Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
La conciencia de los oprimidos
Patricia García Kausel

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CRISIS DEL PARADIGMA HISTORIOGRAFICO

Mauro Vega1 se refiere a la critica que generalmente se le hace a la historia como disciplina, y es que ha estado a lado de la dominación económica, cultural y política. Se le critica que ha estado a favor de paradigmas totalizantes que niegan los sujetos, la subjetividad, la intimidad y la vida cotidiana.

El mismo autor continúa diciendo que la post modernidad como discurso f ilosófico, político y estético cuestiona de la historia tradicional, los modelos interpretativos alrededor de teleologías definidas y totalidades. La post modernidad postula un relativismo en contra de la "verdad ontológica y epistemológica" que pretende el modelo positivista de la historiografía tradicional. Al igual que pluralidad metodológica y temática, como método se propone la hermenéutica que plantea una actitud de comprender e interpretar el mundo mas allá de los datos manifiestos y postula que solo se puede tener acceso a la historia, a partir de una mediación lingüística, de un principio temporal y de un proceso creativo que se interesa mas en el dialogo, la duda y en el sentido motivante de las preguntas. Relativizan tanto la norma como el criterio de verdad y señalan que tras la pretensión del saber y la verdad se esconde una relación de poder, de autoridad y de dominación:

expresándose en instituciones, practicas, discursos y dispositivos de higiene, disciplinamiento y control social. Solo la diversidad y la pluralidad del lenguaje pueden romper con el vinculo entre saber y poder para deslegitimar toda pretensión de validez universal de la racionalidad europea alrededor de la razón, la ciencia, el orden y el progreso.2

 

POSCOLONIALISMO

Como reacción al paradigma racional, positivista que sustenta la dominación, y que ha sido el centro de la historiografía tradicional aparecen enfoques como el de la subalteridad y el pos colonialismo.

El poscolonialismo intenta elaborar un programa de investigación como alternativa a los modelos teleológicos de los paradigmas sociológicos, antropológicos e históricos que surgieron en la modernidad. Surge como reacción a los criterios totalizadores que pretenden explicar todo desde la óptica europea.

Mauro Vega3, define el poscolonialismo como una forma de interpretación de los hechos históricos que no tiene que ver con la historia después del colonialismo, ni comienza con La Independencia, representa un periodo nuevo que toma su forma y significado desde el primer momento del contacto colonial. Aunque la experiencia colonialista ha sido diferente en diversos contextos, hay de todos modos características y tendencias comunes como es la imposición de estructuras de poder, la actualización de dispositivos y procesos sistemáticos de dominación cultural, sobre el cuerpo y el espacio de los Otros.

El poscolonialismo propone redefinición de conceptos como el de cultura donde es tan importante el vinculo (clase, etnia, genero) como las relaciones de poder. La cultura se concibe como un proceso dinámico que contempla formas de resistencia, y al mismo tiempo, de negociación con las formas de dominación dentro de un proceso adaptación. Las practicas culturales de las clases subalternas son respuestas que maniobran tácticamente, con una ubicación estratégica en las relaciones de poder y de autoridad. Esto último nos da pie para hablar de la subalternidad y el grupo de investigadores que adelantan este movimiento.

 

ELGRUPO DE ESTUDIOS SUBALTERNOS

Se toma el concepto de Antonio Gramsci4 quien definía la subalternidad como una condición de subordinación, entendida en términos de clase, casta, género, oficio, etc. Se construye a partir de la relación del sujeto con su circunstancia histórica, inscrita dentro de los medios de producción. Esta constitución suscribe los principios de la "determinación económica" y de la economía como "instancia última". La subalternidad es pensada como una condición ontológica en relación a contextos históricos predeterminados donde el sujeto se piensa como vive. El sujeto subalterno es un sujeto dominado, el pensamiento aparece como una negación, como un límite. Esta negación invoca agendas intelectuales que abarcan todo el campo cultural, desde la escolaridad hasta las representaciones disciplinarias.

¿Y la dimensión de la subjetividad?. Es una dialéctica que articula las distinciones metodológicas, la unidad-contradictoria de sujeto y objeto. Pero no una unidad simple e indiferenciada sino una contradicción dentro de una totalidad orgánica cuyos momentos son analizados en sus diferencias específicas, sin por ello suponer erróneamente que la totalidad está estructurada de manera dicotómica: la economía (objetiva) por un lado, la política (subjetiva) por el otro.

El grupo de estudios subalternos de la India, percibe su tarea como una forma para elaborar específicamente una teoría del cambio. Tuvo su origen en una discrepancia epistemológica con el partido comunista en torno a la determinación ontológica del sujeto histórico. Se discutían nociones de oficio que vendrían a determinar estrategias políticas. El término en discordia era el de proletariado, término extenso en relación con el tipo de constitución socio-cultural de la India, que se ajustaba más a nociones maoistas de campesinado.

Para pensar la población india se requería un ajuste teórico y por eso el grupo acudió a la noción de subalternidad, un término genérico que abarcaba clase, género, casta, oficio, etnia, nacionalidad, edad, cultura y orientación sexual. Es decir, todo lo comprendido dentro de la dominación que ellos estudiaron ya directamente en el campo de las representaciones culturales constituidas en disciplinas. Desde ya se puede notar aquí el cambio hacia la esencia y el comienzo de una reflexión que se vuelve hacia sí misma, hacia nociones de campo y que, por ende, implica un examen de las condiciones mismas de producción cultural, esto es, de la relación entre cultura, intelectuales y Estado. Los intelectuales fueron cuestionados por el grupo de estudios subalternos, dentro de la categoría de las "élites" que se refiere a una localización teórica que presupone complicidad disciplinaria eurocentrista, localizada en la centralización del concepto de Estado como protagonista de la modernidad.. Pero el concepto de élite remite también a asuntos nunca discutidos: áreas de competencias y competitividades, mercados culturales, relaciones entre intelectuales provenientes de diferentes regiones.

El grupo de estudios subalternos indio centra su atención en discernir los modos de producción de hegemonías y subordinaciones estatales en el campo cultural, entendido como fábrica de lo simbólico. Gayatri Spivak dice: la subalternidad es "el límite absoluto o lugar donde la historia se narrativiza como lógica". Su interés reside en el examen de las narrativas históricas, de la historiografía, de la configuración de documentos y documentaciones, una arqueología de la construcción de documentos, traza la relación entre la historia, la historiografía y el Estado, y demuestra que la historia es una narrativa del poder estatal, que a su vez configura ciudadanías o subalternidades, hegemonías o dominios.

Pero voy a centrar este análisis en un concepto que reviste especial relevancia en cuanto a la historia de los subalternos.

 

CONCIENCIA NEGATIVA VS CONCIENCIA CRITICA

Chakravoty Spivak5 habla de la importancia de investigar, descubrir y establecer la conciencia campesina o subalterna. El término en si no es general sino que se trata de la exploración sobre una forma política e histórica de la misma, esto es la conciencia subalterna. Guha se refiere a que en las rebeliones campesinas, casi siempre el historiador, no explora o describe la conciencia específica de cada rebelión y en su lugar atribuye una conciencia trascendental como si los grupos fueran instrumentos de otra voluntad.

También habla de una conciencia negativa, que tiene que ver con la conciencia que no es de los subalternos sino de sus opresores.

Solo los textos contra insurgencia o los de la elite, le permiten al historiador dar cuenta de la conciencia de los subalternos. Guha dice que probablemente la visión campesina de la lucha nunca sea recuperada del todo y que todo lo que sea de ella será obligadamente tentativo, no puede ser recuperada o probablemente nunca sea recuperada.

Lo que propone Chakravoty Spivak es leer la recuperación de conciencia del subalterno como un diagrama de que en el lenguaje post estructuralista se denomina el efecto de sujeto de la subalteridad. Luego de analizar los obstáculos que tiene la misma definición de conciencia a través de las mismas corriente sociológicas tradicionales, se detiene en el término conciencia colectiva emergente donde se puede analizar por sus portavoces, como el caso de un tejedor cuyo discurso es analizado como portavoz de la colectividad o la comunidad, sin embargo también la considera ambigua. El autor dice que es muy importante para el historiador el análisis del discurso de la conciencia unificada del subalterno.

Veena Das6 hace una critica de los modelos antropológicos que se interesan mucho por saber que crea el orden pero nunca hablan de cómo estos ordenes también son trasgredidos:

"en otra palabras todo el campo de las transgresiones, el desorden y la violencia, queda por fuera de los dominios privilegiados de investigación del antropólogo. Este orden se crea al eliminar el caos que podría introducir la noción de sujeto."7

Critica a Weber que a pesar de darle importancia a lo afectivo, este concepto termina siendo una categoría residual que encasilla todo aquello que no puede ser explicado por el paradigma de la acción racional.

La autora dice que a pesar de los poderes y su dominio es importante que los sujetos sean tratados como entes activos y que se consideren los momentos en los que tratan de desafiar el poder alienador. Sin embargo es necesario poner el énfasis en las formas de dominio en todos los niveles instituidos. Por ejemplo, con respecto a las leyes,

se estudian las leyes en sus consecuencias pero no en la forma a través de la cual su autoridad resultó siendo establecida.

Esta autora también se pregunta sobre ¿cómo caracterizar y describir la conciencia subalterna?

La autora cita a Gramsci que explica que en la formación objetiva de los grupos sociales subalternos se ve la huella de los grupos sociales preexistentes, cuyas mentalidades, ideologías y objetivos mantienen.

Gramsci8, estima que cuando un grupo social logra construir y alcanzar la hegemonía, este se vuelve "nacional", dentro de los límites del Estado-nación; es decir que se vuelven universales los intereses instituidos. El Estado se universaliza y logra superar los equilibrios inestables articulando grupo y dominio. Ese momento "señala el pasaje de la estructura a la esfera de las superestructuras complejas, es la fase en la cual las ideologías ya existentes se transforman en partidos políticos. De este modo Gramsci asimila el patrimonio de Lenin, que es su crítica de la teoría del derrumbe mecánico del capitalismo originado en un supuesto colapso donde el sujeto (colectivo) y su conciencia de clase no intervienen sino que forman un pasivo "instrumento de la historia".

Según Gramsci dar cuenta de la especificidad de este momento hegemónico implica, tratar de encontrar la unidad en la praxis política, el análisis ideológico y científico con la reforma moral. El momento de la hegemonía de un grupo social es la superación del dualismo, del entendimiento racional que divorcia el sujeto del objeto, la ciencia de la moral, las "leyes de hierro" de la economía de la lucha de clases política.

Según Veena Das la totalidad de la teoría práctica ha sido escindida por el positivismo y su culto a los hechos sin ideología.

Veena Das habla luego de la conciencia negativa y positiva que los grupos mantienen por períodos de tiempo. Que el repertorio de los grupos en realidad es limitado y que es mantenido por períodos históricos donde las posibilidades de creación de conductas nuevas son limitadas.

Si bien estos autores contemplan aspectos relevantes de la conciencia del subalterno no resisto la tentación de citar dos autores latinoamericanos que estructuran toda sus teorías alrededor de este concepto que son desde la pedagogía, el abogado y pedagogo Paulo Freire; y desde la salud mental, el psiquiatra fundador de la psicología social latinoamericana Enrique Pichón Riviere. Para ello me voy a referir a la definición que hace Ana Pampliega De Quiroga9

¿Qué implica la conciencia critica? La conciencia crítica tiene varios elementos como son:

  1. Se define crítica como análisis objetivo, desmitificador.
  2. La idea de conciencia crítica transita por los marcos conceptuales en la que es pensada como una forma de la relación sujeto-mundo.
  3. Consiste en una actitud abierta al conocimiento de la realidad y al conocimiento de sí mismo en esa realidad.

Con respecto al primer punto se trata de una forma de conocimiento, como desocultamiento.

No se trata de una revelación sino de una investigación y de-vela en el sentido que permite levantar el velo que enmascara situaciones que tienen que ser encubiertas o distorsionadas para ser toleradas 10.

Esto ocurre tanto en lo social como de lo individual. Frecuentemente mistificamos hechos en nuestra vida personal, en nuestros vínculos, siempre nos estamos diciendo mentiras, como diría Freud, odiamos y reprimimos el amor, amamos y reprimimos el odio. La neurosis es un ejemplo de tal enmascaramiento. Por eso Marie Langer dice que la función más importante de la psicoterapia es descubrir la propia mentira, la del otro y la del sistema 11.

En cuanto al segundo punto, el desarrollo de una conciencia crítica desde el aprendizaje y en el marco de las relaciones sociales requiere la capacidad de análisis de las representaciones sociales. Se trata de criticar e interrogarse por las representaciones colectivas, analizar las relaciones de dominio implícitas en la ideología dominante y en los hechos mismos. Una tarea crítica de elaboración de un pensamiento que analice las representaciones sociales, sus contenidos y operación en la subjetividad, y su manipulación desde lugares de poder.

La conciencia crítica no consiste sólo en un conocimiento de la realidad social, en una desmitificación ideológica. Esta conciencia debe abarcar también nuestras relaciones interpersonales y distintos aspectos de nosotros mismos. Es por ello que lo enlazamos a la concepción de salud mental 12.

Esto nos lleva al concepto de la critica definida como el análisis científico de los hombres concretos en sus condiciones de existencia. Tiene que ver con el desarrollo de la capacidad analítica, crítica, centrada en lo aparentemente más obvio. Ambos autores conocían el secreto que encierra lo cotidiano; esa profundidad sin misterio de la que hablara H. Lefebvre.13

Y finalmente, cuando Freire o Pichón hablan de conciencia crítica, plantean una lectura de la realidad, que tenga la potencia analítica que permita al sujeto correr el velo de ciertos discursos, tendientes a instalar en lo colectivo y en la subjetividad supuestas representaciones, que en tanto ficción, nos alejan del conocimiento.

 

A MANERA DE CONCLUSIÓN.

En resumen la conciencia del subalterno debe ser analizada en un doble sentido, esto es cuando su pensamiento es demolido por las condiciones de poder y dominio, o cuando es un sujeto autónomo y creador que desmitifica el sistema y descubre las trampas incluso en él mismo.

Sobre como el sistema puede demoler la personalidad del individuo hay varios artículos que son clásicos como el del psiquiatra uruguayo Marcelo Viñar14, Pedro o la demolición, donde el autor explica como una persona que es torturada termina identificándose con la ideología del torturador. ¿Es lo que uno ve con gran dolor en la ciudad de Medellín?, los adolescentes de los barrios en zonas de invasión donde el desastre es cotidiano, terminan estructurando un pensamiento autoritario y convirtiendo sus propios barrios en verdaderos campos de concentración quizá peores y con condiciones más inhumanas y alienantes que los del propio Hitler, hoy muchos de ellos son paramilitares (o guerrilleros que es lo mismo), ¿reproducen el sistema del que son víctimas?.

Pero el dolor es también como país, porque frente al miedo y el terror indiscriminado, Colombia elige un gobierno donde los grupos paramilitares se sienten vencedores. Fuimos sometidos a un proceso de demolición, de tortura colectiva como lo relata Marcelo Viñar en este aparte donde Pedro luego de ser torturado termina pensando como los torturadores:

Pedro quedó tirado en la pocilga; no sufrió remordimientos. Estos son sentimientos propios de un ser indemne y él estaba destruido; sumido en la indiferencia y el anonadamiento. Su cabeza y su corazón estaban vacíos. Le daba lo mismo una cosa que la contraria. Ya no estaba encendido de vida, sólo duraba en un tiempo amorfo, amargo, indiferente...

Casi no se conmovió cuando le hablaron de soltarlo. En realidad, le daba lo mismo. Sólo más tarde encontró las palabras para definir de qué se trataba: lo habían demolido. Con un amén aceptó el discurso que sobre el bien y el mal le daba el militar; aceptó el decálogo de ética barata que le recitaron: la dictadura había iniciado una limpieza a fondo para la salvación de la patria, no había que obstaculizar esa limpieza.

Creyó sumisamente que su absolución y sobrevida eran el resultado de la magnanimidad del oficial que le hablaba. Estaba vivo y podía salir porque el oficial era bueno.

No cabía duda.15

¿Quizá Colombia, como Pedro, fue apartada de sus propios objetivos políticos como país para ponerse al servicio de los objetivos geopolíticos del imperio?:

La elección de un destino personal y colectivo contenido en el proyecto de Pedro y de su generación, destino que se les presentaba como el más sano y el más creativo, tenía, por tanto, un aspecto imposible: era incompatible con el objetivo de control geopolítico del continente por el imperialismo. Para el espíritu de un intelectual liberal o de izquierda, impregnado de filosofía humanista, el potencial de horror y de sadismo que los sabios de la geopolítica son capaces de desencadenar para lograr su propósito, sobrepasa las posibilidades de su comprensión. De esta postura, Salvador Allende fue una figura paradigmática. A partir de esa incapacidad de imaginar el horror es que va a nacer la catástrofe personal de Pedro.16

Es decir, la historia de la conciencia de los subalternos quizá pase también por la dolorosa experiencia que implica entender que los subalternos reproducimos los mismos esquemas que son nuestra propia opresión para la felicidad de nuestros torturadores.

Notas

1 VEGA, MAURO. Historiografía y poscolonialidad. Ciclo de conferencias sobre Historia en el presente. Facultad de Humanidades. U. Del Valle. Mayo 12, 2000.

2 Idem. Pg. 73

3 Idem. Pg. 87

4 Gramsci, A. 1972 Los intelectuales y la organización de la cultura. Nueva Visión. Buenos Aires.

5 Chakravoty Spivak, GAYATRI. estudios de la Subalteridad: Desconstruyendo la Historiografía.

6 DAS, VEENA. La Subalteridad como Perspectiva.

7 Idem. Pg 280

8 Oo cit.

9 PAMPLIEGA DE QUIROGA, ANA . El universo compartido de Paulo Freire y Enrique Pichon Rivière. http://www.psicologiasocial.esc.edu.ar/madres.html

10 Idem

11 LANGER, MARIE. Razón, locura y sociedad. México, Siglo XXI. 1980

12 Pampliega DE QUIROGA, ANA. Op cit

13 Idem.

14 VIÑAR, MARCELO. Pedro o la demolición. Una mirada psicoanalítica sobre la tortura. Revista de Psicoanálisis. Buenos Aires. Asociación Psi­coanalítica Argentina, tomo XLII, nº6. noviembre-diciembre 1985.

15 Ídem Pg 37

16 Idem Pg. 32

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 16 - Diciembre 2002
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