Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Lucía Joyce y el psicoanálisis
Sara Elena Hassan

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Resumen:

Lucia Joyce surge como un  enigma más provocado por James Joyce. En el seminario XXIII, Lacan ofrece una puntuación en la que ella aparece en los dichos de su padre como telépata, prolongando así el síntoma de éste último. Datos autobiográficos y biográficos recientes permiten cuestionar y enriquecer lecturas anteriores sobre la posición de Lucia y su contribución a la obra de su padre, como también su propio recorrido artístico como bailarina. El trabajo del sinthoma y su relación al escrito, al modo de Joyce, sirven como referencia para pensar: a) las condiciones que inviabilizaron el trabajo de Lucia, b) las condiciones de posibilidad de una clínica psicoanalítica. El esquema L de Lacan es evocado para leer la posición subjetiva de Lucia en el eje a- a'. Siguen algunas articulaciones sobre la escritura de las "lettrines" y reflexiones sobre algunas particularidades de la transferencia y de la contratransferencia - esta última como conjunto de prejuicios del analista - en la determinación de la interrupción precoz del tratamiento aon C.G. Jung, "vigésimo doctor" de Lucia.

Résumé:

Lucia Joyce émerge comme encore um énigme provoqué par James Joyce. Dans le séminaire XXIII, Lacan offre une ponctuation dans laquelle elle apparait dans les dits de son père comme télépathe, prolongeant ainsi le symptôme de ce dernier. Des données autobiographiques et biographiques récentes permettent de questionner et d’enrichir les lectures antérieures sur la position de Lucia et sa contribution à l’oeuvre de son père, tout comme son propre parcours artistique comme danseuse. Le travail du sinthome et sa relation à l’écrit, de la façon dont il se produit chez J.Joyce, sert de référence pour penser : a) les conditions qui ont rendu impossible le travail de Lucia, b) les conditions de possibilité d’une clinique psychanalytique. Le schéma L de Lacan est évoqué pour lire la position subjective de Lucia, dans l’axe a-a’. S’ensuivent quelques articulations sur l’écriture des « lettrines », et des réflexions sur quelques-unes des particularités du transfert et du contre-transfert – ce dernier en tant qu’ensemble des préjugés de l’analyste – dans la détermination de l’interruption précoce du traitement avec C.G.Jung, le « vingtième docteur » de Lucia.

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L’invention, c’est l’écriture
Les non dupes errent - Lacan

Lucia Joyce encarna un enigma más vinculado a la vida y a la literatura de James Joyce. En mensaje a su papá dice ser un acertijo, y que si no le importa encontrar un acertijo que vaya a verla (1).

Jacques Lacan se refiere a ella en el seminario sobre Joyce (2): en aquel momento todavía vive y es, dice, "lo que se llama, corrientemente, ‘una esquizofrénica’, internada en una ‘ casa de salud’ en Inglaterra". Fallecerá en el 82, en vísperas del día de Santa Lucia.

Afirma Lacan en el mismo seminario, que no quiere "caer en la historia pequeña", pero que James Joyce "no articulaba otra cosa: que su hija era una telépata (clairvoyante) (…) más inteligente que todo el mundo", "que lo informa milagrosamente de todo lo que le sucede a un cierto número de personas, que para ella esas personas no tienen secretos". Lo sorprendente, para Lacan, es que Joyce le atribuye a la hija algo que está, "en la prolongación de su propio síntoma".Joyce testimonia en ese punto mismo que es, según Lacan, el de la carencia del padre. La ambigüedad del genitivo "del" permite evocar de sola vez tres generaciones de la familia Joyce, deducir la clínica de una psicosis no desencadenada en James y vislumbrar la locura de Lucia como resultado del trabajo de dos generaciones anteriores. (3). De ser verdadera esta afirmación ¿explicaría las particularidades de Lucia?¿Habrá sido esta historia tan pequeña como insinúa Lacan?. Pienso que no.

Carol Loeb Shloss, biógrafa de Lucia (4), descubre una gran historia de amor velada por la historia pequeña, como resuena en… anama anamaba anamabapa … (5) No se trata aquí de medir la letra de Lucia con la de James Joyce como escritor que cambia el curso de la literatura – y por lo que parece, del psicoanálisis - sino de definir si lo que le pasó a Lucia interesa al psicoanálisis. Entiendo que si, que se trata de una historia donde el psicoanálisis tuvo algo que ver.

R. Ellmann, y Brenda Maddox, biógrafos de James y de Nora respectivamente, enfocan la historia de Lucia principalmente por el ángulo de su condición psiquiátrica (6), no cuestionada, estigma de enfermedad mental incapacitante, simplificando lo que la hija de James Joyce porta de enigmático: su problemática enunciación. Ellmann menciona pero no usa el registro de la palabra de Lucia y hasta produce un error interesante que exige del lector una estratagema para acceder a la referencia del único registro preservado de la época de su tratamiento con Jung (7). Las maniobras activas por parte de la familia Joyce y entorno para destruir testimonios directos de la letra y la palabra de Lucia – cientos de cartas quemadas - crean un efecto instigante que genera preguntas y allí donde tal vez se dio a leer la banalidad de una existencia reaparece la paradoja de la locura como " permanente virtualidad de una fisura abierta" en la esencia del humano hablante …. " Lejos de ser la fisura contingente de las fragilidades de su organismo", "lejos de ser un insulto a la libertad es su mas fiel compañera, sigue su movimiento como una sombra". (8) Lucia: luz y sombra de James Joyce.

Shloss muestra el hilado que va y viene entre lo cotidiano y la literatura. En el claroscuro de este entretejido Lucia reluce con su chispa, destella en la danza, ilumina diseños, brilla en una publicación surrealista de los años 20.Los diarios de la época dicen que "alguna vez se recordará a James Joyce como el padre de su hija" (9).Autora de manuscritos ["My dreams", , "The real life of James Joyce"] y una autobiografía [Autobiography], todos inéditos y de circulación limitada. Habría indicios de algún otro escrito, posiblemente perdido o descartado. La historia de Lucia Joyce inspirará ensayos y novelas, poemas, piezas de teatro y un musical a partir de la década del 90.

En los papers de Lucia, escritos a pedido de Richard Ellmann, de Patrícia Hudchins y de otros profesionales, se esbozan los movimientos de un sujeto: una poe sía, el relato de sus sueños, su rabia contenida por las restricciones de la internación, el orgullo de ser hija del famoso escritor irlandés, algo valioso y constitutivo de su identidad, trazo por lo cual ella es amada. Un periódico le informa que es loca: dice que no lo sabe, aunque desearía no serlo. Sus escritos, memorial de una devastación, dejan escuchar una voz silenciosa.

Lucia se forma entre los 15 y los 25 años con maestros destacados de la danza modernista (10), y con artistas del surrealismo. Una fotografía en la tapa del libro de Shloss capta un instante inspirado: Lucia bailarina, estilista y modelo, vestida de sirena, sostiene su posición en la fragilidad inestable de la diagonal evoca, al menos para mí, el eje imaginario a-a' en el esquema L de Lacan, enlazando significante (S) y A ( lugar del Otro/Autre) a través de la diagonal a-a’.

Enredada en una trama personal y familiar compleja, Lucia va tomando distancia de la danza, aún cuando ésta parece ofrecerle un espacio de realización y una carrera . No se puede dejar de ponderar el efecto de las palabras de su padre, quien le sugiere que cambie de arte (11) y de su madre, que minimiza sus éxitos artísticos y no aprueba sus opciones (12). Carol Loeb Shloss, para quien este momento es decisivo por demarcar el fín de la vida productiva de Lucia y anticipar lo que vendrá, sospecha que esta interrupción de su carrera como bailarina no fue, en esa época, el único aborto…(13). El Finnegans Wake, según esta autora, se hace cifra de un mes de lágrimas de Lucia, derramadas ahora desde el cuerpo imaginario de una nube/nubil - Nuvoletta, a lass – metamorfosis literal e imaginaria de la tristeza y el llanto de Lucia cuando "rechaza la oferta de Darmstadt" para enseñar danza.(14).


Tapa del libro de Carol Loeb Shloss, "Lucia Joyce - To dance in the Wake",
de Farrar, Straus & Giroux, New York, 2003

Es Joyce quien procesa este momento marcante, work in progress, trabajo del sinthome ( para el psicoanálisis), mientras Lucia parece estar en dificultades con su imaginário. Resulta significativo que en ese momento aumente el malestar de Lucia por el desvío de un ojo. Una cirugía no le resuelve el estrabismo. ¡¿Qué clase de operación podría corregir aquel desvío que es falla de otro orden?!.. Quería ser artista, comenta años mas tarde, pero le faltó resistencia física. Este sentimiento de fragilidad corporal no pasa desapercibido para algunos amigos. (15). Lucia afirma " que para crecer seria necesario tener um hijo. Y ella no puede tener hijos ( muestra su vientre, a pesar de ser muy normal, pero que le parece muy exíguo)"(16). Algo no está en orden con su imagen que, dependiente de la mirada del Otro, es encarnada por su padre, único lector cuya mirada se entrecruza con la de una muchacha que goza haciendo gozar al Otro, pero reniega de sí. La musa se transforma en medusa, estatua, catatónica el día de su compromiso con Alec, su novio. Lucia cae bajo el foco de un padre que para ella, todo lo sabe, y por eso mismo no está supuesto poder reconocer lo invisible de un sujeto. La ceguera del padre se conjuga con la avidez de la mirada del artista. Lucia cede la buena forma, deslizando peligrosamente a lo no uniforme, no conforme al ojo del Otro de sus semejantes, es decir de sus contemporáneos, pero sí conforme a la mirada de su progenitor.

Lucia habría participado activamente como proveedora de significantes, pero sin servirse de ellos para una construcción propia. Para Lacan, ella y su padre habrían padecido la imposición de la palabra, pero Lucia, por alguna razón, no alcanza la invención, o sea de la escritura, como en el epígrafe encima. Carol Loeb Schloss llega a decir que Lucia participa de un lenguaje silencioso y secreto con su padre, y que a partir de esta "comunicación" ambos construyen lo que llama un hijo espiritual: el Finnegans Wake, trasliteración de la danza de Lucia, escribiendo con Lucia, contra Lucia – que toma el libro en gestación como gemelo rival – y para Lucia, como sugiere Christine de Boheme Saaf, otra estudiosa de Joyce.

En todo caso, el pasaje de Lucia Joyce por el arte dura poco, no se puede sostener en el eje básicamente narcisista que la liga a su padre. Como afirma Lacan en "Cuestión preliminar…", es una solución precaria...(17). Joyce va en socorro de Lucia con las lettrines, letras iluminadas de Pomes Penyeach. El ornamento de las letras joyceanas, "forma menor de arte decorativo", n o podrá "substituir la danza"(18). Sin embargo, posibilita a Lucia el pasaje por una actividad artística por la que es recompensada. Por añadidura, ese movimento la ubica en una genealogía: en el arte de iluminación de letras de Irlanda, en línea directa con el libro medieval de Kells.

Lucia va dejando de bailar y quiere dar clases como "entrenadora" pero su padre decide mudarse de ciudad y este proyecto queda truncado. El deterioro al escribir es percibido por Joyce para quien su hija ahora, "escribe con una sombrilla japonesa embebida en tintas del golfo de Neo-Nápoles" (19). Sin escritura, no hay efecto de sujeto. Escritura en psicoanálisis no son anotaciones; es un concepto que implica el remanejamiento posible del síntoma. Sinthome es el síntoma transformado en un proceso de escritura con efecto de nombre propio, que amplia y revira la concepción del síntoma, subrayando su potencialidad productiva, de invención y de gestación de obra.

Pensando en Lucia: ¿Hasta qué punto se pueden leer los movimientos de la danza, "puro trazo en movimiento" (20) como escritura? La coreografía, escritura del movimiento subtiende la posibilidad de otra escritura. En una especulación sobre las condiciones de posibilidad de una salida singular para Lucia: ¿Se daría para ella el camino del sinthome al modo de James Joyce, de haber sostenido la imposible –para ella - vía de la danza?. De hecho, Lucia no persevera en este trabajo propio sino que se sitúa en la prolongación del síntoma de su padre en una complicidad tensa que se prolonga por años. El artificio de Joyce sobre el punto débil del cuerpo formalizado por Lacan, asegura en su lugar al anillo imaginario en un seudo-borromeo, no se habría producido en su hija, hospitalizada más de 30 años en casas de salud.

Con Jung

Él autor de la crítica del Ulises ("Ulises:un monólogo") ya tenía historia con Joyce quien lo había rechazado como psicoanalista mas de diez años antes. El malestar no se resuelve con el tiempo pero Joyce termina por aceptarlo como "doctor" de Lucia en octubre del 34 y hasta febrero del 35. Internada en Küssnacht, Suiza, va a las sesiones acompañada por su enfermera. Excepto durante un breve período inicial, la respuesta al tratamiento fue de antagonismo, "propio de ella". Según su padre, en seguida "le dio la espalda" (21) . Jung le pareció un doctor "anticuado" . Lo trataba con desprecio.(22) " Joyce y su hija eran un ejemplo clásico de su teoría del Ánima", dice Jung. "Ella era definitivamente, su anima inspiratrix, lo que explica su obstinación por no aceptar su locura. Su propia Ánima, i.e. su psiquismo inconsciente, estaba tan sólidamente identificado con ella, que de haber aceptado su diagnóstico, habría sido tanto como admitir que él padecía de una psicosis latente. (23). Este reconoce en su ensayo crítico sobre el Ulises, que sólo a través de sus "prejuicios profesionales" - ¿no es esta la definición lacaniana de contratransferencia?, puede analizar el Ulises. Y quizá a Lucia….. El "vigésimo doctor" de Lucia interrumpió el tratamiento con la idea de que no había progresos, y bajo presión de James Joyce.

El diván no funcionó como un nuevo lugar trágico, sino como un lecho de Procusto al que Lucia no se ajustó: ella se indigna porque Jung le insiste en recordar sus sueños y ella en que no puede colaborar porque su perturbación "está en algún lugar del cuerpo"(24). "Un cuerpo volátil, inmanejable"(25)¿Cómo escuchar esa insistencia? Algo que no es cualquier cosa, si consideramos que es el cuerpo imaginario lo que logra atrapar el artificio joyceano – en la formalización de Lacan –. Jung desarrolla seminario simultáneo donde discute Joyce, en quien parece mas enfocado que en su analizante y termina aceptando que su padre era el único que podía tratarla ( made any head of her), que era un caso excepcional, que el psicoanálisis no era para ella y que podría producirle una catástrofe permanente ( carta de Joyce a Giorgio Joyce, su hijo) . La crítica de Jung al Ulises muestra las limitaciones con que éste aborda el tratamiento de Lucia, y excede los límites de este trabajo considerarlo aqui, por lo que sólo mencionaré que, falto de categorías, no sabe dar lugar al objeto, al "mero objeto", "inactivo", y no vé lo que del objeto pasa al escrito, no sabe donde colocarlo. Hay testimonio de que Jung destruyó los archivos de sus pacientes, incluyendo el de Lucia (26). Cary Baynes, profesional del equipo de Jung con funciones de acompañante terapéutica sí conservó el registro de su experiencia . Los sueños de Lucia reaparecerán en los manuscritos producidos entre 1958 y 1961, cuando Lucia recuerda que contaba sus sueños hasta que un dia decide tratar de escribirlos (27).

Dublin, Julio 2005

 

Notas:

1. Schloss, Carol Loeb: "Lucia Joyce – To dance in the Wake", Farrar, Straus and Giroux, New Cork, 2003. Notas de Cary Baynes sobre lo ocurrido el 13 de diciembre 1934, p 288.El mensaje fue a través de Nora Joyce : "Tell him I am a crossword puzzle. If he does not mind seeing a crossword puzzle, he is to come out". Paráfrasis en cstellano, de mi autoría.

2.Lacan, Jacques: Seminario XXIII, 17-2-76.

3.Lacan, Jacques: "Discurso de clausura de las jornadas sobre psicosis infantil". confirmando observación del doctor Cooper."para obtener un niño psicótico hace falta por lo menos el trabajo de dos generaciones, ya que él mismo es el fruto en la tercera".

4.Shloss, Carol Loeb: Lucia Joyce, Dancing the Wake, Farrar, Straus and Giroux, New York, 2003.

5.Joyce, James, Finnegans Wake, p 267 , Faber & Faber, London, 1975 edition.

6.Ellmann, Richard, James Joyce, p. 663.

7.Ellmann, Richard, James Joyce. En la edición corregida de 1959 pasa por alto en el texto principal, la referencia (del índice de su propio libro!) sobre las notas de Cary Baynes, acompañante terapéutica de Lucia.

8.Lacan, Jacques en debate Henri Ey en "Discurso de clausura de las jornadas sobre psicosis infantil".

9.Schloss, Carol Loeb "Lucia Joyce – dancing the Wake", 2003, New York, pag. 87-88. De Joyce Lucia, "Charlie et les gosses" ,escrito y publicado a los 14 años a pedido de Valery Larbaud para una revista de surrealistas;

11.Dalcroze, Raymond e Elisabeth Duncan, Margaret Morris, Lois Hutton, Helène Vane entre otros.

12. Cahiers de l Herne: "Lucia et la danse", Dominique Maroger,pags. 72-73 Editions de l’Herne, 1985- Paris.James Joyce, Cahier dirige par Jacques Aubert et Fritz Senn.

13.Shloss, Carol Loeb: "Lucia Joyce – To dance in the Wake", Farrar, Straus and Giroux, New Cork, 2003.pag 181 y 206. Según Helen Fleischman, la madre de Lucia la intimidaba y le hablaba para renunciar a la danza; pag. 206.

14.Shloss, Carol Loeb: "Lucia Joyce – To dance in the Wake", Farrar, Straus and Giroux, New Cork, 2003.De acuerdo con D. Maroger, un accidente de salud le habría impedido seguir bailando, pag. 193.

15.Shloss, Carol Loeb: "Lucia Joyce – To dance in the Wake", Farrar, Straus and Giroux, New York, 2003.pags. 160, 180 y 428.

16. Cahiers de l’Herne, Dernière rencontre avec Lucia – 23 mars 1980 , por Dominique Maroger, pág. 77: "Je suis três petite, três faible", Editions de l’Herne,1985, Paris, James Joyce, Cahier dirige par Jacques Aubert et Fritz Senn.

17.Cahiers de l’Herne, Dernière rencontre avec Lucia – 23 mars 1980, por Dominique Maroger, pag 77: "Pour grandir, il faudrait que j’aie um enfant. Et je ne peux pás avouir d’enfant ( elle montre son ventre, pourtant très normal, mais qui lui parait trop exigu).Editions de l’Herne, 1985, Paris, James Joyce, cahier dirige par Jacques Aubert et Fritz Senn. Traducción al castellano de la autora.

18. Lacan, Jacques: D’une question préliminaire à tout traitement posible de la psychose.Écrits, pags.531-583. Seuil.

19.Shloss, Carol Loeb: "Lucia Joyce – To dance in the Wake", Farrar, Straus and Giroux, New York, 2003. Declaración de Stella Steyn, pag.210

20.Shloss, Carol Loeb: "Lucia Joyce – To dance in the Wake", Farrar, Straus and Giroux, New York, 2003, pag.332.

21.Nardi, Marta: La escritura y la danza. Presentación en Reunión Lacanoamericana de Psicoanálisis, 1997.

22. Jung, Carl Gustav: palabras de Jung en Ulises: a monologue , The collected Works of C.G. Jung, Vol 20. Routledge 1979, USA.

23. Ellmann, Richard, ( nota 133, pag 679 de Richard Ellmann).Loeb Shloss, Carol: "Lucia Joyce – To dance in the Wake", Farrar, Straus and Giroux, New Cork, 2003. 20/11/Notas de Cary Baynes. pag 275. "To think that such a big fat materialistic Swiss man should try to get hold of my soul.!

24.Ellmann, Richard: James Joyce, entrevista de Jung a Patricia Hutchins, pag 679 nota 133, y pag 679.

25.Shloss, Carol Loeb: "Lucia Joyce – To dance in the Wake", Farrar, Straus and Giroux, New York, 2003. pag.275.

26.Shloss, Carol Loeb: "Lucia Joyce – To dance in the Wake", Farrar, Straus and Giroux, New York, 2003. pag.332.

27.Shloss, Carol Loeb: entrevista con el nieto de C.G.Jung, Zurich, marzo 1992, pag 506.

28.David Hayman discute los papers en "Sombras de su mente: los papeles de Lucia Joyce", Estudios Psicoanalíticos, Eolia, 1994. Este autor considera el cuaderno de Lucia como un tríptico, comprados por el Centro Harry Ransom de la Universidad de Austin, Texas,EE.UU.,con copyright de James Joyce Estate."Los papeles de Lucia Joyce constan de tres bloques separados, escritos a lo largo de un período de cuatro años, en una época en la que Lucia parecía responder bien a su tratamiento. Aparentemente los papeles fueron entregados a una de las enfermeras de Lucia en el hospital de San Andrés, la señorita M. B. Burbridge, quien los apartó, junto con unas pocas cartas, para acto seguido destinarlos a una subasta de Sotheby’s de Londres en junio de 1981. Trece de las 92 páginas están escritas a máquina ( mecanografiadas quizá por Harriet Weaver); el resto están escritos en lápiz en la bastante legible caligrafía de Lucía en pequeños cuadernos.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 21 - Julio 2005
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