Acheronta  - Revista de Psicoanálisis y Cultura
Bleu. La textura del objeto perdido *
Clara Cruglak

Imprimir página

Luces y sombras en la gama del azul.. El cineasta K.Kieslowski 1 elige una paleta azul con cadencia gregoriana para presentar lo mas esencial e inhasible del objeto de amor, eso que de él se refleja en los tiempos de un duelo. La música y el color adquieren el valor de un personaje clave, traen a la escena la presencia lejana de la ausencia de la Cosa. Apenas restos en la memoria de lo que nunca pasó al olvido. Vigencia de lo que nunca fue y acaso pudo ser cuando se lo pretende asir en el encuentro siempre fallido.

En la trilogía producida por K.Kieslowski, azul es el color propuesto para la libertad. Azul, opaco o brillante, entramado en los acordes de una melodía vela en sus matices la textura del objeto perdido.

Julie, la protagonista de "Bleu", pierde a su hija de cinco años y a su marido, en un accidente automovilístico, del cual ella solo sale lastimada.

Su mundo ha quedado desierto; al despertar de la inconsciencia una pluma de almohadón, movida por su aliento, y el reflejo de la imagen de quien acude a darle la fatal noticia toman el primer plano de la escena.

Implacable irrupción de lo Real, que deja al sujeto suspendido de su historia desgarrada. Pérdida real, la muerte, conmueve el orden simbólico desencadena el duelo.

Ya sabemos como Freud considera el duelo: un afecto normal frente a una pérdida, "Pérdida de una persona amada o de una abstraccion que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal". Subraya que "a raíz de indenticas influencias", frente a una perdida, "en muchas personas se observa, en lugar de duelo, melancolia". Y esto es así por la implicación que tiene el narcisimo en cualquier objeto de amor o subrogado. El objeto de amor es potencialmente objeto de duelo. Veremos entonces que en el proceso de un duelo está comprometido algo mas que el hecho de encontrar un objeto sustituto. Algo que puede, incluso, llegar a problematizar su resolución, como es el caso de la melacolia. Porque lo que está en juego, en los tiempos en que la subjetividad atraviesa las etapas de un duelo, es el mantenimiento de los vínculos por donde el deseo está suspendido - como nos advierte Lacan -, no del objeto a, sino de i(a), imagen narcisista. 2

El vínculo por donde el deseo est* suspendido es un entramado entre objeto y falta. Entre el objeto causa y su falta necesaria en el Otro.

La falta se articula al objeto por la funci*n de (-j), allí donde el sujeto se constituye en el lugar del Otro. (-j) notacion del algebra lacaniana denota la falta central del deseo. No sólo indica la manifestaci*n imaginaria del falo, bajo la forma de una falta, sino tambien la funci*n de reserva libidinal operatoria. Esta reserva que no se proyecta en la imagen, no se inviste a nivel de i'(a) porque permanece profundamente investido, en forma irreductible en el nivel del cuerpo propio, en la dimensión del narcisismo primario.

As*, dice Lacan "el hombre tiene de la imagen real una imagen virtual con nada en su cuerpo" 3. Imagen real, imagen del cuerpo, imagen que se comporta como un objeto; Estamos refiriéndonos a i(a), que en tanto imagen, es la proyección de una superficie: el yo. No es la imagen de a, ni tampoco un objeto que sea el mismo a, ni su representante, i(a) es un engaño de completud y unicidad anticipada, aprehendida en el plano virtual como i’(a) a condicion de que el trazo unario soporte el reflejo del sujeto.

 

La dimension de la perdida es del orden de lo estructural y estructurante. Es sin duda una cuestión central que atañe tanto al duelo como a la melancolía. Se trata en cada caso de la reactivación de la pérdida originaria: "pérdida de la Cosa en el objeto". Es el borramiento de la Cosa que testimonia la eficacia del significante en el tiempo de la represión primaria (Urverdrängung) que como sabemos se especifica de no poder ser dicho. Será entonces la textura del objeto perdido que retorna en cada objeto metonimico. La pérdida originaria opera en la estructura subjetiva por via de la represión.

Lacan situa en esta pérdida el verdadero sentido de la nocion "objeto perdido". Está referida a la perdida de algo "esencial en la imagen". Imagen narcisista, imagen del Yo ideal. Lo que muestra en pérdida para constituirse como imagen es este elemento clave en la estructura: la funcion del falo a nivel imaginario (-j). Así, el Yo i(a) como primer objeto metonimico borrador de la Cosa, inicia la serie de los objetos en el punto de nacimiento del deseo. El falo a nivel imaginario (-j) indica el desencuentro radical con la Cosa. Es desde aquí que (-j)tendrá la función de mantener los vinculos por donde el deseo se sostiene de i(a). Frente a los avatares de una pérdida, i(a) soportará en suspenso los hilos hasta que se pueda retramar la causa del deseo. Esta función imaginaria del falo opera enlazada a su dimensión real, a nivel del cuerpo como reserva libidinal operatoria.

Cuando Julie recibe la trágica noticia, podemos decir junto a Freud que"La realidad ha pronunciado su veredicto: el objeto ya no existe más" 4. Dejarse caer, es su primera reacción desordenada. En el momento de mayor anonadamiento, Julie, presa de una emoción que la desborda, intenta tomar pastillas para matarse. El objeto, esa imagen libidinizada del semejante, que es objeto de amor y de duelo, señala una ausencia en su caída que confronta al sujeto con su falta.

Primer movimiento, marca el principio del trabajo de duelo; el sujeto identificado al objeto de amor, objeto a, que queda al descubierto cuando el otro que lo alberga i(a) desaparece de la escena. Movimiento riesgoso para el sujeto, en este tiempo de fractura imaginaria de la escena, este pasaje vía identificación, por el cual toma la posición del objeto perdido podría haber sido un pasaje al acto suicida.

"El yo, preguntado, por así decir, si quiere compartir ese destino, se deja llevar - propone Freud - por la suma de satisfacciones narcisistas que le da el estar con vida, y desata su ligazón con el objeto aniquilado" 5.

Desatar la ligazón es un proceso que insume su tiempo, es un trabajo lento y minucioso. Detalle por detalle, pieza por pieza, que absorbe las energías del Yo.

Julie, al recuperarse de su convalescencia, decide vender las propiedades, los muebles, desprenderse de todos los objetos que habitaban su cotidianeidad. Tal vez, por haberse percatado de que sólo eran señuelos; produce la caída de las apariencias, de los velos imaginarios intentando liberar las presencias que ellos vestían. El quite de la libido no es instantáneo, aquí no termina el trabajo de duelo para Julie.

Paso a paso, ese trabajo "se realiza sobre la representación-cosa inconsciente del objeto" .

Bien sabemos que la representación-cosa, "consiste en la investidura, si no de la imagen mnémica directa de la cosa, al menos de huellas mnémicas más distanciadas, resultantes de ella" según lo formuló Freud en la Metapsicología de 1915. Imagen mnémica directa de la cosa no hay, esta es una observacion que no debiéramos perder de vista.. Y ademas es necesario subrayar que esta investidura, sobre la cual se efectúa el trabajo de duelo, (que también está comprometida en la melancolía), esta investidura "no es de la imagen mnémica directa de la cosa", sino de "huellas mnémicas resultantes y distanciadas de ella".

Tal vez convenga recordar que esas investiduras de Cosa de los objetos son las investiduras primeras y genuinas referidas al "primer objeto de satisfacción" y "primer objeto hostil". Freud reúne ambos objetos en la simultaneidad que brinda la percepción del semejante, ese único poder auxiliador en los tiempos de desamparo originario (Hilflosigkeit). Configura así la formula del "Nebenmensch". Tenemos aquí la reunión de tres elementos: el objeto hostil, el objeto satisfaciente y su confluencia en la percepcion del semejante. Complejo del semejante que luego separa en dos componentes: "uno de ensambladura constante, se mantiene reunido como una cosa (das Ding); el otro, comprendido por un trabajo mnémico, daría cuenta del cuerpo propio".

Si das Ding equivale a la Cosa, la Cosa como ensambladura constante, queda cercada en el núcleo de la economía libidinal, aislada.. He aquí los efectos de la represión primaria .La Cosa no es accesible al significante como así tampoco a la imagen especular, y lo que constituye la representación es todo aquello que podemos considerar la cualidad de un objeto, sus atributos.

En el proceso de elaboracion del duelo localizamos un tiempo en el cual la libido que investía al objeto regresa al yo. Propongo entender que ese camino regresivo de la libido al Yo es balizado por las huellas del borramiento de la Cosa. Se realiza desandando las huellas del borramiento de la Cosa. Se van destramando las redes significantes que ordenaban el andar del sujeto, y es así como el mundo , en tiempos de duelo se vuelve vacío y sin sentido.

Vemos a Julie en esa dolorosa tarea de desprendimiento, cuando es sorprendida por la violenta irrupción de la ausencia de su hijita. Esa ausencia está presentificada en un chupetín azul, que perdura en su cartera. Presurosa lo devora, lo engulle. Inmediatamente, llama a quien sospechaba enamorado de ella. Oliver, ayudante de su marido, quien acude sin dilación a su encuentro. Julie entrega su cuerpo como si fuese un objeto más de los tantos de los que se viene despojando. Y al despedirse le dice: "Ya sabes que soy una mujer común, toso, tengo caries. Podrás olvidarme". Tiempo antes había tirado al camion de residuos la partitura que su marido dejara inconclusa. Algo similiar hacia ahora consigo.

Convencida, decidida, Julie parece consagrada a la tarea de borrar todo atributo que pudiere conmover algún recuerdo.

"Así como el duelo mueve al Yo a renunciar al objeto, declarándoselo muerto y ofreciéndole como premio el permanecer con vida, de igual modo, cada batalla parcial de ambivalencia, afloja la fijación de la libido al objeto desvalorizándolo, rebajándolo, por así decir también victimándolo". 6

Sin embargo, hay un objeto que en esta ocasión no corre la misma suerte. Me interesa rescatarlo. Se trata de un trozo de cristal azul. Veamos cómo aparece:

Julie vuelve a su casa. Con la intencion de venderla, ordena que la desocupen. Se dirige al jardinero y le pregunta si ya vaciaron el cuarto azul. Luego la vemos abrir lentamente la puerta de un cuarto en el que sólo hay, colgada del techo, una lámpara compuesta por un sinnúmero de caireles de cristal azul. Con severo impulso, intenta arrancarla pero sólo logra desprender una tira. Mientras ella retiene un fragmento entre sus manos se sienten rodar los caireles por el piso

Un momento más tarde, pesadamente se desliza apoyada en el rellano de la puerta de otro cuarto, hasta quedar sentada observando la habitación. Cuando, al mismo tiempo, desde un sutil azogue emerge el azul para velar la ausencia. Su rostro se ilumina con pálidos destellos de un reflejo que brota del cristal azul. Lo tiene en sus manos entreabiertas.

¿Por qué se queda con ese pedazo de objeto? ¿Qué es lo que guarda en él al retenerlo?

Hay un hecho: el retiro de la libido del objeto perdido. Es un trabajo minucioso, lento y detallado en el camino de retorno al Yo. Como dije, este regreso de la libido al Yo se realiza desandando las huellas del borramiento de la Cosa. Camino regresivo, acorta la distancia hacia la Cosa revelando la vacuidad que los objetos cubrían. En tanto los objetos despojados de sus atributos caen, se recupera el vacío que opera desde el centro de lo real del agujero. Tal como se presenta en la representación, como una nada, ese vacío habría sido la Cosa. Unidad velada y aislada. Inaccesible.

Asi como la libido retorna al yo, la falta vuelve al sujeto. Lacan nos propone "situar con precisión los instantes en los cuales, por alguna vía -siendo la vía mayor la del duelo- el objeto, al desaparecer, al desvanecerse por un tiempo, (que no podría subsistir más que el resplandor de un instante) hace que se manifieste la verdadera naturaleza de lo que le corresponde en el sujeto, a saber: lo que llamaría las apariciones del falo, las phallophanies". 7

Destello azul, falofanía. Resplandor de un instante que transforma ese trozo de cristal en unidad velada. Propongo que pensemos ese trozo de cristal azul, en "el objeto elevado a la dignidad de la Cosa". Sabemos que esta es la fórmula "más general" 8, la que Lacan ofrece como formula la sublimación y nos advierte que esta definición "no clausura el debate y es necesario que se la confirme e ilustre...". Entonces, bien podríamos tomar lo desarrollado hasta aquí como ilustración no precisamente de la sublimación en el arte. O sí, ¿por qué no? En el arte de vivir, sería en este caso, en el que estamos reflexionando sobre un trabajo de duelo. Trabajo de duelo que no consiste solamente en retirar la libido del objeto perdido sino, recordemos, en el "mantenimiento de los vínculos por donde el deseo está suspendido". Además es necesario considerar el carácter doliente en el duelo. El nos da la pista de la presencia de la Cosa. Dolor que está en relación a la añoranza por el objeto, referida a los tiempos en donde se constituye el objeto perdido. Tiempos primordiales, míticos, de la Identificación primera que Freud nombra incorporación9

No se tratará solamente de un objeto perdido. La pérdida de la Cosa en el objeto compromete una perdida de goce. Ella opera en la remisión de la significación y lo hace como falta en ser posibilitando la metonimia. Función de la falta en la contingencia del encuentro siempre fallido con "eso que no es eso". Eso que no es eso -sabemos- es el objeto a. 10

En la vida, como en el truco, el engaño regula el juego. Juego que consiste precisamente en reencontrar algo que nunca fue perdido. Objeto perdido en tanto nunca reencontrado. El (-) -notación del falo en su dimensión imaginaria- como significante de la pérdida señalará el desencuentro radical con la Cosa.

Tan irremediable como estructural este desencuentro presentifica, en cada ocasión, la perdida de la Cosa en el objeto. Esta dimensión estructurante de la pérdida resulta ser así condición de posibilidad de la metonimia. En tanto cada pérdida reactive la pérdida originaria; se relanza la búsqueda hasta el próximo desencuentro. Aqui reside lo esencial de la metonimia y nos permite afirmar que la resolución del duelo va más allá de encontrar un objeto sustituto. En tanto se trata de ese objeto perdido y nunca reencontrado,sería un contrasentido pensar que puede ser sustituible. Se tratará, en todo caso, de que el sujeto reencuentre o se enfrente con la causa de su deseo. A partir de entonces se relanzara la metonimia, y otro objeto será el portador de la falta. Es precisamente cuando la falta está en causa que la dimensión de la perdida se precipita. Se precipita en una trama de diversas texturas. Eficaz envoltura de la unidad velada.

En el film, la música y el color amalgamados aproximan las lejanas e inalcanzables huellas dejadas por la Cosa. Traen a primer plano de la escena esas sensaciones, percepciones que prodigan textura a esa nada que está mas allá del objeto de amor perdido. Homologan en su entramado las envolturas del cuerpo. Recurso efectivo para el sujeto- no sólo para la protagonista, tambien para el espectador- ya que permite recuperar en la fugacidad del instante, la ficción de ser uno.

Julie se muda, se acomoda en su nueva estancia. Podríamos decir que comienza a disponer de la reserva libidinal. Y, justamente, va a disponer de esa reserva desde lo que no se inviste a nivel de la imagen especular (-), pero que está profunda e irreductiblemente investida en el nivel del cuerpo propio, vale decir en el nivel del narcisismo primario, en el nivel del autoerotismo. Goce autista.

Así la vemos tomar sol, serena, sentada en el banco de una plaza. También nada; pero no muy plácidamente; el sonido de una melodia la perturba. Melodía de una partitura jamás ejecutada. Sonidos alucinados que la acompañan desde los tiempos de su convalecencia. Todo hace pensar que son las notas, por ella escritas, de esa partitura que su marido dejara inconclusa al morir.

Estamos en condiciones de decir que la Cosa es un elemento clave en este trabajo de duelo. Jugada en su esencia de "extimidad", por ser lo más íntimo y lo más extraño a la vez, es aquello que organiza el andar del sujeto; en torno a lo cual gira todo el movimiento significante. 11 Gira engendrando ese "círculo encantado" separador de la Cosa. En este proceso de duelo podemos situar dos tiempos, y en el pasaje del primero al segundo, la Cosa. La Cosa como operador de este pasaje.

El primer tiempo localizado en la ejecución, detalle por detalle, del retiro de la libido del objeto perdido. El segundo, en el que se trataría de consumar por segunda vez la pérdida. Aquí recurro a la que consideraría como la fórmula del duelo en Lacan : "No estamos de duelo, sino por alguien de quien podemos decirnos «yo era su falta»" . 12

En ese tiempo primero de retiro de la libido, la falta vuelve al sujeto; pero será necesario descubrir en un segundo tiempo en qué cosa le hemos faltado al ser amado para representar su falta. Pues - como lo afirma Lacan- sólo se puede hacer el duelo de aquel cuyo deseo causamos.13

Volvamos a la película.

De manera azarosa, Julie, ve por televisión a Oliver (su enamorado) en un reportaje. En el que se resaltaba la lamentable pérdida que representaba para el mundo la muerte de este exitoso y renombrado músico que fuera su marido. Se muestran fotos, de ella, de su marido, los dos juntos, y de su marido con otra mujer. También estaba allí, desplegada sobre una mesa, una partitura -que resultó ser copia de la que ella había tirado a la basura y que Oliver está dispuesto a continuar. En el reportaje escucha decir que ella, Julie, su mujer, era quien escribía las partituras, "única persona que lo comprendió", dice Oliver. En esta escena se revela para Julie en qué cosa le hacía falta a su ser amado. Parece haber llegado, para Julie, "la hora de la verdad". La vemos correr, gritar, increpar a Oliver diciéndole: ¡Como te atreves! ¡No tienes derecho!. Hasta podríamos decir que lo que Julie ve por televisión tiene el mismo valor que la escena del cementerio para Hamlet. La ostentación del duelo, escena en que Laertes llora desesperado la pérdida de su hermana Ofelia. Desde distintos lugares le llega a Julie la revelación de su falta, la confrontación con lo imposible de su objeto de deseo.

Estamos ante el momento en el que (a) se desprende de i(a), la imagen narcisista. Es tiempo de consumar por segunda vez la pérdida. "El objeto a no tiene sentido, sino cuando fue vuelto a echar en el vacío de la castración primordial". 14

Este movimiento -echar al vacío - será propiciado, en este caso, desde ese instante de aparición del falo; falofanía del cristal azul con valor de Cosa. Soporte del encuentro con su falta más radical, su falta en ser. Tiempo de encontrarse con la causa de su deseo. Tiempo que le marca la hora de "renacer para saber si quiere lo que desea".

Julie decide retomar junto a Oliver la partitura del concierto por la Unificación de Europa.

Que el objeto a tenga sentido es clave en la tramitación de un duelo, en tanto consideremos que el a es un nudo de sentido,15 nos vemos llevados a interrogar ¿qué anuda el nudo en los tiempos de un duelo?

Hemos subrayado la importancia que tiene la función de (-j) en el mantenimiento de los vinculos por donde el deseo está suspendido de i(a). Pero aun no dijimos como se relanza la metonimia. Hace falta aquí articular la función del trazo unario. Recordemos que i(a) es un engaño de completud y unicidad anticipada, aprehendida en el plano virtual como i’(a) a condicion de que el trazo unario soporte el reflejo del sujeto. Vital sostén de la escena imaginaria.

La perdida de un objeto produce un agujero en lo real, conmueve el orden simbólico, desgarra la escena imaginaria. La inconsistencia imaginaria en los tiempos de un duelo es la razon por la cual el mundo se presenta vacío y sin sentido. La inconsistencia imaginaria impide que el a se engarce en la cadena. Lacan nos hace notar que la posibilidad que tuvo Hamlet de "anudar el nudo" se jugó en la escena del cementerio con Laertes. Es desde la imagen del semejante desde donde se le ofrece a Hamlet el trazo que soporta el reflejo de (-j):condición de posibilidad de reintegrar el a como nudo de sentido.

Recorramos nuevamente algunas escenas del film. El reportaje que Julie ve por televisión, podria ser considerado como una condensación de una serie de escenas. Le dimos el valor de ostentación porque allí se muestra, ante la mirada de Julie, la imagen del semejante con variados matices y acordes. No se trata, como en Hamlet, de un solo personaje rival. Serie de escenas en las los personajes, cada uno a su tiempo y en su estilo rearman, para Julie, la escena imaginaria que le permitirá ser participe del espectáculo del mundo.

Desde donde? Cómo ?

… tal vez un habla de intersticios,
que reúna los mínimos espacios
entreverados entre el silencio y la palabra
y las ignotas partículas sin codicia
que sólo allí promulgan
la equivalencia última
del abandono y el encuentro" 16

En su nueva estancia, el trozo de cristal azul volvió a ser una lampara colgada del techo. Al ser interpelada por su vecina, entre el silencio y la palabra, asiente: es un recuerdo.

Son varias las escenas que podemos leer en serie allí donde promulgan la equivalencia última del abandono y el encuentro: un trozo de papel dejado sobre el piano, que Julie recoge y guarda, (pero que habilmente el director solo nos muestra en los últimos tramos del film). La nueva vida que late en las entrañas de una mujer desconocida. La joven que guarda una copia de la partitura inconclusa. Junto al poeta podemos decir: Ignotas partículas sin codicia. Partículas que dan sustancia, prestan materia a la presencia del semejante, cuya función ha de ser soportar el trazo por el cual el sujeto recupera la chance de apostar a su destino. Sin codicia, esas partículas portan el valor Simbólico suficiente como para que la incidencia del trazo, desde lo Real, opere la sustracción de goce necesario. Así, el trazo rescata de la reserva inhibida el monto libidinal que habilita la función de (-j). A pura pérdida se relanza la metonimia. Pérdida necesaria de la entropía posible para ir por la vida haciendo camino al andar.17

Clara Cruglak

Buenos Aires, octubre de 1997

Notas

* Este texto es version corregida y modificada del que llevavba por titulo "Entre la cosa y el objeto: un trabajo de duelo"

1 Krzystof Kieslowski, cineasta polaco radicado en Francia, emprendió la realizacion de una trilogia, que comienza con "Azul"( Trois couleurs:Bleu,Rouge, Blanc) dando una imagen contemporanea de Europa, inspirado en los ideales de la Revolucion Francesa, utiliza los tres conceptos : libertad, igualdad y fraternidad, despojados del sentido estrictamente politico, y desde un angulo radicalmete individual.

2 J.Lacan sem 10 "La angustia" (inedito)

3 idem

4 Freud, Sigmund, "Duelo y Melancolía", Obras Completas, Tomo XIV, Amorrortu Editores.

5 S. Freud "Duelo y Melancolia"

6S. Freud op.cit

7 Lacan, Jacques, "Hamlet, un caso Clínico".

8 J. Lacan "La Etica"

9 En el relato del mito, de Totem y Tabú, podemos relevar que no sólo se incorpora ese «fragmento de fuerza» del padre de la horda (esencia ausente, cuerpo de la falta, falta en lo Real) sino que con el asesinato del padre, al ponerlo fuera de la horda, se expulsa su goce. Limita su goce al precio de su muerte. Goce del Otro, inexistente, se jugará como imposible facultando otro goce, el fálico". Asi es como pienso que el goce y la falta del Otro en lo real se articulan en la Cosa.

10 Cruglak, Clara "Vacío y Cosa" Actas de la Reunión Lacanoamerican de Montevideo, Noviembre, 1992

11 J. Lacan Sem 7 " La etica del Psicoanalisis" . Edit Paidos

12 J.Lacan Sem 10 " La Angustia" (inedito)

13 Desde aquí podemos situar una falla en la consumación del duelo. Falla que llevaría al sujeto a la melancolía., situada a nivel de este segundo tiempo en el que para el melancólico habría una dificultad, me atrevería a decir una imposibilidad de reconocer en que le ha faltado al ser amado para representar su falta. Esto se correspondería con lo que dice Freud en "Duelo y Melancolía", "aún siendo notorio para el enfermo la pérdida ocasionadora de melancolía: cuando el sabe a quién perdió, pero no lo que perdió en él". Este impedimento seria producido por una disfuncion de (-fi), que imposibilita realnzar la metonimia..

14 Lacan, Jacques, Seminario 10 "La Angustia" inédito E.F.B.A.

15 J. Lacan Sem 19 "Ou… pire "inedito

16 Juarroz, Roberto "La creación del arte. Incidencia freudiana", Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1992

17 El presente texto, traducido al frances, fue publicado en "Les Carnets de Psychanalyse" Nº 10 – Paris 1999.

Volver al sumario del Número 14
Revista de Psicoanálisis y Cultura
Número 14 - Diciembre 2001
www.acheronta.org