Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Cuerpos fragmentados ó...con la ideología en la carne
Ana María Gatto Cáceres

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INTRODUCCION.

Leyendo el suplemento de un diario, nos encontramos con un titular que dice así: "Las cirugías estéticas siguen en alza pese a la recesión. La belleza no está en crisis" (Domingos de Revista, 2 de junio de 2.002).

Buscando en el interior encontramos el artículo "El cuerpo nunca se devalúa", y resaltan allí, además de los títulos, algunas expresiones de uno de los cirujanos, tales como: "La plata del corralito se la ponen encima, con la crisis, la gente se está operando para conseguir trabajo porque hoy por hoy, para todo se requiere buena presencia". "Todos quieren estar a la altura, quieren verse bien y esto, a su vez, aumenta su autoestima. Frente a la crisis la cirugía es una buena forma de olvidarse de los problemas" (Juan Carlos Pintos, cirujano).

Llama la atención desde los títulos, la manera de significar el cuerpo humano como si cotizara en la bolsa de valores, capaz de estar en crisis ó de devaluarse. Lo cual nos lleva a plantear interrogantes tales como: ¿Para conseguir trabajo, para tener autoestima alta, para olvidarse de los problemas, es la intervención en lo Real del cuerpo, el camino propuesto por nuestra cultura?, ¿cómo es que muchos/muchas sujetos ante una crisis ó un malestar (personal ó social), no articulan una respuesta de otro orden?.

Para intentar encontrar algunas respuestas posibles a estos interrogante; tomaremos como punto de partida, lo trabajado por Zizek en "El espinoso sujeto", respecto de la subjetividad en la posmodernidad. Allí el autor fundamenta el porqué de ciertas prácticas ejercidas por los/las sujetos sobre su cuerpo, tales como el tatuaje, las cirugías estéticas, las perforaciones en la carne; poniéndolas en relación con la declinación del gran Otro ó el achatamiento del orden Simbólico. Por lo cual se llega a la conclusión, siguiendo a Lacan que, ante la declinación del orden Simbólico, lo Imaginario cae sobre lo Real. En este trabajo procuraremos analizar la lógica particular de ese Imaginario propio de la posmodernidad, es decir "el cómo" de la ideología incidiendo sobre el cuerpo de los/las sujetos. Cuerpo ubicado en cierto espacio, la Argentina urbana; y en cierto tiempo, la llamada posmodernidad.

Ideología que, en tanto fantasía ideológica se constituye en red imaginaria que provee de sentido, de sostén a los sujetos, a la vez que crea una realidad. Creando prácticas discursivas y prácticas sociales que se constituirán en creencias, que encarnarán en la conducta concreta de la gente. Y que estarán en relación a una distribución concreta del poder, ya que la problemática del cuerpo no se recortará de la misma manera, según la clase social ó el grupo social al que se pertenezca.

 

LA IDEOLOGÍA EN LA ERA DEL CAPITALISMO TRANSNACIONAL.

"Todo sucede como si algo estuviese
escrito en el cuerpo, algo que nos es
dado como un enigma".
(Jaques Lacan, conf. de Ginebra).

Cuando el lugar al que adviene un sujeto está dentro del sistema capitalista, nos encontramos con cuestiones y problemas específicos, relacionados con su modo particular de funcionamiento. Marx, en "El capital", nos habla del fetichismo de la mercancía, (manera de relación que dominará los intercambios en el sistema capitalista), de cómo los/las sujetos y las cosas se sitúan en una relación perversa tal, que la parte es tomada por el todo.

Las relaciones sociales de producción ya no son inmediatamente visibles, en la forma del amo y sus esclavos, sino que aparecen bajo la forma de relaciones sociales entre cosas; entre los productos del trabajo, es decir las mercancías.

Se pierde así toda referencia a lo que existe detrás de la producción de las mismas; borrándose el trabajo humano, sus condiciones de alienación, la generación de plusvalía, la explotación y por ende el sufrimiento. Esto nos recuerda lo dicho por Jameson acerca de que detrás de todo documento de cultura existe un documento de barbarie.

El fetichismo de la mercancía, es en realidad un falso reconocimiento con respecto a la relación que existe, entre una red estructurada de producción, y uno de sus elementos. De esta manera lo que en realidad es un efecto de estructura de la red relacional entre sus elementos, aparece como una propiedad de uno de esos elementos; como si no fuera producto de la relación entre ellos.

Esto constituye una posición ética, un "como sí" que organiza el campo social de determinada manera. Lógica perversa que determina los lugares posibles para ser ocupados por los/las sujetos según sea su relación con el capital: consumidores, productores, deudores, acreedores etc.

Todo bajo el imperio de las leyes del mercado (operador ideológico por excelencia dentro del capitalismo), que determinan de manera indiscutida los intercambios.

Ahora bien, cuando ese capitalismo deviene "post", ó "tardío", tiene características tales como: la concentración cada vez mayor del capital en pocas manos (con la exclusión de cada vez más cantidad de sujetos que quedan fuera del sistema), la prevalencia del capital financiero transnacional y virtual, por sobre el capital productivo (que se replica en las nuevas modalidades de relación subjetiva virtual vía Internet, sexo virtual etc.). La producción de mercancías separadas por partes y construidas en diferentes países (la fragmentación llevada a su máxima expresión), los flujos de capital de un lado al otro del mundo (replicados por los flujos de cuerpos, de información, de identidades). La globalización del sistema a casi todo el mundo, la conformación de éste en un centro y distintas periferias; con un centro militar y financiero definido en Estados Unidos. Cuyo discurso predominante es el economicista, que en última instancia reduce todo a cifras. Y cuya lógica cultural fue, al menos hasta el 11 de septiembre de 2.001, el multiculturalismo; (decimos fue, porque pensamos que a partir de ese momento cae como estrategia imaginaria, reapareciendo desde el poder, el racismo organizado en torno al significante "terrorismo").

Todo esto configura determinada manera de significar el mundo, la realidad y las subjetividades; que se inscriben en esta sociedad bajo el mandato: "sé tu mismo", y el ideal imaginario del "éxito" cómo máximo logro.

El modo de significar a los/las sujetos queda teñida, por así decir, de tal manera que solemos escuchar, en relación a lo corporal: "me voy a producir", ó "¡qué producido/a estás!", en referencia a vestirse y/o pintarse el rostro de determinada manera para circular en sociedad; dichos en los que se transparenta la manera que tienen los/las sujetos de pensarse en relación a su propio cuerpo como una mercancía. Donde también aparece el mecanismo fetichista de tomar la parte por el todo; el cuerpo en este caso, es tomado por el todo, escotomizando cualquier otra dimensión subjetiva. Y en donde el pintarse ó vestirse de manera muy personal, responde al mandato superyoico de ser único y diferente.

O el titular del diario antes mencionado, diciendo: "el cuerpo nunca se devalúa", inscribiendo de esta manera la lógica del mercado en el cuerpo. Estos movimientos tienen la particularidad de ir, de lo Imaginario a lo Real.

El mecanismo fetichista, domina el modo de funcionamiento de la ideología capitalista, y es fundamental para nosotros poder desplegarlo, para poder entender cuestiones tales como: las cirugías estéticas, los tatuajes, las mil maneras de perforación del cuerpo humano en pos de la inscripción de algo, que parece que no cesa de no inscribirse. Es decir prácticas sociales, que nos pueden decir acerca de la manera en que los/las sujetos pueden pensarse y sentirse en la cultura occidental capitalista posmoderna.

Podemos decir, que la red imaginaria que sostiene a los/las sujetos en la era del capitalismo transnacional, opera a partir de un mecanismo central que es el desplazamiento; que consiste en que el interés ó intensidad de una representación puede desprenderse de ésta para pasar a otras representaciones (descripto por Freud en La interpretación de los sueños).

Este desplazamiento está a la base del fetichismo de la mercancía, permitiendo que el acento pase del todo a la parte; cuestión que va a producir el fenómeno de fragmentación.

Ejemplos de esto los tenemos todos los días en la publicidad, en donde a través de las imágenes, vía regia para la transmisión de ideología en nuestra cultura; aparecen cuerpos fragmentados como soporte de la mercancía, convertidos en fetiche tanto como el producto que promocionan. Un torso de hombre, es igual al efecto de seducción que puede producir en una mujer un perfume, por ejemplo.

Como no recordar la propaganda televisiva en la que una señorita se cambiaba el pantalón en un ascensor, representada ella por un primer plano de sus glúteos; quedando reducida como imagen de mujer a esa parte de su cuerpo.

Publicidades que como tantas otras, tienen al sexo como mensaje de soporte de los productos.

Nuestros medios de comunicación masivos, en especial la T. V., están poblados de cuerpos fragmentados que no sólo sirven para publicitar diferentes productos, sino que también se ofrecen como sostén de identificaciones.

¿Porqué es tan importante esto?, porque es a través de las identificaciones que un/una sujeto se va a inscribir en su cultura. Es la interacción entre la identificación imaginaria (Yo y Yo Ideal) y la identificación simbólica (Ideal del Yo), la que constituye el mecanismo mediante el cual un/una sujeto se integra en un campo socio-simbólico determinado, asumiendo determinados mandatos que le vienen de su cultura.

Esto no sucede sin un resto, siempre queda una brecha entre enunciación y enunciado, cuestión que nos remite a la insatisfacción y al malestar en la cultura. Se escucha muy frecuentemente la queja, proveniente en la mayoría de los casos, del género femenino; acerca de su disconformidad con respecto a su propio cuerpo. Porque no hay talles adecuados de ropa, porque no se luce como manda la publicidad, la queja remite a una sensación de inadecuación de las/los sujetos con sus formas y/o medidas corporales, (inadecuación que puede hacer estragos en la identidad).

Estamos entonces ante un cuerpo, que es significado como una colección de partes, que "debe" ser medido y pesado, es decir reducido a una cifra, y que "debe" gozar. En virtud de lo cual puede ser manipulado (medicina, genética, bio-tecnologías), controlado (la dictadura de las medidas, en especial el peso corporal, la multiplicidad de dietas dadas como recetas milagrosas, que permitan a los cuerpos "normalizarse", es decir reducirse según los parámetros dictados por la publicidad; la aparatología médica etc.); y que además encarna a la letra, el mandato americano del norte: el "self-made man". Hacerse a sí mismo que escuchamos muy frecuentemente expresado en enunciados tales como "me hice la nariz", "me hice la lolas".

Ahora bien, la individualidad posmoderna expresada en este mandato "sé tu mismo", ó "hacerse a sí mismo", que pregona la autorrealización afirmando lo singular de cada quién, se encuentra con la paradoja, de que si uno está aislado completamente de lo que lo rodea, se queda sin nada en absoluto. Dice Zizek: "el reverso intrínseco del "sé tu verdadero Yo" es, por lo tanto, el mandato de cultivar la reforma permanente, en concordancia con el postulado posmoderno de la indefinida plasticidad del sujeto." (Zizek 2.001: 400). Con lo cual, la individualización extrema lo lleva a una crisis de identidad terminal; el pasaje de una máscara a otra y a otra, lo enfrenta con el vacío que hay detrás de ellas. Será entonces el horror que esto despierta, lo que lo lanza a la actividad compulsiva, ó a los cambios de ropa, de cara, de cuerpo, en pos de marcar su identidad individual. Así la individuación extrema, se superpone con la sensación ominosa y ansiógena de pérdida de la propia identidad.

Por otro lado, el resultado paradójico del hedonismo narcisista propuesto como mandato cultural, es que el goce se externalice cada vez más, que quede cada vez más del lado del Otro. Antinomia que puede expresarse también así: Yo quedo entonces, "entre el simulacro (de la máscara que llevo, de los roles que desempeño en el juego de las relaciones intersubjetivas) y lo Real (de la violencia y los cortes corporales traumáticos)" (Zizek 2.001: 401).

Es decir, como lo expresó Lacan: cuando se suspende la eficacia simbólica, lo Imaginario cae en lo Real.

Conocemos casos de parejas que al casarse en lugar de intercambiar alianzas, se las tatuaron en los dedos ¿será la desconfianza ante la inconsistencia de los Simbólico, la Ley, que recurren a lo más inmediato, es decir la carne, lo Real, para sellar un compromiso?. Porque aquí estamos frente a la letra no al símbolo, que perteneciente al orden de lo Real insiste, se inscribe en el cuerpo; convirtiéndose en un jeroglífico que carece en sí de sentido.

La letra es desde lo Real, un soporte material que apuntala lo simbólico.

Cabe agregar, que si bien la ideología impacta sobre el conjunto de sujetos pertenecientes a una cultura, encarna más fuertemente en el género femenino, ¿será porque son mayoritariamente las mujeres (madres, maestras) las encargadas de transmitir lo ideológico a los niños?.

 

LA IMAGEN.

"En realidad, el cuerpo es la imagen que constituímos
en una doble relación: en una imagen
para sí y en otra para el otro".
Marta López Gil.

Ahora bien, hay otra cuestión a tener en cuenta y es el hecho de que ésta es una cultura de la imagen (Jameson). Lo cual nos lleva a reflexionar acerca del papel de la misma, en relación a lo ideológico. Coincidimos con Grüner, cuando dice que la industria cultural posmoderna, produce representaciones cuyo consumo no sólo satisface necesidades reales o imaginarias sino que conforma subjetividades , "puesto que por definición el vínculo del sujeto humano con su realidad está mediatizado por las representaciones simbólicas, el consumo de representaciones es un insumo para la fabricación de los sujetos que corresponden a esas representaciones" (E. Grüner 2.001: 36).

Esto nos lleva directamente a reconocer la importancia capital que tiene la industria cultural massmediática, en tanto "fábrica de sujetos universales". Industria que tiene según el autor, la utopía de la comunicabilidad total; cuestión que produce dos consecuencias esenciales.

La primera tiene que ver con que, si fuera posible esta transparencia en las relaciones con el mundo, quedaría fuera la posibilidad de que algo se jugara en otra escena (el inconsciente), que no es la de la representación inmediata. Lo que daría como resultado la eliminación del inconsciente y por ende de la subjetividad crítica. Y ligada a esto, se disolverían los límites entre realidad y la ficción. La ideología massmediática busca borrar entonces "el lugar de conflicto entre el fetichismo de la mercancía y el trabajo incontrolable del inconsciente".

Entonces la realidad queda reducida a una sucesión de imágenes, que se dan en el aquí y ahora, y que no remiten a ninguna otra cosa.

Vidal-Naquet citado por Grüner, califica de "inexistencialismo" al rasgo central de la cultura contemporánea, que consistiría en la desaparición de las realidades sociales, políticas, ideales, culturales o biológicas, la historia, la dominación, la ideología etc.

Todo lo cual, da cuenta del achatamiento de lo simbólico propio de esta época.

 

CONCLUSIÓN.

Entonces, tenemos que el desdibujamiento del Otro, (que entre otras cosas se ve en la caída de los grandes metarrelatos de la modernidad), tiene dos consecuencias:

1) Por un lado el fracaso de la ficción simbólica lleva al sujeto a aferrarse cada vez más a simulacros imaginarios (orden Imaginario), por ejemplo los espectáculos sexuales con que se lo bombardea por todas partes, los modos de lograr el éxito presentados por la publicidad, los reality show, etc.

Orden de lo Imaginario, que opera ideológicamente a través del mecanismo de fragmentación, con la imagen como soporte privilegiado; y cuyo contenido estará, como ya vimos, en relación al modo capitalista tardío de producción.

2) Y por otro lado, desencadena una necesidad de violencia en lo Real del cuerpo: prótesis insertadas suplementando el cuerpo, piercing, tatuajes, perforaciones, dolor (orden de lo Real), que no significan ningún tránsito ni iniciación especial en la cultura.

Por lo tanto, si estamos en una cultura en la cual todo se convierte en mercancía, donde la significación es producto de la fragmentación, en la que la imagen domina la escena desde el aquí y ahora; entonces la letra (perteneciente al orden de lo Real), se enseñorea de los cuerpos, convirtiéndolos en jeroglíficos martirizados. Es en este territorio que se instalan esos cuerpos gozosos, en la "frontera entre el cuerpo y el lenguaje. Aplastamiento de los discursos que serán grito y desmesura pero no apelación ni llamado. Cuerpo, entonces, abusado por la letra, el trazo, esa marca absoluta del Otro al que no se le puede preguntar ¿porqué?, Otro no barrado por el significante fálico" (Sagredo 2.001: 38).

Entonces tenemos un cuerpo, que en tanto articulador de lo propio y lo social, hace síntoma encarnando la ideología que lo fragmenta, lo cosifica, lo mecaniza, lo ajeniza. Convirtiéndolo en un analizador por excelencia, de las formas propias del malestar en la cultura, en la posmodernidad.

Ana María Gatto Cáceres.

BIBLIOGRAFIA CITADA.

Freud, Sigmund. El fetichismo. Obras completas. Biblioteca Nueva, 1.981, España.

Grüner, Eduardo. El sitio de la mirada. Grupo Editorial Norma, 2.001, Bs. As.

Lopez Gil, Marta. El cuerpo, el sujeto, la condición de mujer. Editorial Biblos, 1.999, Bs. As.

Marx, Karl. El capital. Siglo XXI.

Zizek, Slavoj. El sublime objeto de la ideología. Siglo veintiuno editores, 1.992, México.

Zizek, Slavoj. El espinoso sujeto. El centro ausente de la ontología política. Paidós, 2.001, Argentina.

ARTICULOS.

Suplemento diario La Arena, Domingos de Revista. 2 de junio de 2.002.

Sagredo, Estela. Cuerpos mutantes. El cuerpo en escena Nº 3, 2.001, Bs. As.

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 18 - Diciembre 2003
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