De San Buenaventura - Cartagena el 26 de Abril del 2006, correspondiente al ciclo de seminarios psicología salud mental y psicoanálisis.

(2) Vocabulario de Psicoanálisis Kleiniano por Profesor Lic. Pablo Cazau.

(3) Modos de la Manía, excelente escrito dictado en el Coloquio de la Escuela Freudiana de Buenos Aires "Letra y objeto", Panel: " Objeto y especificidad del goce", EFBA, realizada en el 2002

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 24 - Diciembre 2007
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