Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Una relectura del "Mas allá del principio de realidad"
Pablo Peusner

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"Las obras bien escritas serán las únicas que pasarán a la posteridad: la cantidad de los conocimientos, la singularidad de los hechos, la novedad misma de los descubrimientos, no son garantes seguros de la inmortalidad; si las obras que los contienen no se apoyan sino sobre pequeños objetos, si están escritas sin gusto, sin nobleza y sin genio, ellas desaparecerán, porque los conocimientos, los hechos y los descubrimientos se elevan fácilmente, se transportan e incluso ganan al ser puestos en obra por manos más hábiles. Estas cosas están fuera del hombre, el estilo es el hombre mismo."1

 

"... si tenemos por legítimo hacer prevalecer el método histórico en el estudio mismo de los hechos del conocimiento, no tomaremos en ello pretexto para eludir la crítica intrínseca que plantea la cuestión de su valor: una crítica (...) fundada sobre el orden segundo que confiere a estos hechos en la historia la parte de reflexión que implican..."2

 

En un intento por respetar cierto ordenamiento propuesto por el mismo Jacques Lacan para la lectura de su obra, abordaré su "segundo" escrito -el que se titula "Más allá del ‘Principio de realidad’."3 Fechado entre agosto y octubre de 1936 y originalmente publicado en fascículo III de L’Evolution psychiatrique, el mismo está estructurado por la crítica que Lacan realizara de la escuela psicológica "pretendidamente científica" que, hacia finales del siglo XIX, sostenía una concepción asociacionista del psiquismo. Considerando a sus postulados teóricos como las coordenadas en las que toma su sentido la revolución freudiana, Lacan intenta situar lo que llama el "paso fecundo" de Freud en lo correspondiente a separar las nociones de "verdad" y "realidad", con la consecuente creación de una nueva positividad. Son estos dos operadores, los blancos centrales del análisis doctrinal que Lacan realizara a lo largo del texto. Intentaré desplegar el punto nodal de esta crítica: la reducción de la verdad a la realidad en su máxima -y más fiel- expresión.

I.

Lacan nos pide en el texto que le concedamos el crédito de haber realizado la exégesis de los documentos psicológicos que lo ocupan. No dudo que así fue, sin embargo los contenidos de los mismos están mezclados en su texto - tanto conceptual como cronológicamente. Como el propio Lacan justifica el uso del método histórico -aunque con ciertas condiciones, tal como reza el texto que he utilizado como epígrafe- expondré brevemente una sistematización de los datos, producto más de una lectura posible que de una precisión sobre el escrito de referencia:

a) Siete son los autores que aparecen -explícita o implícitamente- en el texto: John Locke (autor del "Ensayo sobre el entendimiento humano" 1660-1664), George Berkeley ("Nueva teoría de la visión" 1709), David Hume ("Tratado de la naturaleza humana"1739-1740), James Mill ("Análisis de los fenómenos del alma humana" 1829), John Stewart Mill (especialmente el "Sistema lógico" 1843), Hyppolite Taine ("De la inteligencia" 1870) y -final y obviamente- Sigmund Freud (probablemente a partir del séptimo capítulo de "La interpretación de los sueños" de 1900 y su "Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños" de 1917); por lo que cronológicamente hay casi doscientos cuarenta años de producción teórica entre el primero y el último de estos autores. También hay fronteras lingüísticas que este listado saltea (las obras van del latín al inglés, pasando por el francés y el alemán).

b) Conceptualmente Lacan focaliza el espíritu de la Escuela con los términos de"engrama" y "vinculación asociativa" -aunque ambos tienen distinto valor en la teoría. Mientras que la " vinculación asociativa" es un concepto temprano de David Hume que extiende a los fenómenos mentales la experiencia de las reacciones del viviente, el "engrama" es una idea tardía que corrige y reemplaza el concepto anterior. Resulta del pasaje desde el fenómeno psíquico al fenómeno químico, y fue propuesto por John Stewart Mill en 1865 - algo más de ciento veinte años después. Lacan critica lo que la noción de "engrama" supone: su carácter atomístico y su producción pasiva -rasgo que introduce el desconocimiento del hecho experimental de la actividad del sujeto en la organización de la forma.

La conclusión que se impone, apunta a justificar la no explicitación por parte de Lacan de estos detalles: doscientos años de teoría que sólo permitieron la sustitución de una hipótesis psíquica por una hipótesis de combinatoria química, no tiene un carácter revolucionario como sí lo tiene el paso freudiano.

¿Cuál es el principio que permanece intacto a pesar de la sustitución de conceptos e hipótesis?

Situándolo, se ubicará el punto central de la crítica lacaniana al asociacionismo y el máximo alejamiento de sus autores más representativos respecto de la obra de Freud.

II.

Para Lacan se verifica el vicio teórico de la escuela asociacionista, reconociendo que prima en su estructura el problema del conocimiento tal y como la filosofía lo proponía desde hacía siglos. Es así que procede al análisis crítico de la simulación oculta en la fórmula clásica de Locke "nada estará en el intelecto que antes no esté en los sentidos, a no ser el propio intelecto"4: apotegma que reduce la acción de lo real al punto de contacto de la mítica sensación pura, punto ciego del conocimiento -ya que en él nada se reconoce. Se tratará de la máxima captación de la realidad sin interferencias del individuo que la percibe -Lacan no duda en llamar "idealismo" a este modelo de conocimiento, para señalar que a dicha teoría le faltaba ser positiva en lo referente a la constitución misma del objeto de la psicología. Para hacer notar aún más esta postura dominada por la función de lo verdadero, no duda en articularla por oposición con la concepción que fundamenta a las teorías contemporáneas, de las que forma parte el psicoanálisis freudiano: la función de lo real.5

De esta manera, los criterios de verdad pasan a ser "vividos": certidumbre, evidencia y no-contradicción. Así, percibir es ‘verdadero’ y alucinar ‘falso’ (percíbase aquí la vulgarización debida a Hyppolyte Taine, quien produjo la fórmula que permite reducir la percepción a una "alucinación verdadera").

III.

Es interesante plantear en este punto, el valor diferencial que tiene el momento mítico del conocimiento en la escuela criticada, respecto de la concepción del fenómeno alucinatorio en la teoría analítica: allí donde para la primera el objeto [en tanto representante de la realidad] es aprehensible por el sujeto de conocimiento en su forma más pura y verdadera; se inaugura para el segundo la condición de funcionamiento del aparato a "pura pérdida", tanto como la posibilidad de la aparición de la verdad en el intento por llenar ese agujero sólo transitable en su contorno.

Lacan da cuenta de la oposición estructural entre ambas concepciones en tanto sostiene que el asociacionismo - enrolado en la pasión por la verdad- mutila lo real de la verdad que le es dado captar. ¿Cómo se opera esta mutilación? Mediante una clasificación en dos órdenes de fenómenos, cuya línea divisoria se organiza a partir de la pertenencia o no a las operaciones del conocimiento racional. Para aquéllos que no puedan explicarse por tales operaciones, se echará mano a algún extraño determinismo calificado de "orgánico" -lo que consiste en una reducción del fenómeno a un objeto físico o, también, a un operatoria biológica. De esta manera se produce la expulsión de los fenómenos psíquicos del campo de la realidad "verdadera". Se concluye que debido al valor que toma la verdad en esta disciplina, lejos está de tratarse de una ciencia.

IV.

Lacan sitúa el primer signo de "sumisión a lo real"6 por parte de Freud al reconocer éste que la mayoría de los fenómenos psíquicos humanos se relaciona con una función de relación social -hipótesis que avala el testimonio del sujeto sobre tales fenómenos. A los fines de la técnica, entonces, exige del paciente texto y no relato (ni omisión, ni sistematización, sino asociación libre); para fundar una experiencia sostenida en la lectura de los (hasta entonces considerados) desechos de la vida mental. Y puesto que, en este sentido, la verdad es un valor que responde a la incertidumbre, lo real de la verdad aparece en los efectos de verdad que surgen a partir de los fenómenos "incivilizados" del lenguaje.

Es por el valor primero del lenguaje en la experiencia psicoanalítica, que la misma no constituye un idealismo. Y para mostrarlo aún con más claridad, Lacan introduce la dimensión del "al menos dos" que la situación implicada en la experiencia del lenguaje supone. Mucho antes de la introducción del gran Otro y de la teoría del significante (¡estamos en 1936 y hablamos de párrafos que no fueron corregidos!), propone un lugar privilegiado para el psicoanalista: el del interlocutor. Y a continuación desarrolla un primer esbozo (aunque no por ello primitivo) de la teoría del enunciado y la enunciación -diferenciando "lo que el discurso quiere decir" (aquéllo de lo que informa, aunque portando ciertas marcas que Lacan atribuye al simbolismo y la denegación), del "querer decir" (donde queda instalada la intención calificada de "inconsciente" -una entre las que representan la tensión de la relación social)7. Esta última, favorece la transferencia de una "imagen" sobre la persona del psicoanalista -Lacan califica a esta maniobra como "rechazo del oyente"- y el paso de interlocutor a imagen del Otro se produce como condición del análisis (también el texto promueve una "lectura" de este fenómeno: la imagen no se presenta per sé, y es el psicoanalista quien debe detectarla en ciertos fenómenos enunciativos que, por la fineza con los que Lacan los presenta, no puedo resistirme a transcribir: imploraciones, imprecaciones, insinuaciones, provocaciones y ardides, fluctuaciones de la intención...).8

V.

Lacan afirma una verdad de la experiencia psicoanalítica: en cuanto el sujeto es habilitado a testimoniar afloran los recuerdos que constituyen su historia y, entre ellos, los que se presentan como más desunidos son los que provienen de su infancia. Entre estos últimos, el psicoanalista verifica la existencia de la misma imagen que le ha sido transferida y comprueba su pertenencia al retrato de familia. Estas coincidencias justifican las pasiones y opresiones afectivas que ganan terreno en el análisis y es a partir de ellas que el analista obtiene los principios de su poder -del que va a disponer para su acción sobre el sujeto. De aquí que se afirme en el escrito el carácter relativista de los conceptos y del método psicoanalítico -por diferencia de un enfoque subjetivo propio de la psicología- para, en una apuesta fuerte, introducir una concepción del "sujeto".

Este sujeto implica una nueva relación entre verdad y realidad.

En tanto individuo, su comportamiento llevará la impronta de cierto número de relaciones psíquicas típicas en las que se expresa una determinada estructura social (por lo que su comportamiento dejará de ser "individual").

Su realidad estará formada por una "constelación de cierto número de relaciones psíquicas típicas, que dominan de modo especial los primeros años de su infancia"9 . Su "asunto", será el de su posición en ese "complejo "10 y por él se instaurarán en el psiquismo las imágenes con las que se identificará una y otra vez. La imagen escapará de esta forma en el campo de la experiencia psicoanalítica al eje verdadero-falso. Lacan no deja de celebrar la inclusión del concepto de "complejo" como opuesto al de "instinto" -ya no se tratará de lo más propio de la especie, sino de "lo Otro" que hay en el sujeto. Lacan proseguirá, tiempo después, el desarrollo de la noción de "constelación", hasta llegar a situar los siguientes puntos:

1) -1953- en psicoanálisis debe hablarse de "constelación" en el sentido en que lo harían los astrólogos.11

2) -1953- la "constelación" es calificada de fatídica ("fatidique", en francés significa lo que revela o manifiesta al destino, lo que marca su intervención).12

3) -1955- la "constelación"tiene por estofa a la palabra caída en desgracia: felonía, vanos juramentos, faltas a la palabra y palabras en el aire.13

4) -1957- temporalmente, la estructuración de dicha "constelación" preside y preexiste el nacimiento de cualquier persona; también los síntomas constituyen su traducción y pasaje a la bidimensionalidad.14

Puesto que se trata de una relectura, podríamos realizar un contrapunto entre los desarrollos de Lacan sobre el concepto de "constelación familiar" y la crítica implícita que de él se encuentra en el último curso publicado por Jacques-Alain Miller (efectivamente pronunciado en el período 1998 -1999), bajo el título "La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica" (Editorial Paidós, Buenos Aires, 2003). En las primeras clases, Miller realiza una relectura de las hipótesis tempranas de Lacan, intentando ubicar allí un concepto de "real" que sea operativo. En lo que respecta a la noción de "constelación" ( y su extensión al "complejo") que había sido situada en el escrito del "Más allá del principio de realidad" (y sus correspondientes extensiones posteriores), Miller no duda en articularla con una etapa estructuralista de la enseñanza lacaniana. Dice: "a mi entender, reduce exactamente lo real a lo que es un reparto, en el sentido del juego de cartas".15 Conocemos bien la enorme cantidad de referencias de Lacan a los juegos de cartas, como para desconocer los alcances de la posición milleriana. Sigue diciendo: "Y era lógico que Lacan se detuviera en esto porque lo real se presenta en la experiencia analítica com datos que no fueron elegidos, seleccionados, sino que, por estar inscriptos en el discurso, engendran, entregan significaciones. El colmo de la significación en el orden individual es el destino..."16

Lacan hubiera respondido que, ciertamente, esos datos están escritos (estructurados) pero que deben ser leídos y, al leerlos, se reescriben (como cualquier teoría contemporánea de la lectura avalaría) -lo que indicaría la posibilidad de su modificación

VI.

El escrito concluye con una puntuación de la metapsicología freudiana en lo referente a la noción de "libido". Lacan propone a esta última dos valores, según él, confundidos en la teoría freudiana: como hipótesis sustancialista y como concepto energético.

En tanto hipótesis sustancialista, renuncia a reducirla a materialismo alguno. Es más bien al campo clínico que la misma queda remitida, al situarla en la correlación que se manifiesta entre "el ejercicio, el tipo y las anomalías de la función sexual" y "los síntomas psíquicos" -los que, a diferencia de las hipótesis asociacionistas, permiten verificarse en la experiencia como hechos positivos.

En tanto concepto energético "la libido sólo es la notación simbólica de la equivalencia entre los dinamismos que las imágenes invisten en el comportamiento (...) [y] la condición misma de la identificación simbólica..." 17 Se trata de un intento de Lacan dirigido a que la noción deje de ser metapsicológica: proponerla como la introducción de los elementos de una determinación positiva entre las realidades psíquicas. Esta determinación será, entonces, dinámica o relativa a los hechos del deseo.

Lacan declara superado al axioma psicológico que identifica a la realidad con el conocimiento, a favor del esclarecimiento y establecimiento de una escala en la que se constituyen, para el hombre, los objetos de su interés -especialmente de aquéllos que se presentan como enigmáticos (y oferta una larga lista de perturbaciones y patologías a modo de ejemplo).

Finalmente, promete realizar un análisis del concepto freudiano "principio de realidad" en la segunda y tercera parte del artículo, aunque estas partes nunca serán escritas (debe hacerse constar aquí que en su versión original de 1936, el escrito llevaba como subtítulo "Primer artículo").

VII.

Cuando Lacan se releyó y, por lo tanto, se reescribió -me refiero a la " gran" corrección de 1966- haciendo referencia a su escrito sobre el "Más allá...", pronosticó lo que se iba a desarrollar aquí: "sucede que nuestros alumnos se hacen la ilusión de encontrar ‘ya allí’ aquello a lo que después nos ha llevado nuestra enseñanza. ¿No es bastante que lo que está allí no haya cerrado el camino?"18

Algunos analistas, presos de una epistemología evolutiva del psicoanálisis aseguran que lo que "está allí", efectivamente, nos ha cerrado el camino. Lacan señala la única imprudencia que el escrito presentaba: "la de no fiarnos de nada sino de esa experiencia del sujeto que es la materia única del trabajo psicoanalítico".19 Declara, sin embargo, que dicha imprudencia nunca ha engañado a los psicoanalistas y caracteriza su modo de lectura como un "retomar por el envés" [reprise par l’envers] el proyecto freudiano -léase aquí un matiz posible para la consigna del "retorno a Freud".

Para concluir, propongo -junto a Lacan- volver a situar el escrito del "Más allá del principio de realidad" en un futuro anterior: éste habrá adelantado su inserción del inconsciente en el lenguaje. Una relectura orientada por esta óptica resuelve los forzamientos y facilita una ética, a la vez que rectifica el obstáculo biológico tanto como el deslizamiento individualista propio de la psicología pretendidamente "científica".

Notas

1 Buffon, M. de. "Discours sur le style" (1753). Librairie Ch.Poussielgue, París, 1896. [traducción de Pablo Peusner de la edición electrónica, disponible en "ATHENA e-text"].

2 Lacan, Jacques. "Más allá del Principio de realidad"(1936) en "Escritos 1", Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 1984, pág. 68.

3 Este escrito que denomino "segundo" es, en realidad, el cuarto. A la "Obertura" -que, en realidad debiera haberse traducido por "Apertura"- sigue el "Seminario sobre ‘ La carta robada’ " que, aunque cronológicamente posterior a todos los que componen el apartado siguiente en el libro -apartado encabezado por una presentación escrita en 1966 y titulada "De nuestros antecedentes"- fue estratégicamente colocado allí por el mismo Lacan. Es así que el "Más allá del ‘Principio de realidad’" toma, entonces, su cuarto lugar si acaso se consideraran las introducciones redactadas a los fines de la publicación.

4 "nihil erit in intellectu quod non prius fuerit in sensu, nissi intellectus ipse".

5 Ibidem.

6 Ibid. pag.74.

7 Ibid. pag.76.

8 Ibid. pag. 77.

9 Ibid. pag.82.

10 Ibid. pag.83.

11 Cf. Lacan, Jacques. "El mito individual del neurótico", en "Intervenciones y textos 1", Ed. Manantial, Buenos Aires.

12 Cf. Lacan, Jacques. "Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis" (1953) en "Escritos 1", Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 1984.

13 Cf. Lacan, Jacques. "La cosa freudiana o el sentido del retorno a Freud en psicoanálisis"en " Escritos 2", Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 1984.

14 Cf. Lacan, Jacques. "La clave (llave) del psicoanálisis". (inédito).

15 Miller, Jacques-Alain. "La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica"(1998-1999). Ed. Paidós, Buenos Aires, 2003. Pág. 24.

16 Ibidem.

17 Lacan, Jacques. "Más allá...". pag. 84.

18 Lacan, Jacques. "De nuestros antecedentes" (1966) en "Escritos 1", Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires, 1984, pág.61.

19 Ibidem.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 18 - Diciembre 2003
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