Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Desde el margen
Graciela Spector

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Eso es alcanzar lo más alto,
Lo que tal vez nos dará el cielo:
No admiraciones ni victorias
Sino sencillamente ser admitidos
Como parte de una realidad innegable,
Como las piedras y los árboles.
( Llaneza, Jorge Luis Borges, 1981, Antología Poética 1923-1977)

No es acaso el sueño del que llega a estas tierras desde la diáspora? Eternamente marginado, el nuevo inmigrante llega a Israel con la ilusión de pertenecer por completo, de identificarse totalmente. "Como las piedras y los árboles". Sin embargo, muy pronto habrá de descubrir que la realidad es muy distinta. Para lograr adaptarse a ella, deberá recurrir a la "adaptación con pérdida"(Itzigsohn, 1984), mediante la cual "el inmigrante deberá aceptar que sólo puede identificarse parcialmente con Israel, dada la diversidad cultural y étnica que caracteriza a esta sociedad. Por ende, también en Israel el recién llegado deberá tolerar "un cierto grado de marginalidad", debido a su desconocimiento de los códigos de comportamiento de la nueva sociedad, la proficiencia linguística incompleta, etc.

La literatura científica acerca de la psicología de la inmigración abunda en explicaciones acerca de las consecuencias negativas de esta marginalidad: confusión, depresión, melancolía.

Mi propuesta es que precisamente la marginalidad, causa y origen de sentimientos negativos y reacciones depresivas, constituye a la vez una invitación permanente a la relativización, a la integración de aspectos positivos y negativos, a la aceptación de la extranjeridad que constituye la trama básica del ser humano, que siempre es extranjero hasta de sí mismo. En base al marco conceptual de D.W. Winnicott, y en especial el artículo "El concepto de un individuo sano", del año 1967, trataré de analizar la relación entre marginalidad e integración. Presentaré lo que considero la solución "sana", contrastándola con lo que denomino pseudo- soluciones: la "guetoización" o el "passing".

Dos aclaraciones desde el comienzo:

a. Hablo de Israel, pero pienso que todo lo que digo puede aplicarse a cualquier país de inmigración. Simplemente Israel, por su contenido ideológico, parece especialmente adecuada para una idealización y posterior desidealización más "masivas"

b. No trato de hacer una apología de la inmigración, sino que me permito sugerir que, aparte de ser fuente de dolor y frustración, puede este movimiento implicar también gozo y creación.

Comenzaremos diciendo que Israel es necesariamente desilusionante. No puede responder simultáneamente a todos los sueños de los diversos grupos que la componen. Pensemos por ejemplo en el sueño de los inmigrantes etíopes, en el que Jerusalem es una pequeña aldea, con el Gran Templo en el centro. En las calles, árboles preñados de frutas exquisitas brotan de una tierra de la que manan la leche y la miel .O el sueño de los judíos de la ex-Unión Soviética, que después de haberse sentido marginados y estigmatizados como judíos, esperan el abrazo incluyente de sus hermanos de Sión, para encontrarse con que el israelí los llama "rusos". Precisamente la denominación que les fue negada en Rusia les es "generosamente" ofrecida en la tierra en la que desean sólo ser israelíes, como todos.

Es tan fácil comprender la desilusión, el dolor, la rabia. E incluso sin recurrir a los ejemplos en mayúscula de inmigrantes de tierras exóticas, las vemos también aparecer en la consulta a través de la estudiante que se siente permanente huérfana, con sus padres en Brasil y los de sus amigos en Natania…Por eso no puede establecer nuevas relaciones, no puede evitar ser atrapada en una relación enfermiza y peligrosa con otro nuevo inmigrante, y siente que sólo sobrevive."Vivo huyendo de la depresión",- me dice.

Este es sólo un ejemplo de la inmigración como trauma, en el sentido en que lo definió Winnicott en 1967: la interrupción de la continuidad de la línea de la existencia individual. Sólo en base a la continuidad del existir pueden la persona percibirse como self, sentirse real y sentir que es (being)"(p.22, traducción libre).

Por ello, el inmigrante siempre flirtea con la depresión. Y como bien dice Winnicott, sólo el que ha sido feliz puede tolerar el sufrimiento. No hay desilusión posible-en tanto aceptación del sentido de realidad- excepto sobre la base de una ilusión.

Quizá por ello, precisamente a través de la desilusión, Israel es una permanente invitación a la integración. Esta integración puede ser lograda mediante la aceptación de la marginalidad. Se trata de aceptar que uno no pertenece totalmente a ninguno de los dos países: al anterior, porque lo ha abandonado. Al nuevo, porque está eternamente excluido de la metáfora inaugural : la fundación de Buenos Aires, el Mayflower, el Palmaj.

Existen mecanismos para intentar escapar a la marginalidad. Son, en mi opinión, meros espejismos. Una posibilidad es la nativización imaginaria: intentar convertirse en nativo o, lo que es peor, creer que este objetivo se ha logrado. Es el inmigrante que me dice en mi investigación sobre acento que "los israelíes no le creen cuando dice que nació en Argentina!!!!! Pero si no tiene acento extranjero!!!!

Tras escuchar tan solo una sílaba de su grabación, los tres jueces ( israelí nativo, norteamericano y argentino) me dicen: ARGENTINO, POR SUPUESTO!!!!!!!

Cómo hace uno para no escucharse a sí mismo? Por supuesto, cada uno de ustedes conoce la respuesta. Como dijera Calderón, "que toda la vida es sueño, y los sueños…..sueños son!"

La reacción opuesta : la guetoización, es el espejo de la anterior: se trata de una natividad eterna en la identidad de origen, necesariamente imaginaria, ya que para ser mantenida requiere la evitación total de la visita al terruño. Tras bajar apenas del avión que lo trae de vuelta a la tierra natal, habrá de comprender el emigrante que ya no es nativo. Que ha dejado de ser argentino, polaco o ruso 100%.

Por eso llamo a estas reacciones: "pseudo soluciones". Siguiendo a Winnicott, serían "defensas organizadas contra la desintegración, que le roban al individuo la precondición para el impulso creativo, y por ende le impiden vivir creativamente".

En cambio, considero que una solución saludable es la aceptación del hecho de ser argentino o ruso o polaco "sólo en parte", y también en parte israelí, lo cual ubica automáticamente al inmigrante en el margen de ambas comunidades imaginarias (Anderson, 1983). Por el dolor y la ambiguedad que esta posición implica, la asocio con la sugerencia de Winnicott de que "el individuo sano puede permitirse un cierto nivel de desintegración que, junto al dolor que ésta implica, permite el surgimiento de la creatividad. Precisamente en la desintegración es donde aparece y reaparece el impulso creativo".

Me pregunto si , además de reflejar un grado elevado de integración, no sería ésta en cierto modo una toma de conciencia a nivel existencial. Acaso hemos estado alguna vez en otro lugar que no sea el margen?

Ana Guelman, luego de leer la primera versión de este trabajo, me regala su asociación entre "marginalidad" y "originalidad". El margen puede ser leido tambien como posibilidad de originalidad, en contraste con la adaptación masiva que exigiría la ambición de estar siempre en el centro.

El margen puede ser considerado como el atraviesamiento del límite que separa ambas comunidades imaginarias a las que pertenece el inmigrante. Pensemos en dos círculos, representando uno de ellos la sociedad anterior y el otro la nueva. El emigrante cruza ese límite. Pero podemos imaginar un área de intersección entre ambas comunidades, que resulta marginal a ambas pero que continúa la pertenencia parcial y por lo tanto no entraña la necesaria discontinuidad del self.

"Los límites existen para definir los lugares peligrosos y los no peligrosos. Un límite es una línea divisoria, una franja angosta bordeando el precipicio. Una zona limítrofe es un lugar vago e indeterminado, creado por el residuo emocional de un límite no natural. Está en constante estado de transición. Lo prohibido son sus habitantes. Los "atravesados" viven allí: los que cruzan, pasan o atraviesan los confines de lo "normal".

Gloria Anzaldúa, 1987, Borderlands: La Frontera: The New Mestiza.

En mi opinión, el margen entre ambas culturas-sociedades está en el espacio transicional, conectada con experiencias de liminalidad, abandono, desintegración y también descubrimiento, creatividad y goce.Winnicott habla de la depresión como el precio que debe pagarse para llegar a la integración. La depresión , dice, a pesar de que puede ser terrible, debe ser respetada como evidencia de integración personal.

Eternamente en la periferia de lo posible, el borde, el límite, actualiza inevitablemente la problemática del adentro y el afuera.

El hecho de atravesar límites se relaciona también con la tolerancia a la ambiguedad. Hay personas que necesitan reafirmar constantemente la existencia y validez de categorías claras y distintas de la realidad. Se trata de cada cosa esté en su lugar . Cada uno debe saber qué lugar le corresponde. Y así con las profesiones, y así contra la interdisciplina,que siempre es percibida como amenazante por su ambiguedad. No hay que traspasar los límites, que generalmente son imaginarios. Pero a quién le importa, si nos dan esa seguridad tan ambicionada….

Trabajar en el límite de algunas categorías y aproximaciones significa que uno no está ni dentro ni fuera de ellas. Uno tiene que empujar su trabajo tan lejos como puede hacerlo llegar: hacia los límites, en los que uno camina siempre sobre filos, incurriendo constantemente en el riesgo de caer hacia uno u otro lado del límite, a la vez que hace, rehace y modifica ese límite.

Trinh T. Minh-ha

Curiosamente, esto se acerca a la distinción winnicotiana entre ciencia y religión. Dice: "Para el científico, la formulación de preguntas es la labor fundamental. Las respuestas, cuando son halladas, llevarán a otra serie de preguntas. La pesadilla del científico es la idea de un conocimiento total. Tiembla ante tal idea. Comparemos esta actitud con la de la religión, que es caracterizada por la certeza. La religión reemplaza la duda con la certeza. La ciencia,en cambio, soporta la infinitud de la duda, que implica una cierta fe. Fe en qué? Quizá en nada concreto. Se trata de la capacidad de tener fe. ("Psicoanálisis y ciencia: amigos o parientes?",1961). Y esto puede relacionarse, me parece, tanto con el aferrarse a una teoría como a una posición con respecto a la pertenencia nacional.

Pero también existe esta otra actitud, que es la de Winnicott, de reconocer permanentemente que el límite entre las teorías es más lábil e indefinido de lo que pudiera suponerse. "Sé que tomé elementos de distintos autores-reconoce- pero tendrán que perdonarme que no los cite con orden y exactitud, porque ignoro qué tomé de quién." Por eso sugiere que para que la creación sea posible, es necesario tomar los elementos básicos de la fuente de la historia y la experiencia humanas para después filtrarlos por la mirada inaugural del creador.

Frecuentemente para el creador, la existencia de límites indisputados crea el deseo, e incluso la responsabilidad, de transgredirlos. Es bueno recordar que sin la noción de límite no hay transgresión, y que sin la posibilidad de transgresión, el límite carece de sentido. Como dice Stuart Hall, analista de estudios culturales británicos, y de piel negra" el peligro no se halla en los lugares de los que huimos sino en los lugares hacia los cuales nos dirigimos".

La salud es para Winnicott el hecho de que la persona sienta que está viviendo su vida, asumiendo responsabilidad por la acción o la inacción, y capaz de tomar responsabilidad por su triunfo o fracaso. Es, en mi opinión, la toma de responsabilidad de haber elegido el margen, o de asumirlo.

Un ejemplo interesante del la posibilidad o imposibilidad de emplear el espacio transicional intercultural se refleja en la obra de Frantz Fanon, que nació en 1925 en la colonia francesa de Martinica y posteriormente vivió en Francia , donde estudió Medicina y Psiquiatría , convirtiéndose en uno de los estudiosos de los efectos del racismo sobre la colonización y luchador por la independencia de Algeria. En su libro "Piel negra, máscaras blancas"(1952) analiza la situación del negro en la sociedad europea y la civilización blanca en general. Da como ejemplo al negro educado, que siente en un momento determinado que su raza no puede ya comprenderlo. O que es él el que no la entiende a su raza. Fanon dice ( p. 14)
"Entonces se felicita y agranda la diferencia, la incomprensión, la disarmonía y encuentra en ellas el significado de su verdadera humanidad. O, con menor frecuencia, desea pertenecer a su pueblo. Y con este furor en su boca y abandono en su corazón se sumerge en el vasto abismo negro. Mediante esta actitud, tan heroicamente absoluta, renuncia al presente y al futuro en nombre del pasado"

De este modo, el hombre negro asume la máscara de la cultura blanca: el "alma negra" que le ha impuesto la cultura blanca europea. Esta es una elección impuesta o imaginaria, que excluye y aliena. Para Fanon, ser colonizado mediante un lenguaje causa efectos sobre la conciencia del ser humano.Se trata, según afirma, "de asumir una cultura, y soportar el peso de una civilización". Según Fanon, hablar francés significa que uno acepta, o es forzado a aceptar, la conciencia colectiva de los franceses, que identifican negrura con pecado y maldad. En un intento de escapar a esta asociación, el hombre negro se coloca una máscara blanca, o se concibe a sí mismo como objeto universal, participando en una sociedad que propone una igualdad sin relación con la apariencia física. Los valores culturales son internalizados o "epitelizados" en la conciencia, creando un corte entre la conciencia y el cuerpo del hombre negro. En estas circunstancias, el hombre negro está necesariamente alienado de sí mismo.

Existe una posición opuesta, ejemplificada en la obra de Salman Rushdie, que sugiere que escribir en "nuevos ingleses", es decir en dialectos locales del idioma inglés, puede ser un acto terapéutico de resistencia, rehaciendo un idioma colonial para que pueda reflejar la experiencia post-colonial. Es posible entonces también encontrar en el empleo de un idioma colonizador una "herramienta para expresar diversas experiencias culturales. En este caso se trata de "apropiarse" de un idioma para que "asuma el peso de las experiencias culturales personales". El lenguaje conquistador se convierte en conquistado. Uno se "apropia" del lenguaje, en lugar de dejarse capturar por el mismo.

Vemos aquí dos actitudes opuestas con respecto al mismo fenómeno: la utilización de un lenguaje de comunicación internacional para describir las experiencias de grupos culturales minoritarios, que reflejan dos actitudes diametralmente opuestas hacia el empleo de fuentes universales. La primera es una actitud de rechazo, basada en una necesidad de separación y acentuación de la diferencia, creando un aislamiento casi total de la cultura universal, y la obra se escribe en un dialecto hablado o leído por un número reducido de personas. Es la renuncia a la pertenencia a un colectivo imaginario ( The Empire strikes back, Bill Ashcroft, Gareth Griffiths y Helen Tiffin, 1989)..

La actitud opuesta conlleva una "audacia" implícita: la de cruzar bordes y transgredir normas implícitas para expresarse a través de los instrumentos de la cultura universal, sin renunciar a los contenidos particularistas.Se trata, en realidad, de la posibilidad de jugar, y de jugarse.

Fanon, en las páginas finales del libro, se hace a sí mismo este conmovedor recordatorio: "Debiera yo recordarme constantemente a mí mismo que el verdadero "salto" consiste en introducir la Invención a la existencia. En el mundo por el cual viajo, me estoy creando a mí mismo todo el tiempo(p.229)."

Resulta sumamente sencillo asociar esta conclusión con el concepto winnicotiano de la "habilidad de crear el mundo".En uno de los párrafos de su artículo "Living creatively", dice Winnicott:"Tengo esta necesidad de hablar como si nadie hubiera examinado este tema antes que yo, y por supuesto, esto puede parecer ridículo. Pero creo que pueden Uds distinguir esta necesidad mía de asegurarme de no ser enterrado por el tema. Lucho por "sentirme" creativo, y eso me lleva a la desventaja de sentir que siempre tengo que empezar de foja cero".

"Algo en el esquema de las cosas debe hacer lugar para que todos puedan vivir creativamente. Esto significa retener algo personal, quizá secreto, que es sin duda uno mismo". Sin caer en la adaptación forzada, en la asunción de un False Self, el inmigrante puede hallar su camino hacia el desafío de lo nuevo. En lugar de repetir la prehistoria, puede crear una historia nueva, en un lugar nuevo. Se trata de descubrir una nueva posibilidad de combinar los elementos conocidos con un nuevo enfoque.

Es, como me sugiere Ana Guelman con su asociación entre marginalidad y originalidad, descubrir que se puede crear en lugar de repetir.

En resumen, mi planteo es que el margen no debe ser necesariamente empleado como metáfora de destierro, eterna generadora de melancólica contemplación. Por la relación entre marginalidad y originalidad, se hace posible redefinir la marginalidad como una posición que permite el ejercicio de la libertad y la creatividad. Esto no excluye el sufrimiento ni la pérdida, sino que les otorgan un sentido con el que es más fácil vivir.

Mediante una resolución creativa del duelo por la pérdida de la pertenencia anterior, también la inmigración se convierte en una oportunidad de asumir la historia personal, y de ser capaces de firmarla con nuestro nombre.

Notas

Artículo presentado en el segundo simposio de la Asociacion de Trabajadores de la Salud mental Hispanoparlantes en Israel (ATSMHI), en noviembre del 2001

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Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 16 - Diciembre 2002
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